N.E: Tiempos modernos los de este siglo XXI. Los pobladores del Ande y de la Amazonia dejan sus comarcas en busca de mejores condiciones de vida. Emigramos al litoral, dejando la pequeña aldea. La ilusión de un mundo de oportunidades se trunca pronto. Las capitales son espacios huraños. El racismo se profundiza. El espacio geográfico se estrecha. Las nuevas generaciones que habitan la urbe, no siempre conocen la cuna de donde provienen. Una respuesta cotidiana de gran parte de la población de Lima, Trujillo, Arequipa, Cusco... es: Yo ha nacido en la costa, "pero" mis padres dicen que se criaron en Huaylas, Santa Cruz, Chacas, Corongo, etc,etc. Yo no conozco su tierra. Por eso los estudios sociales recientes indican que Lima está poblado por costeños. La sierra y la selva no cuentan.
Las únicas personas que logran un espacio en la ciudad son aquellas que tienen el coraje de identificar su ciudad, su familia. El olvido de los distritos y caseríos es una actitud cotidiana. El desprecio por el migrante interno es peor que en las grandes capitales del mundo. La administración central del país atraviesa por una corrupción endémica. Por ejemplo, los desembolsos de fondos para pequeñas obras de los municipios, son condicionados a una "donación" del diez por ciento de lo presupuestado a los encargados de la administración de un ministerio, como Vivienda y Construcción...
Frente a esta cruda realidad del centralismo asfixiante se levanta con mucha fortaleza la labor ejemplar de artistas: escritores, arquitectos, poetas, músicos, pintores, actores, cineastas, que no cesan de buscar y construir espacios de dignidad. En este universo destaca, entre otos grupos:La Lira Huaylina, creada en 1945. Uno de los fundadores sigue cantando a su tierra acercándose al siglo de vida. El Ministerio de Educación ha reconocido con el Grado de Amauta a Rodomiro Flores, quien fue profesor de varias generaciones, incluyendo un presidente de la República.El tiene la capacidad y la voz para remarcar la necesidad de construir el país, con una profunda innovación del Estado, dando énfasis a la Educación y la Salud de calidad. El resto vendrá por añadidura. Leamos a continuación al jurista David Flores, la aleccionadora crónica sobre la trascendencia del Arte, antes que la economía y las finanzas. Los miembros de La Lira Huaylina supieron cultivar la música, por encima de las debates y debacles en la Historia Política del país.
Un 30 de octubre de 1945, hace 71 años, se fundó en Huaylas “La Lira de Huaylas”, hoy “Lira Huaylina”. El 5 de julio del año siguiente hizo allí su primera presentación pública. Quiero por eso caminar hoy, de puntitas, como en los tiempos en que conocí a la “Lira”, casi como espiando, para que no se advierta que mucha agua ha corrido bajo el puente y, sobre todo, para no romper el dulce hechizo tejido en tan largos años transcurridos.
Los
tiempos que nos toca vivir invitan a la reflexión y al recuerdo para tratar de
entender el entusiasmo que animó a los pioneros de la “Lira” que plasmaron sus
sentimientos y romanticismo en la fundación de una institución musical, hecho singular
no solo por la época en que se hizo, y el lugar que los cobijó sino, sobre
todo, para poder apreciar su vigencia pues aún nos permite seguir hablando con cariño de ella,
en presente.
Recuerdo
vagamente haber asistido, junto con algunos niños de mi edad, y seguramente como excepción,
dada la concurrencia de solo personas adultas,
a la primera presentación de La “Lira” en el Hotel América de la familia
Rodríguez Haro. Creo que mis padres me dieron su anuencia porque en el grupo de
los entusiastas músicos estaba mi hermano Rodo, activo promotor y primer
Presidente de la institución. No estaba, por cierto, en mis más lejanos y atrevidos sueños llegar a ser integrante del conjunto y menos
pasear orgulloso su nombre por diversos
escenarios. Había, además, otra razón para asistir al estreno: Padrinos
de La Lira fueron designados don Agustín Romero Herrera, Director de mi Escuela
N° 323 y más tarde mi querido maestro del sexto año de primaria y Pina Rodríguez Haro, entonces Directora del
Jardín Infantil, a quien mi hermano Lucho, en ese entonces su alumno, hasta hoy, la nombra simplemente como su “Señorita Pina”.
En
el escenario preparado exprofeso, había una mesa en la que estaban los
instrumentos musicales cubiertos con delicados tules. En el momento oportuno,
los instrumentos fueron descubriéndose, uno a uno, y entregados por los
padrinos a los integrantes para que se iniciara el programa musical en el que, cada canción, estuvo dedicada a una persona
visible de la localidad. Curiosamente, en esa primera presentación, no hubo ni
una marinera ni un huayno, lo que hoy resultaría
inaceptable herejía.
Pero
volvamos a esos tiempos para reflexionar un poco: Cuando La “Lira” ensayaba en
casa de alguno de sus integrantes, los niños solo podíamos espiarlos tras las
cortinas o por una ventana. La música era cosa de adultos pues, decían que muchas
veces, derivaba en bohemia y eso, para los padres de entonces, no era recomendable. Mas, no podemos negar que
nos impactaba mucho cuando alguna vez
escuchábamos a distancia una sentida serenata. Con el tiempo supe, por versión
de mi maestro don Jacinto Córdova Sánchez, que en una serenata había que cantar
primero una polka o paso doble (“para que se despierte”); un vals (“para que
goce”); un yaraví (“para que llore”); y, una marinera y un huayno (“para que se
alegre”). Si a todo esto añadimos: noche
solemne de luna llena y un corazón
ansioso tras la ventana, convendremos en que estábamos frente a una tradicional serenata.
Los
de mi generación despertamos así a la vida en ese ambiente de romanticismo y
respeto en el que, por ejemplo, quien
invitaba a bailar a una dama, se abrochaba primero el saco y luego la invitaba
a bailar. Al terminar la llevaba hasta su sitio después de haberle brindado refrescos
o mistelas. Durante el baile se podía conversar con ella y, lógicamente, según
la ocasión, era el
momento esperado para confiarle alguna cuita. Hoy parece que en una fiesta
los jóvenes ya no hablan o hablan muy poco. Es verdad, hay que
admitirlo…………..los tiempos cambian.
La
“Lira” un buen día reapareció en Lima reuniendo
a algunos fundadores y a quienes, como yo, se fueron sumando en el camino. Vinieron luego
las presentaciones en diversos escenarios, emisoras, instituciones, viajes y,
lógicamente, las grabaciones que,
gracias a Dios, han dado la vuelta al mundo. Se, por ejemplo, del matrimonio de un peruano, en muy distante país,
en el que los novios ingresaron al templo a los acordes de “El Cóndor Pasa”
grabación de la “Lira Huaylina”. Se
también de gente amiga, en lejanos
países como Suecia, Rusia o Australia, que sufren a la patria lejana con las
notas de nuestra “Lira”. Esto significa que hay peruanos por todo lado y que los fundadores sembraron buena semilla, pues aún fructifica.
Va
desde acá un sentido homenaje a nuestros fundadores: Luis Germán Espinoza
Alcedo, primer Director; Octavio Sánchez
Aguirre, (Tesorero) Ricardo Cortez, Aurelio Maza, Rigoberto Cox Peregrino,
Filemón Villar, Edgardo Villar, Diógenes Villar, (Secretario), Horacio
Villafana Villafana (Secretario de Cultura) y Julio Rodomiro Flores Vásquez, su
primer Presidente. Los dos últimos, aún nos acompañan con el entusiasmo de la
juventud que, felizmente, “no es una
época de la vida, sino un estado de ánimo”. Ellos, en su momento, aceptaron mi atrevimiento
de integrarme al conjunto. Hoy puedo decirles, en recompensa, que, gracias a
Dios, me ha tocado colaborar en una buena parte de su larga trayectoria
difundiendo nuestra música y paseando con
orgullo el nombre de Huaylas por diversas latitudes en la línea que ellos, tempranamente, nos trazaron.
Perdonen ahora que, para terminar esta improvisada remembranza,
deje de lado la modestia y le diga a nuestros paisanos y amigos que la “Lira
Huaylina”, es un referente en la música ancashina. Por cierto, no es apreciación
mía. En efecto, el 14 de diciembre del
2015, el Congreso de la República, presidido por el señor Luis Iberico Nuñez, en ceremonia pública, otorgó al Conjunto una Medalla y un Diploma de Honor “En
reconocimiento a su destacada trayectoria y valioso aporte a la cultura musical
ancashina”.
Corresponde entonces a las nuevas generaciones y agrupaciones
musicales, llegar aún más lejos de los lugares a donde ha llegado la “Lira”. Para ello, no
existe secreto alguno: Solo hace falta dialogar siempre con Orfeo, que contento
y
feliz, como corresponde a los míticos dioses, pulsará su cítara con ellos; y, luego, brindar siempre el cariño, cada vez más grande,
a Huaylas, nuestra querida tierra que,
entre dorados trigales y sonrientes mazorcas de maíz, seguirá inspirando los más nobles sentimientos.
Lima, 30 de
octubre del 2016. David N. Flores Vásquez
ACTUALES INTEGRANTES DE LA “LIRA
HUAYLINA”
Julio Rodomiro Flores Vásquez Luis H.
Flores Vásquez
Edilberto Ardiles Espinoza Sergio
Vergaray Ramos
Julio Adolfo Flores Villar Julio
Flores Espinoza
Eugenio Angeles Fuentes Juan
Vásquez Gomero
Jorge Nuñez del Prado Ismodes David N.
Flores Vásquez
(El 23/7/16 falleció Mario Sáenz Chávez, último
integrante del Conjunto.)
ALGUNAS
ACTUACIONES DE LA “LIRA HUAYLINA”
Radio Nacional del Perú, Radio La
Crónica, Radio El Sol, Radio San Cristóbal, Radio Santa Rosa; Palacio de
Gobierno, Teatro Felipe Pardo y Aliaga, Teatro Peruano Japonés, Casa del
Maestro, Asociación de Artistas y Compositores, Biblioteca Nacional del Perú,
Colegio Médico del Perú, Rotary International, Casa del Maestro, Diario “El
Comercio”, Cine Barranco, Club de la Unión, Club Ancash, Club La Libertad, Club
Yungay, Asociación Distrital Huaylina, Catedral del Cusco, Concejo Provincial
del Cusco, Concejo Provincial de Huaylas, Municipalidad Distrital de Huaylas.
DISTINCIONES RECIBIDAS
-Hijos
Predilectos de Huaylas, (Municipalidad Distrital de Huaylas).
-Patrimonio
Cultural de Huaylas, (Municipalidad
Distrital de Huaylas).
-Patrimonio
Cultural de la Provincia de Huaylas. (C. Provincial de Huaylas).
-Condecoración
Club Ancash.
-Condecoración
Lira Huaylina.
-Insignia
de Oro “Lira Huaylina”.
-Medalla y
Diploma de Honor del Congreso de la República del Perú.
PRIMER PROGRAMA DE LA “LIRA HUAYLINA”
(Huaylas, 5 de julio de
1946, Hotel “América”).
1.- Presentación del instrumental por
los padrinos.
2.- “Granada”, macha ejecutada por la
orquesta.
3.- Palabras de ofrecimiento por el
Presidente de la “Lira” Sr. Rodomiro Flores.
4.- “Cholita”, polka dedicada a los
padrinos.
5.- “Súplica”, vals dedicado al señor
Pedro Villar y esposa.
6.- “Yo te perdono”, vals dedicado a
la señorita Victoria Olivar.
7.- “¿Qué es lo que pasa?”, bolero
dedicado al señor Juan de la C. Olivera.
8.- “Lo que llega al corazón”, vals
dedicado a la Srta. Angela Torres Azurza.
9.- “Tentación”, bolero dedicado al
señor David Flores Aguirre.
10.- “Todos vuelven”, vals dedicado
al señor Eneas Martínez
11.- “Linda mujer”, guaracha dedicada
a la Srta. Esther Rojo.
12.- “Mi tesoro”, vals dedicado al
señor Nicanor Ardiles Alba.
13.- “Vivacia”, polka dedicada a la
Srta. Inés Cano.
14.- Palabras de agradecimiento por
el Secretario de Cultura Sr. Horacio Villafana.
“EL HUAJE”, UN GRITO DE ORGULLO…….
Como humilde cultor de este arte, por
así llamarlo, me atrevo a escribir unas cuantas líneas, dedicadas a ese grito
casi enigmático que los huaylinos lo conocemos como “huaje” .
Precisamente
el ¡huaje! Es un grito que sale del fondo del alma y se modula en la garganta y
ésta marcará su destino, es decir, podemos descifrar por el acento, qué
significa en ese momento el “huaje”.
Inicialmente
pensé que solo era la expresión expontánea y desenfrenada de una alegría tan
grande que, al no caber en el corazón, tenía que exteriorizarse con un grito, y
en ese momento, el “huaje” significaba eso……. Alegría.
Más tarde, cuando empecé a
participar de las fiestas y actividades de
mi tierra, pude notar que el “huaje” era un grito de reto, con el que se
dice: “Mira, aquí estoy yo, o aquí estamos nosotros y si quieres algo, ven que
aquí te espero”. Una muestra de esta aseveración la encontramos en nuestros
“pashas” en la grandiosa fiesta del 8 de julio en honor a Santa Isabel, los que
con el puño en alto interpretan magistralmente esta sinfonía.
Pero también en el “huaje”
un domingo cualquiera, casi oscureciendo, se dice “aquí venimos nosotros (30 0
40 braceros contentos de haber cumplido una tarea o una faena encargada por el
pueblo) y salgan de sus casas para que nos vean y se alegren con el avance de nuestro
trabajo”.
O en alguna noche estrellada se escucharán los ecos casi como
si retumbara en los cerros, un grito
entre triste, entre lastimero, y será que u n solitario labriego demoró el
retorno a su hogar por libar con sus amigos y ese “huaje” que lanza, servirá
para espantar a los malos espíritus o para darse valor y seguir la cuesta. O
quizá sea el grito triste de una inmensa pena de amor que, al igual que la
alegría, al no caber en el corazón, hay
que sacarlo, pero así con dolor, gritando……..echando “huaje”.
No se qué significará para
los que nos escuchan, quizá solo el grito de alguien que perdió la razón, pero
para el autor de la nota, significa muchas cosas más.
Y aún que les parezca un
salvaje, cada vez que las circunstancias lo ameriten escucharán mi “huaje”. Y cómo
quisiera que cuando muera mis cenizas sean echadas desde el aire sobre mi
bendita tierra y estoy seguro que éstas caerán lanzando un sonoro “huaje” por
la alegría de regresar al lugar en donde nací, HUAYLAS. (Manuel Flores Villar).
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