Papel de Arbol

viernes, 20 de abril de 2012

PAPELDEARBOL: EL MERCURIO, PERIODISMO GLOBAL

PAPELDEARBOL: EL MERCURIO, PERIODISMO GLOBAL: http://www.elmercuriodigital.net/search/label/JORGE%20ZAVALETA E l martes día 12 de noviembre de 2002 comenzaba a publicarse  co...

EL MERCURIO, PERIODISMO GLOBAL

http://www.elmercuriodigital.net/search/label/JORGE%20ZAVALETA

El martes día 12 de noviembre de 2002 comenzaba a publicarse 
con periodicidad diaria EL MERCURIO DIGITAL. 
El proyecto respondía a dos necesidades principales: 
la propia de sus creadores para desarrollar la profesión 
periodística  sin los condicionantes que atan actualmente 
a los periodistas de los grandes diarios impresos y de las 
empresas informativas en general, y la observación de un hueco 
informativo en el medio (muchos portales de información, 
pero contenidos de una uniformidad asombrosa y una limitación 
decepcionante). 

EL MERCURIO DIGITAL se comprometía entonces a responder 
sólo ante sus lectores, a hacer un periódico de contenido amplio, 
heterogéneo, en el que tuvieran protagonismo los asuntos que 
de una forma global preocupan a la persona crítica de este
principio de milenio.

EL MERCURIO DIGITAL se compremetía entonces y sigue comprometido a 
informar sobre y para las minorías, a la protección de las menores y 
los menores, a informar y defender la igualdad de la mujer, 
a la defensa de los animales y el medio ambiente y a la utilización 
de un lenguaje no sexista.

El Editor
Ángel Rojas Penalva, cartagenero de nacimiento (1962) y madrileño 
de corazón, asegura sentirse "congoleño, haitiano, mexicano, 
checheno, sudaní o somalí gracias a la información".
Tras su paso por la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, 
se licencia en Ciencias de la Información en la Universidad 
Complutense de Madrid.
Inicia su actividad periodística en la radio local, como locutor, luego 
redactor y luego jefe de informativos. Colaborador de diversos medios, 
pasa a dirigir el diario Actualidad de Cartagena, que termina cerrando 
después de su negativa a ceder a presiones. 
Huyendo de los intentos de manipulación, se refugia en Internet, 
donde encuentra su medio natural. Aquí edita, además de 
El Mercurio Digital, numerosas publicaciones: Actualidad, Wild Cat, 
El Conventillo, Opinión Pública, Redacción Abierta, Jaloque, El Salero, 
El Mercurio de los Animales, El Mercurio del Medio Ambiente y su libro 
El Naufragio del Sirio (2001).
Defiende la información como un Derecho Universal , "no una propiedad 
de políticos, medios de comunicación, empresas en general ni periodistas
para utilizarla en su propio beneficio". Amante de los animales y la 
naturaleza, considera una obligación del ser humano protegerlos, así 
como una obligación del periodista "informar de todo aquello que concierne 
a las minorías".
elmercuriodigital.es
elmercuriodigital.net
Edita MercurioPress Editor- director: Ángel Rojas Penalva.
cif 22945310G. Miembro de ATP, AIPEP, FAPE (Federación de Asociaciones de la Prensa de España. Registro Profesional 16.623) y FIPE
elmercuriodigital.es se edita bajo licencia de Creative Commons
-----REDACCIÓN-----
La Redacción de El Mercurio Digital y el servicio de noticias MercurioPress están formados por periodistas profesionales que realizan este trabajo de forma desinteresada. 
INTERNACIONAL, SOCIEDAD Y ESPAÑA
Coordinación Ángel Rojas
Suiza/ Argentina SERGIO FERRARI
México LIVIA DÍAZ, TEODORO RENTERÍA,  MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ DE ARMAS
Argentina CRISTIAN FRERS, RICARDO LUIS MASCHERONI, EMILIO MARÍN
Perú JORGE ZAVALETA ALEGRE- www.papeldearbol-papeldearbol.blogspot.com
papeldearbol@gmail.com 
Uruguay JORGE MAJFUD
Estados Unidos AMY GOODMAN
SECCIÓN DE OPINIÓN
Redactora Jefa de Opinión Belén Rosa de Gea
Opinión Pública 
El Mercurio de l@s lector@s
HUMOR GRÁFICO, MIGUEL ZICCA
EDICIONES LOCALESRedacción Sureste EMS
ÁREA DE CULTURA
CINE , por Jos Rodríguez http://twitter.com/jlamotta23
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MEDIO AMBIENTE Y ANIMALES
CRISTIAN FRERS
JULIO ORTEGA
SILVIA RIBEIRO 
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CRISTIAN FRERS 
JORGE ZAVALETA
jorgez.1944@yahoo.es 
HERBERT MUJICA ROJAS
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Ruidos y Silencios de José María Salcedo: El fantasma de la alegría

Ruidos y Silencios de José María Salcedo: El fantasma de la alegría

LA VIDA NO VALE NADA SI TENEMOS QUE PERDER LA LIBERTADESCRIBE DIRECTOR DE CAMBIO16


Manuel Domínguez Moreno, Director de CAMBIO16-MADRID

¿De qué nos vale la vida, el duro oficio de sobrevivir en medio de la zozobra al que nos vemos abocados, todo lo que somos y lo que podemos llegar a ser, todo aquello a lo que nos hemos visto obligados a renunciar, si tenemos que conformarnos con una existencia sin libertad?


Nos hemos acostumbrado al abismo y el vértigo de tal forma que el vacío ha acabado por llenarlo todo, hasta nuestra conciencia. Cuando la dignidad cede el paso al estado de necesidad, uno empieza renunciando a sus ideas, los derechos fundamentales, las conquistas sociales y, en definitiva, todo aquello que define el modelo de convivencia que desde la representación del poder popular nos hemos otorgado, y acaba destruido como persona, convertido en una piltrafa. Pero esa voluntad soberana nada significa y nada puede ante el incuestionable poder de las dictaduras públicas y privadas. Se trata de tirar por la borda las legítimas aspiraciones que quedan tan vistosas transfiguradas en artículos de una Constitución pero que lamentablemente no llenan los estómagos vacíos de todos aquellos que empiezan a pasar hambre. No me refiero a la necesidad de alimento espiritual sino a rebuscar en el cubo de la basura un trozo de pan que llevarse a la boca. Cuando hayamos liquidado definitivamente todo aquello que un día fuimos y ya no quede ni la memoria de nosotros mismos, cuando consigamos enterrar de una vez el pasado, comprobaremos con dolor e impotencia que los principios éticos que un día se respetaron y la moral que aceptamos como válida se transforman en un puro instinto de supervivencia que hará aflorar lo peor de nosotros mismos, de nuestras miserias y nuestra ruindad. No habrá límites porque nadie exigirá una justificación. No será preciso disimular porque quien ya no posee nada no tiene nada que ocultar. La descomposición social, la humillación que padecemos cuando debemos agachar la cabeza y tragarnos el orgullo siempre ha sido el caldo de cultivo de conductas ejemplares, el germen de liderazgos, la cuna del valor y la tierra donde se yerguen héroes sobre tumbas. Lo peor de todo es que no sucede nada, que una vez acallada la protesta y encadenada la capacidad de acción, ya no hay posibilidad de respuesta. Un conformismo que alimenta el relativismo atroz que nos anula hasta desintegrarnos. Es verdad que una cosa es lo que uno quiere y otra bien distinta lo que puede conseguir, pero la historia está llena de pusilánimes que desaprovecharon su oportunidad, su minuto de gloria. Ya ha pasado el tiempo oscuro de las lamentaciones y los pesares. Es la hora de gritar basta y asumir que hasta aquí hemos llegado porque no queremos seguir viviendo de rodillas, bajando los ojos ante el espejo, mirando de soslayo, somatizando nuestra impotencia al tiempo que metabolizamos la pesada digestión de la vergüenza, la autocompasión y el desprecio. Créanme, por poco que hagamos, será un paso importante, la señal que otros esperan para reaccionar. No hay esfuerzo pequeño si sumamos todas las voluntades del pueblo, si conseguimos que el miedo que nos paraliza se someta a la razón que pretenden arrebatarnos. Somos nosotros los que estamos en posesión de la verdad, no ellos, lo que pasa es que no acabamos de creérnoslo porque hemos preferido acomodarnos y admitir que la voracidad, la ambición y la codicia no tenían límites a plantar cara a los que nos han robado la libertad y la dignidad y ahora quieren quitarnos la conciencia. No sé si ese poder sobrehumano tendrá un alma, pero tengo la certeza de que nosotros estamos perdiendo la nuestra. La vida no vale nada si tenemos que sacrificar la libertad.
www.manueldominguezmoreno.net
betisalai@manueldominguezmoreno.net





LA INFORMALIDAD, SEGUN UN MINISTRO DE EDUCACION

http://es.wikipedia.org/wiki/Javier_Sota_Nadal


Opinion de Javier Sota Nadal
ex ministro de Educación en Perú.-
Estamos impactados por variados 
fenómenos que la academia y 
después los medios, 
denominan informalidad. 
Informalidad en el transporte, en 
la minería, en la urbanización, 
en la agricultura (coca), 
en el comercio, en el fútbol, etc. 
Casi no hay actividad en el 
Perú que no conviva con ella. 
Resulta urgente, por decir lo menos, 
entender y después atender este 
megaproblema social, que solo nos 
preocupa cuando llama a nuestra puerta 
con muertes, tres, en Madre de Dios.
Informalidad es el par contrario de formalidad. Sociedad y Estado realizando la vida de acuerdo a leyes es formalidad. Informalidad es realizarla fuera de estas leyes; sin embargo, la cuestión no es tan sencilla. Ocurre que en el Perú han habitado y aún habitan conjuntos sociales a los que la formalidad de nuestras leyes y el arreglo económico que ellas definen les ofrecen muy poco para sobrevivir. ¿O creen ustedes que los microbuseros, taxistas, mineros de socavones, agricultores cocaleros son masoquistas? No es que les guste vivir y morir en tal insania, se ven empujados a ella para llevar el pan al hogar.
Son las condiciones objetivas de una existencia paupérrima, las que los empujan a contrariar la formalidad. Es para ellos un problema económico objetivo, antes que una opción de vida. La informalidad es una estrategia de sobrevivencia, la única a la mano para que cientos de miles de familias peruanas consigan un lugar en este mundo. Según análisis económicos fríos del norte, el Perú debía haber ya estallado, si no lo ha hecho ha sido por la férrea voluntad de sobrevivir de los sectores populares.
Pero la informalidad que aquí describimos es de base popular y funciona como un recurso natural renovable explotado por disfrazados de formales que no manejan doce horas al día para llevar treinta soles al hogar, ni se hunden en agua barrosa o se encorvan en los socavones para extraer oro, ni perviven aislados plantando cocales, sino que frescos y limpios la organizan en cadena productiva, al final de la cual cosechan el dinero y viven raudos en camionetas de 70 mil dólares, casas de playa y jugosas cuentas que los bancos reciben sin taparse la nariz. Estos disfrazados se han puesto suspicaces y han decidido pasar de financiadores de campañas ajenas a invertir ellos mismos y ser elegidos para guardar mejor sus intereses.
Si la informalidad es una cadena productiva, pues que primero se corte el combustible que la mueve; es decir, que se someta a ley a los grandes propietarios del transporte informal, a los organizadores de invasiones, a los importadores de chatarra, a los acopiadores de oro, a los narcotraficante de corbata, a los contrabandistas pesados y, de yapa, a las sanguijuelas del fútbol. Paralelamente, que funcione la formalización de los de abajo en espacios donde sea ambientalmente factible, porque de lo único que es culpable el pueblo informal es de su terca voluntad de vivir.



JOSE MARIA SALCEDO Y EL FANTASMA DE LA FELICIDAD

http://www.elmercuriodigital.net/2012/04/ruidos-y-silencios-de-jose-maria.html
http://www.elperuano.pe/Edicion/noticia-el-fantasma-de-felicidad-41290.aspx
Ruidos y Silencios de José María Salcedo
Jorge  Zavaleta Alegre. Cambio16, Madrid
Lima. El reciente informe de las Naciones Unidas sobre la Felicidad no debe sorprender a  los países como el Perú, donde la guerra civil ha sido una constante histórica, alentada casi siempre desde fuera, inclusive entre las comunidades más antiguas que habitan en la geografía de los andes.
JMS,, Los Ruidos, su reciente libro
 Hay literatura de alta calidad sobre este tema, ocultada por los  “tradicionales dueños” del país, que crearon una engañosa sociología del hombre latinoamericano, como una imagen estática  ligada al paisaje, prototipo de todos los males sociales, de su  pereza y escasa imaginación.
José María Salcedo, natural de Bilbao,  llegó a Lima en 1951, a los cinco años de edad,  en compañía de sus padres. El es un notable escritor, autor de numerosos ensayos, libros, documentales, películas (Ashánnika y Amazónico soy) y programas de radio y televisión (conductor de RPP, la principal emisora del Perú) que  nos explican las razones de un Perú marcado por la tristeza, la angustia, la urgencia y la desesperanza. Y al mismo tiempo  por la voluntad férrea para superar  la agresión del paisaje y de un Estado distante de la inmensa y laboriosa  mayoría que extrae la riqueza  natural de El Dorado para la exportación.
Ruidos, Editorial Tierra Nueva-Iquitos, es la más reciente obra de José María Salcedo, donde el autor es atrapado por el fantasma del ruido, una forma de tinnitus o acúfenos  que lo acompañará hasta el fin de sus días. “Cuando más siento esos fantasmas sonoros es cuando el silencio me rodea”.         
Tal expresión es una metáfora presente en cada una de las páginas, al igual que en sus anteriores entregas   

“El Libro de las sospechas”  o “El vuelo de la bala” sobre los secretos del poder. Es una síntesis de las múltiples vivencias recogidas de todas las regiones del país y de múltiples visitas a ciudades de  los cinco continentes, particularmente de Tayikistán (1987)  cerca de las fronteras de Afganistán, en  la entonces república soviética, que motiva la carátula de Ruidos: un musulmán que se cubre los oídos para llamar a los fieles de la mezquita, mientras el autor  graba  el mensaje (Foto Carlos Domínguez).
Esa experiencia soviética de 60 años de socialismo frustrante, la traslada a la comunidad de Uchuraccay, desde donde se extendió una guerra civil entre comuneros, alentados por  la violencia senderista y el  militarismo.
No hay página que no atrape al lector.  El barrio de los tres niños es una recreación de su infancia en Miraflores, cuando tenía dos amigos ayacuchanos, amistad cuestionada por una vecina. Recuerda a su madre con una frase eterna: “Debí  escribirle menos y abrazarla más”, destacando el estoicismo  y la abnegación de su padre cuidándola las 24 horas del día.
Otras páginas, igualmente valiosas nos hablan del  ciego que busca a su amigo José María Arguedas, de la violencia y los medios de comunicación desde el  vientre de la ballena, cincuenta años de choledad  en diez escenas, la irónica sonrisa de un periodista en verso, al inventor de la papa quieren darle papas fritas, su pasión por el fútbol y  el container de la muerte que describe el drama de la migración.