Donald  Trump, el 45° presidente electo  de los  EEUU. Asumió el poder, el 20 de enero 2017, acompañado de su familia
Jorge  Zavaleta 
Alegre/ desde  Washington DC,  corresponsal del Grupo El Mercurio y Panoramica LAC-UE/Milán-Bruselas
Soñar en un mundo
nuevo  era una vieja ilusión.  Pues 
esa capacidad de imaginar va  desapareciendo.
Ante el derrumbe de las ideologías, incluyendo 
la del  libre  mercado, el mundo  asiste 
a la irresponsabilidad de los gobernantes. Su escasa eficiencia ha
precipitado la caída de los valores políticos, inclusive el derecho de
imaginar. Los candidatos  a la primera
magistratura, provienen ahora de la improvisación, de la desesperación, de los
olvidados  de siempre, de aquellos que
tienen como único mensaje lo que ofrece la televisión y su alta dosis de
fútiles  vanidades.
"Vamos a liberar
la tierra de las enfermedades y vamos a aprovechar nuevas energías y
tecnologías. Un nuevo orgullo nacional nos va a guiar y curará nuestras
divisiones.  A todos los estadounidenses:
nunca seréis ignorados jamás. Vuestra voz, vuestras esperanzas y vuestros
sueños definirán nuestro destino. Juntos haremos que EEUU sea más fuerte otra
vez, son algunas de las  frases que este
mediodía del  20 de enero del  2017 escuchó 
el mundo de labios del 45° presidente, Donald  Trump.
Lo que dijo el
candidato Trump: "Vamos a construir un muro en la frontera con México, un
muro grande y hermoso, y México va a pagarlo". Son siete mil  kilómetros que van al  borde del 
Río  Bravo.  "'¡Construye el muro, construye el
muro!".
Uno de los consejeros
más cercanos a Trump, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, ha dicho que el
muro será construido incluso si tiene que ser por medio de una orden ejecutiva,
ya que Trump "no va a romper una promesa de campaña".
 "Lo que vamos a hacer es atrapar a los
que son criminales y tienen antecedentes (...) probablemente 2 millones, quizá
hasta 3 millones, y los vamos a sacar del país o quizá los vamos a
encarcelar". Trump: "Llamó  a
un cierre total y completo a musulmanes entrando a Estados Unidos". Mantiene
su promesa de no dejar entrar ningún refugiado sirio en Estados Unidos.
La ola provocada por la
rebelión contra las élites políticas, potenciada por los nacionalismos y el
populismo, induce a recuperar el gobierno del país, de las manos de la casta de
Washington.  
Para muchos comienza  la desaparición del orden liberal occidental.
Para Trump y sus ideólogos, un gabinete de coalición de plutócratas y militares
ideologizados, es la oportunidad de construir una nueva arquitectura
internacional, quizás usando a Rusia para confrontar a China. 
Trump asume la
Presidencia de un país dividido, aunque sin riesgo de guerra civil, porque
cualquier extremo, empezando por los grandes capitales, puede lastimar  su supervivencia “pacifica”. Desde este  20 de enero regresa   la retórica nacionalista, el “Volkswagen”,
de  la Alemania de los  40.
Desde este momento, solo Estados
Unidos será primero. ¡Estados Unidos será primero!”, advirtió el  flamante presidente. “Juntos construiremos
que Estados Unidos vuelva a ser fuerte. Haremos que Estados Unidos vuelva a ser
próspero. Haremos que Estados Unidos vuelva a ser orgulloso. Haremos que
Estados Unidos vuelva a ser seguro de nuevo. Y sí, juntos haremos que Estados
Unidos sea grande de nuevo”, fueron  los
puntos centrales del presidente de la primera potencia económica del  mundo y el tercero con mayor población de migrantes del mundo.

 
 








