Cambio16 señala 16 propuestas contra la corrupción
La corrupción en España marca un nuevo mínimo histórico en un ránking de corrupción. El país obtiene 57 puntos en el ránking global de la ONG Transparencia Internacional (TI). Por consiguiente, pese a aprobar en el estándar global, acumula una pérdida de ocho enteros en los seis últimos años y marca un nuevo mínimo histórico.
El último Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) sitúa a España en el puesto 42 de un total de 180 países. Por ello lo ubica en el vagón de cola de la UE. La corrupción en España se equipara a la de países como Chipre y la República Checa. En el ránking global, Nueva Zelanda y Dinamarca encabezan el listado como los países menos corruptos (88 y 89 sobre 100 puntos). Mientras que Somalia y Sudán del sur cierran la tabla como los más corruptos (9 y 12 puntos sobre 100). De los países de América Latina, Venezuela es el peor sitiado (en el puesto 169) y Uruguay el mejor posicionado (puesto 23).
En el conjunto de la UE, tras Dinamarca, sobresalen Finlandia (85), Suecia (84), Luxemburgo, Holanda, Reino Unido (82) y Alemania (81). Por debajo de España (57 puntos), se sitúan Malta (56), Italia y Eslovaquia (50). Entre las grandes potencias, EEUU se sitúa en el puesto 16º, con 75 puntos, seguido por Japón (en el 20º, con 73) y China (en el 77º, con 41).
Transparencia ante la corrupción en España
La presidenta de TI, Delia Ferreira, lamentó el cambio que ha operado en España. La directiva de la organización sostiene que la corrupción en España es el resultado de un desapego social por el tema. “España era un paradigma de cómo salir de una larga dictadura y construir instituciones consensualmente. Cuando hay mucha corrupción en un país, se da el riesgo de que la gente se desentienda del problema. Algo tiene realmente que cambiar desde la demanda de la sociedad. Por ello, desde la respuesta de la clase política se debe entender que no puede seguir así”.
En opinión de TI, las leyes contra la corrupción en España”no pueden servir como servilleta para tapar las manchas”. Por consiguiente “se pueden aprobar el mayor número de leyes de transparencia. Pero con eso ser un gobierno corrupto. Las leyes no significan real compromiso”, argumentó.
Asimismo, considera que “hay una deuda realmente fenomenal de la clase política” en la lucha contra la corrupción en España. Finalmente apuntó que percibe un “déficit” de concienciación en la ciudadanía española. “La gente es clave para mejorar la situación porque debería poder cambiar exigiendo, demandando, y participando activamente en la política”, señaló.
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