Por Javier Puebla, escritor y
finalista del Premio Planeta
Diario16 fue el primer periódico
en el que escribí en mi vida. Apenas cumplidos los veinte años. Siempre lo he
echado de menos, incluso cuando escribía para Cambio16 añoraba el ritmo joven y
dinámico de Diario16. Por lo tanto hoy es un día grande para mí: vuelve mi
periódico más amado. Y lo hace en un momento oportuno. Necesario.
Necesario porque vivimos tiempos
convulsos. Porque los medios están en manos de grandes grupos y políticamente
escorados. Los blogs, las redes sociales, son una nueva realidad, pero al ser
tantos y tan dispersos carecen del peso concreto y suficiente: pequeñas chalupas
y no poderosos barcos.
Hay tantas cosas que contar.
Europa, España al borde del fin del bipartidismo, las nuevas generaciones, la
tecnología, el paro. Y sobre todo hay que hablar de nosotros, de todos
nosotros, de los españoles, que éramos un pueblo optimista, esencialmente
alegre, y hemos visto cómo se esfumaba nuestra alegría so pretexto de una
crisis articulada por los grandes poderes económicos.
Qué difícil comprender para
alguien que no llega a fin de mes, que no tiene para dar de comer a sus hijos,
que la prioridad de sus dirigentes sea rescatar a los bancos.
Pero estamos aquí de nuevo,
fuertes y renovados. Gracias al esfuerzo, una vez más, de un gran hombre,
Manuel Domínguez Moreno, que será recordado por la historia, amén de por su
línea de pensamiento siempre coherente, por haber luchado siempre para impedir
que mueran y desaparezcan los medios más señeros e importantes de nuestra
historia en los últimos cincuenta años; valgan como ejemplo Cambio16 y
Cuadernos para el diálogo entre otros muchos.
Los grandes hombres son un lujo
para cualquier nación, pero lo son más aún en la frágil coyuntura por la que
estamos atravesando.
Como siempre, diré lo que pienso;
y más aún, lo que siento. Hoy soy un hombre feliz. Parecía un barco naufragado,
pero no. Aquí está de nuevo, con el casco en perfectas condiciones, las velas
henchidas y desafiantes. El valeroso navío de Diario16. Larga vida. Prósperos
años.
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.....
.Jorge Zavaleta Alegre
Me sumo a este primer saludo de Javier Puebla, escritor y finalista
de Premio Planeta
Corresponsal en el Área
Andina y EEUU
www.papeldearbol-papeldearbol.blogspot.com
Escribo en el Grupo Cambio16 desde febrero de 1992 incluyendo el Diario16. Conocí a gran parte del equipo del Diario 16, , del Semanario C16. de Cambio Financiero, Cuadernos para el Diálogo, cuando dirigía Tomás Salas, fundador del Grupo. Igualmente compartí responsabilidades con Daniel Samper en el proyecto Cambio16 América con sede en Colombia, que después se convirtió en Cambio, cuyo presidente del directorio fue Gabriel García Márquez. Recuerdo a editores como Ana Zarzuela, Miguel Ángel Antola y editores de una alta calidad humana como Juan Emilio Ballesteros.
De Juan Domínguez Moreno, que ahora asume el liderazgo del
Diario16, me acuerdo siempre sus crónicas. Solo una de ellas, por ahora:
Sólo reír nos hará verdaderamente
libres
Por Manuel Domínguez Moreno
La libertad de expresión ha
recibido un serio aviso del terror. Se ha presentado sin llamar a la puerta,
vestida de negro y con la guadaña bien afilada buscando sangre
indiscriminadamente. Su modus vivendi por antonomasia, no debemos sorprendernos
a estas alturas. Ante esta desazonadora visita no cabe otro camino posible que
la explosión pacífica de la ciudadanía inundando calles y plazas, armarse de
paciencia y valentía y propalar a los cuatro vientos que ese bien universal que
enarbola el poder de la palabra en libertad, logrado sin desmayo tras milenios
de oscurantismo y opresión, no caerá de nuevo bajo la extorsión de una banda de
desalmados, que no esgrime más razón que la del humo insaciable de sus armas.
Ni mil balas podrán romper las
puntas de unos lápices que siempre van directos al corazón, al corazón de unos
ciudadanos ávidos de libertad, que desean hacer de la vida una sátira antes que
un valle de lágrimas opresor y regresivo. La risa siempre ha sido un bien
innato de los humanos demasiado perseguido por dogmatismos de diverso pelaje.
Aquellas creencias que mantienen a sangre y fuego que nuestro fin primordial en
este mundo no es otro que lamentarnos de nuestras heridas pecadoras tienen en
la risa y la inteligencia que las provocan sus principales enemigos. Por ello
la verdadera cruzada no se da entre civilizaciones bajo la sombra de distintos
dioses sino enfrentándose a cualquier modo de concebir el humor como cauce de
expresión de la razón.
Estas fuerzas opresoras no
quieren, por evidentes y oscuras razones, que nos carcajeemos de las mismas
cosas cristianos, ateos, musulmanes, judíos, hindúes o budistas. Y no lo
quieren porque así pueden someter más dócilmente a la masa antes de que el
humor desnude sus vergüenzas más pronto que tarde.
La libertad de expresión no debe
tener más límites que los de la razón y la inteligencia. Ni siquiera la, a
veces, frontera infranqueable del respeto y el honor deben ser impedimento para
que la sátira y el humor –sanos y bienintencionados por antonomasia– campen a
sus anchas en un mundo donde de verdad y sin medias tintas ondeen las
libertades emanadas de la Francia de 1789.
Por todo ello, y dada la difícil
coyuntura socioeconómica en que se mueven actualmente los medios de
comunicación en general en un panorama desolador donde las mordazas intentan
imponer la ley del más fuerte, la noticia de la aparición de nuevas cabeceras
que anuncian su irrupción en el siempre complicado espectro de los medios en
general no puede sino congratularnos con el poder de la libertad de expresión,
un logro de la sociedad que siempre halla cauces para clamar a los cuatro
vientos que las desigualdades, la injusticia y la opresión deben dar paso de
una vez por todas a otro mundo posible más humano, solidario y siempre atento a
la consecución de los derechos más fundamentales del ser humano.
Y si la risa y el humor nos deben
dar siempre la medida de lo mejor del ser humano, esta expresión de lucha por
un mundo mejor debe ir remitida sin compasión y en sobre cerrado vía urnas a
las almas emporcadas de las élites que nos gobiernan sin atender que la brecha
entre un lado y otro se acrecienta sin vía para el entendimiento mutuo. Este
año que comenzamos es clave para que los ciudadanos expresemos de una vez por
todas el hartazgo, la ira y la impotencia que nos atenazan, y que gritemos al
unísono que tanta podredumbre y mediocridad no deben continuar un minuto más
dirigiendo nuestros designios. Sólo de nosotros depende.
Lima. Envió mi saludo al Diario16, en la persona de su Director
Manuel Domínguez, recordando
una de mis primeras lecturas sobre el
periodismo del poeta cubano José
Martí.
El extraordinario escritor, predijo muchos aspectos de la
historia de la isla “Verde como
las palmeras”, con la siguiente glosa:
“El periódico debe estar siempre
como los correos antiguos, con el caballo enjaezado, la fusta en la mano, y la
espuela en el tacón. Al menor accidente, debe saltar sobre la silla, sacudir la
fusta, y echar a escape el caballo para salir pronto y para que nadie llegue
antes que él. Debe, extractando libros, facilitar su lectura a los pobres de
tiempo. O de voluntad o de dinero. Hacer asistir a los teatros, como sentados
en cómoda butaca que este efecto hace una alineada y juiciosa revista, a los
pobres y a los perezosos. Deber desobedecer los apetitos del bien personal, y
atender imparcialmente al bien público. Debe ser coqueta para seducir,
catedrático para explicar, filósofo para mejorar, pilluelo para penetrar,
guerrero para combatir. Debe ser útil, sano, elegante, oportuno, saliente. En
cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe, y los labios sin
mancha que lo dicta. No hay cetro mejor que un buen periódico".
Este ilustrado intelectual sostenía que “La prensa debe ser examen y la
censura, nunca el odio ni la ira que no dejan espacio a la libre emisión de las
ideas. Nunca se acepta lo que viene en forma de imposición injuriosa; se acepta
lo que viene en forma de razonado consejo".
En "O Yara o Madrid",
se revela el futuro periodista comprometido con la libertad de Cuba. En ese
primer periódico del Apóstol aparece un editorial que, escrito por él, dice:
"nunca supe yo lo que era público, ni lo que era escribir para él, mas a
fe de diablo honrado, aseguro que ahora como antes, nunca tuve tampoco miedo de
hacerlo".
jorgez@telefonica.net.pe
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