Jorge Zavaleta
Alegre El Diario16 desde Lima/EEUU
Jose Kanshepolsky, es un médico
peruano, residente en Arizona, especializado en
la nueva ciencia de la criogenia.
En declaraciones para el Diario 16 Informa que en Beijing ya existen centros
hospitalarios, clínicas muy bien acondicionadas
para cuidar las células madres de
150 mil cordones umbilicales, siguiendo
la búsqueda de conservar la vida
eterna.
jkanshepolsky@aol.com
Ahora nos informa sobre la
aparición en el mercado la jeringuilla que tapa heridas de bala en 15 segundos.
En EE.UU., las balas matan a
33.000 personas cada año, 20.000 por suicidio y 11.000 por homicidio.
Cada inyección puede absorber
hasta medio litro de sangre y el proceso dura 15 segundos
La oleada de violencia por armas
que vive Estados Unidos ha hecho que la llegada de este invento sea recibido
con los brazos abiertos. En EE.UU., las balas matan a 33.000 personas cada año,
20.000 por suicidio y 11.000 por homicidio. Las hemorragias son la causa de
hasta un 40% de las muertes de civiles por traumatismos, y hasta un 56% de esos
casos ocurren antes de llegar al hospital.
Es por eso que la Administración
de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha autorizado el uso médico
de una jeringa que permite tapar heridas de bala en sólo unos pocos segundos.
El invento recibe el nombre de XSTAT 30 y es una jeringuilla rellena de
pequeñas esponjas esterilizadas.
Una vez que la jeringuilla se
introduce en la herida, las esponjas se hinchan y la taponan para detener la
hemorragia y evitar así que la víctima muera desangrada y pueda llegar a
quirófano.
Cada inyección puede absorber
hasta medio litro de sangre y el proceso dura 15 segundos. Hasta el momento
esta técnica se usaba sólo en el Ejército.
El sistema sólo estaba autorizado para uso militar, pero de ahora en
adelante también se va a poder usar en ambulancias y hospitales.
La FDA ha pedido el uso
responsable de la jeringuilla XSTAT 30 en situaciones en que no haya otra
alternativa para frenar el sangrado. Han informado que este dispositivo no
puede ser aplicado en determinadas partes del cuerpo como el pecho, el abdomen,
la pelvis o por encima de la clavícula, manifestando a su vez, que dicho
apósito sólo puede ser usado durante un máximo de cuatro horas, tiempo que
permitiría que el paciente reciba atención quirúrgica.
CULTURA DE VIOLENCIA
Investigadores con los cuales
hemos conversado nos dicen que los Últimos acontecimientos en Estados Unidos -
desagradables por supuesto - nos trae a tema la cuestión del ¿por qué?.
Definitivamente en este país
existe una cultura que promueve la violencia pero quizás el tema vaya mucho más
allá y se trate en realidad de un modelo socioeconómico capitalista el
verdadero responsable de todo esto.
Recordemos primero que Los
Estados Unidos constituyen tal vez el Único país del mundo donde sus ciudadanos
cometen actos de violencia mortal contra profesores, administradores y
estudiantes en recintos escolares.
Vale empezar aclarando que el
estado norteamericano promueva la idea de que las armas y el uso de la
violencia son un método para conseguir la libertad.
La política armamentista del
presidente Bush solo alimenta esta ideología en una sociedad con un marco de
conflictividad social, pensado esto, no es tan sorprendente el tipo de matanzas
que cada cierto tiempo llenan de dolor al pueblo estadounidense. Estados Unidos
posee casi un arma por habitante, sumado a esto es necesario destacar los altos
niveles de desigualdad social que existe en el país: esto es altos índices de
pobreza, de encarcelamiento y de represión. No es el "País de la Libertad
como se cree".
Este país tiene acogida en la
segunda enmienda de su Constitución el derecho de los ciudadanos a portar armas
de fuego. La tradición que acoge esta disposición legal crea una espiral
diabólica en la que la existencia de delitos promovidos con armas de fuego
motiva que las personas caigan en la tentación de disponer un arma, de lo que a su vez promueve su uso. Sin lugar
a dudas acontecimientos como los de Virginia Tech y Columbine no serán los más
impresionantes ni los Últimos.
Estados Unidos es un país que
desde el 11-S ha sido víctima de una paranoia generalizada y obsesiva con la
seguridad, lo cual ha justificado una guerra en la que casi todos los días se
reportan tragedias de la misma o mayor magnitud de lo ocurrido hoy en Virginia,
resulta contradictorio con la política Bush que la mayor amenaza a la seguridad
nacional no sea el terrorismo o los regímenes islámicos sino su propia población
y millones de armas que circulan libremente.
El gobierno norteamericano gasta
miles de millones de dólares de su presupuesto para el Departamento de
Seguridad Interna, a pesar de ello y de los códigos de color para alertas de
amenazas a la seguridad nacional, hay muy poca regulación y es muy limitado y a
veces nulo, el control de las aproximadamente 200 millones de armas de fuego en
manos privadas en este país, suficientes para armar a cada hombre y mujer en
este país.
No hay un registro preciso de
armas de fuego en manos de civiles en los Estados Unidos. Se calcula que son
más de doscientos millones de pistolas, revólveres, rifles y armas de guerra
que, en la mayoría de los estados, pueden ser adquiridas con un ligero trámite
en el que no tener antecedentes penales es la Única condición exigida por las
autoridades para ejercer el derecho constitucional a poseer un arma.
Según cifras oficiales del Centro
Federal de Control de Enfermedades, en los últimos cinco años (las cifras más
recientes son de 2004), más de 148 mil personas han muerto por una arma de
fuego en Estados Unidos. De Estos, 14 mil 500 son menores de edad.
En un año murieron 29 mil 569
personas a causa de armas de fuego, un promedio de 81 personas por día o una
persona asesinada cada 18 minutos, reporta la organización Brady Campaign to
Prevent Gun Violence, con cálculos hechos con información oficial.
De acuerdo con el Brady Campaign,
se calcula que 39 por ciento de los hogares en Estados Unidos tiene un arma de
fuego. Se registran ventas de entre 3 a 4 millones de armas de fuego al año, y
se calcula que entre uno y tres millones adicionales se intercambian en
mercados secundarios. Los heridos por bala sumaron 69 mil 825 en 2005; más de
191 al da. Una investigación de los costos económicos directos e indirectos de
la violencia con armas de fuego en Estados Unidos se calculó en 100 mil
millones al año, informa el Brady Campaign.
Sin embargo y a pesar de tener
una lamentable tradición de matanzas
como las de Columbine, y varios más que se han registrado desde entonces,
incluyendo recientemente la muerte de cinco niños en la escuela rural de Amish,
no se ha promovido en un mayor control de armas.
De hecho, organizaciones que se
dedican a promover leyes de control informan que la mayoría de los estados no
requiere que los dueños de armas tengan licencia o que sean registradas y miles
de armas son compradas en ferias sin verificación del historial criminal del
comprador, mientras que los bancos de datos sobre criminales no son
actualizados, permitiendo que delincuentes obtengan armas fácilmente. Peor aún,
la agrupación New Yorkers Against Gun Violence recuerda que "desde la
tragedia de Columbine, es ahora mas fácil obtener armas", y detalla como
gobiernos estatales han promulgado leyes que minan esfuerzos para controlar las
armas. Además, acusa que el Departamento de Justicia ha promovido medidas que
hacen más difícil detectar quien está comprando armas, mientras que el Congreso
ha promulgado medidas que en los hechos facilitan el tráfico ilegal.
La falta de un control de armas
de fuego ha sido un triunfo de poderosas agrupaciones de cabildeo, en
particular la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que ha convertido el derecho
a portar armas en una misión sagrada y patriótica.
A pesar de que está demostrado
que la interrelación entre los parámetros de delitos violentos, número de
presos, aplicación de la pena de muerte y permiso para comprar armas forman un
entramado que retroalimenta a una de las sociedades más violentas del mundo,
los dirigentes políticos siguen sin tomar posiciones frente a la libertad de
venta de armas y de su uso restringido porque entienden que es una costumbre
tan arraigada en los Estados Unidos que enfrentarse a ella tendrá negativas
influencias electorales.
Estados Unidos es una mixtura de
una de las sociedades más avanzadas con algunos lastres arcaicos que determinan
que la dureza de la ley, la violencia y una de las poblaciones reclusas
proporcionalmente más grande nos inviten a dudar de la solidez de ese sistema
de vida.
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