Por Raúl González.
El autor de este comentario es sociólogo peruano, que figura entre los principales
investigadores de la violencia en el país.
Esta vez nos ofrece un texto actualizado de mayo del 2015. Este tema comenzó a ser analizado desde las páginas del Diario de Marka y Caballo Rojo, la revista dominical de la misma casa editora.
Esta vez nos ofrece un texto actualizado de mayo del 2015. Este tema comenzó a ser analizado desde las páginas del Diario de Marka y Caballo Rojo, la revista dominical de la misma casa editora.
Luego de 35 años que Sendero se levantara en armas, el
país, el gobierno, sus clases políticas y muchos de sus intelectuales, no
entienden hasta hoy lo ocurrido y, lo que es peor, lo que es en la actualidad,
Sendero Luminoso.
No existe en el
Perú un diagnóstico valido para el 2015 ni de Sendero ni de lo quedó del MRTA.
Por eso, ni los Partidos Políticos, ni los politólogos, ni los Servicios de
Inteligencia tienen claridad sobre las diferencias
reales entre el Sendero de Abimael Guzmán y los senderistas presos; entre
ellos y la columna armada que opera en el VRAE
(Valle del Río Apurímac y el Ene); y por eso tampoco saben bien lo que es el MOVADEF, y menos los problemas que
tienen y ¡Vaya si los tienen!
Marcos Ibazeta, que ha sido Presidente de la Corte
Superior de Lima y Presidente de la Sala Penal para los casos de terrorismo, ha
llegado a afirmar que Abimael Guzmán y los dirigentes de Sendero del VRAE nunca se pelearon porque “su objetivo fue -y sigue siendo- derrotar
al Estado peruano” Y añade “más que
posiciones ha habido tácticas distintas dentro de una misma estrategia” (Perú21, 11 abril 2014).
Tal opinión no es una simple opinión personal porque es
compartida en la mayoría de las tiendas
políticas del medio que deberían poseer, por lo menos, un diagnóstico
más cercano a la realidad. No lo tienen porque carecen de presencia a nivel
nacional y porque sus prioridades políticas son otras; razón por la que desde
hace tiempo optaron por desentenderse del tema y minimizar el problema y usarlo
solo con fines políticos; para descalificar personas, protestas sociales y
gremiales; para enrostrarle a los
gobiernos de turno su debilidad con los terroristas ya condenados, y que están
por cumplir las condenas que las leyes de la democracia les impuso, o para
prometer más dureza en caso lleguen al poder.
Las
consecuencias.-
El resultado es penoso porque los medios de comunicación,
obviamente sin así proponérselo, levantan estas noticias y solo consiguen dos
cosas: mantener incólume el miedo de la población al retorno de situaciones pretéritas
y mantener con vida mediática el tema del terrorismo.
El caso más patético fue el shows realizado por el
anterior Ministro Urresti que cerró una exposición del senderista Inchaustegui
en el Jirón Quilca; exposición casi clandestina que gracias a la intervención
del Ministro tuvo una publicidad cercana al medio millón de dólares y, como fue
prohibida, ya ha recibido invitaciones de varias entidades de países europeos
para sendas exposiciones. En esa oportunidad, Urresti fue el gran promotor de
una exposición considerada prosubversiva; para no mencionar las muchas en la
que la responsabilidad fue de Julio Galindo, el más ingenuo y oscuro Procurador
que haya tenido el país.
Los problemas.-
1.- 35 años después el país no ha superado el problema y el
Estado no se ha adecuado a los nuevos retos y problemas que la existencia
de grupos terrorista les deja una vez que terminan.
2.- Existe un miedo social injustificado y pocos
entienden que la guerra senderista ya terminó y que ésta es irrepetible. La
razón: Sendero, en estos tiempos no podría convocar ni campesinos ni a los
informales enfrentados al gobierno para tomar el poder para formar una “República
de Nueva Democracia”. El hecho de que algún ex senderista participe de una de
las protestas actuales, no es, hoy en día, lo central.
3.- No se entiende que aquella máxima maoísta “El
Poder nace del fusil” ya no es válida no solo por la diferencia de armas
entre los grupos subversivos y los gobiernos sino por los adelantos
tecnológicos. El poder hoy no lo da el fusil sino la tecnología. Para
graficar la idea: es imposible pensar en una revolución sin redes sociales y con
la existencia de GPS, de los drones y hasta del whatsapp.
4.- La guerra contra el terrorismo ya terminó y la
democracia tiene ahora que demostrar su superioridad. ¿Cómo? Para comenzar
respetando las condenas que se impusieron en los ochenta y que ya se cumplieron
y las que se están por cumplir y no buscar “motivos” para iniciar nuevos
juicios; como es el caso de Osmán Morote. Y lo más importante, no es estigmatizar
a quienes fueron condenados por terrorismo y señalarlos y perseguirlos para que
no trabajen y permitírsele opinar políticamente, si algún medio así lo considera,
e incluso no prohibirles participar de alguna campaña electoral.
5.- Se supone que es obvio y lógico que el Estado tiene ya montado un equipo anti
terrorista que debería ser capaz de detectar si alguien que ha cumplido
sentencia busca volver a participar en una aventura terrorista. Se supone…
6.- Hay quienes por razones políticas coyunturales ven
a Sendero o al MOVADEF detrás del
movimiento anti minero, de la de la minería informal, de la producción de coca,
del contrabando y de todo lo que sea políticamente incómodo. Y no se toma
en cuenta que los problemas de hoy no son los de hace 35 años y que la
presencia del Estado ahora sí cubre el territorio nacional.
Lo que no puede repetirse es continuar tomando medidas
absurdas: el año pasado la Universidad de Huamanga fue intervenida porque se
dijo habían problemas que eran promovidos por el MOVADEF. No era cierto pero eso no ocurrió ni en los años 80 cuando
se inició todo y cuando dicha Universidad era señalada como la cuna de Sendero.
Y la historia demuestra que fue una decisión inteligente y políticamente
correcta no intervenir la Universidad.
7.- Finalmente, habría que revisar el tema del
narcoterrorismo. Más de uno de los dirigentes cocaleros afirman que la columna de José, y sus
mochileros, le dan seguridad a la salida de un quince a un veinte por ciento de
toda la Pasta Básica que se produce en el VRAE.
Nada más. Si el cálculo es correcto entonces José y su columna no tiene, en
la cadena del narcotráfico, la importancia que el gobierno, los políticos y
algunos analistas le otorgan.
De otro lado, desde fines de la década pasada, los
análisis de la inteligencia militar conocidos, sostienen que la columna de José
se financia no solo con los cobros que realizan para resguardar la salida de la
droga sino también con los cupos que pagan los taladores de madera que
proliferan en la zona norte del Valle, de Pangoa para arriba y con los cobros
(cupos) que le pagan las empresas que trabajan en el oleoducto.
Opinión Personal.-
Tengo 35 años trabajando el
tema de la subversión y del terrorismo,
Mi opinión es que Sendero Luminoso, el MOVADEF y
el MRTA, son parte de una historia que no queremos cerrar porque nos resistimos
a dar la vuelta a una página que, por desgracia, tiene muchas facturas
políticas y sociales extendidas; pero sobre este tema me referiré en otra oportunidad.
Lima, mayo 2015