Jorge Zavaleta Alegre
El Community College, institución muy presente en los
Estados Unidos, goza del cariño y el reconocimiento de todos los sectores de la
población, incluyendo sobre todo a los migrantes, asilados e ilegales, que si
aprueban los examenes previos, reciben la formación de manera democrática.
Los CC albergan
más de ocho millones de estudiantes y varios miles de docentes y en servicios
diversos, que deben tener la mística indispensable para entender el aporte
vivencial y cultural de los alumnos de lejanas latitudes.
He compartido
varios meses de las bondades de un CC de
Maryland y Virginia y aprecio la riqueza que
guardan estas instituciones en tanto albergan a miles de jóvenes, muchos
de los cuales llegan huyendo de la violencia política o económica de múltiples
países del mundo. Los EEUU en su afán de dominar el mundo, se ven obligados a cobijar
a pobladores de Asia, Africa y América
Latina, quienes constituyen una sociedad
múltiple, un tesoro de la
realidad global.
Sin embargo,
el americano descendiente de las
primeras migraciones de Europa, en
principio simula una aparente ingenuidad,
conducta que le permite ser más tolerante con la presencia de
profesionaleses sin conocer la conducta individual y social, y que en muchos
casos, estos tienen profundos prejuicios
raciales, odio consciente a los mas
vulnerables de la travesía migratoria.
Estos
profesionales tienen la habilidad de lograr
puestos claves en el Community College,
a través de relaciones diplomáticas, tamices invisibles para evitar
la competencia con otros profesionales calificados. “La desesperación de
manterner su puesto, se expresa en una conducta de que el tiempo es corto, demasiado corto
para el intento de iniciar una nueva vida y para probar caminos alternativos
para la integridad.
Bajo este mecanismo
no hay espacio para un nuevo colaborador,
ni un voluntario competente, por más que
el candidato haya demostrado cualidades especiales para la causa de un Community College.
“No es casual
que todos los fenómenos de la vida humana estén dominados por la búsqueda del
pan de cada día”. En efecto, conocí en el FCC de Maryland a una latinoamericana
que ostentaba un cargo clave en la coordinación del programa de lenguas. Lo
habia logrado con el apoyo familiar de un
militar, aprendiz de la diplomacia tradicional, cuestionado ahora por su infeliz
aspiración a la presidencia del país sudamericano. Ella muy diplomática con el entorno americano pero distante con los
marginales de su terruño. Caminaba resentida
porque el cambio de oficina, de un ambiente confortable a uno más estrecho.
Ella en forma subconciente era amigable y
muy hostil a la vez. Me negó ser voluntario, sin explicacion de por medio, a pesar del apoyo de los directivos y profesores del FCC, valíendose de citas inocuas. En su actuación existe la conjura personal contra un ideal indiscutible.
Esta
debilidad de los Community College puede
ser superada con el aporte de la psiquiatría, evitando el ingreso con la intermediación de algún poder ajeno.
La Review of
General Psychology creó un ranking de los psicólogos más influyentes, sobre comprensión
de la conducta humana, y esta es una ocasión para recordar algunas pautas esenciales
em el campo de la educación multilingüe.
Skinner, por
ejemplo, con su conductismo sacudió la psicología y técnicas de terapia en la
modificación del comportamiento humano. Él sólo buscaba determinar cómo el
comportamiento es consecuencia de fuerzas externas.
Sigmund Freud,
que ya leía obras de Shakespeare con solo 8 años, advierte la idea de que no todas las enfermedades
mentales tienen causas fisiológicas y también ofreció evidencia de que las
diferencias culturales tienen un impacto en el comportamiento.
Carl Roger hizo hincapié en el potencial humano y tuvo
una enorme influencia en la psicología y la educación. Se convirtió en uno de
los pensadores humanistas más importantes: “La curiosa paradoja es que cuando
me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar.” “Cuando miro el mundo soy
pesimista, pero cuando miro a la gente que soy optimista.”
La periodista
colombiana Ana María Rodríguez escribe: que si estás interesado en estudiar una
carrera universitaria en Estados Unidos, los Community Colleges son una opción
a considerar para cursar los dos primeros años y donde, al parecer, no hay espacio para docentes que desconocen la
problemática migratoria en un país continente como EU. En estos centros, salvo excepciones son muy cuestionadados los docentes que no guardan
relación sincera, mística, con los alumnos, profesores y voluntarios migrantes.
Cuando se evidencia esta conducta ese sevidor del CCdebe ser separado de
inmediato.
Más de ocho millones de estudiantes, de los
cuales, la mitad estudian a tiempo
parcial. El 45 por ciento de los
estudiantes universitarios en el país realizan sus estudios en uno de esos
centros.
El costo de los CC es mucho más asequilble de las
universidades con periodos de cuatro años. Ciudadanos, residentes, refugiados y
asilados que vivan en un determinado estado y cumplan con requisitos
adicionales que dependen de cada estado pueden calificar para una matrícula in
state.
Si los
indocumentados califican o no dependen
del estado. Pero en muchos de ellos, sí se pueden beneficiar y pagar como si realmente residen en el estado. Los estudios en un Community College son dos
años en los que se puede mejorar notablemente el conocimiento del inglés y sus
particularidades académicas.
No todas las universidades y colleges aceptan
estudiantes que han realizado parte de sus estudios en otra institución. O, si
los aceptan, imponen condiciones duras para transferir los créditos ya
estudiados.
Los Community
College tienen menores exigencias en los tests de ingreso, como TOEFL, SATS o
similares. Además, hay universidades que aceptan a estudiantes internacionales
provenientes de Community Colleges prestigiosos. Eso puede ser así aunque no
tengan firmado ningún acuerdo. En estos casos dependerá de la calidad y méritos
de los estudiantes.
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