Jorge Zavaleta Alegre,
TIME.-En la Región de las Américas los servicios para trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias psicoactivas han colapsado en muchos países. Por lo menos 4,4 millones de hombres y 1,2 millones de mujeres de América Latina y el Caribe sufren trastornos causados por el uso de drogas —como dependencia y otros padecimientos— en algún momento de su vida.
En junio del 2021, la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca emitió su informe anual sobre el cultivo de coca y la producción potencial de cocaína en tres países de la región andina. El reporte determinó un aumento récord en Colombia, cercano al 15% en el último año; y un incremento máximo de 88.200 hectáreas en Perú. Bolivia marcó un leve descenso, pero también rozó sus máximos históricos.
La Cámara de Comercio de Lima - CCL, se ha convertido en estos últimos años en el gremio empresarial más representativo del Perú, frente al silencio o indiferencia de los colegios profesionales. Recientemente ocupo el primer lugar en la Competencia Mundial de Cámaras con el Proyecto de Cámaras Digitales, convocado por ICC World Chambers Federation en Dubái.
Publicaciones recientes indican que los países latinoamericanos más afectados por ataques cibernéticos fueron México, Brasil, Perú y Colombia. Las cadenas de suministros que aún se encuentran desorganizadas por la pandemia, se han puesto nuevamente en tensión con el conflicto entre Rusia y Ucrania, por la actividad de empresas de transporte marítimo como Maersk, servicio que se suspendería temporalmente.
En Estados Unidos, el tema de la comercialización de la droga estuvo presente en la administración del Presidente Obama. Se actualizo la importancia de reducir el consumo a través de la prevención y ayudando a que los pobladores que ya sufren una adicción accedan a un tratamiento.
Este objetivo incluye no solo una mejoría de la salud pública y la seguridad en su país, sino que al mismo tiempo se logre disminuir una fuente importante de ingresos de las violentas organizaciones criminales transnacionales que operan en México y países andinos.
El año 2021, hubo una nueva discusión cada vez más sobre la legalización de los narcóticos como el “remedio” posible. Es público que EEUU sigue en contra de la legalización de las drogas porque lo demuestra que el problema común de narcóticos es una grave amenaza a la salud pública y a la seguridad y que la adicción a las drogas es una enfermedad que puede prevenirse y tratarse con éxito.
Los estudios muestran que lo más probable es que las políticas que hagan las drogas más accesibles no eliminarán el mercado negro ni mejorarán la situación de salud pública.
La información que brinda Carmen Masías, directora de Cedro, institución con 35 años de experiencia, ayuda a entender que “…La prevención va más allá de que las personas abusen de las drogas”.
En este propósito promueve diferentes estrategias de vida saludables que alejen a niños, adolescentes y jóvenes de la “cadena de drogas” que abarca la producción, narcotráfico, comercialización y consumo.
Oficialmente el Estado peruano en diferentes estudios confirma que el narcotráfico arrasa bosques de indígenas shipibo y los obliga a replegarse en territorio Perú
La actividad preventiva va más allá de que las personas no abusen de las drogas o no consuma drogas, si no, también tiene que ver con que se no se involucren en acciones ilegales. En la actualidad la acción incluye más apoyo en la salud mental, con prevención de uso indebido de alcohol y tabaco.
La droga ilegal que más se ha incrementado su consumo y que se encuentra en el primer lugar, es la marihuana. Lo más importante es ofrecerle alternativas y acompañamiento tanto para ellos y para sus familias.
Hoy, con nuevos programas de digitalización es posible la mitigación del COVID-19 si se intensifica la salud mental, migración, albergues de niños y centros de escucha telefónica en donde se ayuda con la prevención, consumo y apoyo emocional.
Las encuestas nacionales sobre el consumo de drogas indican que algunos niños ya consumen drogas a los 12 o 13 años de edad. La prevención es la mejor estrategia.
En suma, Los problemas asociados a la producción, el tráfico y consumo de drogas en América Latina afectan la calidad de vida de la población, están ligados a formas de exclusión social y debilidad institucional, generan mayor inseguridad y violencia, y corroen la gobernabilidad en algunos países.
América Latina concentra la totalidad de producción global de hoja de coca, pasta base de cocaína y clorhidrato de cocaína del mundo. Posee, además una producción de marihuana que se extiende hacia distintos países y zonas, destinada tanto al consumo interno como a la exportación.
Y, crecientemente, produce amapola y elabora opio y heroína. En relación con el tráfico, la zona del Caribe sigue siendo la ruta más frecuente para el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, pero la ruta del Pacífico, pasando por América Central, ha ganado importancia relativa. Recientemente ha cobrado importancia el transporte fluvial desde los países productores de coca-cocaína a través de Brasil.
Como conclusión, las consecuencias sociales del uso perjudicial o dependencia de drogas llegan mucho más allá del usuario y afectan a sus familias y a otras relaciones personales.
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