Quillabamba.- El petróleo de Noruega tiene una ejemplar administración democrática que asegura la estabilidad económica y brinda excelentes servicios de educación, salud y seguridad, en un país con la mayor renta per cápita del mundo (más de $79 mil)
Botswana, básicamente con sus diamantes, ha vencido la llamada maldición de los recursos naturales, gracias a una hábil combinación de riqueza mineral, instituciones políticas y gestión macroeconómica de gran calidad. Ha logrado el crecimiento de la producción y el empleo.
Australia, que tiene varias similitudes con el Perú en cuanto al comercio exterior, sobre todo de gas, tras una profunda reforma microeconómica y un liderazgo visionario de coordinación por parte del Estado ha conseguido una fértil alianza con el empresario privado.
Y Chile, con un alto grado de concertación, tiene logros en el proceso productivo de la minería, agroindustria, industrias forestales y la pesca, y cuenta con la creciente inversión extranjera de sus socios estratégicos.
Estas referencias constituyen lecciones para la economía peruana y evitar el fácil lenguaje como el gran instrumento de la ambición humana. La reactivación de Petróleos del Perú, después de quince años de virtual liquidación, según decisiones de Estado, deberá retornar al usptream (exploración y producción) en alianza con el sector privado.
Estudios de la CEPAL-ONU sobre el sector hidrocarburos en la Región, indican que Argentina, Bolivia y Perú son los casos de privatización más radicales, pero que Argentina y Bolivia ya están superando tal crítica etapa. Las petroleras PDVSA, PEMEX y PETROBRAS tienen 173 mil millones de dólares de inversiones y encabezan la lista, superando a todas las compañías privadas de la Región. Y están incentivando la integración energética con gasoductos en los países del Mercosur.
Hasta 1990 Petroperú (creada en 1970) tenía el monopolio en refinación, transformación, petroquímica básica y comercialización mayorista de derivados de petróleo en el mercado interno. No sucedía con las actividades de exploración y explotación de petróleo, en las cuales las mismas empresas extranjeras tienen rol preponderante. Su privatización incluyó la flota de buques tanque petroleros y la empresa distribuidora dioe gas licuado, los yacimientos petroleros de Petroperú, la refinería más importante del país, la planta de lubricantes y los terminales de almacenamiento.
La petrolera peruana empieza a dar pasos a la promoción de la petroquímica, llevando adelante la modernización de la refinería de Talara y a participar en el proyecto del Gasoducto Andino desde la zona de Camisea (Lotes 56, 58 y 88) e incentivando la comercialización del gas en todo el país.
Además, la creciente crisis energética demandará- como lo plantea un acuerdo del Congreso de la República- la conjunción de otras empresas del Estado para llevar adelante proyectos hidroeléctricos y de energía renovable. Precisamente en la ciudad cusqueña de Quillabamba, Petroperú construirá una planta de envasado de gas doméstico (GLP), para atender la demanda de La Convención y gran parte de la región Cusco. Sus instalaciones tendrán una zona de recepción de GLP a granel, proveniente de la planta de fraccionamiento de Pisco para su distribución en vehículos.
También participará como socio en el Gasoducto del Sur (1,107 kilómetros), junto con el consorcio privado Kuntur, infraestructura que se complementará con la planta de fraccionamiento de Kepashiato y, más adelante, con el polo petroquímico en la Costa Sur del país, una termoeléctrica en Quillabamba, a cargo de Electroperú, y un plan de cocinas mejoradas. En el sector transportes se mejorará la carretera y el servicio más rápido de Internet.
Las experiencias de dos décadas indican que la reactivación de las empresas estatales eficientes, no resta espacio a la inversión privada. Petroperú revive el debate sobre el rol empresarial del Estado, y presenta con objetividad los resultados del predominio absoluto de la inversión privada sobre lo público o viceversa.
En suma podemos apreciar cuán vigente sigue siendo Adam Smith. “Ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz si en ella la mayor parte de los miembros es pobre y desdichado. La ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición”, son sentencias del economista y filósofo escocés (1723-1790), autor de “The wealth of nations”, la partida de nacimiento de la escuela económica del liberalismo, que llevaba al extremo y vulnerando los principios éticos que conducen a la actual crisis que engloba Norte y Sur, Este y Oeste del planeta.