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La Unión Europea y la Cámara Nórdica organizaron en Lima un encuentro entre Mario Vargas Llosa y cuatro de sus más cercanos amigos, para contar, con pequeñas anécdotas, lo ocurrido en Estocolmo, antes y después de la entrega del Nobel de Literatura 2010 por la Academia Sueca. Escuchaban atentos los más notorios personajes de la Ciudad de los virreyes.
El pintor Fernando Szyszlo reveló haber recuperado de la chaqueta de gala alquilada, las tarjetas de crédito y algunos cientos de euros olvidados en los bolsillos del frac, y que le fueron devueltos a su casa de Barranco, por la cónsul peruana, quien nunca antes en su vida había organizado reuniones de tan grande dimensión en la sede diplomática del Perú en Suecia.
El Ministro de Cultura, Juan Ossio, llegó a Estocolmo sin maletas, al igual que otras decenas de viajeros, y tuvo que comprarse un terno y otras prendas, y sobre todo unirse a las tareas que la diplomacia peruana enfrentaba en esos días; en tanto avanzaba las horas de la ceremonia central no terminaba de abotonarse la camisa especial del smoking, también alquilado.
Beatriz Merino, Defensora del Pueblo, puso en jaque al Nobel, declarado hincha del Club Universitario de Deportes, cuando lo sorprendió con una camiseta del Alianza Lima, solicitándole ser más permeable con la democracia futbolística.
Raúl Vargas, Director de Radio Programas del Perú, conductor del conversatorio, rompió el calor de la aldea, pidiéndole a MVLL un comentario sobre su condición de latinoamericano en un contexto de acelerada universalización de costumbres y conocimientos.
Mientras en Lima y otras capitales de Latinoamérica, aún subsisten facetas variopintas de cómo reconocer a sus mejores representantes del arte y la cultura; en las provincias las manifestaciones artísticas tampoco se quedan, como antes, entre cuatro paredes; trascienden las fronteras nacionales, porque recogen demandas sociales comunes a otros y grandes espacios territoriales.
Plaza de Bambamarca, sede de la Casa del Poeta Peruano |
Bambamarca, con el apoyo de sus intelectuales, va convirtiéndose en un nuevo destino turístico del circuito Noramazónico. Es el punto donde converge un collar de minas de oro y plata, en su mayor parte explotadas al margen de las leyes.
El Primer Festival de Poesía de Bambamarca, en el 2008, por iniciativa de Arnulfo Vásquez Vásquez, emitió una Declaración muy interesante y suscrita por poetas de Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Reino Unido de España, Perú, Portugal y Venezuela. Entre otros puntos exhortó a las autoridades regionales y nacionales para que se sirvan tomar medidas con carácter urgente, y evitar la destrucción del medio ambiente.
Asistimos en el presente siglo a nuevas conductas de la humanidad. La revolución en las comunicaciones y el milagro de la educación nos ofrecen algunas señales. Quienes conocimos Bambamarca y otros valles de Cajamarca en los años setenta, vemos que la educación rural iniciada por el obispo Dammert Bellido, arroja algunos buenos frutos.
La Declaración de Bambamarca expresa la innata sabiduría ecológica que motiva la participación ciudadana. El premio literario bienal «Bambamarca Voces de la Tierra» Poesía y Ensayo, sin duda dará más luces para salvar la tierra de los continuos desastres ecológicos, consecuencia del desprecio a la ciudad como morada de todos.
El mundo nos ofrece matices, y nuevas oportunidades de comunicación a los desherdados del hielo, a los pueblos remotos, que con talento plantean sus mejores propuestas por un mundo mejor.
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