Jorge Zavaleta Alegre. Cambio16, Madrid
"Mi infancia, que fue
dulce, serena, triste y sola, / se deslizó en la paz de una aldea lejana,/
entre el manso rumor con que muere una ola/y el tañer doloroso de una vieja
campana./: Tristitia de Abraham Valdelomar (Ica,
1888 - Ayacucho, 1919)
No hay futuro para la
niñez y adolescencia de un país del Sur Sur, como el Perú, sino se suman varios
factores y voluntades, como: decisión política,
recursos financieros, respaldo fiscalizador, imaginativo, libre de los
medios de comunicación con sus más diversas
opiniones e instrumentación tecnológica y en una relación transversal y multidisciplinaria
del conocimiento complejo.
El Perú ha dado a conocer un Plan Nacional que pretende, en una sola generación, interrumpir el perverso
ciclo de la pobreza y la violencia, en
muchos casos limitada por la discapacidad
física y mental de las personas; impulsando
hacia el desarrollo integral de este sector de la población en un esfuerzo
concertado y con presencia de la gestión local.
Existen elementos que posibilitan atender las demandas
básicas de los niños, niñas y adolescentes. No debería haber justificación
alguna para que no avancen los planes sociales del actual gobierno con miras al
II Bicentenario de la República y a los
objetivos del III Milenio.
El Perú supera los 30
millones de habitantes. Ha suscrito la Convención de los Derechos del Niño, ha
promulgado la Ley 27337 que aprueba los Códigos correspondientes, ha
elaborado cuatro planes nacionales de
acción por la infancia y la adolescencia desde 1992 hasta la fecha. El más
reciente es el que lidera el Ministerio de la Mujer y de Poblaciones Vulnerables
– PNAIA 2012 – 2021, a través de la jurista
Ana Jara, con la presidencia un
comité multisectorial permanente en
manos de su viceministro de PV, el
educador y sociólogo Julio Rojas Julca.
El Plan, refuerza el Plan
Estratégico de Desarrollo Nacional – CEPLAN, una entidad que está reactivando
el rol de la Planificación, tan desatendida por el neoliberalismo. Recoge entre
otras experiencias, el camino transitado desde el 2008 con los Programas
Estratégicos, una nueva herramienta del Ministerio de Economía y Finanzas; el
Proyecto la “Educación que queremos”; la
estrategia Crecer.
También sigue de cerca
los programas Juntos y Agua para todos; el Seguro Integral de Salud, la Mesa de Concertación para la lucha
contra la pobreza en 26 regiones; el positivo balance de la universalización de la educación
primaria y la reducción del analfabetismo. Y la incursión de profesionales con capacidad y
conocimientos en gestión pública.
La población ve con
expectativa el Plan 2021, aprobado oficialmente
el 20 abril último, porque
involucra cuatro objetivos relacionados con la vida de niñas, niños y adolescentes
desde la perspectiva de sus derechos, ciclo y curso de vida, género,
intercultural y equidad.
Las principales metas
son: Garantizar el crecimiento y desarrollo integral de niñas y niños de 0 a 5
años de edad. Continuar este proceso para los menores de 6 a 11 años de edad.
Consolidar el crecimiento y desarrollo integral de ellas y ellos de 12 a 17
años de edad. Y garantizar la protección de ese universo social 0 a 17 años de
edad.
El Plan se sustenta en 25 resultados, pero son condicionados, para su viabilidad, en la
voluntad de la sociedad y del gobierno nacional para luchar contra la pobreza,
empezando por las zonas rurales. Existe financiamiento con los recursos derivados de las altas tasas de crecimiento económico de los últimos
años. Hay dinero público y utilidades
del sector privado con iniciativas en la capacitación productiva.
Llevar adelante el Plan
implica participación transversal de todos los sectores, de los gobiernos
locales, de sus poblados más alejados, con presupuestos condicionados a resultados. Y herramientas
técnicas, para fotografiar avances,
errores y metas emblemáticas, valiéndose
del Sistema de Monitoreo: Simone.
Pero la ejecución y cumplimiento de metas tampoco será sencillo sino persiste el
compromiso de los gestores y beneficiarios. El
liderazgo ha sido adscrito al Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, más el concurso multisectorial de decenas de instituciones, del Poder Judicial, UNICEF, estructura que de ser replicada en los diferentes territorios deberá
facilitar la descentralización del
Estado.
CONSIDERACIONES CLAVES.
Cuatro de cada diez peruanos son niñas, niños o adolescentes, teniendo el
derecho a ser felices, a recibir amor, a gozar de un ambiente equilibrado. Es
alentador el incremento de las tasas de control prenatal de parto institucional en las regiones y en Lima.
Existen iniciativas de responsabilidad social empresarial para
enfrentar la desnutrición crónica familiar. En educación, resalta el aumento de
la cobertura en la educación primaria en la sierra y algunos indicios de
mejoramiento de la calidad educativa en la sierra rural.
DEMOGRAFIA. Siguen en
la raíz del problema, el limitado acceso
a la
educación inicial y secundaria, junto al bajo nivel de logros de aprendizaje en general. Según el
INEI, al 2011, el país cuenta con uno 29 millones 797 mil 694 personas, de las
cuales 10 millones 550 mil son menores de 18 años de edad (35,4% de la
población total): 50.9% son hombres y 49.1% mujeres. El porcentaje de población menor de 18 años de
edad ha venido descendiendo en las últimas cinco décadas.
El descenso de la fecundidad ha ocasionado que la tasa de
crecimiento promedio anual de la población desciende del 2.8% en el período
1961 -1972 hasta 1.6% para el período 1993-2007, según censos nacionales de
esos años. La pobreza afecta en mayor número
a la niñez y adolescencia (45.4%
de los 10 millones 572 mil niñas, niños y adolescentes) que significa
10,6 puntos porcentuales por encima del promedio
de pobreza del país.
La situación es aún más
crítica en los residentes del área rural, donde la pobreza afectó al 68.5% de
sus niñas, niños y adolescentes, es decir 2,3
veces la pobreza urbana (29,3%). Una
tercera parte del mencionado universo,
la niñez y adolescencia son indigentes
o pobres extremos. Las condiciones son mucho más complicadas para aquellos con
lengua materna - quechua, aymara o una lengua de la Amazonía. Los
departamentos de Puno y Loreto presentan
las tasas más altas de mortalidad infantil.
A manera de conclusión,
el desarrollo rural, deposita su futuro
en la presencia activa de los Gobiernos,
los actores regionales y locales para hacer realidad las metas emblemáticas. La
descentralización es una tarea de las municipalidades provinciales y
distritales, al asumir la articulación y el liderazgo.
¿QUÉ ES UNA NIÑA O
NIÑO?: “Es un ser humano pequeño que tiene derecho a ser feliz y ser una
persona querida para los demás”. Respuesta de un niño en una calle del Centro de Lima. Carátula del Plan 2021.