Jorge Zavaleta Alegre
Washington DC
Las Bibliotecas y los Museos
comienzan a impulsar el uso de las nuevas tecnologías de la
comunicación para cumplir los objetivos
germinales del desarrollo integral
de las sociedades. Inclusive el Turismo va dejando de lado de sus
circuitos a las bibliotecas y museos como parte de los frecuentes atractivos de obligada visita.
Las Biblioteca y los Museos, son primas hermanas de la
Historia, que por efectos de la televisión
y la prensa amarillas, vienen
enfrentando una creciente indiferencia
para conocer mejor los orígenes o las
causas de la evolución o la involución de los pueblos.
Los países del
Sur, atribuyendo como causa la falta de recursos fiscales,
descuidan la conservación de los Museos y las Bibliotecas y los patronatos tradicionales, en varios
casos ya de conocimiento público, se van constituyendo en una fuente de
negocios, con altos réditos, superiores, incluso a los dineros del
narcotráfico.
Del Norte del planeta vienen algunas enseñanzas que nos
invitan a la reflexión. Las asociaciones de Museos y de Bibliotecas, en lugar
de tomar distancia de los
usuarios, vienen alimentando nuevas oportunidades para aumentar las oportunidades
de acceso al conocimiento de los tesoros que guardan los pueblos. Los manuscritos,
libros, colecciones de la buena prensa, del buen cine, son los
mejores aliados de
sociedades ideales, de modelos de vida para el presente y el mañana.
Instituciones que gozan de prestigio en Italia, España, Bélgica o EEUU, aprovechan la evolución
de las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente de
Internet, para propiciar el cambio de las necesidades de los ciudadanos y la
forma en la que ellos acceden a la información.
Las web, acompañadas de una agenda de actividades con la población, están trasformando el papel de las bibliotecas
tradicionales y de los museos.
En este contexto, hay sectores que cuestionan el futuro de las bibliotecas. Se
analiza la necesidad de reorientar los servicios de las bibliotecas públicas,
pasando de entenderlas como centros culturales cerrados a tratarlas como
centros sociales, abiertos, dinámicos.
El tema de los museos
es apasionante. Veamos una nota de La
Gran Época. De Londres se informa sobre
un museo poco convencional que despierta la curiosidad y desafía las especies
de seres vivos clasificadas por la ciencia.
Veamos un reciente informe de La Gran Época:
Restos conservados de hadas, duendes, dragones, licántropos y
otras criaturas son parte de esta
inusual colección que se exhibe en Londres con el nombre Cryptid Colección
Merrylin.
Las piezas de la colección son las más increíbles jamás
conocidas. Alex CF- gran admirador del legado del profesor Thomas Theodore
Merrylin- es el que se ocupa de dirigir y mantener el museo, por lo que algunos,
que solo sirven para criticar para destruir, lo han llamado “oportunista” y “estafador”,
aunque él desestima estas afirmaciones.
Según relata la página web del museo, en 2006 se creó un
fideicomiso para analizar y cotejar un gran número de cajas de madera que se
encontraron selladas en el sótano de una casa londinense antes de su demolición
Aparentemente intactas desde la década de 1940, las cajas
contenían más de 5.000 ejemplares de flora y fauna, recogidos, disecados y
conservados por muchos olvidados científicos, profesores y exploradores de
otras culturas o especies alternativas, negadas por la ciencia contemporánea.
La colección también albergaba muchos artefactos de origen
curioso, como por ejemplo una supuesta máquina para detener el envejecimiento.
De acuerdo a la página web del museo, el profesor Merrylin
nació en 1782 en Hellingshire- al norte de Inglaterra. Su madre murió durante
el parto y fue criado por su padre Edward, un general del ejército.
Una vez retirado, su padre se enamoró de la historia natural
esotérica y dedicó el resto de su vida a viajar por el mundo en busca de
artefactos ilusorios y especies ocultas que residían en los continentes
olvidados o lugares oscuros, lejos de miradas indiscretas.
Viajaron juntos por muchos años hasta que sus padre encontró
una muerte súbita. Desde entonces Thomas encontró consuelo en su trabajo y en
continuar la colección que había iniciado junto a su padre…
La Gran Época, según sus editores, es un periodismo independiente, sin censura y
comprometido con la verdad. Sin embargo financiar un medio de comunicación es
cada vez más difícil y no quieren implementar un muro de pago para poder
solventarnos. “Queremos mantener todos nuestros contenidos libres y llegar a
mucha más gente, porque creemos que todos deben tener acceso a la verdad y tú no
puedes ayudar a lograrlo”.
El libre mercado ha convertido a una sociedad más desconfiada. Pocos desean
ayudar las iniciativas de comunicación, entretanto la prensa, hoy en día,
se aglutina en tres grandes núcleos. Aquellos que están cerca del periodismo
oficialista, con salarios del Estado y de las corporaciones ligadas a
grandes consorcios empresariales.
Aquellos que a través de Internet crean grandes circuitos con mayor
credibilidad y acierto. Y los Patronatos de las Instituciones ligadas con la
cultura, que han distorsionado en el
tiempo los propósitos de las pinacotecas, museos, pues obras de arte de incalculable valor terminan
en circuitos privados. La prensa rentada
con “donaciones” dirigidas, prefiere
ignorar la historia de las pequeñas comunidades o de sus defensores.
La Gran Época es la edición en español del periódico
internacional Da Jiyuan o Epoch Times (su nombre en inglés).
"La Gran Época es una voz independiente que se expresa en forma
impresa y online. Informa noticias verdadera y responsablemente para que sus lectores mejoren sus propias vidas y aumenten
su comprensión y respeto por sus prójimos inmediatos y los de todo el planeta".
Con sede central en la ciudad de Nueva York y una red de
periodistas locales en todo el mundo, La Gran Época es el periódico
independiente de más amplia distribución en todo el mundo, con publicaciones en
35 países y 21 idiomas.
“Nuestra independencia nos permite informar sin la influencia
de ningún otro interés particular, grupal o nacional, en completa concordancia
con nuestros valores”, señala el documento fundacional de La Gran Época.
Un antecedente de este esfuerzo periodístico: Después de los hechos violentos en Tiananmen,
un grupo de chino-americanos comenzaron
a publicar La Gran Época en chino, arriesgando su vida y la de sus seres
queridos. Algunos periodistas en China fueron encarcelados. “Nuestros comienzos
han inculcado en el equipo de La Gran Época de un firme compromiso para
informar de manera objetiva y socialmente responsable, además de un gran
respeto a los derechos humanos y la libertad”, reitera el acta fundacional de
La Gran Epoca.
La versión en lengua china de La Gran Época comenzó a ser
publicada en respuesta a la creciente necesidad de una cobertura sin censura de
los eventos en China.
El primer periódico fue publicado en mayo del 2000 en Nueva
York, y en la Web en agosto del 2000. Muy pronto la siguieron ediciones locales
publicadas por oficinas regionales, convirtiéndolo en el periódico más grande
de todos los periódicos en idioma chino fuera de China Continental y de Taiwán.
A comienzos de 2005, comenzó a funcionar la página web de La
Gran Época en español. Hoy, en un mundo que cambia cada vez más rápidamente, la
gente necesita información confiable para entender los eventos y tendencias.
Nos esforzamos en mostrar la humanidad común que compartimos, buscando impactar
positivamente en la vida de las personas. Deseamos que nuestros artículos
ayuden a los lectores a desarrollar y evolucionar su entendimiento sobre
nuestro mundo y sobre sí mismos, y a respetar y valorar al prójimo.
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Crónica de Jorge Zavaleta Alegre, EEUU, 2017