Papel de Arbol

miércoles, 29 de abril de 2020

BID: Política Pública frente al Coronavirus


    Arequipa, sur del Perú
Por Jorge Zavaleta Alegre

No desatender los barrios marginales y las áreas rurales. Una de cada cuatro personas en  las  ciudades  de  Latinoamérica y el Caribe,  es  decir  100  millones,  vive  en  barrios  marginales  y  un  20%  en áreas rurales. Esta población sufre y sufrirá con mayor intensidad los efectos de la crisis sanitaria y económica. 

Esta información es parte de una oportuna publicación que entrega al mundo  el Banco Interamericano de Desarrollo, cuya primera operación en Arequipa-Perú, en 1960,  sigue teniendo el valor que identifica a una banca de propiedad de todos los países de la Región.  Arequipa puso en marcha la primera administración del agua potable, después de un terremoto que azotó en 1959 gran parte del  sur del Perú.

Hoy nos ofrece  un grupo de políticas que se pueden llevar adelante para atender a los barrios marginales y áreas rurales que incluyan la expansión de programas sociales, proveer infraestructura de saneamiento básico. 

Es necesario emprender campañas de información, la distribución de paquetes alimentarios cuando es imposible hacer transferencias monetarias y evitar los desalojos. 

Dado que la población rural es además crucial en la cadena de suministro de alimentos, la provisión de créditos y otras medidas pueden evitar las interrupciones de la producción agrícola. 

Es imprescindible asegurar  el  acceso  y  la  continuidad  de  la  provisión  de  servicios  públicos  esenciales: El acceso, continuidad y calidad de los servicios de agua y saneamiento, electricidad y transporte son esenciales durante el confinamiento. 

Son además vitales para el manejo de la crisis sanitaria, por ejemplo: el funcionamiento de los respiradores requiere fluido eléctrico continuo, el lavado frecuente de manos requiere agua de calidad y los trabajadores de la salud necesitan transporte público). 

Muchos de los gobiernos de la región han establecido una serie de normas para asegurar el acceso, continuidad y calidad del servicio.  Estas medidas y la pandemia pueden generar problemas financieros a las empresas proveedoras de servicios que tienen la obligación de continuar brindando los servicios pese a una caída fuerte de sus ingresos y demanda. 

Tal situación obligará a los gobiernos, ya sea municipales o nacionales, a otorgar recursos financieros para asegurar la continuidad en la provisión de servicios. 

Bogotá una referencia
La población de barrios marginales vive en altos niveles de hacinamiento, carece de los servicios de saneamiento básico y acceso a servicios de salud, trabaja en ocupaciones de alto riesgo como la recolección de basuras y las ventas informales y debe usar el transporte público. 

Todos estos factores dificultan la adhesión a las medidas de distanciamiento social y medidas para frenar el contagio del virus. 

Los residentes  de  las  regiones  rurales,  si  bien  están  por  ahora  enfrentando  menores  tasas  de  contagio  porque  éstas están concentradas en las ciudades, tienen sistemas sanitarios muy precarios que no podrán atender casos críticos causados por la infección del virus y las medidas de confinamiento los pueden aislar de los circuitos comerciales por lo cual pueden enfrentar escasez en bienes, incluidos algunos alimentos. 

Ambos grupos carecen por lo general de ahorros o acceso a mercados financieros que les permitan mitigar el impacto de la caída en ingresos. 

En los barrios marginales se podrían instalar infraestructura con jabón y estaciones de lavado de manos. Los ingresos caen por un doble efecto: la decisión de reducir el peso que las facturas tienen en el gasto de los hogares y por la caída en la demanda de agua y electricidad de los sectores industrial y comercial. 

El transporte público es un caso excepcional porque a raíz de las restricciones impuestas por el confinamiento la demanda cayó más del 75%. 


Recomendaciones  
La pandemia tomó al mundo sin Capacidad para dar una respuesta eficaz, sin equipos sanitarios suficientes para responder a la oleada de enfermos, sin los medicamentos para su Curación y sin una vacuna para impedir el contagio. 

Los epidemiólos sugieren que, en ausencia de intervenciones para frenar la tasa de infección, el número de muertes directamente atribuibles a la pandemia en ALC podría llegar a los 3,2 millones.

Dados los límites de sus sistemas de salud, el mundo ha buscado frenar el contagio, inicialmente cerrando fronteras y luego cerrando economías, medidas que conllevan costos económicos y sociales enormes.  

El objetivo de esta publicación es alentar la discución de las opciones de política pública para los países de ALC y así proveer insumos de discusión para los gobiernos de la región. 

La propuesta se concentra en los retos de política pública para manejar la crisis sanitaria y económica de las primeras etapas de la pandemia:  La urgencia sanitaria y el confinamiento generalizado de la población. Y, 2,  la transición hacia un confinamiento parcial y la reanudación paulatina de las actividades económicas. 

La pandemia está provocando dos crisis de manera paralela: Primero, una crisis sanitaria— se darán muchos miles de muertes por los efectos directos de la enfermedad. 

 Segundo, una crisis económica—la pandemia y las respuestas sanitarias para mitigarla causan un choque negativo a la oferta, inicialmente, y después a la demanda. Efecto que se suma a una crisis financiera que profundiza el problema. 

El impacto económico y la evolución de la pandemia están estrechamente vinculados y por ello es imprescindible que las políticas económicas y sanitarias estén coordinadas. 

Ante esta situación, todos los gobiernos del mundo, incluidos los de nuestra región, buscan reconciliar varios objetivos:  El número de muertes depende de manera crítica de la velocidad con la que se propaga la infección. 

El informe del BID “Políticas para combatir la pandemia” (2020) estima que el impacto de la caída en el precio de los commodities aunado a una recesión en las economías de Estados Unidos y China podría causar, en el peor escenario, una caída del 5.5% en el PIB regional en el 2020. 

Las necesidades de recursos para proteger o compensar a los sectores afectados por la pandemia y crisis económica sobrepasan con creces los recursos fiscales actuales de los países de ALC. 

Los gobiernos deberán priorizar la asignación de recursos. Otorgar transferencias a un sector afectado reducirá necesariamente los recursos disponibles para otros grupos de la población. 

Las decisiones deberán tener claras estas tensiones que se dan de diferentes maneras:  La pandemia tendrá efectos dramáticos sobre los ingresos de muchos hogares. Algunos de estos hogares ya eran pobres antes de la crisis y tienen muy escasos activos. 

Para ellos, una caída en el ingreso, aun si fuera modesta, podría poner en peligro su supervivencia. Otros hogares eran parte de una clase media emergente, pero todavía muy vulnerable. 

Algunos sectores estarán particularmente afectados por la contracción económica— restaurantes, hoteles, comercio, transporte, entre otros. ¿Tiene sentido una política que se enfoca primordialmente en estos sectores, aun sabiendo que muchos trabajadores en otros sectores también van a sufrir los efectos de la crisis? 

La contracción en el crédito causado por la crisis implica que empresas productivas y rentables no pueden conseguir créditos de corto plazo. Estos créditos bastarían para que las empresas sobrevivan sin tener que despedir a sus trabajadores. Se podría argumentar que la política pública debería proteger a estas empresas, por los efectos que los cierres de empresas o despido de trabajadores tendrán sobre el empleo formal en el corto plazo y sobre el crecimiento a largo plazo 

¿Se debería proteger estas empresas con líneas o garantías de crédito, aun sabiendo que sus dueños y trabajadores son sustancialmente más ricos que el promedio en el país?

 Esta publicación incluye  recomendaciones sobre la mejor manera de resolver estas tensiones y cómo las repuestas apropiadas podrían diferir según las condiciones económicas y sanitarias de los países. Es indispensable ser pragmático, flexible, y asegurar que lo perfecto no se vuelva el enemigo de lo bueno, reiteran los autores de este documento necesario en este  dramatico  contexto.



Papel de Arbol creado en 1992 por July Balarezo y Jorge Zavaleta Balarezo
Desde 2017 se  edita en Emmitsburg, Maryland.
papeldearbol@gmail.com
Asociado con Diario16 y El Mercurio Digital, en Madrid
Jorge E. Zavaleta Alegre. Oficial de Prensa BID 1991- 2008





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