Las enfermedades de la mente, conocidas en los ambientes familiares como dolencias del alma, salen a la luz gracias al desarrollo de la ciencia y tecnología, La psiquiatrias en América Latina, en su gran mayoría, solo ofrecen sus servicios a los sectores de altos ingresos. Los pobres que sufren, por ejemplo, una depresión o OCD, están muy lejos del acceso a la ciencia. La salud mental es un tema reciente en el vocablo de la prensa. En el Perú, con una población de 33 millones de habitantes, solo se han registrado en el Colegio de Medcos 720 pisiquiatras. La propia prensa, en boca, dizque de los periodistas más populares, trataron con sarcasmo a un presidente de la República, con el adjetivo de loco, quien terminó disparándose una bala, para sustraerse de los fallos de la Justicia. Jorge Zavaleta Alegre, Corresponsal de Diario16 y El Mercurio de Europa.
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Escribe Edith Sánchez
Este artículo ha sido verificado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González el 10 marzo, 2019
El tratamiento de la enfermedad mental sin medicamentos es una puerta que se abrió en el Hospital Psiquiátrico de Åsgård de Noruega. Los psiquiatras de ese país buscan responder a la pregunta de si los antipsicóticos son tan eficaces como dicen ser.
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Tratar la enfermedad mental sin medicamentos es una opción que siempre ha estado sobre la mesa de debate, siempre ha sido una opción. Sin embargo, a partir de mediados del siglo XX, esto se convirtió en una especie de utopía para la parte más médica/fisiológica de la psicología.
Con el descubrimiento y la producción masiva de neurolépticos se creyó llegar a un punto culminante. Los creadores y promotores de este tipo de drogas apuntaron a la idea de que los problemas de la mente tenían una raíz fundamentalmente orgánica.
Por eso, se volvió posible tratarlos a través de la ingestión de químicos. De este modo, se popularizó la idea de que era imposible abordar la enfermedad mental sin medicamentos.
Sin embargo, siempre ha existido una corriente paralela que lo ve de otro modo. No involucra solamente una posición teórica, sino que existen muchas aplicaciones prácticas con resultados alentadores.
A partir de esa tradición paralela, el Hospital Psiquiátrico de Åsgård, en Noruega, ha comenzado a tratar la enfermedad mental sin medicamentos.
“Dicen que quieren una prueba de que las alternativas funcionan. Yo digo, ‘¿por qué no proporciona pruebas de que su tratamiento funciona? He leído muchos artículos y muchos libros, y todavía no he visto pruebas de que sus medicamentos funcionen”.
-Håkon Rian Ueland-
Hombre con la mano en la frente muy preocupado
Respeto por la autonomía del paciente
Desde hace varias décadas, hay una aguda controversia en torno a los derechos de los pacientes psiquiátricos. La mayoría de los sistemas sanitarios y los especialistas que los forma parten de la idea de que una persona diagnosticada de una enfermedad mental no tiene autonomía y, por lo tanto, los demás deben decidir por ella. A diferencia de las demás enfermedades, un paciente psiquiátrico no puede resistirse al tratamiento que quieran aplicarle.
Son muchos los psiquiatras en el mundo que no comparten este principio. Los derechos fundamentales de los pacientes son un aspecto esencial en el Hospital Psiquiátrico de Åsgård. Su política de tratar la enfermedad mental sin medicamentos es una defensa de los derechosde los pacientes.
En esa institución, son los pacientes quienes finalmente deciden si quieren o no tomar los medicamentos que les prescriben. También son ellos quienes resuelven cuál es el momento para reducir las dosis, con miras a dejar de tomar pastillas o drogas psiquiátricas. La perspectiva del paciente también cuenta.
Tratar la enfermedad mental sin medicamentos
El Hospital Psiquiátrico de Åsgård da cumplimiento a un mandato del Ministerio de Salud de Noruega. Se trata de una política de Estado que busca, principalmente, darle un estatus de igualdad en términos de derechos, a los pacientes mentales.
A muchos esto puede parecerle descabellado: ¿cómo una persona con problemas en su mente puede decidir responsablemente sobre lo que es mejor para ella? Esa pregunta se la hacen muchos, porque también son muchos los que ignoran los pormenores de las llamadas “enfermedades mentales”.
En general, lo que la sociedad maneja son estereotipos de las mismas. Se piensa, por ejemplo, que alguien con esquizofrenia siempre “razona mal”, cuando no es así. Es como pensar que un diabético siempre está en crisis. El “enfermo mental” tiene momentos de crisis, pero en muchos otros se encuentra estable.
Adicionalmente, existen muchísimos estudios que ponen en tela de juicio la efectividad de los tratamientos con medicación. Lo que más se cuestiona no es en realidad la eficacia de esos químicos, sino la manera en la que se administran y se perpetúan, muchas veces por comodidad y sin necesidad.
En determinados casos, casi nadie discute el poder de la farmacología como llave para empezar a trabajar con un paciente que está descompensado.
Otra cuestión es que la farmacología pueda «curar», ir a la raíz del problema. Esta es en realidad la cuestión, especialmente si temernos en cuenta que determinados fármacos destinados al tratamiento de los trastornos mentales tienen una larga lista de efectos secundarios probables.
Mujer mirando el horizonte
Un sistema inadecuado
Las reacciones a la nueva estrategia del Hospital Psiquiátrico de Åsgård no se han hecho esperar. Muchos psiquiatras (y compañías farmacéuticas, por supuesto) han criticado severamente esta opción. Creen que es irresponsable con los pacientes y que podría llevarlos a mayores dificultades en su salud. Sin embargo, la Asociación de Psiquiatría de Noruega, decidió respaldar la iniciativa, mediante una política de “mente abierta”.
La presidenta de dicha asociación, Anne Kristine Bergem, señaló que abordarán esta nueva experiencia, en su reunión anual. La misma se orientará en pos de dos preguntas: “¿Funcionan los antipsicóticos? ¿Tienen el efecto que nos han hecho creer?” Ambos interrogantes tocan el corazón mismo de la psiquiatría biológicista.
Hay buenas razones y suficientes evidencias que permiten pensar en que la psiquiatría actual tiene graves deficiencias. Muchas de ellas relacionadas con la medicación y la forma como opera el sistema de atención a la enfermedad mental. En buena hora surgen iniciativas como esta, que seguramente dará muchas luces en torno a este importante tema.
El renacimiento de la antipsiquiatría
La antipsiquiatría es un movimiento que nació a finales de los años sesenta para controvertir la teoría y los tratamientos empleados por la psiquiatría.
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