Papel de Arbol

sábado, 30 de agosto de 2014

El VALOR DE LA PRENSA LOCAL


Jorge   Zavaleta  Alegre
Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el cielo, que van por el aire dormido engullendo mundos.


Esta reflexión pertenece a José  Martí,  el  poeta cubano que entre   1853 y 1895,  nos hizo ver aquello  que quede de aldea en América ha  despertar, con las trincheras de ideas que valen más que trincheras de piedra.

La revista Prensa Ancashina  celebra sus 34 años de vida: En la foto: Jorge Zavaleta, Hermana de Alicia, Alicia Bravo (Codirectora), Luz Figueroa, Genoveva Herbias, Lorgio Guibovich, Lolo Melendez, Haydee Cortez y Luis Flores,
Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos.  Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.

En el Renacimiento, con el cambio de paradigmas que comienza a tener lugar en ese momento histórico de la humanidad, la noción de la realidad va variando.

El pensamiento político es el reflejo de las luchas de poder que estructuran toda sociedad, y que le dan su dinámica. Lo que la gran mayoría piensa, o más correctamente repite en términos políticos-ideológicos, cada vez más proviene de esos medios comunicacionales.

La televisión es un ejemplo de “diosa todopoderosa” en la comunicación. Pero ya con varias décadas de desarrollo parece que ninguno de estos ideales se ha realizado (quizá a través de ningún medio sucedió, pero con la televisión menos aún).

Para mantener la atención, el negocio televisivo transforma 
todo lo que trata en espectáculo, en show, para decirlo en la lengua dominante. El discurso político, el conocimiento, el conflicto, el temor, la muerte, la guerra, el sexo, la destrucción pasan a ser fundamentalmente espectáculo, comedia, show farandulesco.

La cultura audiovisual que la televisión, y hoy día los otros medios digitales han ido creando una cultura donde se invierte la evolución de lo sensible a lo inteligible, alterando la relación entre entender y ver, distorsionando en buena medida la comprensión del mundo, dificultando la capacidad de abstracción, y por tanto, de actuar sobre la realidad. La humanidad no es “más tonta” desde que ve televisión, sin dudas; pero es más manejable, más manipulable. El primado de la imagen lo permite.

Vale aclarar muy enfáticamente que la “culpa” de los males del mundo no es de la televisión ni de los medios de comunicación en general, de esta tendencia al consumo de imágenes, de los medios digitales. También la televisión, o los medios de comunicación en general, pueden ser un arma liberadora.

“En la sociedad actual el rumbo lo marca la suma de apoyo individual de millones de ciudadanos incoordinados que caen fácilmente en el radio de acción de personalidades magnéticas y atractivas, quienes explotan de modo efectivo las técnicas más eficientes para manipular las emociones y controlar la razón”.

En los años 60 del pasado siglo el padre de la semiótica, el italiano Umberto Eco, decía que “quien detente los medios de comunicación detentará el poder”. Evidentemente, no se equivocaba.

El actual mundo globalizado, la “aldea global” como se le ha dado en llamar (McLuhan), en forma creciente es regido por un pensamiento único.

Esa globalización que se vive actualmente (económica, política y cultural) es el caldo de cultivo donde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación son el sistema circulatorio que la sostiene, haciendo parte vital de la nueva economía global centrada básicamente en la comunicación virtual, en la inteligencia artificial y en el conocimiento como principal recurso, todo lo cual permite el nuevo capitalismo financiero, hiper concentrado en poquísimas manos, superando a los Estado-nación modernos.

No está demostrado que por el hecho de utilizar alguna de las nuevas tecnologías digitales se elimine automáticamente la exclusión social o se termine con la pobreza crónica.

Lo que sí hace la diferencia es la capacidad que una población pueda tener para aprovechar creativamente estas nuevas formas culturales.

Sin dudas, el rol de los medios abre interrogantes sobre su aporte a la consolidación de la democracia genuina. Es  aquí donde reside  la  prensa escrita y las revistas regionales y locales, que nos acerca a nuestra  realidad  inmediata cercana,  asumiendo con coraje lo que  significa  convencer y llegar  al a aldeano  vanidoso  que  aun existe y se refuerza o recicla con su información  global.

Postulamos  siguiendo  el  Pensamiento  Complejo deEdgar Moran una educación que garantice el conocimiento pertinente, potenciando  la idea de una educación que promueva la “inteligencia general” dotada de sensibilidad ante el contexto o la globalidad y que a su vez pueda referirse a lo multidimensional y a la interactividad compleja de los elementos.

Una educación que enseñe la condición humana. La  humanidad debe reconocerse en su humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural implícita en todo lo humano.

Una educación que enseñe la identidad terrenal. Es  fundamental en la educación de hoy y del futuro, el desarrollo de un auténtico sentimiento de pertenencia a nuestra tierra,  de local a lo global  y viceversa es imprescindible para el desarrollo de la conciencia antropológica, ecológica, cívica y espiritual.

La educación del futuro deberá asumir un compromiso sin requiebres con la democracia, porque sólo en la democracia abierta se puede realizar la comprensión a escala planetaria entre pueblos y culturas.

Hay siete saberes «fundamentales» que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna, ni rechazo según los usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura.

Los siete saberes necesarios. Las cegueras del conocimiento superar  el error y la ilusión. Es necesario introducir y desarrollar en la educación el estudio de las características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento humano, de sus procesos y modalidades, de las disposiciones tanto psíquicas como culturales que permiten arriesgar el error o la ilusión.

Enseñar la condición humana.  El ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas y que imposibilita aprender lo que significa ser “humano”.

Enseñar la identidad terrenal.   Enfrentar las incertidumbres. Las ciencias nos han hecho adquirir muchas certezas, pero de la misma manera nos han revelado, en el siglo XX, innumerables campos de incertidumbre. Enseñar la comprensión. La educación debe conducir a la condición humana, que es el de individuo <-> sociedad <-> especie.

La ética no se podría enseñar con lecciones de moral.  Así, la condición humana debería ser objeto esencial de cualquier educación.  Medios como  Prensa Ancashina y todos aquellos oriundos de los lugares mas remotos de  los  ANDES  o de la AMAZONIA,  tenemos  el honroso  compromiso  de  defender  nuestra cultura, nuestros  saberes, y  eliminar esas añejas taras  del  racismo y el  fraccionamiento que aún persiste sobre todo entre los que vivimos  en un espacio  de esa  cadena de  montañas que se yerguen desde La Patagonia y hasta  el  Rio  Bravo, pasando por el distrito Santo  Toribio  del  Callejón de Huaylas  y Corongo,  tierras donde  nacieron Alicia  Bravo  Mejia,  Lucio Pinedo y su familia que han construido una  solida  tribuna que es la Revista Prensa  Ancashina  y que nos permite tener esta  reunión  fraterma.

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