Papel de Arbol

jueves, 20 de septiembre de 2018

Los ricos de América Latina, desde Chile


Por  Jorge Zavaleta Alegre
¿Para qué sirve un libro sobre los “dueños” de un país? ¿Acaso es un delito ser demasiado rico? 
A estas interrogantes responde el analista político  chileno Ernesto  Carmona, incluyendo  una radiografía de su país y su relación con las más  grandes fortunas de los EEUU y Europa y otras latitudes.

La concentración de la riqueza en América Latina exhibe dos perfiles de hombres ricos, dos modelos de enriquecimiento: el de quienes optaron por la industria y el de los que tomaron el rumbo del comercio y los servicios. Se ve poca industria. Predominan quienes apostaron al sistema financiero, las telecomunicaciones, el comercio. 

Sólo los ricos de Brasil y México muestran afecto por la industria y son los únicos que sustentan algo de “proyecto país”.  Pero Brasil, México y Chile tienen la más desigual distribución del ingreso de todo el planeta.

Están en extinción los industriales con “filosofía Henry Ford”: “pago salarios que permitan comprar mis automóviles”. (Entre 1913 y 1927 produjo 15 millones de “folleques” a 360 dólares cada uno). 
Antiguamente, los procesos económicos eran nacionales. La globalización cambió este criterio de proyecto país (en los países no ricos, desde luego). 

En todas partes la prensa –¿el “cuarto poder”?– aplaude. El poder real lo ejercen personas con nombre y apellido. El mundo está gobernado por unos pocos países, los más ricos, que son los mismos que controlan esa suerte de cámara de senadores designados que es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, responsable de 249 vetos en 55 años. 

Los representantes de Alemania, Arabia Saudita, Estados Unidos, Francia, Japón, Reino Unido y Rusia controlan el 46% de los derechos del Banco Mundial y el 48% en el Fondo Monetario Internacional. El 1% más rico de la población mundial tiene ingresos iguales al del 57% más pobre. Lo dice el Informe sobre Desarrollo Humano del Programa ONU.

Grande es la complacencia de los administradores del Estado y grande también la generosidad de la clase política de diferente signo partidario, en una era en que domina “la adoración del becerro de oro” por defunción de “las otras ideologías”.

Parece ser que ni la crisis financiera del 2008 le alcanzó a estos  grupos de poder, como  analiza Andrew Powell, Asesor Principal del Departamento de Investigación (RES), de la Universidad de Oxford, economista jefe del Banco Central de Argentina.

Chile recorre un sendero de concentración de su riqueza en unas pocas familias. Muy pocos habitantes del país controlan casi todo el Producto Interno Bruto (PIB). 

Y el tema del libro Los dueños de Chile, es ¿quiénes son esas personas? ¿Cómo acumularon tanta riqueza? ¿Cuál es el origen de sus fortunas? ¿Cuándo comenzaron realmente a “gobernar” a la nación?

Hoy en día, poquísimos pertenecen a familias enraizadas en la historia política y económica del país. Algunos nacieron con fortunas que supieron incrementar; la mayoría corresponde a “nuevos ricos” surgidos a fines del siglo 20. 

“Siempre obtienen las leyes que desean. La más mínima desviación gubernamental resulta implacablemente cuestionada, perseguida, zaherida y, sobre todo, tergiversada hasta su completa reforma o abandono, merced a la fuerza de su poderoso aparato de medios de comunicación, por lo demás el único existente”.

Explica y enjuicia la sagrada libertad de prensa que significa una sola visión del mundo y un discurso uniforme en los medios de comunicación. Existe pues una visión totalitaria del mundo, de la economía y de la política en diarios, revistas, radios y televisoras, entregados todos a un servicio distinto al de la verdad. Los sindicatos no tienen voz ni fuerza después de transitar décadas en la dirección opuesta, padeciendo su propia jibarización. 

Historias reales
En este informe de Carmona, no se incluyeron perfiles de ricos “ilegales” de América Latina afanados en la industria y el comercio de la droga, entre otras razones porque no transan valores en las bolsas. 

Tampoco figuran los próceres del enriquecimiento ilícito, ex jefes de Estado y familiares que le dieron duro a la corrupción. Los ricos de Venezuela tienen su riqueza globalizada en el continente y en Estados Unidos, exceptuando cerveza y alimentos. 

Este no es un libro de economía, tampoco de historia, menos de sociología. Sólo se trata de periodismo, un largo relato que pasa por muchas personas. Lo podrá entender cualquiera. Lo inspira el propósito de contar historias reales, entretenidas.

¿Testaferro?
Carlos  Slim es el más rico de Latinoamérica. En México se dice “prestanombre” con el significado de “testaferro” o del chilenismo palo blanco. “–¿Para qué iba a ser prestanombre y manejarle su dinero a un político? No lo he hecho nunca, ni con mis hermanos. ¡Nunca!” respondió Slim a la revista mexicana Proceso, cuando todo el país lo creyó testaferro del Presidente Salinas de Gortari. Participa en telecomunicaciones en Brasil, Guatemala y Colombia.


A manera de colofón, el libro de Carmona concluye: 
Si el ingreso nacional es suficientemente alto, este aumento, en términos absolutos, podría significar que toda la población cubre sus necesidades esenciales, es decir, que no hay nadie en situación de extrema pobreza, de indigencia. Este no es el caso de Chile, en que, como se sabe, un 10% de la población vive en situación de extrema pobreza.

Es evidente que, en el largo plazo, el mejoramiento de la educación –con el consiguiente aumento de la productividad del trabajo– permitirá superar la situación de extrema pobreza en que viven todos esos compatriotas nuestros. 

El problema es que –como ha dicho el Papa– “los pobres no pueden esperar”. El “largo plazo” es, aparentemente, “demasiado largo” y –como dijo Keynes– lo único seguro en el largo plazo es que estaremos todos muertos. Por eso es que “algo” hay que hacer en el corto plazo, ahora.

Y ese “algo” es simplemente que, en una actitud solidaria, los que tienen más contribuyan a solucionar los problemas más urgentes y dramáticos de los que no tienen casi nada. 


LOS RICOS DE AMERICA LATINA, DESDE CHILE



Por  Jorge Zavaleta Alegre
¿Para qué sirve un libro sobre los “dueños” de un país? ¿Acaso es un delito ser demasiado rico? 

A estas interrogantes responde el analista político  chileno Ernesto  Carmona, incluyendo  una radiografía de su país y su relación con las más  grandes fortunas de los EEUU y Europa y otras latitudes.

La concentración de la riqueza en América Latina exhibe dos perfiles de hombres ricos, dos modelos de enriquecimiento: el de quienes optaron por la industria y el de los que tomaron el rumbo del comercio y los servicios. Se ve poca industria. Predominan quienes apostaron al sistema financiero, las telecomunicaciones, el comercio. 

Sólo los ricos de Brasil y México muestran afecto por la industria y son los únicos que sustentan algo de “proyecto país”.  Pero Brasil, México y Chile tienen la más desigual distribución del ingreso de todo el planeta.

Están en extinción los industriales con “filosofía Henry Ford”: “pago salarios que permitan comprar mis automóviles”. (Entre 1913 y 1927 produjo 15 millones de “folleques” a 360 dólares cada uno). 
Antiguamente, los procesos económicos eran nacionales. La globalización cambió este criterio de proyecto país (en los países no ricos, desde luego). 

En todas partes la prensa –¿el “cuarto poder”?– aplaude. El poder real lo ejercen personas con nombre y apellido. El mundo está gobernado por unos pocos países, los más ricos, que son los mismos que controlan esa suerte de cámara de senadores designados que es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas., responsable de 249 vetos en 55 años. 

Los representantes de Alemania, Arabia Saudita, Estados Unidos, Francia, Japón, Reino Unido y Rusia controlan el 46% de los derechos del Banco Mundial y el 48% en el Fondo Monetario Internacional. El 1% más rico de la población mundial tiene ingresos iguales al del 57% más pobre. Lo dice el Informe sobre Desarrollo Humano del Programa ONU.

Grande es la complacencia de los administradores del Estado y grande también la generosidad de la clase política de diferente signo partidario, en una era en que domina “la adoración del becerro de oro” por defunción de “las otras ideologías”.

Parece ser que ni la crisis financiera del 2008 le alcanzó a estos  grupos de poder, como  analiza Andrew Powell, Asesor Principal del Departamento de Investigación (RES), de la Universidad de Oxford, economista jefe del Banco Central de Argentina.

Chile recorre un sendero de concentración de su riqueza en unas pocas familias. Muy pocos habitantes del país controlan casi todo el Producto Interno Bruto (PIB). 

Y el tema del libro Los dueños de Chile, es ¿quiénes son esas personas? ¿Cómo acumularon tanta riqueza? ¿Cuál es el origen de sus fortunas? ¿Cuándo comenzaron realmente a “gobernar” a la nación?

Hoy en día, poquísimos pertenecen a familias enraizadas en la historia política y económica del país. Algunos nacieron con fortunas que supieron incrementar; la mayoría corresponde a “nuevos ricos” surgidos a fines del siglo 20. 

“Siempre obtienen las leyes que desean. La más mínima desviación gubernamental resulta implacablemente cuestionada, perseguida, zaherida y, sobre todo, tergiversada hasta su completa reforma o abandono, merced a la fuerza de su poderoso aparato de medios de comunicación, por lo demás el único existente”.

Explica y enjuicia la sagrada libertad de prensa que significa una sola visión del mundo y un discurso uniforme en los medios de comunicación. Existe pues una visión totalitaria del mundo, de la economía y de la política en diarios, revistas, radios y televisoras, entregados todos a un servicio distinto al de la verdad. Los sindicatos no tienen voz ni fuerza después de transitar décadas en la dirección opuesta, padeciendo su propia jibarización. 

Historias reales
En este informe de Carmona, no se incluyeron perfiles de ricos “ilegales” de América Latina afanados en la industria y el comercio de la droga, entre otras razones porque no transan valores en las bolsas. 

Tampoco figuran los próceres del enriquecimiento ilícito, ex jefes de Estado y familiares que le dieron duro a la corrupción. Los ricos de Venezuela tienen su riqueza globalizada en el continente y en Estados Unidos, exceptuando cerveza y alimentos. 

Este no es un libro de economía, tampoco de historia, menos de sociología. Sólo se trata de periodismo, un largo relato que pasa por muchas personas. Lo podrá entender cualquiera. Lo inspira el propósito de contar historias reales, entretenidas.

¿Testaferro?
Carlos  Slim es el más rico de Latinoamérica. En México se dice “prestanombre” con el significado de “testaferro” o del chilenismo palo blanco. “–¿Para qué iba a ser prestanombre y manejarle su dinero a un político? No lo he hecho nunca, ni con mis hermanos. ¡Nunca!” respondió Slim a la revista mexicana Proceso, cuando todo el país lo creyó testaferro del Presidente Salinas de Gortari. Participa en telecomunicaciones en Brasil, Guatemala y Colombia. 

A manera de colofón, el libro de Carmona señala: 

Si el ingreso nacional es suficientemente alto, este aumento, en términos absolutos, podría significar que toda la población cubre sus necesidades esenciales, es decir, que no hay nadie en situación de extrema pobreza, de indigencia. Este no es el caso de Chile, en que, como se sabe, un 10% de la población vive en situación de extrema pobreza.

Es evidente que, en el largo plazo, el mejoramiento de la educación –con el consiguiente aumento de la productividad del trabajo– permitirá superar la situación de extrema pobreza en que viven todos esos compatriotas nuestros. 

El problema es que –como ha dicho el Papa– “los pobres no pueden esperar”. El “largo plazo” es, aparentemente, “demasiado largo” y –como dijo Keynes– lo único seguro en el largo plazo es que estaremos todos muertos. Por eso es que “algo” hay que hacer en el corto plazo, ahora.

Y ese “algo” es simplemente que, en una actitud solidaria, los que tienen más contribuyan a solucionar los problemas más urgentes y dramáticos de los que no tienen casi nada. 


La banca 10 años después de la crisis financiera mundial por Andrew Powel


PapeldeArbol. Un buen libro referencial para entender la conducta de los bancos en tiempos de crisis y de bonanza. Lima es un ejemplo de esta relación perversa entre la banca privada y los nuevos signos de riqueza….La corrupción en el Perú, con cinco expresidentes, con procesos judiciales revela el malestar que comenta y destaca este libro y seguramente muchos lectores........Al final lea los comentarios de los lectores.. Jorge Zavaleta Editor. Corresponsal en Washington DC y Lima.


Los bancos diez años después de la crisis financiera mundial: lecciones de América Latina y el Caribe


30
Diez años después de la caída de Lehman Brothers, América Latina y el Caribe tiene lecciones que ofrecer sobre cómo sobrevivir a una crisis financiera global.
El 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers se declaró en quiebra, anunciando la crisis financiera más grave desde la Gran Depresión. Un par de años más tarde, me encontraba en una conferencia y un alto funcionario (europeo) presentó una ponencia titulada La crisis financiera global, lecciones para América Latina. Me pregunté si no había una errata. ¿Acaso no debía ser lecciones de América Latina?, pregunté. Esto pareció generar cierta confusión. Lo que ocurrió es que América Latina—por oposición a Estados Unidos y Europa—sobrevivió a la crisis financiera global y salió relativamente indemne. Desde luego, provocó una recesión en casi todos los países de la región, en gran parte debido al “macrocontagio” del norte, pero ninguna de las economías más grandes al sur del Río Grande sufrió una crisis financiera.[1]
¿Cómo consiguió capear la tormenta América Latina? En primer lugar, ya había aprendido algunas lecciones difíciles a partir de sus propias crisis financieras. Las crisis de la deuda de comienzos de los años ochenta y la posterior “década perdida” fueron provocadas en parte por el rescate de anteriores crisis financieras. Chile sufrió una de las peores crisis financieras de la historia en términos de los costos fiscales divididos por el PIB. En Argentina, los rescates tanto de los dueños de depósitos como de los bancos aumentaron la deuda, que posteriormente alimentó la hiperinflación. Algunas de las crisis de los años ochenta se profundizaron gracias a los vínculos entre los bancos y los “préstamos vinculados” (prestamos entre bancos y empresas vinculadas a los mismos) a escala masiva.
En los años noventa, la ola de liberalización financiera generó otras presiones. Una fuerte acumulación de deuda en dólares a corto plazo contribuyó a provocar la crisis de 1994/95 en México, con una devaluación del peso y con efectos posteriores, particularmente en Argentina. México sufrió una crisis financiera que llevó a un importante paquete de rescate de los bancos entre cuyas medidas estaba la adquisición de aproximadamente el 30% del total de la cartera de préstamos de 12 bancos que, según se dijo, no fueron “intervenidos”. Este mecanismo generó deudas considerables para una entidad pública conocida como FOBAPROA, pero sirvió para limpiar los balances de los bancos.[2]En Argentina, la quiebra en diciembre de 1994 de un pequeño banco mayorista, junto con la ausencia de seguros de depósitos provocó inquietudes en relación con la liquidez y la solvencia de otros bancos (más pequeños) que, ante una incertidumbre creciente y una elección presidencial en el horizonte, eventualmente provocaron una corrida sistémica. El sistema financiero perdió el 18% del total de los depósitos en sólo tres meses. Argentina introdujo un sistema innovador para cerrar bancos minimizando los costos fiscales que fue utilizado ampliamente en los meses posteriores.

Avances regulatorios en la región

Desde mediados hasta finales de los años noventa, se vivió una ola de avances regulatorios. La supervisión mejoró y hubo serios intentos en numerosos países para introducir los Principios Básicos de Basilea y el Acuerdo de Basilea I, que estableció requisitos más estrictos para el capital bancario en muchas jurisdicciones.
Aun así, algunos países sufrieron crisis financieras generadas por inquietudes de carácter macro. La fuerte devaluación de Ecuador provocó una gran crisis financiera y luego la dolarización. El bajo crecimiento, la deuda más alta y la aparente incapacidad de ajustarse a la situación vigente con incertidumbres políticas crecientes provocó una serie de corridas de depósitos en Argentina a lo largo de 2001. El default y una fuerte devaluación, junto con la conversión forzada de los activos y pasivos de los bancos a diferentes tipos de cambio eliminó la mayor parte del capital bancario.[3]
La mayoría de países siguió mejorando en términos de estructuras regulatorias, capacidad de supervisión y vigilancia. La entrada a gran escala de bancos extranjeros, sobre todo en Chile y México, cambió el panorama, y ayudó a generar estabilidad en algunas dimensiones, pero también creó nuevos desafíos, entre ellos la cooperación en la supervisión transfronteriza.

Reglas diferentes para los bancos de América Latina

Y luego llegó la crisis financiera global. Una de las diferencias fascinantes que encontré entre la cultura regulatoria de mi país natal—Reino Unido—y la de América Latina es que los bancos anglosajones (al menos en Estados Unidos y el Reino Unido) pueden básicamente hacer lo que quieran a menos que esas actividades estén prohibidas. En varios países de América Latina, siguiendo la tradición del código napoleónico, los bancos sólo pueden hacer lo que ha sido autorizado específicamente. Los bancos en Estados Unidos y el Reino Unido comercializaban a gran escala en complejos derivados y productos estructurados. Algunos analistas vieron esto como una diversificación eficiente del riesgo, pero ex post gran parte de la innovación financiera al parecer tenía más que ver con las regulaciones de arbitraje. Se ha sostenido que América Latina escapó de lo peor de la crisis puesto que tenía mercados de capitales menos desarrollados. Sin embargo, esto entiende la causalidad en un sentido equivocado. Los bancos han sido actores cruciales en la creación de nuevos instrumentos del mercado de capitales. Uno de los motivos es que esto les permite gestionar su capital más eficientemente—o proporcionar oportunidades de arbitraje—dependiendo del lado de la valla en la que uno se quiera situar. En numerosos países de América Latina, los bancos no estaban autorizados para comerciar libremente en derivados complejos, de modo que los incentivos para desarrollar esos mercados disminuyeron. Si miramos el futuro y vemos cómo evaluar los beneficios y los costos potenciales de la innovación financiera, puede que el mundo todavía quiera prestar atención a esta lección concreta.[4]

Los desafíos en el futuro

Los bancos comerciales en América Latina tienden a ser más parecidos a servicios públicos (los utilities) que sus contrapartes anglosajonas, centrados más en los préstamos a sus clientes (reales). Sin embargo, también han sido procíclicos en los últimos tiempos. Por un lado, eso implica que se pueden contener riesgos financieros. Por otro lado, y a medida que los sistemas financieros han crecido, pueden profundizar la parte negativa del ciclo. La experiencia del auge del crédito seguido de la recesión en Brasil es un caso pertinente.[5]La salud de los sistemas financieros es un reflejo de la macroeconomía y la región se enfrenta a tiempos difíciles en el futuro. Si bien los bancos están generalmente bien capitalizados y líquidos, las tasas de crecimiento son más bajas de lo que se podría esperar, varios países requieren ajustes fiscales y las tasas de interés globales y el dólar están experimentando subidas en ambos casos.[6]  Los próximos años pueden ser una prueba desafiante para las mejoras que la región ha desarrollado en la estructura regulatoria y de supervisión.
[1]Se produjo una crisis financiera importante en Trinidad y Tobago que afectó a varios países en el Caribe, debido al colapso de CLICO, pero no está claro cuán relacionado estaba eso con la crisis financiera global.
[3]Ver Argentina’s Avoidable Crisis (2002) para un informe sobre la situación anterior a la crisis argentina. A medida que el tipo de cambio se depreció de un peso por dólar a más de cuatro pesos por dólar, los depósitos en dólares fueron convertidos a pesos a un tipo de cambio de 1,4 por dólar mientras que los préstamos en dólares se convirtieron a pesos a un tipo de cambio de 1 a 1.
[4]Ver Prudent Banks and Creative Mimics,  Powell, Miller y Maier (2011) para un modelo de innovación financiera y un debate de estas contrapartidas.
[5]Ver Boring Banks, Safe Economies para un análisis de cómo los bancos mantuvieron ratios de capital estables a pesar de la volatilidad macroeconómica, en el blog del BID Ideas que cuentan.
[6]Ver La hora del crecimiento, Cavallo y Powell (2018, coord.) para una evaluación reciente del panorama macroeconómico de América Latina y el Caribe.
Print Friendly, PDF & Email

El Autor

Andrew Powell

Andrew Powell

Andrew Powell es el Asesor Principal del Departamento de Investigación (RES). Llevó a cabo sus estudios de pregrado, maestría y doctorado en la Universidad de Oxford. Hasta 1994 se dedicó a trabajar en la academia en el Reino Unido como becario en el Nuffield College de Oxford y fue profesor asociado (catedrático) en las universidades de Londres y Warwick. En 1995 trabajó en el Banco Central de Argentina donde fue nombrado Economista Jefe en 1996. A finales de los años noventa representó a Argentina como diputado G20/G22 y fue miembro de tres grupos de trabajo G22: resolución de crisis, fortalecimiento de sistemas financieros y transparencia. En 2001 regresó a la academia a la Universidad Torcuato Di Tella ( Buenos Aires, Argentina) como profesor y director del Programa de postgrados en finanzas. El Dr. Powell ha sido investigador visitante en el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Universidad de Harvard. Él se vinculó a RES en 2005 como Economista Investigador Líder y en 2008 se desempeñó como Asesor Económico Regional para los países del Caribe, y luego regresó a RES como Asesor Principal. Ha publicado numerosos documentos académicos en prestigiosas revistas académicas en temas como mercado de materias primas, administración de riesgos, rol de las multilaterales, regulación, banca y finanzas internacionales. Recientemente editó el libro Calidad de vida en las ciudades latinoamericanas: mercados y percepciones. Actualmente su trabajo de investigación se enfoca en las consecuencias económicos de la reciente crisis financiera global, flujo de capitales y regulación macro prudencial y bancaria para las economías emergentes.

2 Comments

Add a Comment
  1. Carlos Manuel Lopez Gaibor
    Todas las politicas economicas tomadas en las crisis economicas son asumidas por las grandes masas (sociedad de bajos recursos economicos) y cruelmente usadas como manifiesto de lucha o ayuda a la parte social de los paices latinos, donde se ha producido grandes violaciones a los derechos humanos y del medio ambiente.
    En una crisis economica siempre habra quines pierden y quienes ganan, es hora de sensibilizarce para darle una mejor oportunidad de desarrollo a los paises latinos, no queremos socialismo revolucionarios,queremos producir para sumarnos a un desarrollo sostenible y amigable con el medio ambiente, quien nos da la vida, y que debemos sumarnos a nivel mundial y mas aun las potencias mundiales, buscando nuevas fuentes de energias limpias.
  2. LUIS BETANCOURT C
    gran documento gracias. en Colombia para las fechas del 82, muchos bancos como el otrora banco de de colombia, la caja vocacional entre otros debido a la falta de regulaciones se declararon en quiebra y muchos ahorradores perdieron todo. de ahí el gobierno intervino con más claridad aumentando las provisiones al sistema financiero. En la actualidad hacer una transacción bancaria es muy alta. y es una de las causas por las que se maneja mucho efectivo y en algunos casos se guarda el dinero en el llamado colchón.
    lo mismo por ser una economía tan desigual y no facilitar el dinero plástico o virtual, en los estratos 1 y 2 se recurren a los préstamos gota a gota, que le hacen daño a la economía. local y nacional.
    por ello creemos que debemos abaratar el costo de la rotación del dinero e implementar otros sistemas que le faciliten al ciudadano hacer uso rápido del mismo.

  1. Your comment is awaiting moderation.
    Los bancos no siempre facilitan recursos a quienes más lo necesitan. Se valen de los pequeños ahorristas para ofrecer dinero con altas tasas de interés para beneficiar de los grandes capitales.
    No todos los bancos se modernizan con las últimas tecnologías.No cuentan con personal motivado o comprometido con el servicio a los cliente. La banca telefónica es un muralla infranqueable. Las frecuentes clonaciones de tarjetas de crédito no tienen las alarmas correspondientes. Muchos de los viajeros deben retornar a sus países de origen para tratar de encontrar respuesta. Y se chocan con una maraña imposible de ser superada. Estas limitaciones no son compensadas por los daños y perjuicios. El estado, con sus Superintendencias, no se identifican con el cliente, sino con los Bancos. La supervisión del lavado de dinero se evidencia en la velocidad de la movilidad social de grupos emergentes en los barrios más caros de las capitales. Lima es un ejemplo de esta relación perversa entre la banca privada y los nuevos signos de riqueza….La corrupción en el Perú, con cinco expresidentes, con procesos judiciales revela el malestar que comenta y destaca este libro y seguramente muchos lectores.