Entre truenos y relámpagos persiste el racismo.....

Se aleja el invierno y se impulsa el calor por la nueva elección presidencial  de los  EEUU.   La mayoría aspira un préstamo a la felicidad, y varios candidatos demócratas han dado un salto temprano para participar el  2020, esperando que un gran número de candidatos compitan para enfrentarse al gobernante Donald Trump cuando se postule para la reelección.

En este contexto recobra actualidad la guerra entre España y Estados Unidos de 1898, que   acabó con el dominio de las tres últimas colonias del  vasto  imperio Español  – Filipinas,  Puerto  Rico y Cuba  -, y ahora  recupera elementos para  la tormenta sutil o directa de ultra conservadores  que tratan de profundizar las diferencias en  el Siglo XXI,  enfatizando  elementos  raciales.
Según esa  tendencia, América Latina  no debe  ser vista  como la unidad territorial hispano hablante, sino por indicadores relacionados, en primer orden  por  raza, procedencia  e  ingreso per cápita.
De  Ciudad de México, Medellín, Montevideo y Quito,  ciudades que integran la Coalición Latinoamericana y Caribeña de Ciudades contra el Racismo, la Discriminación y la Xenofobia, proviene su compromiso para encontrar soluciones con  políticas públicas inclusivas que mejoren  las vidas de todos y todas sin importar origen, etnia, raza, género u orientación sexual.
América Latina es una de las regiones con mayor desigualdad del mundo y, sin embargo, las acciones de política pública  en nuestra región frecuentemente se han quedado cortas para subsanar las grandes brechas socioeconómicas de los más vulnerables. Pero la responsabilidad no debe caer exclusivamente sobre los gobiernos nacionales. Las ciudades son el principal espacio donde se juntan y conviven día a día personas diversas, según voceros  de esta organización.
Algunos datos revelan que  9% de la población de Quito  y 13% de Montevideo,  se auto identifica como afrodescendiente y perteneciente a un pueblo indígena. Medellín y Montevideo, 7.2% y el 3.3% de la población son migrantes. La fuente de estos  estudios  iniciales  son financiados por Banco Interamericano de Desarrollo, con sede en Washington. El fin  es promover la inclusión y combatir la discriminación, explica Marco Rojas Lomelín, investigador  del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y la Universidad de Harvard.
Estados Unidos está cambiando. Lo lleva haciendo mucho años, pero la tendencia se ha recrudecido durante la última década. Aún es un país dominado de forma predominante por hombres blancos, anglosajones y protestantes, pero eso está a punto de cambiar: “Ya nacen más niños hijos de grupos étnicos minoritarios que niños hijos de blancos, afirmdodoa Mohorte, Editor en Magnet, quien  habla de  que  EEUUU nos lleva a la vida digital,  un mundo fascinante para intercambiar información sobre Política, Economía, Feminismo, Mapas, Ciudades, Sexualidad, Bandas sonoras, Herejías Gastronómicas: “La interrogante  que hoy adquiere tonos más altos es:  ¿el largo dominio del hombre blanco está llegando a  su fin?
En el breve plazo de cincuenta años, se esperaba que hubiera 100 millones de norteamericanos más viviendo en Estados Unidos: de los 319 millones actuales se pasaba a los 417 millones cinco décadas más tarde. Una evolución notoria, habida cuenta del progresivo descenso de la natalidad.
Este es un punto importante. Al igual que en otros países europeos, las tasas de natalidad entre los grupos étnicos mayoritarios han descendido.
.Para 2044,  está previsto que más de la mitad de los americanos pertenezcan a alguna clase de minoría racial y para 2060 un quinto de la población total del país habrá nacido fuera de las fronteras del mismo.
Cabe indicar que la población  asiática,  pasará del 5,2% actual,  al 9,1% en 2060. La población afroamericana se mantendrá estable, en un 13% casi idéntico al de hoy.
Si los norteamericanos de origen hispano o latino van a ser predominantes, junto a los afroamericanos, en el futuro de Estados Unidos, sería lógico plantearse qué es exactamente un hispano, pero dentro del elenco de posibilidades no existe la opción de marcar la casilla “hispano” a secas, sino que es complementaria a otra raza.
El caso de los hispanos es particular, y denota la complejidad de la cuestión racial en Estados Unidos. La  raza es una construcción social que varía con el paso de las décadas y afecta más a los distintos grupos étnicos blancos. No forman una masa homogénea de orígenes comunes.
The Economist señala que  la auténtica minoría mayoritaria de Estados Unidos no son los hispanos ni los afroamericanos, sino los blancos de origen alemán. Casi 50 millones de ciudadanos norteamericanos encuentran su ascendencia en Alemania, aunque su proceso de adaptación haya sido tan profundo que su huella germana haya quedado totalmente borrada del imaginario cultural estadounidense.
Históricamente, México fue considerado como país destino de grupos que fueron obligados a emigrar de sus países. Gracias a una política de apertura a la inmigración, desde el siglo XIX México ha recibido a miles de personas de todo el mundo que, por diferentes causas, dejaron o debieron dejar sus hogares.
Hoy, la crisis del capitalismo y de la globalización exalta los nacionalismos y cobran fuerza las ideas de quienes se oponen a compartir el mundo con el “otro”, los aparentemente diferentes.
Algunos lo explican por el hecho de que más jóvenes se forman en empleos de alta cualificación mientras que los índices de retiro laboral de los baby boomers, muchos de ellos tradicional clase trabajadora, son altísimos y van a seguir creciendo.
¿Qué ha pasado con el poder adquisitivo de los trabajadores en los últimos 50 años? Parte de la sorpresa viene por el discurso oficial. Nos decían que los robots incentivarían la destrucción neta de empleo. La experiencia en áreas como los cajeros de supermercado, que supuestamente iban a ser reemplazados por cajas automáticas y que se han revelado un fracaso, contrarían esta idea.  “Antiinmigrantes, tenemos que hablar”: es el mensaje de medios como New York Times o Bloomberg, entre otros,  preocupados por la competitividad en el sistema.
El desastre del 98 es el nombre con el que se denomina la pérdida por parte de España de sus últimos territorios en Asia y América, tras ser contundentemente derrotada, en el año 1898, por una potencia emergente, y con ganas de expandirse internacionalmente, como era los Estados Unidos de América. La humillante derrota causó en España un gran descontento y dio lugar a la aparición de una visión cultural muy crítica con la política y la sociedad del país.
Lo que pasó a la Historia como “Desastre del 98”, generó en España una sensación de humillación y derrota que marcará profundamente a las siguientes generaciones. La necesidad de modernización y democratización del país se convirtió en un clamor progresivo que finalmente conseguirá triunfar en 1931, con la implantación de la Segunda República (1931-1939).  El precio del colonialismo siempre ha sido la sangre de los inocentes, analizan  mundo sputniknews  y la revista Historia,   al presentar la independencia de  España y el vínculo con EEUU.
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