Manuel Romero Caro,
Economista, docente, asesor internacional, ex ministro de Estado en Integracion y Comercio Exterior, presidente de la Comision de la Camara de Comercio de Lima contra la corrupcion publica.
Uno de los argumentos utilizados por las constructoras brasileras para apurar la firma de los contratos de sus obras era la necesidad de cerrar lo más rápidamente posible la brecha de infraestructura. Lográndose de esta manera el compromiso de ejecución de las más diversas obras, muchas veces sin tener los estudios de pre inversión completos; con todas las nefastas consecuencias que de esto se derivan. Lo que originaba un deterioro de la calidad para lograr un supuesto aumento de la cantidad.
Algo de esta manera de pensar es lo que está detrás de la exagerada publicidad que reciben los porcentajes de ejecución presupuestal de los 3 niveles de gobierno (nacional, regional y local) . La idea implícita es que a mayor porcentaje de ejecución presupuestal, mayor “eficiencia”. Lo que es un incentivo para que se gaste lo más rápidamente posible, en perjuicio de la calidad de las inversiones. Llegándose al extremo que en los últimos cuatro días del 2019 se ejecutó el 10% de lo invertido en todo ese año(S/ 3,214 millones). Y si bien es una costumbre que se gaste más en los últimos días del año, este año se ha llegado a los extremos señalados. Afectando severamente la calidad de lo invertido. Y este enfoque sobre la inversión pública está deteriorando aún más la calidad de los servicios públicos.
En todo caso el gobierno debería de elaborar un conjunto de indicadores que ayuden a superar los problemas de calidad encontrados, ya que el presupuesto por resultados también tiene sus problemas. Otro aspecto vinculado a esta problemática es que con las negativas experiencias del caso Lava Jato Peruano (LJP), las inversiones del sector público entraron en una suerte de parálisis de la que le está costando trabajo superarla. Es que inicialmente los proyectos de infraestructura se llevaban a cabo a través de obras públicas, con todos los defectos conocidos, entre los cuales no estaba ausente la corrupción en diversos casos. Posteriormente legaron las Asociaciones Público Privadas (APPs), las cuales fueron acogidas con entusiasmo. Sin embargo el huracán LJP y las negativas experiencias registradas inhibieron a los gobiernos a seguir utilizando esta modalidad.
Posteriormente llegó la experiencia de los Panamericanos, de los proyectos de infraestructura encargados al Proyecto Especial Lima 2019. A través de la modalidad de Gobierno a Gobierno (G2G). Experiencia que resultó positiva. Por lo que el gobierno ha decidido volver a experimentarla en la reconstrucción del Norte. Sin embargo hay que tener en cuenta los problemas de dicha alternativa (Leer mi artículo Panamericanos : proyecto exitoso pero irrepetible del 07.05.19). Asimismo en la reconstrucción del norte el gobierno ha decidido hacer uso de los convenios internacionales para ejecutar las obras pendientes. Para lo que se han constituido “paquetes” para los diversos tipos de obras a realizar. Es así que se ejecutarán obras de prevención en 17 cuencas, 5 quebradas y 7 drenajes pluviales de la costa.
También se construirán 16 centros de salud y 74 instituciones educativas estatales dañadas por el fenómeno del Niño. Para lo que se ha invitado a los gobiernos de Reino Unido, Alemania, Suecia, Francia y Japón, por su experiencia en reconstrucción en catástrofes similares. Otro factor importante para asegurar la buena marcha de este tipo de inversiones es la selección de un gerente del proyecto de clase mundial (POM). Sin embargo es importante que el gobierno vuelva a experimentar con las APPs, obviamente sin las distorsiones experimentadas en los proyectos del LJP. En este sentido ProInversión acaba de anunciar que el gobierno planea adjudicar 13 proyectos vía APPs por US$ 2,344 millones al 2021. Esperamos que en esta oportunidad sean exitosos, para lo cual la distribución de riesgos debe de ajustarse a lo establecido internacionalmente.
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