Papel de Arbol

viernes, 16 de diciembre de 2011

“QUEREMOS DEMOCRACIA Y NO TUTELA MILITAR”, SEÑALA POLITICO Y ACADEMICO PERUANO

*Los políticos viven divorciados de la Democracia, señala politólogo Henry Pease, ex presidente del Congreso y académico peruano al evaluar el Estado y sus instituciones.
Jorge Zavaleta Alegre
Cambio16, Madrid
Lima.- Crece la distancia entre la política y la ciencia política, es decir entre los políticos tradicionales y la academia, realidad que en el Perú se traduce, cada día, en menos Democracia con propuestas como el tutelaje “socrático” de las fuerzas armadas.

Esta cruda conclusión nos ofrece el debate anual, con asistencia de cientos de ciudadanos de organizaciones representativas, sobre la “Democracia y sus instituciones”, promovido por la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica del Perú, cuyos docentes, en su mayoría, mantienen activa participación en la vida del país, más los aportes de los politólogos visitantes como Dieter Nohlen de la Universidad de Heildelberg y Steve Levitsky de la Universidad de Harvard.

Para conocer con más amplitud sobre cómo funciona nuestra democracia, incluyendo la lucha anticorrupción como política de Estado, entrevistamos a Henry Pease, Director de la referida Escuela de Gobierno y Políticas Públicas, quien también ha sido Presidente del Congreso de la República y parlamentario en cuatro períodos, Teniente Alcalde de Lima y candidato a la Presidencia de la República.

-El libro que acaba de presentar la institución que dirige es una fotografía viva de lo que ocurre en el Perú del 2011. ¿Cuál es el balance de la coyuntura?.
Henry Pease,académico, ex Presidente de Congreso de Perú

H.P. A mí me ha impactado más el discurso del Presidente Humala en Ayacucho, cuestionando el voto de los militares y proponiendo el retorno al servicio militar obligatorio, dos cosas por las que he luchado muy fuertemente.
La primera, la puse en el debate, siendo presidente del Congreso y logré la primera votación decisiva, pero en otra legislatura, que ya no la presidía, se hizo la segunda votación.
Respecto a la segunda, la lucha fue más brava, porque fue en la época de Fujimori. Al final la Ley se dio cuando un jovencito se suicidaba en Tacna en el momento en que lo levaban al ejército. La vergüenza y el escándalo que todos sentimos permitió que no siguiéramos con esa legislación y se hizo el cambio.
Yo he sentido que el presidente Humala, ex comandante del ejército, ha hablado como soldado y no como ciudadano; y hay algo, que ante las dificultades de gobernar lo que ha hecho es tender todo su apoyo en su círculo íntimo, que es de militares.
El problema es que los militares tienen una formación que no es muy democrática y que no es coherente con la democracia. Y entiendo que al haber pasado al retiro, ahora tienen que intentar ser democráticos. Lo que se ha dicho por allí es que los militares están por encima del bien y del mal, que se les quite el voto y se les abre el canal para hacer política desde sus instituciones. Eso es lo que ha sido el siglo XX. Ahora voy a tratar, desde la Escuela de Gobierno de la Universidad, el desarrollo de investigaciones históricas que demuestren cómo fue esa cultura política militar.

-¿Este discurso de un militar puede ser entendido como un rezago del pensamiento patrimonialista del siglo XIX, como muy bien lo desarrolla el politólogo Sinesio López o usted en su libro tan difundido “El Perú Oligárquico”?.

H.P. No se vaya tan lejos, pero probablemente se van al siglo XX, siglo en el cual los militares se definían así mismos como las instituciones tutelares de la patria, o sea que los ciudadanos estábamos con tutela, éramos menores de edad, y varias veces, con ese argumento, se han dado golpes en esa dirección. Por supuesto ellos no querían, de ninguna manera, que votaran los militares y quisieran que el servicio militar fuera obligatorio. Son dos ejes que se han usado para ese fortalecimiento de las fuerzas armadas.
También era una visión de estado patrimonialista. Por ejemplo, una vez visité un cuartel cuando yo era miembro de la Comisión de Defensa del Congreso. Estaba hablando con un teniente en el patio de un cuartel y se le acerca un soldado, con quien le envía un encargo para su casa. Le digo al teniente: “Usted debe considerar que el servicio militar no es servidumbre, usted está usando a este hombre para que le haga servicios personales, y eso no puede ser”.
Cualquiera puede comprobar que un oficial tiene un ayudante, que es un sistema que debería pasar por una reingeniería. La eliminación del sistema obligatorio, ha hecho que los militares, ante la ley que dimos, reaccionen agresivamente.


Dr.S.López, con J. Rojas,O.Velasco,G.Sánchez y J.Zavaleta
 A mi he han repetido muchas veces que eso tiene que cambiar. Pero ahora que lo dice el presidente de la República eso es demasiado. Coincide ese mensaje con la caída del primer gabinete ministerial liderado por un civil, el Ing. Salomón Lerner, y reemplazado por un militar, el general retirado Oscar Valdés. Comienza a salir chispas. El ex presidente Toledo ha hablado de que este cambio de gabinete es signo de militarización, pero en todo caso hay un retroceso a una cultura que no es democrática.

-¿Cuál es su sueño democrático, de lo que se puede hacer a mediano plazo?.
H.P. Tiene que asegurarse que funcionen las reglas de juego, que funcione el Congreso, que el Congreso fiscalice. El gobierno tiene que asegurarse que la ciudadanía no va a permitir ciertas cosas. Los ciudadanos tenemos que salir a las calles, si es necesario.
El director de Radio Programas, Raúl Vargas (la más grande emisora del Perú) me ha dicho que estoy “ultra”. Yo afirmo que salir a las calles es un derecho ciudadano, no es violencia, no he hecho nunca violencia en mi vida. No he aceptado la violencia. Pero es necesario que el gobierno sepa que lo que propone no es indispensable y que la ciudadanía debe pronunciarse.

ALEJAMIENTO DE LAS HUMANIDADES
-¿No le parece que hay un divorcio entre los políticos y la academia, además que el sistema universitario requiere de una urgente reestructuración? La gran mayoría de las 120 universidades no ofrece una formación humanística para que sus profesionales puedan competir mejor en un mercado cada vez más reducido.

H.P. Considero que Universidad no es escuela técnica, y lo que creo es que muchas universidades quieren ser una escuela técnica. Además discrepo desde el tiempo del fujimorismo el concepto y la praxis de querer convertir o hacer un modelo de universidad con dueño.
La universidad tiene que ejercer la autonomía y también permitirla. La universidad que no se gobierna por una mayoría de sus profesores y mayoría de sus alumnos, además no es universidad porque no logra la necesaria pluralidad.
Aquí se ha abierto una puertecita para que haya universidades con dueño y que estas instituciones con dueño solo quieren la parte técnica, dependiendo de ella; y los profesionales son meros repetidores que no han visto discutir y comparar los conocimientos que imparten.

-¿La injerencia del Opus Dei en la vida de la Universidad Católica qué repercusiones provocan en la marcha académica y en la pluralidad de la política de gobierno?
H.P. Nos tiene preocupados a todos. Nos ha generado muchas angustias. La Universidad ha respondido en forma unida. Nuestra Asamblea Universitaria ha sesionada varias veces, ha respaldado a su Rectorado y ha dado una sola y unánime respuesta. No se ha puesto tremendista, ha defendido la autonomía que tenemos.
Yo he leído todos los documentos del Papa sobre las Universidades Católicas, pues no sale de allí ese discurso. Allí no dice que el arzobispo nombre a nadie. Acá se trata de un obispo que ha cometido una intromisión que va a tener que corregirla. Por un lado el Poder Judicial, ya nos ha dado la razón en un proceso y ha traído abajo la increíble resolución del Tribunal Constitucional que saliéndose de sus funciones se metió en el tema de un juicio civil, y ahora están dialogando con el Cardenal enviado por el Papa. Estoy seguro que van a encontrar una salida.

-Profesores de gran prestigio académico han estado formando parte del gobierno del presidente Ollanta Humala (2011-2016) y algunos de ellos acaban de renunciar a esa colaboración junto al premier civil. ¿Qué opina de este distanciamiento de la Academia en el proyecto político del actual gobierno?
H.P. En ese grupo estaba un colega mío, Sinesio López Jiménez, que es parte de la Dirección de la Escuela de Gobierno de esta Casa de Estudios. Mi mensaje para ellos es de solidaridad. Con el respeto de todos es una ruptura dolorosa, que tiene que ser analizada y evaluada públicamente. Pero no es el fin del mundo. Primero, porque uno puede servir en la academia, en la política, y se puede hacer política fuera del gobierno.
Segundo, hay que garantizar las condiciones democráticas para que esta participación sea posible.

-¿De su actuación en la política peruana, cuál es su principal aporte para la democracia?
Quiero destacar mi propuesta relacionada con la Cámara Legislativa: que la mitad de sus miembros sea elegida por votantes funcionales, que integran partidos políticos y que esa elección sea liderada por la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales) y en un solo día. Y la otra mitad de los ciudadanos, que no forma parte de grupos partidarios, elija a sus candidatos en la fecha respectiva y con la libertad que conceden las Leyes. De esta manera se podría corregir o prever que ingresen al Congreso los lagartos que tanto daño hacen al sistema democrático y a la consolidación de nuestras instituciones.
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RESUMEN DEL DEBATE
“La Democracia y sus instituciones en debate”, es el título del quinto seminario sobre reforma del Estado, en el cual participaron 20 estudiosos de la ciencia política y cientos de ciudadanos representantes de la comunidad:
D. Nohlen, J. Acevedo, F. Ausejo, Josefa Rojas, D. Sulmont, Milagros Campos, P.Corvetto, W. Jaime, J. Mujica, O.Velasco, R. Patiño. En los debates participaron: H. Pease, R. Ames, F. Tuesta, S. López, D.Nohlen, R. Roncagliolo, Catalina Romero, A. Adrianzén, M. Tanaka, S. Levytsky. Editores: H. Pease y Giofianni Peirano.

Algunas citas:
Cuando hablamos de democracia sabemos que todos aspiramos a acabar con toda forma de exclusión y a lograr objetivos de desarrollo de reglas instituciones cuya construcción no es algo que se pueda copiar. Es por eso que cuando se copia las instituciones no funcionan. Un ejemplo. El intento de copiar el parlamentarismo inglés en las democracias de América Latina no ha prosperado por la ausencia de partidos orgánicos.
La democracia política son reglas y que son desarrolladas en el tiempo. Las instituciones se asientan en el largo plazo. Ni la corrupción ni el Estado de Derecho eran lo mismo que las instituciones políticas. La cultura política que cree que gobernar es mandar o que deliberar es perder el tiempo. Ciertamente esos valores no encajan con el funcionamiento del régimen democrático.
La incorporación de la clase obrera a través del Estado permite abrir cierta posibilidad de un régimen competitivo. Pero toda incorporación partidaria trae una reacción conservadora de las fuerzas política que tienen las riendas del poder.







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