A Sandra y Freddy, renovando a Hipócrates
Jorge Zavaleta Alegre
Si casi todos los negocios del mundo sufren hoy una reducción del
mercado, no ocurre con las mascotas, cuya infinita función social, está demostrando un
valor que, inclusive, va más de lo que pueden ofrecer las familias más sólidas
y prósperas y de los siempre condenados
del planeta.
Quienes están interesados en adquirir
una mascota, este mayo 2020 tendrán que
esperar el próximo año. La industria canina está preparada para tener más
mascotas que bebés. Se puede afirmar que en los autoservicios, el espacio
dedicado a estos canes de compañía, es el
doble que el destinado a los
niños.
En el caso de los canes Labradores, su contribución en la terapia de los niños
autistas no tiene precio. Por ejemplo, en el Hospital Gregorio Marañón
de Madrid, la psiquiatra Abigael Huertas revela que cuando los menores ingresan a las sesiones de terapia, las sesiones son más asequibles a la acción
médica, niños más calmados, menos ansiosos y la
relación con el profesional es
más rica y efectiva.
Las mascotas reciben adiestramiento y
tienen ingreso libre en los centros de
salud, sobre todo en lugares de atención
pediátrica donde los niños juegan con
mucha alegría. Son las médicos los primeros en recetar la adquisición del “mejor amigo
del hombre”. La compañía para los
ancianos y personas de cualquier edad, es
una actividad en crecimiento y cada día
se extiende, en la medida que la familia
se moviliza por trabajo o tiene que ausentarse. Los asilos tampoco crecen mucho,
porque las tarifas de residencia están cerca del cielo.
La industria de la Mascota ha
generado el año pasado y en los cuatro
meses del 2019, la suma de 99.0 billones de dólares, solo en los EEUU. Los
rubros más exigentes: alimentación, medicinas y vitaminas, accesorios como
correas, juguetes y estética.
El caso del Bichon Frise,
cuyo origen se atribuye Tenerife, tiene
un promedio de vida de 12 a 15 años, y
entre sus principales cualidades figuran: cariñoso, alegre, sensible, juguetón
y gentil. No tiene fama de ladrador, y
su pelo es un atractivo y tarea de centros de belleza, esparcimiento…
Las mascotas participan en la
propaganda comercial, incluyendo a los dueños. Ya existe, inclusive, cerveza
para perros. El amor por esta fauna, puede hacer relaciones más fuertes con sus
clientes, un estilo de vida saludable.
Los orígenes del hombre
americano, revelan que el perro y el zorro, son especies parecidas que convivieron muy de cerca. El Chihuahua, en México es parte de la fauna regional. El perro chino o peruano tiene la piel liza, sin pelos. Los museos de Sipán en Chiclayo,
cerca a la frontera con Ecuador, indican que el can de estas tierras andinas tiene
“displasia citodérmica hipodrófica”, trastorno
genético, que impide el
crecimiento de pelo, diente, pie y/o algunas glándulas.
Volvemos a los efectos de la actual pandemia, que ha conducido a un
obligado reencuentro de la Familia, Y la
necesidad de incorporar al hogar la mascota, sobre todo para los ancianos, que
no tienen protección social, o los menores que no van a la escuela.
Las mascotas en las grandes urbes latinoamericanas, son espacios
fracturados, porque en lo que va del
siglo, el libre mercado ha traslado
hábitos del N moderno al S. Cada día existe más dependencia, empezando por el
traslape de formas de vida, incluyendo la compañía de una mascota. Pero las casas, al no tener jardines ni áreas verdes vecinas, la crianza de la mascota deriva al uso inadecuado de los pocos parques.
Otra estampa cotidiana se aprecia en
los andes. Los campesinos suelen caminar
siempre acompañados de uno o varios perros que colaboran con el traslado
de las ovejas, vacunos, ovejas, llamas, alpacas a los mercados de ciudades como
Cusco, Puno. En el altiplano con Bolivia es el mismo paisaje. Las normas
higiénicas son totalmente diferentes a la costa del Pacífico.
Poco a poco, el valor de un animal,
se ha convertido, como las antiguas palomas mensajeras, en una especie
muy valorada por el citadino, donde el migrante llega también con sus perros, gatos, cuyes y costumbres ancestrales. No es extraño
que la relación de los migrantes de ayer
son críticos de las costumbres
aborígenes, y aparecen murallas que limitan la inevitable integración humana. Los pueblos pequeños, como Huaylas en el corazón de los nevados del Huascarán, Huandoy, Alpamayo....la Familia es la expresión que construyó generaciones que aman la vida.
A Porfiria, Elena, Amelia, Hélida, Rosa Amelia, Virginia, Isabel, Sara...y los descendientes de una ejemplar familia, cuya migración sigue uniendo corazones. Mas aún hoy que el Apcalipsis invade a los olvidados de la tierra...
Valga la ocasión para recordar al
germano Franz Kafka que dejó más de un
libro sobre la ciudad de todos y para todos, en su ensayo sobre los animales en
el idílico Valle de Oklahoma, imagina a los Estados Unidos, una tierra de oportunidades. Pero, con el tiempo es cada vez más difícil encontrar ese futuro diferente. Las fronteras reales o
imaginarias distancian el sueño de una
patria grande. Coronavirus, demuestra
que los más débiles van siendo
contaminados…Las fronteras van
cerrándose cada vez más. El Apocalipsis bíblico está en nuestras narices.
Y en medio de esta pandemia, la sensibilidad social se traduce con
un mayor reconocimiento a los animales,
como las mascotas. Por ejemplo, el Banco
de Comida para mascotas en Frederick
County, Maryland, muy cerca de la capital norteamericana, se provee comida para mascotas que estén siendo
afectados por el COV2020 o con problemas financieros que limiten la armoniosa
relación can - amo. La solidaridad
amanece con nuevos matices.
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Papel de Arbol , fundado en 1992 en Lima. desde 2017 se edita en Emmitsburg. MA, EU.
Asociado a Diario16 y El Mercurio Digital de España
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Papel de Arbol , fundado en 1992 en Lima. desde 2017 se edita en Emmitsburg. MA, EU.
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