Jorge Zavaleta Alegre Periodista
Esta vez se trata de una novela que constituye una mirada incisiva en torno a la Amazonía amenazada por las fuerzas destructoras de la civilización globalizada.
Pero no se trata solamente de una obra literaria que se alimenta con la ficción, sino que gran parte de su contenido se basa en prolijas investigaciones desarrolladas por el escritor. Retoma el antiguo mito del paraíso terrenal ubicado en el Nuevo Mundo, que durante la Colonia fue una provocadora tesis bíblica para los reinos europeos sedientos de tesoros. Rumrril se remonta hasta el pasado colonial. La universidad más antigua de América, San Marcos, convocó a la intelectualidad colonial más destacada de Lima para escuchar al virrey. Pero una indisposición de Micaela Villegas, "la Perricholi", motivó su reemplazo por un erudito.
Fue Antonio León de Pinelo, un judío culto, quien defendió la tesis de que el Jardín del Edén estuvo en el triángulo fluvial del Pacaya-Samiria, un equivalente al Eufrates y el Tigris de la gran Mesopotamia, la cuna primigenia y fundadora de la raza humana.
En la estación de preguntas, a invitación del rector, alguien preguntó: si nuestros primigenios Adán y Eva, después del reprobable pecado cometido fueron expulsados por Dios del Jardín del Edén, ¿quiénes son los que hoy viven en ese otrora paraíso del Pacaya-Samiria?
Los mucama-kukamiria, igual que sus padres los tupi-guaraní, creen que el Pacaya-Samiria es el Axis Mundi, aunque entre los teóricos virreinales son primitivos, atrasados y abandonados por Dios.
Rumrrill, natural de Iquitos, explica, con razones de orden histórico, cultural y político, el por qué el ser amazónico es diferente al resto de los peruanos: "Los amazónicos no han sido marcados ni por el feudalismo andino ni por el perricholismo virreinal."
Con ayuda de la historia, la economía, el psicoanálisis, los psicotrópicos (ayahuasca) y el chamanismo amazónico, atraviesa el universo científico con una rica prosa literaria.
Sus argumentaciones elevan las voces para cuidar aquel Edén poblado desde hace milenios por culturas que dominan el sistema hidrográfico más complejo del planeta: ríos, cochas e insondables remolinos que dan vida a una flora y fauna infinitas. Desde una perspectiva freudiana, analiza el erotismo y la sexualidad amazónica como una relación incestuosa entre la madre naturaleza y la depredación de su riqueza.
Las etapas del caucho, el oro negro del petróleo y del oro blanco son tres violaciones sucesivas de los siglos XIX y XX.
María Reátegui, la virgen que da nombre a la obra en la novela de Rumrrill, representa la degradación de la mujer al servicio sexual de un campo petrolero (Petro Samiria), en 1908. En ese mundo, a un poblador nativo no le quedan posibilidades para ser agricultor, ni pescador, ni maderero. Una nueva violación a su cultura ancestral.
Fecha:01/12/2012