Club Audax, Huaylas. Foto de Luis Flores Vasquez Archivo de Gustavo Stuart Alegre.
Todos los pueblos del Perú, tienen una trayectoria deportiva. Huaylas la tiene y, en este caso, vamos a referirnos a una de sus instituciones que le dieron lustre.
La ciudad de Huaylas, en Ancash, Perú, da su nombre al mundialmente famoso Callejón de Huaylas. Está recostada en las faldas de la Cordillera Negra y contempla desde allí, cómodamente, la Cordillera Blanca, cuyas cumbres nevadas, en eterna competencia, pretenden herir el vientre del cielo. Vale recordar que en la Cordillera Blanca, muchos nevados pasan de los seis mil metros de altitud sobre el nivel del mar, siendo el Huascarán el más alto de todos y que el Alpamayo, (Distrito de Santa Cruz, Provincia de Huaylas)) es considerado como la montaña nevada más bella del mundo, (Munich, 1966).
Ambas cordilleras forman el famoso Callejón. Al fondo de éste, discurre el Río Santa que alimenta y refresca los pueblos de Recuay, Huaraz, Carhuaz, Yungay y Carás para angostarse espectacularmente en Huallanca, generando con su caída la impresionante central Hidroeléctrica del Cañón del Pato. La energía eléctrica así lograda, alimenta la Siderúrgica de Chimbote y da vida a muchas ciudades especialmente del norte del Perú.
El río, que nace como inofensivo arroyuelo en las alturas de Conococha y alardea con los afluentes a lo largo de su curso, especialmente en las temporadas de lluvias, finalmente, como en todos los casos, muere en el mar, cerca del pueblo de Santa. De allí su nombre.
En esta ciudad de Huaylas, de clima privilegiado, se cultivó siempre el deporte centrándose los afanes de los caballeros especialmente en el fútbol. Más tarde los clubes locales dedicaron tiempo a las damas que se inclinaron naturalmente por el vóley. Como los tiempos pasan, la tendencia actual es que ambos deportes los practiquen, indistintamente, hombres y mujeres. Lo contrario sonaría a discriminación.
El club decano en Huaylas se llamó el Centro Sportivo Huaylas y se fundó el l8 de febrero de 1918.
Todo indica que en el nombre se mezcló idiomas, para aludir al deporte. Alguna vez escuché a un señor decir que debió llamarse “Centro Deportivo Huaylas”. Esta institución la integraban en sus inicios solo señores mayores de edad.
Se de buena fuente que antes de esta institución existió en Huaylas un Club de Tiro. Por cierto no llegué a conocer a ningún integrante. Parece que el local quedaba sobre lo que hoy en Huaylas se conoce como El Matadero (Puente Colcapacsa, que lo une con Santo Toribio).
Como ocurre en cualquier parte, el deporte genera rivalidad y si ésta es solo deportiva, es o debe ser, siempre bienvenida. Por eso, la rivalidad con Carás, capital de la Provincia, es muy antigua.
En esa línea, me contaron de una expedición huaylina a Carás, a caballo, hace muchos años, a disputar un partido de fútbol, en un campo ubicado aparentemente en la zona actual de San Miguel.
Todo indica que el partido se disputó ardorosamente. Dice, ganaron los huaylinos que retornaron a la santa tierra portando una medalla de oro.
Si tomamos en cuenta que la carretera a Huaylas, hecha solo por los lugareños, data de 1942, (*) el partido debió ocurrir mucho antes. Fueron otros tiempos, definitivamente. Baste imaginar, para emocionarnos, una caravana de jinetes jugadores, familiares y sus barristas acompañantes en nutrida comitiva. Se tiene que deducir que tuvieron que estar algunos días en Carás, pues en esos tiempos no se podía ir y represar el mismo día y menos a caballo.
Se entiende que el retorno fue triunfal y apoteósico el recibimiento de la población a los triunfadores.
Después del Centro Sportivo Huaylas, exactamente el 14 de agosto de 1937, un grupo de jóvenes huaylinos entusiastas, profesionales y muchos dedicados a los estudios y el deporte, fundó en Huaylas una institución cultural y deportiva. Le denominaron “Club Audax”, siendo su primer Presidente Julio Rodomiro Flores Vásquez. Todo indica que el nombre alude al Club “Audax Italiano” que naciendo en Italia por los años 1910 se afincó después en Chile. Entre los fundadores del Audax había jóvenes que conocían Lima y otros lugares y podían saber de entidades deportivas de otras latitudes. Esto habría motivado que decidieran adoptar ese nombre. Entre otros fundadores, además de Rodomiro, estaban Demetrio Chauca, Oscar Ardiles Carranza, Julio Flores Carrión, Serapio Basauri Caballero, José Alegre Mejía.
La institución nació con ideario, himno, bandera y otros elementos que denotaban la corrección y nobleza de su fundación, elementos todos fruto de la creación de los fundadores. Se entonaba entonces en su himno:
Juventud, luchadora y pujante,
embriagada de un sano entusiasmo,
entonemos nuestro himno sagrado
que es del Audax, su más preciado don.
Recordamos la bandera, roja a los extremos y amarilla al centro. Era notorio el simbolismo en el campo amarillo: un libro y una pelota de futbol con una rama de laurel que los enlazaba. Con este emblema, los jugadores entraban a la cancha, tras el Capitán. Siempre se cuidó que asista el “mascota”, normalmente el hijo pequeño de algún asociado, luciendo el mismo uniforme que los mayores.
Los integrantes del Audax, realizaron actividades culturales (veladas) y, en paralelo, cumpliendo sus fines institucionales, conformaron un fuerte equipo de fútbol, convirtiéndose automáticamente en rivales el Centro Sportivo Huaylas. Más tarde el Club también dedicó su atención al vóley y al básquet. En todos los casos, pusieron siempre muy en alto el nombre de Huaylas.
En más de una oportunidad, algunos jugadores de fútbol de este joven club, dada su alta calidad, fueron requeridos, desde otras ciudades, por ejemplo desde Carás, la capital de la Provincia, para reforzar a equipos lugareños frente a rivales de otras circunscripciones. Vale mencionar como ejemplo, a los hermanos Aureo y Máximo Olivar, ambos delanteros, y más tarde a José Gutiérrez, el recordado Pepe Gutiérrez, espigado goleador nato. Estos hechos denotan el grado de desarrollo y calidad competitiva que adquirieron los jugadores huaylinos.
Años más tarde, surgió en Huaylas el club “Olimpic”, con afán de exclusivismo por parte de sus mentores. Este afán, chocante con el usual temperamento huaylino, no le permitió desarrollarse. Por el contrario, lo condujo a su pronta desaparición.
Conviene decir que las instituciones mencionadas se desarrollaron en el área urbana. En la cercana y bella campiña de Santo Toribio, dada su alta población que justificó, entre otras cosas, la presencia de escuelas de segundo grado como la 329 y 330, existieron también dos clubes deportivos: El Estrella Roja y el Alianza. Se supo tiempo después, que el primero respondía en su nombre a la inclinación política de su fundador.
Todo, felizmente, se limitó al área deportiva. Los enfrentamientos entre el Audax y algún Club de Santo Toribio, fueron memorables. Y, usualmente, eran seguidas de ágapes muy amistosos.
El club Audax, desde su fundación, no descuidó su nivel deportivo competitivo, especialmente en el futbol. Se recuerda que a veces asistían jugadores que viajaban en acémilas desde Huallanca (La Hidro). Eran, en verdad, deportistas calificados que se integraban muy bien con los jugadores lugareños.
Uno de los equipos del Audax que siempre se recuerda y que fue la base para representar al pueblo de Huaylas, fue el de 1959. Estaba integrado por Carlos Alegre Mejía, (arquero) Baudilio Basauri Caballero y Melchor Huerta Alba,(defensa) Jesús Mejia, Gustavo Stuart Alegre, Miguel Flores Vásquez, (línea media) y Carlos Maza Obregón, Luis y David Flores Vásquez, Jesús Cano Flores y Alfredo Montes, delanteros).
La cortesía y la caballerosidad siempre estuvieron presentes. Se recuerda al inicio de la contienda deportiva a los Capitanes de los cuadros contendientes de entonces, intercambiando ramos de flores, que después cada uno obsequiaba a alguna dama presente. El público, que se ubicada precariamente, tenía siempre una sana tarde de distracción. No se recuerda algún incidente extradeportivo.
Se tiene conocimiento del actual momento deportivo de la juventud, que siempre es de esfuerzo y entusiasmo. No se usa, como antes, el tradicional campo deportivo de Carpa, terreno donado por su propietario don Gregorio M. Cano, cuyo nombre se pudo, sino las amplias instalaciones del Colegio Secundario Santa Isabel. El deporte continúa, pero todo indica que hace falta una buena orientación deportiva desde niveles superiores. Materia prima existe. Solo hace falta pulirla.
(*) La carretera Huaylas-San Diego, que vincula a Huaylas con los restantes pueblos del Callejón, la trabajaron los mismos huaylinos en jornadas semanales y por barrios. El sistema se conoció en esos tiempos como “La República”. La música nunca estuvo ausente. Un barrio que se respetaba tenía si empre un par de cajas “roncadoras”. Los trabajadores eran los “republicanos”. Nació allí el sano sentimiento de la emulación: Si un barrio hacía cien metros de carretera, el siguiente hacía ciento veinte y así por el estilo.
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