Papel de Arbol

jueves, 7 de febrero de 2019

La ciudad bajo el mar

https://www.elmercuriodigital.net/2019/02/la-ciudad-bajo-el-mar.html
EL MERCURIODIGITAL DE  ESPAÑA

Jorge Zavaleta Alegre

La comunidad más pequeña del mundo va tomando conciencia que cuidar nuestros recursos naturales es asegurar la vida del planeta. 

Un  referente,  es el  esfuerzo de algunas instituciones y personas individuales que  ponen empeño en  que los Estados  en lugar de elevar la creciente sustracción de los presupuestos en cemento y hierro en generosos  contratos con organizaciones empresariales de dudosa o comprobada actuación delictiva, vuelquen  su horizonte a la  Educación y la  Cultura.

Por ejemplo el Perú, anuncia con excepcional  interés un programa para conmemorar   los 200 años de vida republicana, cuando la Educación revela un grado extremo  de atraso  secular en América Latina.   Brasil y Argentina son los países que más gasto público en educación realizan. Perú y República Dominicana, los últimos de la lista.

Una reflexión de este oscuro horizonte, nos ofrece, como primer estreno en Lima de “La ciudad bajo el mar” con la participación del Coro Nacional de Niños  y la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario.

La historia y libretos que pertenecen a la escritora Maritza Núñez Bejarano y la música original al compositor ancashino Nilo Velarde, de esa Región cuyo  nevados disputan altura por efectos del cambio climático. La puesta en escena es dirigida por Jean Pierre Gamarra,  protagonizada por niños-corales que habitan la ciudad de Meriterras, criaturas marinas que renacen cada 25 años y permanecen despiertas solamente 37 horas antes de volver a su estado de hibernación.

Los personajes tienen apariencia humana, poseen aletas y cabelleras con rizos. Viven bajo el agua, pero su sistema respiratorio les permite salir a la superficie un máximo de seis horas. “Todos se comunican utilizando su lenguaje natural, pero pueden entender perfectamente a los niños de la Tierra y a ciertos adultos con la sensibilidad y profundidad emocional de un pequeño”.

El renacimiento de los niños-corales, como una inteligencia emergente del planeta, se altera por la contaminación del aire y el agua. Su misterioso proceso de preservación es interrumpido y muchos quedan atrapados en masas de plástico. Uno de ellos, en un hecho insólito y sin precedentes, no consigue despertar.

La obra teatral alarma, duele el corazón porque provoca desaliento en el espíritu y la mente de los amantes del  teatro. En esta situación de emergencia deciden no salir a la superficie, con excepción de Elis, quien inicia una arriesgada aventura con “Hugo” y “Alejandra” para crear un puente entre los habitantes de Meriterras y la población infantil del mundo. 

Los fantásticos personajes son representados por integrantes del Coro Nacional de Niños, elenco dirigido por Mónica Canales; y algunos solistas del Coro Nacional. La música es interpretada en vivo por la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario, liderada por el maestro Pablo Sabat.

“La ciudad bajo el mar” es auspiciada por la Delegación de la Unión Europea en Perú, con el apoyo del Patronato Pro-Coro Nacional de Niños. 

Hablemos de Maritza Núñez, poeta, narradora, dramaturga, libretista de óperas y directora de coros,  nació en Lima. Estudió dirección coral en el Instituto Musical Pedagógico Gnesin de Moscú, obteniendo el grado de Master of Arts en Dirección Coral y Pedagogía Musical en 1986. Ha realizado estudios de teatro en la Universidad de Helsinki, en la Escuela Superior de Teatro de Helsinki y la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga. Es miembro de la Unión de Dramaturgos de Finlandia, del Pen Club de Finlandia y de Perú, de la Sociedad de Autores de Finlandia (TEOSTO), y de la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE).
https://maritzanunezbejarano.blogspot.com/

EL ESTADO PASIVO 

La ciudad bajo el mar, nos lleva, nos obliga a remarcar que la bibliografía oficialista indica que el gasto social en América Latina y el Caribe va en aumento desde hace ya algunos años.  Pero no aparecen  avances notables.

Con más realismo, Oxfam publica  que en Latinoamérica las mujeres dedican en promedio 38 horas semanales al cuidado de adultos mayores, parientes enfermos, niños y limpieza del hogar de manera gratuita, mientras que los hombres solo invierten 16 horas.

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI-Perú) realizó un estudio de brechas de género donde confirma que una de las afectaciones a la independencia y desarrollo económico de la mujer es el trabajo no remunerado: mientras los hombres dedican 15 horas a la semana a actividades domésticas sin sueldo, las mujeres destinan 39 horas; situación más aguda en el área rural y en la selva. La mayor brecha en esta carga laboral se da entre las mujeres de 18 a 49 años de edad-

El sesgo oficialista de “Pulso Social de América Latina y el Caribe 2016: realidades y perspectivas#, refiere que no obstante las diferencias considerables en inversión pública educativa entre los distintos países que evalúa (22 en total), confirma que la mitad del gasto social va dedicado a salud y a educación. Además, muestra una tendencia, aunque lenta, al alza, con un aumento que pasa del 7% en 1995 a un 10% en 2013.

Pero no informa que la fortuna de 26 personas equivale a los ingresos de 3.800 millones de pobres en el mundo. El informe de Oxfam en el Foro Económico de Davos alerta sobre el aumento de la desigualdad en el mundo y advierte que la riqueza desmedida se sostiene también en los trabajos no remunerados que se les asigna a las mujeres, según comenta Elizabeth Salazar Vega, en OjoPúblico.

El estudio advierte que la riqueza extrema se logra a costa del trabajo precario y sin pago que, en su mayoría, asumen las mujeres.

Entre el 2017 y el 2018 la fortuna de una élite de personas alrededor de todo el mundo se incrementó en 900.000 millones de dólares, mientras que la riqueza de la población más pobre se redujo en un 11%. Actualmente 26 personas acumulan la misma cantidad de dinero que lo que poseen 3.800 millones pobres extremos en todo el mundo. La cifra revela el aumento de la brecha de inequidad, pues el año anterior el número de privilegiados era 43. En tanto, en América Latina y el Caribe la fortuna de los milmillonarios aumentó en un 10%, pues facturaron unos 36.000 millones de dólares adicionales.

El economista Marcel Ramírez, Gerente General de TaxAction Consulting y docente de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, sostiene que en el Perú la inequidad de la riqueza empieza en la distribución de la carga tributaria, pues más del 50% de lo que el Estado recauda proviene de impuestos al consumo, que afecta a todos; y un porcentaje menor grava directamente el patrimonio o la riqueza, que impacta en los más ricos.

“Esto, sumado a la elusión y evasión fiscal, nos muestra que quienes tienen mayores ingresos soportan una menor carga tributaria. En los Panama Papers vemos que las rentas se trasladaban a otros países, según la conveniencia, para eludir el pago de impuestos. Se afirma  y se busca alertar que estas inequidades y cómo los que acumulan más ingresos lo hacen aprovechando la mano de obra sub remunerada”

 Oxfam también advierte que esta riqueza desmedida se logra a costa del trabajo riesgoso y mal pagado que se asigna a terceros; una pirámide de inequidad donde las mujeres son las que ocupan el mayor porcentaje de empleos precarios y no remunerados y que, según la organización, podrían calcularse en unos 10 billones de dólares no solventados.

Para concluir sobre  el valor de la obra  teatral “La ciudad debajo del mar”, nos  recuerda el comentario del  Nobel  Saramago, quien en un lleno  del zoom de la  Universidad  de Lima, comentó  que va  en  aumento el consumo  del hombre de carne humana. Se refería a que la creciente migración del África a la vieja y opulenta Europa, termina en la mayoría de casos por  naufragio en los mares y de los cadáveres se alimentan los peces y estos son alimento preciado de paladares  exquisitos…

El drama  es tan similar  para los latinoamericanos que intentan migrar a los EEUU y se encuentran no solo con  terrenos minados  sino con un muro  de  siete mil kilómetros, proyecto  que el presidente republicano Trump se empeña en hacer  realidad, con un presupuesto alzado en cinco  veces para beneficiar a las empresas constructoras. 

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