Jorge Zavaleta Alegre.- Periodista licenciado en ciencias
sociales.
En el Perú existe un conflicto en la arquitectura popular
entre lo vernáculo y chicha. Nace en los Andes, se traslada a Lima y se extiende a las principales ciudades
de la costa y en menor proporción a la Amazonía.
El fenómeno está presente en el territorio peruano, con su
variedad de ecosistemas y técnicas. No
es un proceso aislado, es una revolución pacífica, esencia de un país emergente
con aspiraciones de modernidad. Una población multicultural y multilingüe que
exige el cambio del Estado con rasgos coloniales a la innovación tecnológica que inunda el
mercado.
Un estudioso de este tema es el Arq. Jorge Burga Bartra, egresado de la centenaria UNI, con postgrado
en Architectural Association de Londres, estudios de Delft Univ. Holanda. Burga
ha investigado la realidad de Villa El Salvador, la
vivienda popular en Cajamarca. Ha participado en la Enciclopedia Mundial de la
Arquitectura Vernacular. Ha descubierto rincones artesanales y el ocaso de la barriada.
Como docente en la Universidad Continental de Huancayo y hablando ante centenares de jóvenes
estudiantes, convocados por el Colegio de Arquitectos del Perú, Burga considera
posible que en el Valle del Mantaro se conozca cuál de las arquitecturas
populares - vernácula o la chicha-
obtendrá el primer lugar en esta búsqueda de la identidad nacional, abierta a
la influencia de la postmodernidad.
Burga, utilizando el lenguaje de un enólogo, cree que la
salida a ese enfrentamiento silencioso, es
un maridaje. Es decir la destrucción de una, y la otra en construcción, están fermentando
un híbrido entre lo capitalino y provinciano, entre lo rural y urbano, entre lo industrial y
artesanal, como lo advirtió José María Arguedas, en “Todas las sangres” y en
sus estudios de las ferias y la estructura de los barrios de la Región Central
del Perú.
MULTIPLES EJEMPLOS
Junto al trabajo de Jorge Burga destacan los proyectos de sus colegas Alvariño, Cosmópolis, Guzmán, Longi, Ramírez , y
Tokeshi. Ellos muestran alternativas a las disyuntivas planteadas entre
modernidad y tradición, así como entre lo popular y lo culto, en búsqueda del
centro, de nuestras raíces y también de sus frutos. También Jorge Carbonell, en la década del 70, diseñando los primeras zonas de VES para futuras grandes empresas .
Tal mensaje se aprecia proyectos como: el Museo Leimebamba y
la Hostal Los Horcones. Las Quintas de Lima. El callejón, la casona subdividida.
La capilla de Mórrope que se recrea dentro del Museo de Túcume. La Casa de Pachacamac,
visión telúrica de lo popular, inspirada en lo ancestral prehispánico, manejado
en lenguaje moderno. La Arena en Piura. El Malecón de Ilo con un diseño participativo. Y la densificación
en la Ciudad Villa El Salvador.
En Antioquia y Nieve Nieve, de la provincia de Huaraochirí, las
fachadas de las casas son murales con imágenes libres de plantas, aves y
animales. La Ong CIED, considera que es como un complemento para el
desarrollo productivo, a partir del
turismo.
Arqs.Jorge Burga y Tulia Polo Tiznado,gerente nacional CAP |
A manera de conclusión Jorge Burga señala: “La arquitectura
chicha es ya una fusión entre tradición y modernidad, pero es burda. Los
arquitectos deben intervenir, con los
maestros de obra, en la búsqueda de alternativas. Se debe rescatar de lo
vernáculo, lo valioso y trascendente en una clave moderna. Siempre es una
respuesta interesante al clima, tecnología, lugar y materiales. Trabajar la
fusión entre modernidad y tradición, puede seguir siendo una herramienta
valiosa, generadora de empleo”.
A las facultades y profesionales de arquitectura, les sugiere observar y encontrar respuestas a los
problemas de los sectores populares barriales y vernáculos. “Debemos vincular la arquitectura a la
sociedad, pues hoy por hoy se encuentra auto marginada. El poblador común
debería poder opinar sobre su ciudad y su arquitectura”.
Comparte la necesidad de
multiplicar campañas, con
exposiciones, conferencias, textos, etc. para discutir estas tareas con los
líderes políticos, los medios y la población involucrada. “Es una tarea de
comunicación, educativa y cultural, de inclusión y vinculación en una sociedad”.
EL PREMIO NACIONAL
Petróleos del Perú obtuvo los ingresos más alto del 2011, según el
ranking de las 10,000 empresas con mayor facturación, elaborado por Top
Publications, muy por encima de otras importantes empresas vinculadas a la
minería o del sistema financiero. La Sociedad Nacional de Industrias le ha
concedido el Premio a la Calidad. Igualmente,
certificaciones internacionales para el laboratorio de sus instalaciones de las
Refinerías Talara y Conchán; y de la Autoridad Portuaria Nacional, a su
infraestructura portuaria.
Tales calificaciones convierten a Petroperú en una
institución confiable en oras áreas de
trascendencia social, como el auspicio del Premio Nacional de Cultura, restablecido
por el Ministerio de Cultura después de 26 años, decisión que ha motivado entusiasmo
en varios sectores académicos y laborales.
El Colegio de Arquitectos del Perú, según su Decana Shirley
Chilet, se movilizará para conseguir el
respaldo necesario que establecen las bases del Premio Nacional de Cultura.
Este gremio que este junio del 2012, celebra 50 años de su creación, recuerda que
en la Historia de este Premio figuran
tres equipos de arquitectos liderados por Miguel Rodrigo Mazuré, Fernando
Bryce Lostanau y Emilio Soyer Nash.
Arqs. Grupo Andino con Decana CAP en Parlamento Perú |