Jorge Zavaleta Alegre
Primero Los Niños.
En América Latina, especialmente en la prensa centenaria, que predica objetividad, democracia, economía (social) de mercado, se remarca con frecuencia que Cuba al cumplir 60 años de revolución comunista, sigue mostrando tasas de pobreza que ahora llegan a 90% de su Producto Bruto Interno. Informar con objetividad es la premisa que no se respeta.
Desde otra óptica igualmente importante, el IDH indicador del desarrollo humano que elabora cada año Naciones Unidas considera factores ineludibles el desarrollo económico de un país sobre la base de la salud, la educación y los ingresos.
Esta información que solo aborda el PBI y tiene como fuente al Fondo Monetario Internacional (FMI), no incluye, ni permite ver los grandes y abismales contrastes entre los que viven en la cúpula de la pirámide y la mayoría de la base.
Existen otras referencias importantes como el Indice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas para comprender mejor el mundo en que vivimos.
Si ordenamos los países en función de su Índice de desarrollo humano, Cuba se encuentra en el puesto 73 del ranking de desarrollo humano (IDH), por ejemplo.
Veamos la versión del FMI: en Cuba el sueldo mínimo es de US$9, economía similar a la de Corea del Norte y Venezuela, a pesar, remarca, de funcionar bajo lineamientos socialistas y de autosuficiencia, cuando ha dependido casi exclusivamente –desde 1959- de lo que otros gobiernos, capitalistas varios, pudieran brindarle.
La importancia de la revolución cubana destaca en la Historia Universal porque significó el derrumbe de una de las dictaduras más inhumanas, la de Fulgencio Batista (1959). En esta nueva fase se eliminaron las grandes diferencias, principalmente a través de dos reformas agrarias, incluyendo nacionalización de empresas y la erradicación de la propiedad privada sobre los medios de producción.
Nadie puede sostener que la caída del Muro de Berlín, Octubre de 1989, implicó la caída del sistema socialista frente a la economía de mercado, porque en la Guerra Fría ganó Occidente.
La Unión Soviética se alejó del modelo de economía centralmente planificada, y abrió ventanas para el ingreso de capital extranjero. Ha cambiado el mundo. Y ahora en el siglo XXI hay un nuevo reordenamiento de la economía, como consecuencia de la revolución tecnológica.
Volvamos al Nuevo Índice de Desarrollo Humano de la ONU: En 2016, Noruega figura con desarrollo “muy alto”. Latinoamérica sigue progresando en términos de desarrollo humano, aunque la región continúa lastrada por el problema de la desigualdad.
Muy lejos de los tres países con mejor desarrollo humano (Noruega, Australia y Suiza), la organización internacional destaca los "extraordinarios avances" logrados en los últimos 25 años por los países latinoamericanos y del Caribe, aunque subraya que éstos "ocultan un progreso lento y desigual en el caso de ciertos grupos".
En conjunto, los Estados de la región tienen un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0,751 —sobre un máximo de 1(uno)— y se sitúan por delante de otras áreas como Asia Oriental y el Pacífico, las naciones árabes, el sur de Asia o el África Subsahariana.
El IDH de Latinoamérica y el Caribe avanzó en el último año ligeramente con respecto al anterior y se mantiene no demasiado lejos del de Europa y Asia Central, 0,756. La mayoría de los países de la región aparecen en el siguiente orden: Uruguay, Panamá, Costa Rica, Cuba, Venezuela, México, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, República Dominicana.
Como países de desarrollo humano medio: Paraguay, El Salvador, Bolivia, Nicaragua, Guatemala y Honduras.
El país más afectado por la pobreza y el único considerado de desarrollo humano bajo, es Haití, que se sitúa en el puesto 163 rodeado de naciones del África subsahariana y de países en conflicto como Afganistán o Yemen.
Pese a sus diferencias, los países latinoamericanos comparten de manera generalizada el problema de la desigualdad y en casi todos los casos pierden puestos en la lista del IDH ajustada por desigualdad. Y el PNUD hace especial hincapié, en la necesidad de garantizar que el desarrollo beneficie a toda la población y que no haya grupos que queden excluidos. Por ejemplo, a las comunidades indígenas como una de esas partes de la sociedad cuyas condiciones de vida a menudo están muy por detrás.
Los pueblos indígenas, con más de cuatrocientos grupos en Latinoamérica son: "Un problema acuciante" en América Latina y el Caribe, cuyas tasas de homicidios y de encarcelamiento muy altas en comparación con otras regiones.
Si ordenamos los países en función de su IDH, Cuba se encuentra en el puesto 73 del ranking de desarrollo humano, con tres variables: vida larga y saludable, conocimientos y nivel de vida digno.
Por lo tanto, influyen entre otros el hecho de que la esperanza de vida en Cuba esté en 79,92 años, su tasa de mortalidad en el 8,11‰ y su renta per cápita sea de 7.561€ euros.
En gasto público de educación que se estima en 13 por ciento del Producto Interno Bruto, Cuba presenta un Índice en el Desarrollo de la Educación de 0.983, encabezando América Latina y el Caribe.
Educación para Todos (EPT), publicación de la Unesco, precisa que aún 57 millones de niños siguen sin estar escolarizados (la mitad de los cuales vive en zonas afectadas por conflictos) y 774 millones de adultos son analfabetos.
Esto representa una disminución de apenas un 1% desde 2000, por lo que los objetivos mundiales de la EPT no se alcanzarán en el corto plazo.
La Unesco puntualiza que deberían fijarse metas de financiación para que los países asignen por lo menos el 6% de su PIB a la educación, y los donantes rindan cuentas de sus promesas, a fin de velar por que nadie quede rezagado por falta de recursos.
La existencia de una crisis mundial del aprendizaje que está afectando más a las personas desfavorecidas, puntualizando cómo de los 650 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria en el mundo, casi cuarenta por ciento no está adquiriendo los conocimientos básicos, y una cuarta parte de los jóvenes en los países pobres no puede leer una oración entera.
Los docentes deben ser vistos como una parte fundamental de la solución a la crisis mundial del aprendizaje, y en correspondencia se formulan estrategias en esta dirección: contratar a los mejores docentes de distintos medios, formar bien a todos los docentes; distribuir eficazmente a los docentes mediante el ofrecimiento de incentivos a aquellos que enseñen en zonas desfavorecidas; y conservar a los docentes mediante la mejora de las condiciones de trabajo e itinerarios de adelanto profesional.
Otro problema igualmente difícil de enfrentar es la “Migración, desplazamiento y educación: Construyendo puentes, no muros”. En el mundo actual es un fenómeno que ha crecido y que se manifiesta a través de diferentes tipos de migraciones, incluyendo desplazados por motivos de conflictos en sus países o por desastres naturales.
Es imperativo incluir en los sistemas nacionales a los que migran, el respeto de los matices culturales, cuya riqueza lleva consigo el migrante. La riqueza de las naciones justamente radica en el intercambio de culturas, costumbres, tradiciones. EU y UE son, por citar dos regiones de gran desarrollo económico, el resultado de la fusión de culturas. Quien no ha escuchado o canta en el mundo, por ejemplo, Guantanamera.
Guantanamera/ Guajira guantanamera/ Guantanamera
Guajira guantanamera.
De mi Cuba soberana, recuerdo aquel murmurillo/ Del rió, junto al coiho que era una estampa cubana
Guantanamera/Guajira guantanamera/ Guantanamera
Guajira guantanamera/ La libertad fue un trofeo, que nos conquistó al bambi/
Con el verbo de Martí, y el machete de Maceo
Guantanamera, guajira guantanamera/ Guantanamera, guajira guantanamera
Yo soy un hombre sincero, dijo Martí, de donde crece la palma/ Y antes de morirme quiero, cantar los versos del alma,
Guantanamera, guajira guantanamera/ Guantanamera, guajira guantanamera
Cultivo una rosa blanca, en Junio como en Enero/ Para el amigo sincero que me da su mano franca
Guantanamera, guajira guantanamera/ Guantanamera, guajira guantanamera