REFLEXION
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Nota del autor. La Sunat deberá seguir muy de cerca las donaciones de la banca y de otras empresas para la reconstrucción de la Iglesia San Sebastián. Sumas alzadas se encubren via patronatos. Esta ley debe ser revisada por el Congreso, con una propuesta de la Presidencia de la República.
El incendio de la iglesia de San Sebastián del Cusco, que pudo evitarse, revela que el pasado histórico de esta parte de América Latina carece de una mínima protección. Es una cruda realidad que agrede a la civilización occidental y cristiana porque los ingresos del turismo solo terminan en las arcas de unos pocos agentes internacionales, y que dejan un equívoco imaginario de que los pobladores son dueños de ese idílico espacio en el ombligo del mundo. 1/10/2016
Jorge Zavaleta Alegre Periodista
Los ciudadanos del Cusco ven con preocupación el abandono sistemático del Centro Histórico, según una exposición del Centro Guaman Poma, y que plantea cómo mejorar las condiciones urbanas y el Cusco del futuro, “con la visión de modernizar sin tomar en cuenta las características culturales locales o solo como elemento decorativo”, de acuerdo con la advertencia de arquitectos y arqueólogos locales.
Juan Tomás Tuyro Tupa fue el artista arquitecto y escultor indígena creador de esta hermosa iglesia de San Sebastián. Él nació en el Cusco, y al ser reconocido como descendiente de la nobleza inca, obtuvo el título de sargento mayor de la nobleza indígena. Este artista fue quien trazó también la planta de la iglesia de San Pedro en el Cusco, que era anexa al Hospital de los Naturales en 1699; talló la imagen de Nuestra Señora de la Almudena, así como el púlpito y el retablo principal.
En la iglesia de San Blas talló el retablo de Nuestra Señora del Buen Suceso y se le atribuye la preciosa labor del púlpito de San Blas tallado en una sola pieza de madera. En la Catedral del Cusco labró retablos, así como la imagen de Nuestra Señora de la Almudena en la iglesia del mismo nombre y varias imágenes para los templos de San Sebastián y Santa Ana.
Las autoridades no indican aún el origen de las llamas, pero no se puede descartar la intencionalidad del siniestro para sustraer obras de un gran valor. La Biblioteca Nacional del Perú, en un foro reciente, dio a conocer las grandes utilidades que genera el comercio ilícito de obras de arte, junto con el narcotráfico y la sustracción de piezas arqueológicas.
Y es que en el Cusco destacan las iglesias de mediados del siglo XVII y sus vistosos altares, como el del Templo de San Sebastián, que ya desapareció por las llamas. Este altar repujado en pan de oro guardaba características únicas y primorosas, que lo hacían uno de los más bellos de todo el continente.
Tal vez para regocijo de los creyentes y devotos de San Sebastián, la mayor joya que guardaba este templo en su interior, la escultura del llamado Patrón San Sebastián, fue retirada justo a tiempo y se ‘escapó’ de correr con la misma suerte que los otros santos. Pinturas del siglo XVII, bienes con más de 200 años de antigüedad y otras incalculables pérdidas históricas constituyen esta tragedia.