Jorge Zavaleta Alegre
Cuidar de tu salud emocional y bienestar es más importante
que nunca. Esta recomendación nace desde  las entrañas de los miles de familiares que
han perdido  familiares como consecuencia
de la actual pandemia, de cuyo fin no se conoce o llegó para obligar que el
Cambio Climático no sea un tema lírico para la ONU y sus instituciones. Es  sun llamado ineludible que compromete a todos,
más allá de aquellas ideologías que solo alimentan la libre acumulación de
fortunas, cuya persistencia también está en peligro. La pobreza del mundo ha
crecido tanto que no hay forma de contrarrestar la destrucción del planeta sino
se apuesta por  la VIDA.
Son numerosas las instituciones que  inciden en las consecuencias de la pandemia.
Expertos de Cigna, por ejemplo,  han reunido
una variedad de recursos de expertos, colaboradores comunitarios y otras
fuentes confiables. Desde consejos prácticos para la educación en el hogar
hasta cómo enfrentar la pérdida del empleo, ayuda a manejar este momento y los
futuros.
La pandemia ha generado una serie de temas que requieren la
colaboración de especialistas o de personas con la voluntad  de compartir sus conocimientos y experiencias
para  evitar que la improvisación  invada el universo de las comunicación
digital, que hoy no tiene fronteras.
Son temas vitales: Ansiedad. Autismo. Regreso a la escuela. Apoyo
para personas codependientes,  Recursos
comunitarios. Violencia doméstica. Trastornos alimenticios. Familia - crianza –
maternidad, dolor y pérdida. Recursos para trabajadores del cuidado de la
salud. Salud mental. Manejo del estrés. Regreso al trabajo. Apoyo para la
recuperación del uso de sustancias y la adicción. Prevención y concientización
sobre el suicidio
La globalización viene 
sepultando  viejos mitos, leyendas
y prejuicios sobre la Salud Mental. 
Aumentan las voces sobre las 
ventajas económicas y sociales 
de  sumar esfuerzos por entender
que no hay Salud sin atención prioritaria de la Salud Mental.
La  guerra
comercial  entre  EEUU  y
China, incluyendo la India, tiene como 
uno  de los  ingredientes 
la promoción de la medicina alternativa, que se nutre de las  viejas prácticas e insumos  de las poblaciones nativas.
No  es un secreto que
los  llamados curanderos  o “chamanes” de la  Amazonía son los que  han contribuido  en el 
tratamiento de la  salud mental
con insumos  que ofrece la naturaleza.  El 
Sínodo que anuncia el  Papa  Francisco para  proteger la 
Amazonía  tiene que  ver con la 
reserva planetaria  de
alimentos  e insumos para la
conservación  de la  vida, más allá  del petróleo 
y otros minerales… 
El Banco Interamericano 
de  Desarrollo nos ofrece un
aporte  de Patricia Jara,  quien resume con el título: Solo la mitad de
los pacientes toma bien sus medicinas y  
remarca  que “hay un área donde
hay que poner especial cuidado en seguir el tratamiento adecuado es en la salud
mental”. Patricia Jara es especialista líder de la División de salud y
protección social  de esta financiera de
propiedad de la banca pública.
Según la OMS, el número de personas con depresión o ansiedad,
las enfermedades mentales más comunes del mundo, aumentó de 416 millones a 615
millones entre 1990 y 2013. Esta cifra podría seguir aumentando debido a las
múltiples emergencias humanitarias a nivel global, que generan depresión y
ansiedad en 1 de cada 5 personas.
Debido a la complejidad de los trastornos mentales y a los
estigmas que pesan sobre ellos, pueden ser difíciles de diagnosticar y de
tratar adecuadamente. De acuerdo al National Institute of Mental Health
(Instituto Nacional de Salud Mental), solo la mitad de los pacientes con
enfermedades mentales recibe un tratamiento adecuado. La baja adherencia
terapéutica en estos desórdenes evidencia la vulnerabilidad de los pacientes.
Una encuesta telefónica en Francia encontró que 15% de ellos admitió finalizar
su tratamiento antes de lo indicado y 22% redujo la dosis prescrita.
Aunque nuevamente el factor costo juega en contra, los
beneficios de invertir en los tratamientos adecuados son significativamente
mayores. Por ejemplo, se estima que en Estados Unidos cada dólar invertido en
el tratamiento para la depresión y ansiedad rinde 4 dólares americanos en
ganancias en salud y capacidad de trabajo. En México, la tasa de retorno en
beneficios económicos y de salud por cada peso invertido sería de 3.3 a 5.7. 
Urge mejorar la adherencia terapéutica: Analizar de manera
rigurosa los modelos de atención al paciente para valorar si son realmente
efectivos y considerar las diferentes causas de adhesión y deserción en grupos
específicos permitirán mejorar la calidad de las respuestas ofrecidas por los
sistemas sanitarios.
Urgente tomar en cuenta: 
Los pacientes que reciben mensajes claros y específicos sobre el tratamiento,
reciben apoyo y asesoramiento y se sienten cómodos para hacer preguntas podrían
confiar más y, por lo tanto, adherir mejor al tratamiento.
Mejorar la calidad de la atención primaria: que el médico
haga el seguimiento correspondiente, esté disponible para contestar
inquietudes, se interese por el paciente y monitoree su progreso tiene un claro
impacto.
Innovación: en la era de la salud digital, surgen otras
terapias, tratamientos, y nuevas respuestas. Las aplicaciones móviles como
complemento presentan múltiples oportunidades, como costos reducidos de
seguimiento, disponibilidad para consultas,  conveniencia y almacenamiento de información
en un solo lugar, y disminución del estigma para algunos pacientes. 
Además, pueden generar beneficios concretos e inmediatos,
como recordar a los pacientes que ha llegado la hora de tomar un medicamento o
de acudir a una cita médica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que la
mitad de quienes tienen acceso a medicinas consideradas esenciales las consume
incorrectamente. Estos comportamientos pueden arriesgar la eficacia de un
tratamiento. Por ello, el éxito de un tratamiento depende en buena medida de
esa adherencia, especialmente con enfermedades de larga duración.
Las dificultades económicas no son un tema menor. De acuerdo
a datos disponibles para los países de la OCDE, el gasto farmacéutico
representa aproximadamente el 20% del gasto 
total en salud. En los hogares de los países desarrollados, el gasto en
productos farmacéuticos representa el principal rubro de los gastos de
bolsillo, junto con el pago por atención ambulatoria. 
En el contexto del envejecimiento progresivo de la población
y el aumento en las enfermedades crónicas, estos gastos se acrecientan debido a
la demanda de medicamentos para tratar patologías como la hipertensión, la
diabetes o la depresión.


 
