Jorge Zavaleta Alegre,  El Mercurio: Lima/Washington
Los recursos naturales de 
una región tan rica como es América- desde Alaska hasta la Patagonia- a
lo largo de siglos solo  han provocado
conflictos mil. Y ahora, en el Siglo XXI, el llamado libre mercado, en tiempos
de globalización comercial, económica, cultural,    con
una  tecnología que ha roto fronteras
físicas, tampoco  se perfila un panorama  de equidad y 
atención a las necesidades  de todos
sus habitantes. Ese conglomerado de pueblos, de seres humanos, con las mismas
necesidades aún insatisfechas,  sigue
postergando la construcción de los ideales y sueños  de 
libertad  y  bienestar común.
El sabio Enrique 
Castañón Pasquel,  distinción  que le otorgó  la Organización de  Estados 
Americanos-OEA, junto con otros ocho personajes, fue  quien creó la primera revista de Economía a
principios del siglo pasado. Cada edición tenía centenares de páginas y le
faltaba espacio para describir la riqueza material de los Andes. Cada mineral,
planta, lana o fibra, era presentada  con
una muestra real. No existía aún la  fotografía impresa. Los embajadores, los
cónsules, viajaban semanas, meses para cruzar los mares y poder  ofrecer un muestrario de los  principales minerales,  plantas, fibras o lanas de las diferentes
regiones. Y  Castañón Pasquel repetía si
esas riquezas se quedaran para provecho 
de los pueblos andinos, podríamos 
lograr, con mucha  ventaja, el
presente y  futuro  del 
Viejo Mundo. 
El próximo  2021, el
Perú cumplirá  dos siglos de su “Independencia”  como 
República, siguiendo el sueño  de nuestros
próceres como  San Martín y Bolívar.  Asistimos a la instantánea comunicación virtual,
como la que ofrece en materia económica Gestión, diario  creado en 1992, año que el  Banco 
Interamericano  de Desarrollo
impulsó las primeras instalaciones de internet, con  el soporte técnico de la Asociación  de Radioaficionados  del Perú, con su  Primera 
Red  Científica y un grupo  de periodistas,  corresponsales  de medios extranjeros.  
En ese contexto, Manuel Romero  Caro, que había sido años atrás  Ministro de Industria, Turismo, Comercio  e Integración, tuvo la iniciativa  de poner en marcha  Gestión, el primer diario de economía y
negocios de este país, sede del 
Acuerdo  de Cartagena. Con el lema  de un periodismo didáctico, plural, donde
escribían intelectuales de todas las corrientes 
y organizaciones, la construcción de la unidad como nación sigue siendo
una quimera.
Manuel  Romero,
consecuente con su filosofía, sigue  de
cerca la  política de inversión
extranjera, precisando sus preocupaciones por la fragilidad de los  gobiernos para hacer prevalecer las  reglas de juego en función del interés de
todos los sectores sociales y económicos 
que habitan este país, ahora con 33 
millones de habitantes  y donde la
concentración  de los ingresos es la más
inequitativa del planeta.
En esta entrega, ofrece a sus lectores un diagnóstico  sobre 
el proyecto de extracción, trasporte, 
distribución nacional  y  analiza las condiciones que deben fijarse si
el gas  se lleva también a Chile, país
con el  cual se han superado  etapas difíciles en la  historia del Pacífico, pero incidiendo que
primero es atender las necesidades internas, que siempre han sido postergadas.
ATALAYA ECONÓMICA
En su columna,  Romero 
Caro  nos habla de La interconexión del gasoducto sur peruano con
Chile y argumenta que sería un despropósito:
MR,  considera que
desde hace años Chile ha venido insistiendo en que se concrete la interconexión
eléctrica con el Perú, iniciativa que cobró fuerza en cuanto Kuzcynski -  PPK se convirtió en presidente electo. La
presidenta Bachelet lo invitó para participar en la cumbre de la Alianza del
Pacífico. Según El Mercurio, Bachelet y PPK trataron expresamente el tema de la
interconexión.
MR,   precisa que el
ministro de Energía chileno manifestó que “Gonzalo Tamayo, después de asumir su
cargo como ministro (de Energía), se comunicó telefónicamente para expresarme que
este era un tema prioritario” (1), lo que coincide con la construcción del
Gasoducto Sur Peruano (GSP), que proveería el gas para generar electricidad
para Chile. El mandatario también ha manifestado que la interconexión eléctrica
con Chile tiene “muy buenas “posibilidades de concretarse (2). Y ha sido
invitado nuevamente por la presidenta Bachelet para visitar Chile, el
29.11.2016.
El objetivo de corto plazo de la interconexión, como lo
explica el chileno Hugh Rudnick, es aprovechar “que existen importantes
excedentes de energía en el país vecino -dado su desarrollo hidroeléctrico y en
base a gas natural- con precios más económicos que podrían favorecer a Chile”
(1).
El beneficio del lado chileno está claro. Por el lado
peruano, PPK ha explicado que tenemos un superávit de electricidad que
podríamos exportar y que “ya están avanzadas las discusiones de una línea de transmisión
entre el sur del Perú y el norte de Chile”.
Manuel  Romero 
remarca que  no se ha mencionado  que el elevado costo de la interconexión
eléctrica sería cargado a los recibos de luz de los consumidores eléctricos
peruanos, y que al exportar estaríamos transfiriendo los subsidios pagados por los
consumidores peruanos.
Romero argumenta y recuerda, tal como está el
contrato del GSP con la empresa brasileña Odebrecht, “los consumidores tendremos
que pagar al Consorcio GSP US$ 912.3 millones anuales durante 30 años. Cifra de
la cual se deducirían los ingresos que el ducto pueda generar en dicho periodo”.
De otro lado,  precisa que el transporte
de gas por el ducto al sur tendría un precio demasiado alto por los elevados
costos involucrados. Y agrega:
“Estimándose que estaría a $ 6.5 por millón de BTU, precio
que sería mayor a los precios que Chile importa el gas, por lo que sería
inviable exportarlo como electricidad a ese precio. Sin embargo, todos los
negocios que se están intentando desarrollar sobre la base del gas del GSP (y
la exportación a Chile es uno de ellos), parten de la premisa que el costo del
GSP es un costo hundido, que el costo del transporte es cero, que el inmenso
subsidio involucrado en él mismo ya fue aceptado por los consumidores peruanos.
Por lo que en ese escenario se podría fijar casi cualquier precio para la
exportación a Chile y eso disminuiría el nivel de subsidios que pagaríamos anualmente”.
|  | 
| Odebrechet, presidente del consorcio brasileño | 
Sin embargo, la exportación a Chile tiene una serie de
desventajas. Asimismo, para aliviar monto de los subsidios a pagar por los
consumidores existe un camino más favorable a los intereses peruanos: “La
renegociación del abusivo contrato del GSP. No obstante, el Gobierno se niega
inexplicablemente a iniciar ese proceso, a pesar que debería de actuar en
defensa de los intereses de los consumidores. Y todavía puede hacerlo. Ya que
el Consorcio GSP requiere que el Gobierno suscriba una adenda al contrato
original y le otorgue un documento en el que afirme que el otorgamiento de la
concesión del GSP no tuvo nada que ver con el caso Lava Jato. Mediante el cual
se ha condenado a Marcelo Odebrecht a más de 19 años de prisión”.
Y  agrega que la
metodología de esos contratos,  permitió
a Odebrecht y otras constructoras otorgar  sobornos a cambio de introducir sobreprecios en
las obras que pudieran haberse “exportado” a otros países en los que operan
dichas empresas. Por lo que el Gobierno está en la obligación de renegociar el
contrato del GSP, plagado de evidentes irregularidades.(1) El Mercurio
07.08.2016. (2) Caretas 01.09.2016
BAJO LA LUPA
En otra entrega, con el título de BAJO LA LUPA, Romero  Caro, remarca que la interconexión con Chile
es  un despropósito  y que está 
siendo impulsado por el presidente PPK, según precisa  Gestión en su 
edición del jueves 15 de Setiembre del 2016: “Se luchó para que el gas
del lote 88 se reoriente de la exportación al mercado doméstico, para que ahora
se pretenda que nuevamente se dirija al mercado externo”. “Lo primero que van a
exigir son contratos a largo plazo entre los suministradores de energía
peruanos y los clientes chilenos”.
Además, remarca Romero Caro que  los argumentos presentados en nuestra primera
entrega (Gestión 13.09.2016), la exportación de electricidad a Chile enfrenta
varios inconvenientes. Cuatro son los principales:
1) No alcanzaría el nivel de reservas ni el de procesamiento
de Camisea para cumplir a largo plazo con la demanda del mercado interno, con
los compromisos ya pactados con México y con las eventuales exportaciones a
Chile. Naturalmente, esto es válido con la situación actualmente existente.
Adicionalmente, la exploración de gas no ha sido exitosa en
los últimos años. De otro lado, hay que tener en cuenta que la capacidad de
procesamiento de la planta de Las Malvinas (básicamente separa los líquidos del
gas natural) es de poco más 1,600 mmpcd (millones de pies cúbicos día) y
prácticamente ya ha llegado a su máximo potencial. El mercado centro-norte
(Lima) absorbe 920 mmpcd y la exportación 620 mmpcd; por lo que inclusive el
abastecimiento al sur del Perú podría enfrentar dificultades eventualmente.
Y casi toda la capacidad de procesamiento está contratada. Se
paga pero no se usa en su totalidad por falta de demanda. Y una nueva expansión
de Las Malvinas en el contexto actual estaría muy lejana. Por lo que ¿de dónde
sacaríamos el gas para generar la electricidad que exportaríamos a Chile?
2) Tarifa interrumpible versus contratos a largo plazo. Luego
de la negativa experiencia que experimentara Chile con los contratos de
exportación de gas argentino (se cortaron los envíos en el 2006 por la crisis
macro de Argentina) se tomarán todas las precauciones en los eventuales
contratos de exportación de electricidad.
Luego de la negativa experiencia que experimentara Chile con
los contratos de exportación de gas argentino (se cortaron los envíos en el 2006
por la crisis macro de Argentina) se tomarán todas las precauciones en los
eventuales contratos de exportación de electricidad.
Por lo que lo primero que van a exigir son contratos a largo
plazo entre los suministradores de energía peruanos y los clientes chilenos. En
este sentido, PPK ya advirtió que los chilenos quieren “seguridad del
suministro” (1). 
Y el Perú no les puede asegurar eso, porque si bien en este
momento existe un exceso de oferta energética, con el crecimiento del PBI
previsto por el Gobierno y la elasticidad de la demanda eléctrica en relación
al PBI (crece bastante por encima del PBI) no podemos comprometernos a exportar
electricidad a largo plazo porque podríamos dejar desbastecido el mercado
doméstico. Inclusive a nivel Grupo Andino se privilegia el mercado interno. Es
por ello que la Decisión 757 suspendió el Marco General para la Interconexión
Subregional de Sistemas Eléctricos e Intercambio Intercomunitario. Y el DS N°
011- 2012-EM en su artículo 3 (inciso 3.6) establece que los intercambios de
electricidad tendrán carácter interrumpible.
3) Exportaríamos electricidad subsidiada a Chile. PPK ha
manifestado que “no se va a exportar una molécula de gas” a Chile (1). Claro;
lo que se exportaría sería ese gas convertido en electricidad. Y exportaríamos
un doble subsidio, ya que por un lado se transferiría el gas del lote 88 (que
tiene un precio promocional y solo 1 TCF asignado al GSP) y por el otro los muy
considerables subsidios destinados al ducto al sur.
Por lo que la electricidad subsidiada doblemente que le
exportaríamos a las empresas chilenas les otorgaría mayor competitividad para
que puedan competir en mejores condiciones que las empresas peruanas!.  Es por ello inexplicable que el Gobierno se
niegue a renegociar el contrato del GSP, sobre todo ahora que tiene la
oportunidad porque el consorcio del GSP está solicitando modificar el contrato
original, aprobando una adenda que mejore la posición de cobranza de los bancos
prestamistas ante una eventual “Terminación del Contrato de Concesión”
(Capítulo IV); flexibilice la definición de “Lo primero que van a exigir son
contratos a largo plazo entre los 
suministradores de energía peruanos y los clientes chilenos”.
“Acreedores Permitidos” para incluir instituciones que no
estaban facultadas a intervenir, entre otras modificaciones. Si los acreedores
y el Consorcio GSP solicitan modificaciones para defender sus intereses; no se
entiende por qué el Gobierno no plantea modificaciones que disminuyan la
abusiva carga que tendremos que soportar TODOS los que tenemos recibos de luz.
Y eso significa renegociar el abultado costo del servicio. 
4) Razones estratégicas: en primer lugar, hay que considerar
que será muy difícil evitar las protestas y movilizaciones de la población, una
vez que esta se dé cuenta lo que implicaría la exportación a Chile Es que hay
que recordar que se luchó largos años para lograr que el gas del lote 88 se
reoriente de la exportación a abastecer el mercado doméstico, para que ahora se
pretenda que nuevamente se dirija a la exportación. Lo que sí resulta positivo
es incentivar más demanda para el GSP, como lo está haciendo PPK en China al
promover un clúster de refinerías en la zona del GSP. Hay otras consideraciones
estratégicas pero por razones de espacio no las incluiremos.
Manuel Romero Caro, con la autoridad de economista, ministro de
cuatro sectores productivos y  fundador
del diario  Gestión, recuerda que “se
luchó para que el gas del lote 88 se reoriente de la exportación al mercado
doméstico, y  ahora se pretende que
nuevamente se dirija al mercado externo”




 
 
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