Jorge 
Zavaleta Alegre
Jorge Semprún Maura (Madrid 1923 –
París 2011),  escritor, intelectual,
político y guionista cinematográfico español,  Ministro de Cultura en su país, aunque nunca
llegó a militar en el PSOE, fue un admirador del proceso socialista cubano y
tuvo oportunidad de sostener una larga entrevista con Fidel Castro, tomando
como tema de fondo, el ejercicio del poder político.
Después de varios días de   recorrer 
la isla caribeña, previamente a la entrevista,  tuvo la oportunidad de  ver un partido  de básquet, entre dos   equipos, uno de ellos integrado por  Fidel 
Castro y  el Che  Guevara.
Cuenta  Semprún, en su libro   con el seudónimo de  Federico 
Sánchez, que  el Che  Guevara prefirió  fomar parte del  equipo 
de  Fidel, porque él  prefería no 
tener, ni propiciar  un punto de
discrepancia que pudiera alterar la consonancia 
de los ideales  trazados por
la  revolución socialista.
Semprún, analiza  que  la
forma y fondo del  ejercicio  del poder, en cualquier sistema de gobierno,
y de manera particular dentro de un proyecto 
basado en  el  sueño de un mundo mejor, tiene que tener un
líder, con capacidades para ejercer la conducción la idea central de una patria
nueva. 
El poder, según Semprún, tiene que
ser ejercido y liderado adecuadamente para 
cumplir el  objetivo.  No  hay
sociedad que pueda eximirse  de la
dependencia del poder, porque ésta 
categoría  social, política,
económica, también está presente en el 
seno de la familia, que en la praxis 
requiere de un liderazgo que 
asegura fines y alcances de  objetivos centrales.
Durante el partido de básquetbol,  Semprún describe como  los 
nueve jugadores  tenían la
delicadeza o la actitud consciente de 
concurrir a que  Fidel,  pueda coronar el  dribleo y encestar  la pelota. 
En efecto, después de los 60 minutos
de juego,  pudo entender las razones
porqué la entrevista  que circuló en la
prensa europea, no  fue antes sino después  del partido de básquet en una noche como  siempre fresca por la  brisa del mar.
El recuento de esta  historia, tiene que ver  con la lectura de la novela “Nuevos 
juguetes  de la  Guerra Fría”, del joven escritor y
periodista Juan Manuel  Robles (Lima, 1978),
presentada recientemente  en Bogotá. 
Juan Manuel  publica su primera novela Lima  Freak, Vidas Insólitas
en  una ciudad perturbada  (Planeta, 2007) y  alterna su capacidad creativa con  la docencia universitaria y  el periodismo en el diario El Comercio de
Lima y revistas como Buen Salvaje y Gato Pardo.
En “Nuevos  juguetes de la Guerra Fría”, el autor tiene
como protagonista a Iván Morante, a quien recuerda cómo alumno  de un colegio 
de la  Embajada de  Cuba en La Paz,  donde se aprecia, con libertad que anima a todo
buen escritor,  las  cualidades 
de esa  educación que tanto se
valora entre las instituciones 
especializadas, desde la 
UNESCO  y de investigadores  norteamericanos.
Juan Manuel, 
ha estudiado Escritura  Creativa
en  Español en la  Universidad 
de  Nueva  York, ha participado en  los 
Talleres de Ryszard Kapuscinki y Tomás 
Eloy Martínez, y ha logrado  el
puesto de finalista del Premio  Comex-
FNPI.
Las 
series  de televisión y cine con
sus personajes  de extraterrestres,
sables láser  y figuras de acción pueblan
un imaginario que pone  a prueba  las 
resistencias del  “Hombre nuevo”,
los primeros  hijos  del 
socialismo.
Educadores de  diferentes latitudes  coinciden 
que los “pioneritos” de Cuba,  son  niños sociables, comunicativos, con alta  sensibilidad 
en los  valores de la familia,
como el eje de la sociedad,   según
los  valores de la  Revolución 
Francesa, que se complementan  con
el ideario del socialismo, tan verde como las palmeras del Mar Caribe.
Juan Manuel  se pregunta ¿Cuán fiables son nuestras  memorias? ¿Es posible, a través de la  evocación, alcanzar un tipo de verdad?
¿Cuáles son los héroes verdaderos y cuáles los falsos? ¿Quiénes son nuestros  padres y que han hecho con nosotros?
Son, sin duda, preguntas agudas que
se plantea el autor de  “Nuevos  Juguetes…., y con una escritura sencilla,
directa  crea una  trama, el misterio y la gradación  de las informaciones.  Así juzga la obra de Juan Manuel el escritor
español y académico  de la  Real Academia Antonio Muñoz Molina (Úbeda,
Jaén, 1956)  escritor  y académico de la Real Academia Española,  galardonado con el premio Príncipe de
Asturias de las Letras.
Juan Manuel Robles, es un valor que
ayuda a entender la  renovación del
mensaje, la  inclusión de nuevos  giros, la influencia de la tecnología,
del  buen cine, y la necesidad de
sostener esa indesligable vocación y naturaleza que se  cultiva en los  hogares donde 
brilla  la discusión sobre temas
que hoy, después  de la caída del Muro de
Berlín, la democracia llega, lamentablemente mezclada con el neoliberalismo y  la 
globalización de las mercancías, pero no 
de los valores que el  joven
necesita  hoy más que nunca para  deslindar 
el camino a seguir en un mundo 
cuyo  futuro es tan incierto y aún
desconocido.
Juan Manuel, acierta cuando escribe:
“Si, pareciera que ando en medio  de una
evocación frágil, de acuarela. ¿Pero quién puede decir cuál  es la textura exacta, el filtro de las cosas
que recordamos, si  aquella imagen  es más tenue o más intensa  que la estampa del presente?
Kodak, dice Juan Manuel,  nos ha hecho creer que la infancia tiene los
efectos de sus rollos: “La nostalgia  es
una coreografía y una caminata: la nostalgia es solo un lujo complementario”.
Un libro, un referente para los jóvenes de hoy que han perdido el valor de la
palabra y aún más los recuerdos de sus mejores años, que son borrados por una
sociedad del espectáculo. 


 
