Jorge Zavaleta Alegre
Un terremoto de intensidad imprevisible. Desembalses de lagos, lagunas y ríos. Vientos huracanados se llevan manzanas de casas de playa. Decenas de aviones se caen repletos de pasajeros... La imaginación es desbordante, pero muy peligrosa cuando no se tiene en consideración el Inmensurable valor de la Salud Mental.
Grave irresponsabilidad, sadismo, cartomancia, todo vale cuando hoy el mundo es atravesado por una epidemia global, de consecuencias previsibles. No son muchos los periódicos que siguen conservando su responsabilidad con los lectores, con la sociedad, con el mundo. La masiva difusión de pandemias, en personas ansiosas están produciendo efectos lamentables, peligrosos y muy peligrosos.
"Que cada uno ceda a ratos, un poco de humanidad, a esa masa que un día se la devolverá con creces".
Es una frase de Walter Benjamín, de la escuela de Fráncfort, aquel grupo de investigadores que se adherían a las teorías de Hegel, Marx y Freud y cuyo centro estaba constituido en el Instituto de Investigación Social, inaugurado en 1923 en Fráncfort del Meno (Alemania). La relación resulta de la pretensión de conceptualizar teóricamente la totalidad de las condiciones sociales y la necesidad de su cambio. En la concepción de la escuela de Fráncfort la teoría se entiende como una forma.
Psiquiatras argentinos
Nos vamos a Buenos Aires y Página12, en un diálogo con el presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), Santiago Levín, y tres miembros de la institución, María de los Angeles López Geist, León Daniel Matusevich y Liliana Mato. Va una apretada síntesis.
--¿Los pacientes que sufren de ansiedad son más vulnerables a un exceso de noticias relacionadas con el coronavirus.
Santiago Levín: Sí las personas que sufren algún trastorno de ansiedad (es decir, un cuadro caracterizado por episodios de ansiedad que superan lo esperable como respuesta normal) son más vulnerables en estos contextos, que son ansiogénicos de por sí. Por eso es importante, en todos los casos, no discontinuar los tratamientos psicoterapéuticos y psicofarmacológicos ya instaurados (que pueden seguir por medios virtuales), moderar el consumo de información en las redes sociales y los noticieros, escoger cuidadosamente las fuentes de información, no abandonar en lo posible las rutinas habituales, y mantenerse comunicados con los seres queridos. Esta situación es transitoria.
María de los Angeles López Geist: --Las personas que sufren de ansiedad se enfrentan ahora con una situación muy ansiógena de por sí, y es muy distinto el efecto en aquellos que pueden mantenerse con su familia todo el tiempo a su lado, que el efecto en quienes viven solos, son mayores y no manejan la tecnología. El aislamiento sanitario requiere diseñar la sociabilidad de modos virtuales para que no ocurra un aislamiento social. El exceso de noticias tiene un efecto ansiógeno no solo en los usuarios de salud mental sino en toda la población, especialmente si la información es altamente sensible y contradictoria o si está cargada de opiniones poco acreditadas. No todos pueden identificar las fuentes confiables o verificar lo que dicen los medios.
Los medios tienen una responsabilidad social mayúscula en estos momentos. Las personas vulnerables suelen quedar más prisioneras de estas viralizaciones apócrifas. Es recomendable dosificar la relación con los medios, especialmente cuidar a los niños de los noticieros.
--Se dice que es normal tener miedo frente a esta situación. ¿Cuándo el miedo se transforma en pánico?
León Daniel Matusevich: --Existe un miedo lógico y normal, motorizado y motivado por la situación que estamos atravesando, absolutamente inédita para muchos de nosotros y en la cual la incertidumbre juega un rol fundamental. Existe un miedo patológico, que no es el de la mayoría de las personas, que dejado librado a su propia evolución lleva a la parálisis, a la desorganización y al pánico. Muchas veces el consumo excesivo de noticias o la mala información puede disparar crisis de resultados imprevisibles, que afecten no solo a aquellos que las padecen sino a la sociedad toda.
Liliana Mato: --En estos momentos es absolutamente normal sentir miedo, tristeza, enojo, rabia, angustia, impotencia y es fundamental poder conversar y compartir esas emociones, poder nombrarlas. Tenemos que confiar en el poder pacificador de la palabra. Por eso decimos que es de vital importancia fomentar el lazo social, estar vinculados a otros desde nuestras casas y sobre todo ayuda el ayudar a otros, armar redes solidarias donde cada uno pueda encontrar un lugar “para compartir con otros”.
El pánico aparece cuando la angustia deviene desbordante y queda bloqueada toda capacidad de expresarla, ya sea a través de palabras, u otros recursos expresivos, puede ser la música, la escritura u otras. La angustia en este caso no encuentra borde que la contenga, y tiene así cierto efecto despersonalizante. Quien atraviesa un estado así, lo refiere como una sensación corporal difícil de describir, que duele, que los deja sin palabras, podemos decir, sin recursos simbólicos: una invasión avasallante que jaquea. Se presentan diversos síntomas somáticos: palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca, temblor, dificultad para respirar, dolores en el tórax o abdomen, la sensación de volverse locos y otros más. Problemáticas clínicas de algún modo insinuadas en el modelo de las “neurosis actuales” (Freud 1916/17), cuando las describe en relación a cierto exceso de excitación, que no se expresa a través de síntomas psiconeuróticos sino como manifestaciones tales como fatiga física, cefaleas, dispepsia, constipación, insomnio, irritabilidad, desasosiego.
--¿Qué es lo que genera más ansiedad?
L.M.: --En estos últimos días, lo que aparece con más insistencia es el tema de la cuarentena. ¿Hasta cuándo? ¿Cuánto tiempo? ¿Qué vamos a hacer? Ayuda recordar una y otra vez que estamos transitando una etapa, que va a pasar, que esto es transitorio. Pensar que no estamos “encerrados”, estamos “protegidos”; no es que no podemos hacer nada, podemos hacer muchas otras cosas y de maneras diferentes. Otra vez el poder de las palabras: como se nombran los hechos se viven y se sienten diferentes. Cada uno de nosotros tiene recursos internos que seguramente desconoce, ya que vivimos en una cultura consumista que nos ha enseñado a calmarnos con objetos externos, que se usufructúan, se compran y supuestamente dan felicidad.
--¿Aquellos que tienen trastorno obsesivo-compulsivo se ven también en estos tiempos más perjudicados que de costumbre?
S.L.: --El TOC es un trastorno complejo, que tiene diversas formas de presentación, en el que la ansiedad juega un rol preponderante. No es desatinado pensar que un cuadro de TOC en el que predominen, por ejemplo, las obsesiones de contaminación, pueda verse empeorado con la catarata de información alarmante que recibimos sin cesar de los medios de comunicación. Pero en salud mental no conviene hacer generalizaciones, como creer que todas las personas que padecen un TOC van a sufrir empeoramientos durante la pandemia. Algunos lo harán, otros no. No abandonar tratamientos, y mantenerse en contacto permanente con el o los profesionales tratantes.
L.M.: --Los diagnósticos abarcan bajo la misma denominación situaciones que suelen ser muy diferentes y el impacto de la situación actual tendrá también consecuencias diferentes. Por ejemplo, en un caso, se trata de una joven muy angustiada ante todas las medidas dispuestas en torno al lavado de manos y limpieza, ya que las mismas reactualizaron rituales que tuvo tiempo atrás y que fueron en ese momento sumamente invalidantes. Está aterrada de volver a caer en la misma situación.
--¿Aquellas personas que sufren cuadros hipocondríacos corren el riesgo de desestabilizarse ante esta situación o la hipocondría sólo es con enfermedades que el sujeto imagina que puede tener y no con una concreta?
S.L.:--El sujeto hipocondríaco presenta una excesiva preocupación acerca de su propia salud. “Excesiva” quiere decir fuera de toda pertinencia. Es sano preocuparse por la propia salud.Volviendo al cuadro hipocondríaco, es verosímil pensar que una persona que padezca este trastorno, caracterizado por intensa ansiedad y momentos de angustia que llevan a un constante autochequeo de síntomas y de signos de enfermedad, pueda experimentar un empeoramiento de su cuadro.
--¿Las personas diagnosticadas previamente con algún trastorno mental son las más vulnerables a sufrir ante esta situación o cualquiera está expuesto a una descompensación anímica?
S.L.: --La situación actual es generadora de ansiedad de por sí. Hay una situación inusual de emergencia sanitaria que conlleva un brusco cambio de rutinas junto a un estado de alerta y atención permanente a las noticias y las indicaciones emanadas desde la autoridad sanitaria....Y también es necesario mencionar que mucha gente no cuenta con una vivienda, ni con servicios básicos, de modo que hay que considerar que un número importante de personas hace “cuarentena” en situación de calle, o en barriadas muy precarias en las cuales es imposible seguir las instrucciones sanitarias al pie de la letra.
La situación nos afecta a todos, pero especialmente a los más vulnerables.
--¿Existen otras patologías que hayan notado en estos tiempos?
M. de los A. L. G.: --Hay patologías del encierro, que no se refiere al encierro físico ni a la cuarentena sino a aquellas personas que viven aisladas de su responsabilidad social, achicando la mirada del mundo, tornándose cada vez más prejuiciosas e intolerantes, sobrevalorando sus concepciones del mundo. Van distanciándose cada vez más de funciones comunitarias, o quizás nunca accedieron a ellas. Se tornan rígidas, como si envejecieran anticipadamente. Hay soledades inconmensurables de niños y adolescentes por padres sobrecargados de trabajo o por falta de trabajo. O por padres infantilizados que no los protegen. Son niños que muchas veces explotan o agreden porque sufren. Otra patología de los últimos tiempos es el cultivo del odio. Haters, intolerancias políticas, criminalización de los más vulnerables...
La promesa Davos
El mundo está pendiente de cuándo y cómo la Declaración de Davos 2020 se pondrá en acción, más allá de los efectos de la pandemia del presente Siglo: Los tres principios del "Manifiesto de 2020":
-El propósito de las empresas es colaborar con todos los Davos grupos de interés implicados en su funcionamiento (stakeholders, en inglés). Las empresas no funcionan únicamente para sus accionistas, sino para todas las partes involucradas: empleados, clientes, proveedores, comunidades locales y la sociedad en general.
-Una empresa es más que una unidad económica generadora de riqueza. Atiende a las aspiraciones humanas y sociales en el marco del sistema social en su conjunto. Y los salarios del personal ejecutivo deben reflejar la responsabilidad ante todas las partes involucradas.
-Una empresa multinacional es en sí misma un grupo de interés -tal como los gobiernos y la sociedad civil- al servicio del futuro global.
…..Información. Fuentes consultadas:
Psicoanálisis Estival. El Cine Latinoamericano. Universidad de Pittsburgh, Jorge Zavaleta Balarezo.
Hemeroteca digital de la Biblioteca del Congreso en Washington DC.
Página12, Argentina, fundado en 1987.
Biblioteca de la Facultad de Psicología, Universidad Ricardo Palma, Lima.
Conversación con médicos vecinos y amigos: Sandra Negrón y Freddy Hurtado, cuya vocación de
servicio es una lección de Vida.
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