Jorge Zavaleta Alegre
Semanario Cambio16, Madrid http://www.cambio16.info/en_curso/internacional.html#
En Bogotá, los jóvenes se envenenan con una nueva droga de síntesis, cuyos ingredientes son de altísimo riesgo, y que se comercializa generalmente con formas y color de corazón. La OEA recomienda profundizar estudios en Lima, Quito y La Paz y evitar su consumo.
El pueblo de Colombia vive una nueva amenaza contra la vida. No es solo la guerra civil que ya cumplió medio siglo. Tropas oficiales por cielo y tierra junto con paramilitares se enfrentan a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARCS). Carteles del narcotráfico han atravesado la estructura económica y política del país, de sus propias instituciones locales y multilaterales. Y hace un año ha sido descubierta una variante de la droga de síntesis, veneno puro, cuyo consumo es de consecuencias imprevisibles.
Todo este drama se incuba, en el marco de una presunta estabilidad económica y política pregonada por el extremismo neoliberal y con bases militares de los EEUU autorizadas por el presidente Álvaro Uribe, cuyo intento reeleccionista ha sido rechazado por su propio tribunal constitucional.
Un estudio epidemiológico andino - dado a conocer en Lima en vísperas de la Asamblea General de la OEA, por la Comunidad Andina y la Unión Europea sobre el consumo de drogas sintéticas en la población universitaria - se convierte para la Región en una preocupante voz de alerta.
El informe comparativo entre Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia, concluye, trágicamente, que este último país es el mayor centro productor de la peligrosa droga de síntesis, tragedia que plantea la urgencia de extender el diagnóstico, diseñar otra planificación y emprender otras modalidades de prevención y lucha.
Cada día, la extensión y lucha contra la droga, cuestiona la filosofía del libre mercado, y revive espacios para el debate y la necesidad de liberar el consumo de las drogas naturales, como forma de paliar este flagelo agudo y complejo. Lo más trágico es que los mismos carteles de la droga que hoy dominan la comercialización de la cocaína, originaria de Perú y Bolivia, financian y venden la novísima droga de síntesis.
¿Queríamos saber qué es lo que estaban consumiendo los universitarios de Colombia como drogas de síntesis?, se preguntó el año pasado un grupo de funcionarios del proyecto Drosican de la OEA.
La tarea epidemiológica empezó con una encuesta entre 8 mil estudiantes de 10 universidades de ese país. Y qué sorpresa, se descubrió que el 70% de esa muestra identifica al éxtasis de síntesis, como la droga de mayor reconocimiento. Le siguen las anfetaminas, LSD y metanfetaminas.
La burocracia, conceptualmente tiene información amplísima, incluso académica, sobre las drogas, tratándose del consumo del tabaco, alcohol, marihuana, inhalables, cocaína, pasta básica, base o basuco, pero aún no sobre la droga de síntesis.
Tratándose de esta última, debido a la rápida extensión y los bajos precios, las instituciones policiales y de salud comenzaron a preocuparse. Un primer estudio químico sobre el contenido de esta novísima droga configuró la hipótesis de que podría ser una peligrosa mezcla de sustancias tóxicas.
En efecto, la investigación epidemiológica, publicada en 5 volúmenes, revela que, por lo menos, en el caso de Bogotá, son falsas drogas de síntesis. Estas de por sí generan daño en el consumidor.
Las investigaciones han permitido encontrar que en esas drogas hay una mezcla de todo: LSD, medicamentos diversos, como cardiotónicos, cardiodilatadores, antiestamínicos, sustancias analgésicas y desinflamatorias. Todo se vende en el marco de las drogas de síntesis.
Profundizando la investigación, se constata que las mezclas son más complejas, van desde sustancias químicas, incluyendo droga natural hasta ampollas destinadas para el ganado vacuno. Todo esto formateado como droga de síntesis. Del total de muestras analizadas, la mayor parte no son drogas de síntesis. Es un nuevo producto.
Una razón poderosa para replantear la lucha contra esta droga es que en Europa y Estados Unidos es completamente distinta a la de Colombia. Se trata de un veneno que va a afectar el riñón, el hígado o cualquier órgano vital, incluso puede no tener un efecto psicotrópico, pero si complicaciones en el organismo, comenta un especialista tentando un breve comentario a la prensa.
En Bogotá, la Facultad de Medicina de Toxicología de la Universidad de Colombia, está a cargo de la evaluación de los posibles efectos fisiológicos de esas mezclas.
Veneno puro. Hasta el momento, los efectos precisos se desconocen. No hay literatura sobre el tema. Los primeros análisis de laboratorio indican que es una sustancia con 50% de cafeína, 20% de medicamento para el corazón, 10% un depresor, otro tanto de un anticompulsivo, 5% viagra y 2% de sustancias para purgar a los vacunos.
Los autores del estudio epidemiológico andino advierten que los hallazgos de esta primera investigación, necesita afinar métodos de análisis y extender los estudios en cada uno de los países vecinos, empezando por Quito, Lima y La Paz. Los investigadores lanzan alarmas a los estudiantes y sostienen que es impostergable saber qué pasa en los consumidores, qué tratamiento pueden seguir y cómo prever el consumo.
LIBRE MERCADOFuentes de la Drug Enforcement Asociation que no quieren identificarse aún, economistas y escritores de gran prestigio, advierten que este emergente mercado de la droga de síntesis induce a replantear un nuevo reto contra la reducción de la demanda, cambiar el abordaje de la droga de síntesis respecto a las de origen natural.
Abundan estudios sobre la droga, pero se quedan como meros diagnósticos. La solución real pasa por una guerra sin cuartel no de un solo Estado sino del concurso orgánico de la comunidad internacional. No puede ser un tema solo para el discurso de los políticos, como acaba de ocurrir con el tema del armamentismo en la última cumbre Iberoamericana, donde el presidente Alan García culpa a UNASUR, sin argumento sólido, como responsable del aumento de partidas en compra de armas, en lugar de respaldar a la “marea rosada” que cuestiona el “inmovilismo” de la OEA frente a la corrupción, a la transformación radical de la justicia y a severas penas para los narcotraficantes.
Muchos recursos siguen gastándose en programas de sustitución de cultivos para erradicar las drogas naturales, con resultados nulos o casi nulos. Hasta ahora solo hay estrategias incompletas y fondos económicos que se diluyen en sueldos para la burocracia, rancho y armas para los soldados y para pequeñas obras físicas que a medio construir quedan abandonadas.
En el Perú, una elocuente explicación de la poca efectividad de los programas antidrogas, se ve en el VRAE, valle en la ceja de selva del ande ayacuchano. Las propias autoridades del Estado consideran que los campesinos que siembran coca, mantienen contactos directos con los compradores de la hoja, mientras tropa “especializada” vigila las tareas de sustitución del cultivo e indaga la presencia de resquicios del senderismo que estaría trabajando con narcotraficantes.
En otras zonas del Perú, como la selva de Huánuco, y otros países vecinos, los productores de droga, comparten una suerte de complicidad con los abastecedores de insumos para procesar la cocaína y con los controles de acceso vial. Basta viajar a la capital de la Bella Durmiente, para constatar las centenas de camiones que llegan con tanques repletos de kerosene, ácido sulfúrico, papel higiénico y otros insumos, mientras otros camiones salen cargados de madera fina para mueblerías no identificadas.
Propuestas mejor elaboradas indican que la sustitución de cultivos no necesariamente tiene que realizarse en el mismo lugar del conflicto. Cualquier poblador estaría dispuesto a abandonar ese peligroso lugar, e integrarse a un proyecto de desarrollo en la costa o sierra, para cultivar, por ejemplo, frutales o criar animales. La migración puede ser incentivada y con éxito, siempre que los gobiernos asuman con seriedad el combate con el narcotráfico.
Ningún campesino tiene vocación suicida. El Estado, como ocurre en otros pueblos alejados, no lleva desarrollo. Acabar con la pobreza es un factor clave, pero sin evaluaciones engañosos. Una persona no deja de ser pobre, como señalan las estadísticas oficiales, porque supera ingresos por encima de los 2 dólares por día, cuando el mes pasado tenía un dólar o menos.
En el Perú y países andinos seguirán las noticias trágicas, si prosiguen proyectos sesgados y no orientadas al desarrollo integral. No está muy lejana la violencia asesina como la que vive la frontera del Río Bravo, donde los pueblos mexicanos como Benito Juárez, Tijuana o Reynosa, ahora son intransitables y empobrecidos por la brusca reducción del libre flujo migratorio.
Hay un galopante aumento en el consumo de drogas sintéticas y las instituciones especializadas advierten el peligro de percibir a las drogas sintéticas como “inocuas”.
CONSUMO MUNDIAL
En el 2009, entre 172 y 250 millones de personas en el mundo (de 15 a 64 años) han consumido alguna sustancia ilícita durante el último año, lo que equivale a una prevalencia entre 4 y 6%, según una oficina especializada de la ONU. La marihuana es la de mayor uso, con estimaciones que van entre los 142 millones y los 190 millones de personas (prevalencia entre 3% a 4.5%)
Estos cálculos indican que aproximadamente el 80% de los consumidores recientes de drogas ilícitas, consumen marihuana, en forma exclusiva o combinada con alguna droga. Se estima que entre 12 y 24 millones consumen éxtasis (entre 0.3 y 0.5% de la población global de 15 a 64 años. En suma las Drogas de Síntesis son elaboradas y sintetizadas a menudo para el uso ilegal, fabricadas en laboratorios clandestinos por modificación de la estructura de drogas existentes, como metanfetamina.
Las Drogas de Síntesis, hasta ahora conocidas, tienen como ingrediente básico la MPTP (ester inverso de la meperidina; MDA (metilendioxianfetamina); MDMA (metilendioximetanfetamina). Muchas drogas actúan sobre el sistema aminérgico, aminas biogénicas fisiológicamente activas. La mayoría de ellas tienen efectos estimulantes como el éxtasis u otras anfetaminas o metanfetaminas, aunque también las hay con efectos depresivos y mixtos.
La denominación de drogas de “diseño” tiende a desaparecer por la connotación atractiva que le da dicho concepto.
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