Con el fin de profundizar la
transparencia en la actividad
extractiva, Lima se convierte en febrero del 2016 en la sede de una séptima conferencia mundial de la Iniciativa para la
Transparencia de las Industrias Extractivas - EITI.
La industria extractiva, que tantas divergencias provoca
en el mundo, será un tema de análisis y de propuestas, por
representantes de sesenta países, entre
40 dignatarios de África, América, Asia y Europa y
organizaciones especializadas,
Las autoridades peruanas para ser
anfitriones de esta cita
internacional han reiterado su contravertida
condición de “país cumplidor” de las normas ecológicas y ambientales para garantizar un
desarrollo económico y social
equilibrado, sin poder ocultar su incapacidad y voluntad para resolver por ejemplo el caso de La Oroya, un centro minero de propiedad de la empresa norteamericana Doe Run, adquirida con bonos buietre.
La convocatoria advierte que
el Perú marca el compromiso de
propiciar y asumir el reto de que
la recaudación y la gestión
de los ingresos de la
minería e hidrocarburos sean transparentes, empezando por el respeto
irrestricto a los derechos de las personas que habitan las zonas donde están los principales recursos energéticos
no renovables.
“La iniciativa conocida con la
sigla EITI, es una coalición de
Gobiernos, empresas, grupos de la sociedad civil, inversionistas y
organizaciones internacionales que establece un estándar mundial de
transparencia y rendición de cuentas para los ingresos provenientes de los
recursos naturales.
El proceso EITI en América,
gracias a las innovaciones en su implementación y su capacidad de representación
a nivel de la región, también ha generado el cuestionamiento de decenas de
organizaciones defensoras de las
comunidades.
La Iniciativa para la
Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI, por su sigla en inglés) es
una norma internacional para promover la transparencia en los pagos y los
ingresos de la industria extractiva.
En enero de 2010, había 30 países
en proceso de implementar la EITI, siendo Azerbaijan y Liberia los únicos con
la categoría de País cumplidor de la iniciativa. El resto de los 28 países
candidatos a la EITI son: Albania, Burkina Faso, Camerún, República
Centroafricana, República Democrática del Congo, República del Congo, Costa de
Marfil, Guinea Ecuatorial, Gabón, Ghana, Guinea, Kazajstán, Kirguistán, Malí,
Mauritania, Madagascar, Mongolia, Mozambique, Níger, Nigeria, Perú, Santo Tomé
y Príncipe, Sierra Leona, Tanzania, Timor-Leste, Yemen y Zambia.
Los países participantes en la
EITI, asumen el compromiso de exigir a
las empresas que publiquen los montos que pagan a los gobiernos, y que los gobiernos también hagan de conocimiento
abierto los montos que reciben de las empresas.
Las cifras, según las normas de
EITI, son conciliadas posteriormente por
un administrador independiente.
Los grupos de la sociedad civil y los medios
de comunicación que no participan en forma directa en EITI, también pueden
jugar un papel de supervisión o de asistencia en la educación de la opinión
pública. El Secretariado Internacional
de la EITI, con sede en Oslo, Noruega, es el encargado de convertir en acciones
las decisiones políticas del Consejo Internacional, y de coordinar los
esfuerzos a nivel mundial para apoyar la implementación de la EITI.
Entre las organizaciones
internacionales que apoyan la EITI se encuentran el Banco Mundial, el FMI, Banco Africano de Desarrollo, el Banco
Asiático de Desarrollo, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el
Desarrollo, y el Banco Europeo de Inversiones.
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