Papel de Arbol

lunes, 11 de junio de 2012

EL CRISTIANISMO Y LA POLITICA.RETOS Y FRUSTRACIONES


Frustraciones y retos evangélicos. 
Jorge Zavaleta Alegre-Periodista licenciado en ciencias sociales.-
En la década del cincuenta en Brasil nació la Teología de la Liberación, una corriente  de la Iglesia Católica que se oficializó  tras el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín de 1968. Cuatro décadas después, el neoliberalismo ha provocado  avivamientos espirituales de luteranos, del Opus Dei y el nacimiento de  movimientos políticos  locales para  ocupar el espacio dejado  por los partidos políticos.
 La pregunta de ¿cómo ser cristiano en un continente oprimido?, formulada por los más destacados exponentes  de la Teología de la Liberación solo  se discute  en aislados foros académicos. Los mensajes de los sacerdotes Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff, Camilo Torres Restrepo y Manuel Pérez Martínez, entre otros, son negados por sus  opositores, argumentando presunta incompatibilidad del marxismo con el evangelio.
La  crisis global ratifica que la dependencia de América Latina respecto del resto del  mundo  no solo es económica y política, sino también eclesial y teológica. La caída del Muro de Berlín, en efecto,  produjo un renacimiento del luteranismo, como una  evocación a lo que sucedió a fines del siglo XIX en  Noruega, Suecia, Inglaterra, Alemania, India, Holanda, y que se extendió hacia  Estados Unidos y al  sur del  río Bravo.
“Las Asambleas de Dios”, es una de las primeras expresiones luteranas que aparece en   Missouri, en 1914.  Al Perú llega a  las ciudades con atractivo turístico. Caraz, en el Callejón de Huaylas, recibe al misionero Erickson, quien convoca a  jóvenes como Ernesto Béjar, Isaías Zavaleta Figueroa, AntenorTorres, cercanos al comunismo y al aprismo, en una época que ser “evangélico-protestante” era igualmente “peligroso”.
 Las organizaciones evangélicas crecieron pronto, pero  sufren un cisma en el terreno de la política. Aquellos que avalaron al fujimorismo tomaron distancia  cuando en 1992 se quebranta  el orden  democrático, se cierra el parlamento, se  impone el modelo privatizador y se descubre la  corrupción organizada.
Después de esa fractura, las iglesias protestantes tomaron prudente distancia de las elecciones políticas. Al  Congreso de la República del 2011   postularon  muy pocos  luteranos. El representante más visible, fue  el pastor y arquitecto Humberto Lay Sun, doctor honoris causa en divinidades por la Escuela de Teología de California,  distinguido por su labor en la Comisión de la Verdad y destacado líder de  la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera del Perú.   
Lay Sun,  se ha comprometido,  en su condición de presidente de la Comisión  de Ética y  miembro de la Comisión de Vivienda,  a concertar  en el Congreso el debate de un  conjunto de leyes para superar las desviaciones del proceso edificatorio, durante la dos décadas pasadas, por efecto del lucro desmedido de las constructoras y la ausencia supervisora del Estado en un país donde la migración de los andes a las ciudades de la costa exige el planeamiento territorial y desarrollo sostenible.
Lay Sun, no ignora la complejidad de su compromiso.  En un concurrido auditorio de arquitectos e ingenieros mostró una encuesta de Ipsos-Apoyo  2011: Más del 80% del público comparte la eliminación de la inmunidad parlamentaria para hacer viable la sanción por actos  ilícitos a  los miembros del Primer Poder  del Estado.
Los evangelistas  se mantienen separados de la mundanalidad pero no del mundo. La unidad nacional  camina dentro de un proyecto político de desarrollo integral, donde la Ética y la Estética son irrenunciables. Y surge una referencia útil. En 1822 el Perú  instaló su primer Congreso republicano. Sus integrantes se comprometieron bajo juramento a: “…conservar la santa religión católica, apostólica, romana, como propia del Estado; mantener en su integridad del país…”. Ese juramento  ha perdido vigencia por el reconocimiento de la diversidad cultural  del país.   

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