En América Latina 140 mil personas son asesinadas cada año y una de cada tres familias es víctima de una agresión criminal en el mismo espacio.
Esta es una de las primeras referencias conclusiones del reciente estudio del BID, Asalto al Desarrollo – Violencia en América Latina, con la dirección del economista Ricardo Hausmann y editado por Juan Luis Londoño, Alejandro Gaviria, Rodrigo Guerrero.
Esta investigación, parte de la Red de Centros de Investigación, creado por el BID en 1991, reúne estudios comparativos en políticas macroeconómicas y financieras, modernización del Estado, regulación, pobreza y distribución del ingreso, servicios sociales y empleo, entre otras variables.
Para efectos de este comentario, podríamos invertir el título de la investigación, señalando que la ausencia del desarrollo es una consecuencia de la violencia. La verdad es que en América Latina los periódicos, las pantallas de TV, las palabras de un sector mayoritario de políticos, alientan la violencia como nunca antes, alcanzado niveles sin precedentes. Todo esto, unido a la inoperancia de las fuerzas policiales y de justicia, la narco economía, la informalidad y el excesivo y excluyente crecimiento del PBI que beneficia a una minoría absoluta.
Los costos económicos de la violencia criminal en Latinoamérica son muy elevados. Las pérdidas de capital humano ocasionadas por muerte o por incapacidad, y los costos originados por atención médica a las víctimas de la violencia alcanzan en muchos países 5% del PIB, precisa el estudio referencial.
A este drama se suman los efectos nocivos de la violencia sobre la inversión doméstica y extranjera, el racismo, la libre migración.
Este libro constituye, según sus autores, un primer paso para tratar de llenar un vacío. Estudia la magnitud y los costos de la violencia en seis países de la región y ofrece, para cada caso, una discusión sobre las políticas de control y reducción de la misma.
La publicación promueve el interés por el estudio de la violencia criminal en Latinoamérica y trata de poner en marcha el debate que finalmente podría brindar grandes luces sobre cómo abordar el terrible flagelo de la violencia en Latinoamérica, afirma Ricardo Hausmann.
La publicación promueve el interés por el estudio de la violencia criminal en Latinoamérica y trata de poner en marcha el debate que finalmente podría brindar grandes luces sobre cómo abordar el terrible flagelo de la violencia en Latinoamérica, afirma Ricardo Hausmann.
A manera de resumen, Asalto al Desarrollo – Violencia en América Latina, remarca que los indicadores más tradicionales ilustran su cuantía. En la región hay 140.000 homicidios por año; cada latinoamericano pierde el equivalente a casi tres días anuales de vida saludable por causa de la violencia; 28 millones de familias son sujetas a hurto o robo en un año o, para decirlo en forma más contundente, 54 familias son robadas por minuto, aproximadamente una por segundo.
La violencia, medida por cualquiera de estos indicadores, es cinco veces más alta en esta región que en el resto del mundo. La violencia sobre los bienes y las personas representa una destrucción y transferencia de recursos de aproximadamente 14,2% del PIB latinoamericano; es decir, US$168.000.000.
Y en capital humano se pierde 1,9% del PIB, porcentaje equivalente al gasto en educación primaria de la región. En recursos de capital se pierde anualmente 4,8% del PIB, o sea, la mitad de la inversión privada.
Las transferencias de recursos que se realizan entre las víctimas y los criminales alcanzan 2,1% del PIB, porcentaje superior al del efecto distributivo de todas las finanzas públicas.
Pero la violencia tiene lunares de menor y mayor intensidad. En el Cono Sur—especialmente en Chile y Uruguay—y en Costa Rica, en Centro América, se registran los menores índices de violencia, éstos son comparables al de los países europeos.
La mayor incidencia de hechos violentos se presenta en los países andinos y en el resto de los de Centro América,fue en esta región en donde se concentra la atención de esta publicación. Fue en El Salvador y Colombiadonde se encontró que a causa de agresiones contra personas y bienes se destruye una cuarta parte del potencial anual de producción.
Los investigadores van a la búsqueda de evidencia sobre factores distintos a drogas y guerrilla. La epidemiología clásica permite identificar que es entre los hombres jóvenes, en el consumo de alcohol y en la tenencia de armas donde se concentran los mayores factores de riesgo.
La epidemiología macroeconómica sugiere que la creciente deficiencia en el sector educativo es el principal factor subyacente al incremento del nivel de violencia en la región: “Una brecha de un año de educación se asocia estadísticamente con aproximadamente 14.000 homicidios adicionales por año”.
También se indica que “el aumento de la pobreza y de la desigualdad que sufrió América Latina en la década de los ochenta pudo haber generado unos 30.000 homicidios adicionales por año”.
El Asalto al Desarrollo…, es un enfoque de epidemiología económica que podría ser la vía más idónea para explicar los incentivos y comportamientos sociales de los individuos que subyacen a la dinámica de la violencia de América Latina.
Ignorar la magnitud y costo de la violencia en la región tampoco puede llevarnos a visiones nihilistas sobre las posibilidades de intervención. El mayor aporte de este trabajo de economía social, es alentar al lector a una mirada optimista y constructiva a las posibilidades de aplicación de políticas.
También se indica que “el aumento de la pobreza y de la desigualdad que sufrió América Latina en la década de los ochenta pudo haber generado unos 30.000 homicidios adicionales por año”.
El Asalto al Desarrollo…, es un enfoque de epidemiología económica que podría ser la vía más idónea para explicar los incentivos y comportamientos sociales de los individuos que subyacen a la dinámica de la violencia de América Latina.
Ignorar la magnitud y costo de la violencia en la región tampoco puede llevarnos a visiones nihilistas sobre las posibilidades de intervención. El mayor aporte de este trabajo de economía social, es alentar al lector a una mirada optimista y constructiva a las posibilidades de aplicación de políticas.
Es conveniente una aproximación pragmática, basada en la observación cuidadosa de la realidad, creo que sin olvidar la matriz de los modelos económicos en un planeta globalizado, en el cual se valore y respete lo mejor de la creación, de la cultura en sus variadas expresiones.
Así mismo, se debe combinar una lucha pública contra la impunidad y por la eficacia de los aparatos judiciales y policiales, con mayor flexibilización para que los individuos y sus asociaciones puedan ejercer mayor prevención y control de los comportamientos violentos.
La reconstrucción del tejido social y la acumulación del capital social son las inversiones más importantes que los latinoamericanos podrían hacer para cimentar una convivencia ciudadana más pacífica.
Conclusiones y recomendaciones
El Banco Mundial, en su más reciente informe de Perspectivas Económicas Mundiales, indicó que no considera que la región latinoamericana recupere el crecimiento económico sino hasta 2017 y que la mayoría de los países de esta Región registrarán un crecimiento negativo este año.
El Banco Mundial, en su más reciente informe de Perspectivas Económicas Mundiales, indicó que no considera que la región latinoamericana recupere el crecimiento económico sino hasta 2017 y que la mayoría de los países de esta Región registrarán un crecimiento negativo este año.
Estados Unidos crecerá 2,7% y los países de la eurozona 1,7%, según el banco. El desempeño económico diferirá entre los países de la región, “con un crecimiento más fuerte en América Central y del Norte y El Caribe contrarrestará la debilidad en Sudamérica”.
“La recesión actual en Brasil se extenderá en 2016, pero se espera un regreso al crecimiento en 2017”,indicó el informe. En México, “se reanudará el crecimiento, gracias a los dividendos de la implementación de las reformas estructurales y al fortalecimiento de la demanda del mercado de Estados Unidos”, añadió.
Tanto Brasil como Venezuela se verán afectados por la “incertidumbre política”, países que ya enfrentan dificultades por su pobre desempeño económico y por las crisis políticas.
En suma, se espera un débil crecimiento económico a nivel mundial en 2016, con riesgos a la economía mundial causados por los conflictos regionales y por el alza de la tasa de interés recientemente emprendida por la Reserva Federal de Estados Unidos.
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