El machismo y la defensa del patriarcado que se está haciendo desde algunos sectores políticos que han asumido como propios los valores ultras de Vox están generando un escenario en el que se está queriendo asimilar la situación de la censura en Madrid u Oviedo con la situación de Bilbao en referencia a C. Tangana
Por Manuel Domínguez Moreno / José Antonio Gómez - 09/08/2019
No es lo mismo y no se pueden hacer comparaciones a dos hechos que tienen una raíz totalmente distinta. No es la misma situación la que se está dando con los cantantes de la izquierda o que defienden el feminismo que lo ocurrido con el rapero C. Tangana en Bilbao, donde la lucha por la igualdad y el feminismo ha logrado una nueva victoria sobre la intolerancia y el machismo al cancelar el Ayuntamiento el contrato con el cantante madrileño.
En el primer caso nos encontramos con una cuestión ideológica. Los partidos del trifachito de Madrid han cancelado las actuaciones de cantantes progresistas como Luis Pastor o de Def Con Dos. Hay que recordar que el propio Partido Popular, en un comunicado, afirmó que «Madrid es una ciudad abierta que valora y protege la convivencia y la tolerancia. Por ello, el Gobierno Municipal no avalará actitudes que fomentan el odio y el ensañamiento con los que más han sufrido». Y en un tuit que posteriormente fue borrado insitió en el asunto dándole, además, un matiz partidista al afirmar que el Ayuntamiento de Madrid no contrataría a artistas cercanos a Podemos.
El efecto Vox ya empieza a notarse en el nuevo Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida. Se empieza prohibiendo la contratación de cantantes de izquierda y…, ¿dónde se termina? ¿A qué se refiere el tuit cuando habla de «grupos afines a Podemos»? ¿Lo siguiente será la prohibición de contratar a grupos con canciones feministas o a favor de la diversidad? ¿Prohibirán también que se canten himnos del movimiento LGTBI? ¿Los homosexuales podrán cantar en las fiestas madrileñas? ¿Sólo contratarán a los que se relaciona de una u otra manera con la derecha más cuestionada como Marta Sánchez, Taburete, el ex asesor del PP de Boadilla o Los Nikis?
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La censura es un tema muy grave en un organismo público de un país democrático porque supone la prohibición de uno de los derechos fundamentales de la ciudadanía: la libertad de expresión.
La ultraderecha está ganando demasiado terreno gracias al blanqueamiento que tanto PP como Ciudadanos están aplicando. ¿Ese odio que transmite sí que estará permitido? En los años de la dictadura, se prohibió cantar a personajes como Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute, Lluis Llach, Raimon o al propio Luis Pastor, por citar algunos. Ahora, en el Madrid gobernado por el «trifachito» de la Plaza de Colón, se ha vuelto a esa época.
Sin embargo, no es el único caso, puesto que a la cantante Rozalén, un referente por sus canciones comprometidas con la lucha por la igualdad real, también se le ha cancelado en Oviedo, ciudad que gobiernan PP y Ciudadanos.
Esta situación es un ataque a la libertad de expresión y a la propia democracia. ¿Vetar a grupos o cantantes por tener ideologías diferentes a la de las tres derechas de la Plaza de Colón? ¿El trifachito pretende volver a la censura franquista? Todo indica que sí, por más que lo quieran envolver con excusas burocráticas. La realidad es que pretenden callar a la izquierda a través del veto a los artistas progresistas. ¿Quiénes serán los próximos, los actores, los cómicos, los políticos, los ciudadanos, las feministas?
Desde los sectores más ultraconservadores se está queriendo hacer un paralelismo de esta situación con lo ocurrido en Bilbao en referencia con el rapero C. Tangana o con lo sucedido años atrás con el colombiano Maluma. En este caso se le veta porque en sus canciones hay «letras musicales que son descaradamente machistas, sexistas, homófobas o racistas», ha indicado desde Elkarrekin Podemos en su petición para que el rapero se caiga del cartel de las próximas fiestas de la capital vizcaína porque, además, «reproducen la cultura de la violación».
Como bien ha dicho el concejal Xabier Jiménez, «se deberían mejorar los criterios de contratación de los grupos musicales de las fiestas, contratando grupos que cuando menos respeten los derechos fundamentales y no traten a las mujeres únicamente como objetos sexuales».
Letras de C. Tangana como «Pa mí esta mierda es fácil, tu puta me llama papi. Fácil / Hago que tu puta se empache, hago que se calle y se agache. Fácil / Rezo por la puta que te educó así. Sangre / Otra vez tu cara (puta) / Sólo me quieres si te hago mal / Ya no siento nada (vete) / Follando con otra que es igual. Na de na», podrían llegar a provocar situaciones de violaciones grupales como la sucedida en Bilbao la semana pasada. La mezcla de letras como esta mezclada con alcohol, drogas, machismo y violencia, a nadie le extrañaría que pudieran ser la causa de la violencia y los malos tratos. De aquellos barros, estos lodos. Otras canciones de los artistas vetados en Madrid por su ideología o aquella de «Africanos en Madrid» generan lo contrario: humanidad e igualdad.
Como se puede comprobar no es lo mismo. La realidad es que un país democrático no se puede permitir ni que se vete a artistas por razones ideológicas ni tampoco que las administraciones públicas contraten a músicos cuyas letras y canciones van en contra de los derechos humanos. ¿Se imaginan que un Ayuntamiento del trifachito contratara a Stormkraft, a Nordic Thunder o a Blood and Honour, conjuntos claramente nazis? Sería un verdadero escándalo, ¿verdad?
La petición para que no se contrate a C. Tangana o el veto sufrido por el colombiano Maluma hace un par de años es un ejercicio de lógica. No es censura, es defender los valores de la igualdad real, del feminismo, y de los derechos de las mujeres. Al igual que es denunciable el acoso a una mujer o la instrumentalización de su cuerpo, lo mismo se puede aplicar a los mismos actos si vienen a través de una canción.
Estamos viendo cómo las violaciones grupales se están extendiendo como una plaga por el país. Ha habido ayuntamientos que, para proteger a las jóvenes, han puesto un servicio de la Policía Municipal para que las escolte a su casa o rutas de autobuses que las deja en el portal y que no se va hasta que la chica avisa de que ya está en su domicilio. ¿Cómo hemos llegado a esto? Sólo tiene la explicación de que la reacción del machismo y de los defensores del patriarcado está siendo muy violenta porque ven amenazados sus privilegios de… ¿qué privilegios? ¿El sometimiento de la mujer es un privilegio del hombre? ¿Estamos en eso todavía? Pues parece ser que sí.
Los alcaldes y alcaldesas de España, sean del partido que sean, han jurado o prometido defender la Constitución y el machismo o la apología del machismo es contraria a nuestra Carta Magna y a los principios de la igualdad. Por eso, el Ayuntamiento de Bilbao, como lo hicieron hace años otros consistorios en referencia a Maluma, estarán actuando en base a su juramento o promesa si, finalmente, C. Tangana se cae del cartel de las fiestas bilbaínas.
Manuel Domínguez Moreno
Periodista, escritor, sociólogo, politólogo y perito en procesos de paz a nivel nacional e internacional, pero sobre todo ciudadano del mundo, soñador de otro mundo posible y humano, muy humano…
José Antonio Gómez
Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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