Jorge Zavaleta Balarezo Director, Pittsburgh PA
John Brown era un
pequeño indio/ era un pequeño indio, John.
Un pequeño, dos,
pequeños, tres pequeños indios,/
cuatro pequeños, cinco
pequeños, seis pequeños indios./
Siete pequeños, ocho
pequeños, nueve pequeños indios,/
Era un pequeño indio,
John.
Esta es una canción que los niños de toda América cantaban con
frecuencia en sus fiestas o paseos, pero
nadie o muy pocos profesores sabían o querían hablar de John (Brown).
Este 2019, año preelectoral
para renovar gobernantes en varios países
de América la producción cinematográfica viene incidiendo en el tema de
la mujer como protagonista de la
política social y la búsqueda de una mayor integración de razas y poblaciones nativas
Precisamente, Harriet Tubman (1820-1913)
dedicó su vida a la lucha por la libertad de los afroamericanos esclavizados en
Estados Unidos, causa interés en las salas. La nueva película de 'Harriet'
cuenta una historia diferente sobre la esclavitud estadounidense.
"Realmente sentí que quería hablar sobre un tipo diferente de violencia, que era la separación familiar, que no había visto tanto pero que es la historia de Harriet Tubman", comenta un corresponsal de Reuters.
Director Kasi Lemmons comenzó a trabajar en la primera
película importante sobre Harriet Tubman, la esclava del siglo XIX convertida
en héroe del ferrocarril subterráneo, decidió centrarse menos en la brutalidad
de la esclavitud y más en las historias humanas.
"Realmente sentí que quería hablar sobre un tipo
diferente de violencia, que era la separación familiar, algo que no había visto
mucho pero que es en gran medida la historia de Harriet Tubman y lo que la
motivó", dijo Lemmons, quien coescribió el guión de "Harriet",
que se estrena en los cines estadounidenses este Noviembre de 2019..
'Harriet' ilumina el heroísmo de Tubman pero no el mundo que
lo necesitaba
La pequeña Tubman de 5 pies de altura es interpretada por
Cynthia Erivo, una actriz nacida en Londres con padres nigerianos que ganó un
premio Tony en 2016 por su papel principal en el renacimiento de Broadway del
musical "The Color Purple".
El casting de una actriz británica para interpretar a una
mujer vista como un ícono afroamericano ha causado controversia en los Estados
Unidos, pero Lemmons dijo que pensaba que la historia de Harriet Tubman
"era lo suficientemente grande como para compartirla.
"Realmente se trataba de encontrar el mapa de su
cara", dijo. “Entonces miramos fotos, discutimos, ya sabes, su boca baja,
sus ojos, cómo los sostendría, su cuerpo, dónde estaba la tensión, trataríamos
de encontrar su voz. Porque sabía que no quería que ella sonara como yo ".
Harriet nació en la esclavitud en el Condado de Dorchester,
Maryland, y durante su niñez fue maltratada con el látigo de varios de sus
propietarios. Devota cristiana, atribuía
sus visiones y sueños a premoniciones divinas. Tras escapar de la esclavitud,
realizó trece misiones de rescate en las que liberó a unos setenta esclavos,
utilizando la red antiesclavista conocida como ferrocarril subterráneo.
A Harriet se le recuerda también porque apoyó a John Brown y
sus hombres se quedaron en una granja alquilada en los días previos a la redada
en Harper's Ferry. Brown y sus aliados se apoderaron del complejo federal con la
intención de liberar a los esclavos y fue juzgado y sentenciado a la horca.
Cuando la Ley contra los esclavos fugitivos se aprobó en
1850, Harriet ayudó a muchos esclavos a huir hacia Canadá. Rit, la madre de
Harriet, luchó para mantener la familia unida pero la esclavitud lo impidió.
Como su madre fue asignada como criada a la casa del patrón, desde niña Harriet
tuvo que cuidar de un hermano menor y de un bebé.
Ella contaba que una vez fue flagelada hasta
cinco veces antes del desayuno. Las cicatrices ocasionadas la dejarían marcada
de por vida. Tubman tras su
traumatismo craneal, comenzó a experimentar visiones y sueños, que
consideraba signos de la presencia de Dios. Esta perspectiva religiosa influyó
profundamente en toda su vida.
En 1840, el padre de Tubman, Ben, fue liberado de la
esclavitud a la edad de 44 años, como estipulaba el testamento de su antiguo
dueño. Harriet se casó con un hombre negro libre llamado John Tubman, pero la unión fue complicada debido al estatus de
esclava de ella…
.
En 1849, Tubman volvió a enfermar, por lo que su valor como
esclava volvió a disminuir. Y el patrón intentó venderla por este motivo pero
no encontró ningún comprador.
La ruta utilizada por Tubman para su huida no se conoce con
exactitud, de lo que si se tiene constancia es de que Tubman utilizó la red
conocida como ferrocarril subterráneo.
Muchos de sus miembros pertenecían a la Sociedad Religiosa de
los Amigos, a menudo llamados cuáqueros. El Condado de Caroline, Maryland
contaba con una importante comunidad cuáquera, y fue probablemente el primer
lugar donde Harriet paró durante su huida. Luego entró
a Pensilvania, después de un
viaje de casi noventa millas (145 kilómetros) que, realizado a pie, podía durar
entre cinco días y tres semanas. El peligroso viaje obligó a Tubman a viajar de
noche, guiada por la Estrella Polar, para evitar a los cazadores de esclavos.
Su lucha coincidió con la decisión del Congreso de los
Estados Unidos que aprobó la «Ley de Esclavos Fugitivos», la cual obligaba a
los organismos oficiales a ayudar en la
captura de los esclavos que habían huido, e imponía fuertes castigos a quienes
escaparan.
Una de sus últimas misiones consistió en recuperar a sus
padres. Su padre, Ben, había comprado a su madre por 20 dólares. Pero, aunque
ambos eran libres, la zona era territorio hostil para ellos. Dos años después
Tubman recibió la noticia de que su padre había encubierto a un grupo de ocho
esclavos huidos, y que corría el riesgo de ser arrestado.
John Brown y Harpers Ferry alentó la violencia para erradicar la esclavitud
En abril de 1858, le presentaron a Tubman al abolicionista
John Brown, un insurgente que apoyaba la violencia como forma de erradicar la
esclavitud en los Estados Unidos. Aunque nunca apoyó la violencia contra los
blancos, Harriet apoyaba su estrategia de acción y sus objetivos. Al igual que
Tubman, John se sentía llamado por la voz de Dios, y confiaba en que el Divino
le salvara de la ira de los cazadores de esclavos.
John Brown solicitó al «General Tubman» (así la llamaba) que
le ayudara, puesto que su conocimiento de las infraestructuras y recursos
existentes en las fronteras de los estados de Pensilvania, Maryland y Delaware
eran de un gran valor para Brown y sus planes. Brown soñaba con que la lucha
sirviera para crear un nuevo estado formado por esclavos libres. Tras la
primera batalla creyó que los esclavos vencerían, y pidió a Tubman que
convenciera a los esclavos establecidos en
Canadá para unirse a él.
El plan de Brown fracasó y fue detenido, acusado de traición
y ahorcado en diciembre. Sus actos se convirtieron en todo un símbolo de
orgullo y resistencia para los abolicionistas, siendo elevado a la categoría de
mártir. Tubman diría posteriormente sobre Brown: «hizo más muriendo, que cien
hombres viviendo»
Cuando comenzó la Guerra Civil en 1861, Harriet vio la
posibilidad de que se aboliera la esclavitud si el norte lograba la victoria. Tubman ofreció su propia experiencia y
habilidad a la causa y pronto se unió a un grupo de abolicionistas de Boston y
Filadelfia. Inicialmente desempeñó labores de enfermería, asistiendo a
fugitivos. Tubman conoció al General David Hunter, ferviente seguidor del
movimiento abolicionista. Hunter declaró libres a todos los “contrabands” de la
región de Port Royal y comenzó a reclutar a esclavos huidos para formar un regimiento
de soldados negros. El presidente
Abraham Lincoln, sin embargo, reprendió a
Hunter por sus iniciativas.
Tubman condenó entonces la reacción de Lincoln y su falta de
voluntad para acabar con la esclavitud en los Estados Unidos: «Dios no
permitirá que el señor Lincoln venza al sur hasta que no haga lo correcto»
dijo.
Lincoln finalmente emitió la Proclamación de Emancipación en enero de 1863
El señor Lincoln es un gran hombre, y yo soy una pobre negra;
pero el negro puede decirle a Lincoln cómo ahorrar dinero y vidas jóvenes. Él
puede hacerlo liberando a los negros. Supongamos que una asquerosa serpiente
está en el suelo. Ella te muerde. Tu gente asustada te envía al médico para que
te cure la herida y no mueras; pero la serpiente continúa rodeándote tu pierna
y mientras el doctor te está curando ella te vuelve a morder. El doctor te cura
esa mordedura, pero mientras lo hace la serpiente vuelve a morderte y seguirá
haciéndolo hasta que la mates. Eso es lo que debería saber el señor Lincoln.
Cuando Lincoln finalmente emitió la Proclamación de Emancipación
en enero de 1863, Tubman lo consideró un importante paso en la obtención del
objetivo de liberar a todo hombre, mujer o niño de la esclavitud. Ella sintió
renovado su espíritu para vencer a los estados confederados, y pronto se
encontró guiando a un grupo de exploradores a lo largo de la región de Port
Royal. Los pantanos y ríos de Carolina del Sur eran muy similares a los
existentes en el Eastern Shore de Maryland; por lo que sus conocimientos fueron
de gran valor.
El último año de la
Guerra, Tubman se convirtió en la primera mujer en dirigir un asalto armado.
Cuando las tropas de Montgomery procedieron a asaltar Combahee River, Tubman
actuó como consejera y acompañó a las tropas. La mañana del 2 de junio de 1863,
Tubman guió tres barcos de vapor a través de las aguas confederadas (que se
encontraban llenas de minas) hasta tierra firme. Una vez en tierra, las tropas
de la Unión abrieron fuego destruyendo las infraestructuras e incautando miles
de dólares en comida y provisiones.
Cuando los pitos de los barcos sonaron, los esclavos de la
zona entendieron que estaban siendo liberados y salieron corriendo hacia los
barcos. Aunque sus propietarios armados de pistolas y látigos intentaron parar
la huida, sus esfuerzos fueron inútiles.
Los periódicos recogieron el patriotismo, sagacidad, energía
y habilidad de Tubman. Posteriormente trabajó con el Coronel Robert Gould Shaw
en el asalto al fuerte Wagner. Ella describió la batalla diciendo: «Primero
vimos el rayo, que eran las pistolas; y luego escuchamos el trueno que eran los
cañones; y luego escuchamos la lluvia caer, que eran gotas de sangre cayendo; y
cuando fuimos a recoger los campos eran hombres muertos lo que cosechamos».
A pesar de sus años de servicio, nunca recibió un salario
regular y durante años se le negó cualquier tipo de compensación. Su estado no
oficial y lo desigual de los pagos recibidos por los soldados negros, hicieron
que el proceso de reconocimiento de su pensión por parte el gobierno fuera sumamente
lento, y no recibió una pensión por su servicio en la Guerra Civil hasta el
año 1899.
Cuando regresaba a Auburn tras finalizar la Guerra pudo
comprobar lo poco que habían cambiado las opiniones de los blancos sobre la
gente de color. Durante el viaje en tren a Nueva York, el revisor le ordenó que
fuera al vagón de fumadores. Ella se negó exponiendo su servicio al gobierno
pero el funcionario, luego de insultarla, comenzó a utilizar la fuerza física
contra ella para obligarla a retirarse. Debido a la resistencia de Harriet, el
revisor solicitó la ayuda de otros dos pasajeros, llegando a romperle el brazo,
antes de arrojarla al vagón de fumadores.
Tubman pasó los últimos años de su vida en Auburn cuidando de
su familia y de otra gente necesitada. Trabajó en varios empleos para ayudar a
sus ancianos padres y alojó huéspedes para poder pagar las diversas facturas.
Una admiradora, Sarah H. Bradford, escribió dos libros: su
biografía titulada Scenes in the Life of Harriet Tubman, en 1869. En 1886, Harriet,
the Moses of her People (Harriet, el Moisés de su Pueblo), una visión menos
cáustica sobre la esclavitud y sobre los estados del sur.
En 1883 Tubman fue víctima de una estafa en un traslado de
oro. Dos hombres, de nombres Stevenson y John Thomas afirmaban tener en su
poder un alijo de oro traído de contrabando desde Carolina del Sur.
Durante sus últimos años trabajó para promover la causa del
derecho a votar de las mujeres. Cuando se fundó en 1886 la Federación Nacional
de mujeres afroamericanas, Tubman pronunció el discurso de apertura.
Este activismo conllevó una nueva ola de admiración entre la
prensa de los Estados Unidos, y una publicación de nombre The Woman's Era (La
era de la mujer) publicó una serie de artículos sobre eminentes mujeres entre las
que se encontraba Tubman.
Tubman se comprometió profundamente en la Iglesia Episcopal
Metodista Africana Sion de Auburn. Donó una de sus propiedades a la iglesia
bajo la condición de que en el terreno se construyera una residencia para la
gente anciana e indigente de color
A finales de la década de 1890 se sometió a una intervención
cerebral. Su estado era muy delicado y
fue admitida en la residencia que se había construido en su honor. Luego de que
un periódico de Nueva York describiera su grave estado de salud y económico, se
produjo un importante número de donaciones espontáneas. Rodeada de sus amigos y familiares, Harriet
Tubman falleció nonagenaria de una neumonía el 10 de marzo de 1913.
Harriet Tubman fue ampliamente conocida y respetada durante
su vida. Una encuesta a finales del siglo XX la situaba en tercer lugar como
una de las personas más famosas de la historia estadounidense tras Betsy Ross y
Paul Revere.
A su muerte fue enterrada con honores militares en el
cementerio de Fort Hill, en Auburn. Tubman fue honrada de muchas otras formas
en toda la nación desde finales del siglo XIX. Docenas de estudiantes fueron
llamadas Harriet en su honor.
PSICOANALISIS ESTIVAL
Fundadores Jorge Zavaleta Balarezo y July Balarezo 1992
Editado desde 2017 en Emmitsburg MD y Pittsburgh PA
¿Existe un cine peruano?
Por Jorge Zavaleta Balarezo*
Con el triunfo de La teta asustada en el Festival de Berlín, en 2010, y el inédito éxito taquillero de AsuMare, poco después, comenzaron a surgir voces que insinuaban, reclamaban, sugerían o postulaban el nacimiento -por fin- de una industria cinematográfica en el Perú.
Ha pasado el tiempo, siempre volátil y traicionero, más aún en un país como el nuestro, y todas esas demandas se han visto acalladas ante una realidad qu...
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