Jorge Zavaleta Alegre. Cambio16-Madrid.-
La música constituye el mejor eslabón para fortalecer
la integración de América Latina y el Caribe. Las políticas culturales de
Venezuela y Chile son dos referentes para esa mayor fusión de los valores locales.
La Sinfónica Simón
Bolívar, junto a las Orquestas Juveniles
e Infantiles de Venezuela y el Coro de Opera Teresa Carreño, presentó a Juan Diego Flórez, reconocido tenor peruano, en su primera visita a Venezuela en el 2009,
bajo la batuta del director Gustavo Dudamel.
Este y otros encuentros
artísticos, abiertos a los espectadores y sin costo alguno, son consecuencia del esfuerzo entre empresa privada y gestión cultural
pública, a través de su Ministerio del Poder Popular para la Participación y
Protección Social.
El Sistema Nacional de Orquestas y Coros
Juveniles e Infantiles y el Conservatorio de Música Simón Bolívar cuentan con diversas
academias (de violonchelo, violín, piano, flauta y otros instrumentos de viento), con programas que responden a la excelencia musical y el
criterio de sus líderes docentes, artistas todos de trayectoria internacional.
El Conservatorio de
Música, fundado en 1975, funciona bajo la práctica colectiva de la música como parte
esencial de enseñanza. Hasta febrero último, más de 150.000 mil jóvenes se han formado en
esta institución y han obtenido el
título de músico ejecutante, avalado por el Ministerio de Educación.
El Sistema cuenta con un
plan docente regional, con varias vertientes de formación: Orquesta Sinfónica
Juvenil, Banda Sinfónica Juvenil, Big-Band Jazz, Latino Caribeña, Afro Venezolana, Coro Juvenil y Orquesta de
Rock Sinfónico.
Y el Centro Académico
Infantil de Montalbán con capacidad para atender a más de mil niños, niñas y adolescentes,
de dos años hasta los quince o dieciséis
años de edad, cuando ya están preparados
para continuar su formación en el Conservatorio de Música o la Universidad
Nacional Experimental de las Artes UNEARTE. Existen orquestas y corales pre
infantiles en los estados Aragua, Carabobo, Lara, Nueva Esparta, Trujillo,
Yaracuy y Zulia.
CHILE Y LAS BECAS
La Fundación de
Orquesta Juveniles e Infantiles de Chile promueve con becas al mérito, con el pago de alojamiento (residencia
universitaria, pensión y arriendo de departamento). Existe un fondo solidario
de crédito universitario y crédito Corfo, la principal financiera pública del
país.
El año pasado la
Orquesta Chilena, actuó en el teatro de la Universidad Nacional de Ingeniería,
mereciendo el aplauso de los estudiantes y los pobladores del Norte de Lima.
En consecuencia, constituye
una acertada iniciativa que la Fundación de Juan Diego Flórez y la
Municipalidad de Lima hayan empezado a
trabajar en los distritos de la Capital donde los niños y niñas al no tener
oportunidades de recreación, están más
propensos a integrar pandillas o consumir drogas en el futuro.
"Sembrando mi
música - Sinfonía por el Perú", proyecto de la alcaldesa Susana Villarán,
en el Centro Infantil Municipal Maravillas de Barrios Altos, constituye una
ocasión para que la empresa privada participe, como ocurre, aunque en forma
incipiente, en Puno, Juliaca, Cusco, donde compañías de exploración de oro y plata cubren los modestos sueldos de
los profesores de música.
El proyecto no está
solo. El Estado deberá afinar la participación multisectorial. Las instituciones culturales de Europa, EU y Asia sean bienvenidas. La oferta de profesores de
la Orquesta Filarmónica de Viena, es un buen paso.
En el Perú se asiste a
un proceso espontáneo de revaloración de
su cultura. Se conoce más de las danzas
típicas y en la música la diversificación está muy marcada entre las clases populares y los sectores de altos
ingresos. La música, sin duda, es el
instrumento de mejor comprensión del arte y la convivencia pacífica. Alma
llanera, para cruzar los andes y llegar a la Patagonia, predicaba Bolívar.
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