Asesoría Julia Z. Camerieri Psicóloga y Administracion. Mount St. Mary University, MD.
La señora Angela
Agripina Torres Asurza de Fernández Dávila (Huaylas, Perú) creó este método en
las escuelas de niñas Nº 324 y de niños 339.
El Ministerio de Educación la nombró asesora y para esta grabación que contó
con la participación de la soprano Margarita Ludeña Guerrero, con el piano de
José Mazzini Armas. Ludeña (Piura), fundadora del Coro del Estado.
El método está dirigido
a Transición (I Grado). El disco venía con
un libro con las letras de los himnos e instrucciones. Posteriormente, la misma
autora escribió algunos dramas y estudios sobre el desarrollo del lenguaje en
el niño.
El método consta de 50
temas, en dos LPs. El primero con cuatro cantos de introducción y 21 cantos
educativos y el segundo con 25. Aparte de los LPs, también se distribuyó a
través de una caja con dos cassettes, con dos formatos, el primero con el
título de "Método Musical para lenguaje" y el otro con el título
"Método Musical para el lenguaje del niño", ambos con dos niveles
diferentes.
El disco tiene cuatro
cantos de introducción: El saludo, La tarea, Mi lápiz y Despedida, y
posteriormente los cantos "La A", "Tus manos", "Mi
Dios", todos del primer LP.
Pues estos discos
recobran actualidad. El profesor de aula y el médico son dos profesiones
estrechamente ligadas a la Educación. Las pandemias que hoy nos azotan nos inducen a revisar la Escuela fuera del
hogar.
Este no es el lugar más adecuado para la formación de
la niñez. Para corroborar este enunciado, recordamos el método titulado ALPAMAYO,
que creó la profesora Ángela Torres de
Fernández Dávila, en los años cincuenta, y que en 2021 recobra plena vigencia y
mayor importancia.
Junto al Método
Musical, sumamos hoy experiencias en diferentes países de Latinoamérica que
reemplazan la escuela convencional por internet. Se conocen que la tecnología
de hoy no arroja buenos resultados, sino, al contrario, genera temor en el niño
y en la familia.
Educación ante el
Covid-19 en América Latina: Retos y alternativas de política, es un valioso
documento que nos ofrece el BID a través de varios estudios y comentarios.
Gregory Elacqua - Norbert Schady explican que
Latinoamérica y el Caribe, con excepción de Nicaragua, las escuelas cerraron a
mediados de marzo y, hasta la fecha, siguen cerradas por la crisis de Covid-19.
¿Qué efectos tendrá esto sobre la educación?
El equipo convocado por
el BID advierte que si no se implementan
políticas para extender el calendario escolar, los niños y jóvenes de la región
perderán entre 3-6 meses de educación presencial.
Los cierres escolares
que se están dando por el Covid-19 son sustancialmente más largos que los que
en general se observaron en el pasado. Esto podría precipitar el abandono
escolar, en particular entre jóvenes en familias de ingresos bajos o medios.
No existen estudios
confiables para la región que permitan estimar la efectividad del aprendizaje a
distancia comparado al aprendizaje presencial. Sólo Uruguay cuenta con
plataformas digitales que cubren el currículo escolar y permite que los
docentes monitoreen los aprendizajes de los estudiantes.
Además, la educación a
distancia aumentará la desigualdad en el aprendizaje porque los hogares de
mejor condición socioeconómica tienen una mayor probabilidad de tener acceso a
internet de calidad, así como a otros insumos necesarios para que la educación
a distancia funcione bien.
En general, y en
particular en comunidades pobres, los maestros ejercen labores que van más allá
de sus funciones estrictamente educativas. Los maestros ayudan a identificar
niños con problemas de salud, nutrición o abuso, y alertar a las autoridades
correspondientes. Diferentes fuentes indican que la pandemia ha llevado a
aumentos en la violencia intrafamiliar. En este contexto, los cierres de las
escuelas son particularmente preocupantes.
En Lima, por ejemplo,
esta cifra asciende a más de la mitad de la matrícula y en otras ciudades,
tales como Bogotá, Buenos Aires, y Quito, a más de un tercio.
La magnitud de la matrícula
privada plantea serios retos en el contexto de la pandemia. Las escuelas
privadas dependen de pagos por padres de familia, y muchas han suspendido los
pagos a maestros o están quebrando.
El sector privado
también representa una proporción importante, y creciente, de la educación
superior en la región—más de dos terceras partes de la matrícula total en
universidades, institutos técnicos, y educación vocacional en Brasil, Chile,
Costa Rica y Perú, entre otros países.
Muchas instituciones
privadas de educación superior podrían quebrar durante la crisis. A diferencia
de las escuelas privadas, sin embargo, sus alumnos no tienen un derecho automático
de transferirse al sector público.
Las consecuencias para
el sistema de educación postsecundaria son menores, pero son mayores para los
individuos en instituciones que quiebran que se encontrarían sin título, sin
manera de convalidar las asignaturas que ya tomaron, y en algunos casos con una
sustancial deuda.
Los aspectos
de infraestructura y saneamiento relacionados al distanciamiento
social, limpieza, resguardo de salud dentro de las escuelas y acceso a agua
potable y lavamanos serán desarrollados con mayor detalle en otro documento.
En resumen, la pandemia
tiene serias implicaciones para la educación en la región, incluyendo posibles
aumentos en la deserción, menores niveles de aprendizaje, una mayor desigualdad
en los resultados, y el quiebre de muchas instituciones privadas…
TIME.-Jorge Zavaleta Alegre. “Tanto va el cántaro al agua que al final se rompe”, reza en el alma popular de los latinoamericanos para explicar que el delito nunca goza de impunidad infinita. Puede aplicarse también a los EEUU, donde no bastó la mayoría del Senado que aprobó el “empeachment” contra el expresidente republicano a través de subterfugios numéricos.
En el Perú, los capitales informales, provenientes de la cocaína, contrabando fronterizo, empresas constructoras como Odebrechet que por décadas monopolizó obras públicas sobornando la pirámide gubernamental… crearon la conducta colectiva del delito como simple informalidad familiar.
Por el momento es un avance que la ciudadanía peruana haya respaldado la eliminación de la inmunidad, atribución que tenía el legislador para impulsar la armonía en la convivencia social, pero que ha sido deformada en forma y fondo. De inmediato, las mafias del legislativo, se encarnaron en la estructura social del Perú, estaban preparándose para que el nuevo parlamento, a elegirse el 15 de Abril del 2021, (Bicentenario de la Independencia de la Corona Española), libere al jefe nacional de la corrupción: Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por violación de DDHH y desbalance de fondos fiscales a su favor….
Bibliotecas enteras de las universidades con facultades de Derecho abordan el tema del “Poder” y sus derivaciones: impunidad, inmunidad, desgobierno…masificación. Sin duda no basta la eliminación de las leyes nacionales, si no desaparece la estructura del privilegio, que concede, implícitamente, libertad infinita para la “acumulación” del dinero y otros bienes. Viva el Liberalismo, abajo el Estatismo es otro dislate para justificar la inmunidad...
En Brasil, por ejemplo, alarmante número de sus congresistas enfrenta acusaciones de conducta criminal. La mayoría de los países en desarrollo otorgan inmunidad judicial a los legisladores para disgusto de sus ciudadanos…
En el Reino Unido, Estados Unidos y otros países conceden inmunidad “reducida”. Sus diputados pueden votar y hablar libremente en el Parlamento sin preocuparse por posibles demandas criminales. El concepto "amplio" de inmunidad es más controvertido: algunos legisladores afortunados disfrutan de inmunidad frente a todo tipo de persecución, que sólo se puede levantar con votación parlamentaria.
La reciente liberación de un juicio del expresidente republicano pone en evidencia que urge revisiones de los procesos y porcentajes de la votación.
Colombia, en 1982, mostró a un Pablo Escobar, el mayor narco de la historia, quien ganó la inmunidad después de su elección a la Cámara de Representantes de Colombia.
The Times NY y The Economist coincidieron en señalar que las leyes de inmunidad causan estragos, pero también pueden ayudar a frenarlos a través de la salvaguardia de la separación de poderes. En una democracia frágil, como es el caso de América Latina, donde el estado de derecho es débil y el poder judicial es a menudo corrupto, los legisladores corren el riesgo de persecución por motivos políticos. Si no se controla, el ejecutivo puede detener a miembros de la oposición con el fin de aumentar su poder y reducir su responsabilidad.
En el caso de los EEUU urge una nueva Constitución, porque las enmiendas no son suficientes para convivir en el siglo XXI.
COROLARIO. La corrupción no permite el desarrollo integral de una sociedad, distorsiona el aparato productivo, privilegiando obras de construcción, lo que desalienta al contribuyente reduciendo la recaudación, condicionando procesos de privatización, y el alma nacional de una comunidad, de ciudadanía, de nacionalidad.
En Estados Unidos, su carta magna de 1787, reconoce la inmunidad parlamentaria. “Los senadores y representantes recibirán por sus servicios una remuneración que será fijada por la ley y pagada por el tesoro de los Estados Unidos. En todos los casos, exceptuando los de traición, delito grave y perturbación del orden público, gozarán del privilegio de no ser arrestados durante el tiempo que asistan a las sesiones de sus respectivas Cámaras, así como al ir a ellas o regresar de las mismas, y no podrán ser objeto en ningún otro sitio de inquisición alguna con motivo de cualquier discusión o debate en una de las Cámaras”
Pero el caso del ex presidente D. Trump, quien fue absuelto en su segundo juicio político (impeachment) en el Senado, no se alcanzaron los votos “suficientes” para que el fuera condenado por "incitación a la insurrección" por los eventos del 6 de enero en el Capitolio. 57 congresistas (50 demócratas y 7 republicanos) votaron a favor de condenar a Trump, mientras que 43 optaron por absolverlo. Eran necesarios 67 votos (dos tercios del Senado) para declarar culpable al exmandatario. Cifra mágica que reduce la naturaleza deontológica de una Institución.
Ese juicio político estaba relacionado a la actuación del expresidente cuando un grupo de sus seguidores asaltó el Capitolio el mismo día que el Congreso se reunía para certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre. En ese asalto, cinco personas perdieron la vida.
El debate recién empieza …
Fuentes;
Biblioteca Digital del Congreso de Washington. Colegio de Abogados de Lima. Congreso regional de Arequipa, Perú. Biblioteca de La Habana, Biblioteca de la República Checa. Biblioteca de Emmitsburg, MD.
Desde el país Andino, Sudamericano llega a la ciudadanía de los EEUU una lección que sorprende al mundo. Después de varias décadas de inestabilidad y destrucción de sus mejores embriones democráticos, sorprende al mundo, cuando la mayoría absoluta de su renovado Congreso unicameral aprueba la eliminación de la “Inmunidad Parlamentaria”, que ha servido a lo largo de décadas de vigencia la protección absoluta para infinidad de delitos en agravio de millones de peruanos, inclusive el vivo interés de lograr la liberación de los presos que en los años 90 se llevaron la caja fiscal y cometieron delitos de lesa humanidad.
Volvemos a Washington, para señalar que el Senado absolvió a Donald Trump de incitar un ataque al Capitolio de Estados Unidos con resultados fatales. Para las democracias del mundo, según las primeras opiniones al conocer la reciente decisión, se pone en clara evidencia la fragilidad de las administraciones. Asistimos al absurdo. Se ha puesto en segundo plano la opinión de los electores y se ha actuado con subterfugios para conservar un poder que no es el sentir de los electores.
Se pretende callar la violencia: cinco muertos frente al Capitolio, y una serie de hechos irregulares que consideran que la vida no es relevante. Es más, ni la claridad de la votación de 57-43 a favor de condenar al “golpista”, no es suficiente.
El Senado tiene formas que desdicen el sustento de una decisión, Siete republicanos “rompieron” con su partido al hallar a Tremp culpable. Pero no basta, lo que importa es defender el interés de un sector y no de la voluntad popular. Tras la absolución, el republicano mantiene su poder sobre los republicanos y culpan al nuevo presidente electo del partido Demócrata, como culpable del desorden en las calles por compartir el derecho de migración.
Trump supera su segundo ‘impeachment’ y juega con volver a la política. La ausencia de justicia, de sinceridad con los nobles objetivos que implica gozar de un sistema de equilibrio en las decisiones, los senadores prefirieron callar y traicionar a la historia, a sus precursores que construyeron el mejor sistema de gobierno que es la democracia. ¿Qué razones pueden valer que para gozar de mayoría tiene que haber una diferencia de 17 unidades y no de 51?, se pregunta un cronista de la BBC desde Londres.
Trump es el único presidente que ha pasado dos juicios políticos y es el primero que lo hace luego de dejar la Casa Blanca.
Un condensado de la información de la BBC, DPA; EFE, Diario16, El Mercurio y de sociólogos y psiquiatras considera que el breve proceso parlamentario, ha ofrecido una narración sombría y explícita de los disturbios del 6 de enero y de sus consecuencias para el país de una forma en que los senadores, muchos de los cuales tuvieron que salir huyendo ponerse a salvo ese día, reconocen que siguen enfrentando.
Los fiscales de la Cámara de Representantes han alegado que el grito de guerra de Trump para ir al Capitolio y “luchar como demonios” por su presidencia mientras el Congreso se reunía para certificar la victoria electoral de Joe Biden, ha sido parte de un plan de retórica violenta y denuncias falsas que desataron a la turba. Reiteramos, cinco personas fallecieron, incluyendo una participante en el asalto que fue baleada por un policía.
Los abogados de la defensa respondieron que las palabras de Trump no buscaban incitar a la violencia y que el juicio político no era más que una “caza de brujas” diseñada para evitar que vuelva a ocupar el cargo..
No ha sido suficiente que la Cámara de Representantes aprobara por 232 votos frente a 197 la resolución para acusar al presidente de «incitación a la insurrección» por los violentos sucesos en el Capitolio.
No es una exageración. Desde Buenos, Lima y Guayaquil grafican el momento difícil para la principal democracia del continente. El problema político no termina con el fallo errado del Senado de Washington. Este absurdo incita a más violencia, a la justicia por sus propias manos. Y al mayor despertar de las embrionarias democracias al sur del Rio Bravo. La Democracia débil deriva en la fragilidad de la administración de justicia, de la economía. Es un todo lo que se afecta.
Veamos la película “El secreto de tus ojos”, en su versión Argentina –Española y/o de Hollywood nos puede ayudar a comprender el peligro de no cuidar la Democracia y sus instituciones como el poder judicial o las fuerzas del orden. Esta es la conclusión que llegamos al terminar esta crónica y el diálogo con quienes sienten que no caminamos por el sendero correcto, que soñaron nuestros padres. Pero no es solo la pandemia que invade al planeta es la gobernanza en función de los sagrados principios de la Vida con oportunidades para todos.
Jorge Zavaleta Alegre , América Latina.
PAPEL DE ARBOL, fundado en 1992 en Lima Desde 2017
Se edita en Pittsburgh PA y Emmitsburg, MD, desde 2017 EEEUU.
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Edición y Administrcion: Julia Z. Camerieri Jorge Zavaleta alegre
Asociado con
DIARIO16 EL MERCURIO DIGITAL NET TIME ON LINE.....
Cuando llegan las seis de la tarde —esa hora que encierra,
juntas, incertidumbre y esperanza—, desde el malecón de Pucusana se observan
las ondas marinas, furiosas, en un constante devenir, hambrientas de venganza.
Los minutos, a la par, persisten en su paso hasta que el sol —un círculo amarillento,
casi rojizo— se esfume, tragado por la tierra, allá en el lejano horizonte,
cediendo, aunque de mala gana, su lugar a la tenebrosa oscuridad: símbolo
eterno de la noche que todo lo cubre, tratando de comportarse como un bondadoso
ogro mitológico.
María surge de pronto, caminando con lentitud. En la playa, las
olas remueven las piedrecitas, las cambian de posición, queriendo dar a
entender aún más —¿por qué serán tan obstinadas?— su consabida superioridad.
Los pasos de ella —intentando detenerse de a pocos— son certeros.
Son pasos que imitan los tiros al blanco, escuchados hasta hace
poco: tiros de cazadores practicando antes de sus matanzas, por las tardes. Su
piel, a pesar de la oscuridad marina del momento, se advierte bronceada, aunque
es blanca de origen. Cubierta por prendas fugaces. Los tiros están dispuestos a
herir o matar aves indefensas, inquilinas de ese cielo límpido, un manto con
blancos adornos gaseosos. Una blusa crema con botones del mismo color,
semiabierta, provocando, sugiriendo. Sonreía. Un pantalón de esos popularmente
llamados calientes, un short, azul y desteñido.
Ella le
sonrió, pero no se detuvo. Continuó descendiendo las escaleras, tratando de
alcanzar el océano. Él sí se detuvo. Alelado. Aturdido.
Él se cruzó con la esbelta figura cuando se aprestaba a bajar
las gradas de concreto, camino a la orilla. Si ella fuese como la prenda y
quizá más, quizá ardiente, la alegría, visitante oportuna, aumentaría. Allí,
ausencia de gentes. Pucusana, la apacible caleta al sur de la metrópoli, tiene
más barcos que personas. Ondas y ruidos parecieron tranquilizarse por la
soledad presente. La caleta es portadora de una espléndida hospitalidad, con
sus restaurantes dispuestos a recibir acalorados, sedientos clientes, y sus
casas blancas, con agua para vender en las puertas, dicen traída de muy lejos,
nunca de dónde.
Esa noche, desacostumbrada a visitantes así, se preparaba a
recibir la exclusiva forma de la damisela de paños llamativos, seductores,
fugaces. Eróticos. Él, sin quererlo, empezaba a conocerla. Luego —apenas unos
instantes posteriores, deseándolo ahora— a amarla. Una población tranquila. Un
lugar acogedor, frecuentado por familias enteras, ávidas de ocio, placer —¡ah!—
y diversión —¿qué más podía hacerse?— en la época estival.
Al principio no entendió o no quiso hacerlo, esa enternecedora
sonrisa canicular —sí, porque el veintiuno de diciembre estuvo aquí y esta era
su secuela—, mostrada por unos dientes blanquísimos, partes de una boca
romántica… labios carnosos, rojizos…
Ella le sonrió, pero no se detuvo. Continuó descendiendo las
escaleras, tratando de alcanzar el océano. Él sí se detuvo. Alelado. Aturdido.
Sus pies se negaban a dar pasos. Su cuerpo, él mismo, no sabía qué hacer, qué
decir, qué plantearle o proponerle a esos hermosos ojos incansables.
Se recostó en la arena. Su cuerpo delgado, su blusa enterrada.
Con la grava y arena formaba un trío desentonante. Grava y arena, grises y
frías. No importaba. También, en el suelo natural, los largos cabellos rubios
descansaban. Cerca, un rompeolas dejaba escuchar el ondulante pero sobre todo
violento recorrido marino, intentando rendirle a ella un homenaje que aceptaría
como otro cumplido —debía estar demasiado acostumbrada—, nada especial
—pensaría—, recibido con una fingida indiferencia.
Bajó por fin a tratar de conversarle.
Primero la miró. Ella,
aunque no lo distinguía, buscaba el horizonte. Las estrellas los acompañaban,
tan lejanas y útiles a la vez, sin encapricharse, sencillas, iluminando desde
donde estuviesen así sólo vivieran en ilusionadas mentes. Necesitaba hablar con
alguien. Él lo advirtió. Para fortuna propia, era el único interlocutor posible
en millas… y el más avezado.
Nombre. Dirección. Teléfono. Gustos. Manera no muy excéntrica,
suponía, de iniciar una conversación. Tanto para averiguar de una amiga recién
hallada, una amante en potencia. Optimismo. Intuía su nombre, su rostro era
elocuente. Nombre de virgen, no te equivocaste.
Recostada y pensativa, qué pensaría sobre su presencia. Seguro cavilaba en el
próximo día, cuando, era una costumbre, ese círculo brillante resurgiese de su
exilio y volviera a iluminar el paisaje, a aclarar el pueblo.
Por la mañana, los pescadores irían a encontrarse con el
alimento y la mercadería. Irían en sus bolicheras, lanchas carcomidas por el
tiempo eterno. En el pueblo, los heladeros buscarían clientes deshidratados.
Ahora, sin embargo, era de noche. Las luces se mostraban muy pálidas y ella
seguía echada en el borde, en las orillas veraniegas casi tibias, sintiendo la
brisa y balbuceando, al comienzo, algo, queriendo dar a conocer tantas cosas
que, de pronto, tenía metidas en la cabeza.
Su mente
daba vueltas. Sus pantorrillas sufrían escalofríos y sus huesos, entumecidos,
se negaban a otro movimiento, ni uno más siquiera, así fuera leve. Retornó a la
orilla.
Se despojó de su blusa. En pantalón corto y la parte superior
del bikini entró al mar. Estaría gélido a esa hora. Ella extrañaría al sol pero
se conformaría con mojarse, remojarse en esas aguas abandonadas al momento por
el calor. Ella se bañaba y riendo salpicaba espuma: luego empezaron sus
carcajadas. Él quiso unírsele. Sentía ese éxtasis, como en la película de Hedy
Lamarr, tanto como la mujer que seguía internándose entre las olas a manera de
móviles arenales. La ropa no se despegaba de su cuerpo. Le privaba de la
tentación. Mejor, de la acción.
Escuchaba su risa, similar a la de una histérica, no sabía por
qué, y recordaba la conversación de antes. Su nombre, su apellido. Él se
presentó. Luego ella, con entusiasmo. Muy cerca, a pocos metros de ellos, se
divisaba la isla de rocas negras, una especie de pequeño acantilado. Hablaron
de pintores flamencos, de El año pasado en Marienbad en
cine club, de Thomas Mann, de la literatura que él estudiaba en la universidad.
La convenció para llevarla a almorzar. Se refirió al siguiente campeonato de
vóley, al teatro en la ciudad. ¿Y la urbe? ¿Cómo estaría? Más allá de vomitar
humo, uno de sus goces inevitables, otros hechos estarían ocurriendo. Los autos
iban hacia ella, por la vieja carretera, a contaminarla con sus tubos de escape
y anunciando su llegada con el infernal chirrido de relucientes llantas.
María dijo me voy y sus brazadas, tan ágiles y sorprendentes, la
alejaron de él, de su vista, y la contagiaron de mar, de agua salada, de
infinitud. Trató de ubicarla. Era tarde. La inmensa oscuridad del cielo impedía
cualquier pesquisa. Se perdió con rapidez entre las olas o desapareció tras las
rocas negras. Esperó quince minutos y no la veía. Se impacientó. Transcurrió un
rato, largo, nervioso. La madrugada reemplazaba a la noche y él se decidió a
investigar.
Dónde estarían los largos cabellos rubios. Dónde las piernas
bronceadas a plenitud y exhibidas en secreto. Dónde la mujer dichosa y
sonriente. Tenía esperanzas de poder encontrar su figura, escuchar otra vez su
voz, ver su cuerpo entero y plácido. Se zambulló en el agua y nadó hacia la
isla. Unas cuantas algas y otros tantos erizos fastidiaban el recorrido. Buceó
un poco. No estaba por allí. Quiso ser un submarino para explorar las
profundidades a ver si la ubicaba flotando entre el reino de lo desconocido.
Su mente daba vueltas. Sus pantorrillas sufrían escalofríos y
sus huesos, entumecidos, se negaban a otro movimiento, ni uno más siquiera, así
fuera leve. Retornó a la orilla. Tomó sus prendas que evidenciaron fidelidad
mientras su dueño luchaba entre los límites marinos.
Se encaminó al pueblo. Pucusana debería estar durmiendo. Qué
hora sería. Ya el tiempo no importaba, nunca importa. Era el momento, él con el
cuerpo mojado —agotado y friolento— podía sentirlo, de las brujas que quedaban
de primavera y de los mostrencos veraniegos que soltaban sus hechizos, cometían
sus travesuras horrorosas tantos días, que, esta noche, la luna, tímida, se
negaba a salir, a presentarse entera.
Llegó a su casa. Se acostó, rendido. Los gallos cantaban con
sonora insistencia. No cesaban sus llamados a los durmientes, sus afinados
coros se convertían en sinfonías prematinales. El sol brillaba otra vez, entró
por la ventana con intensidad hiriente, molestando sus ojos, obligándolos a
abrirse. Los gallos y el sol, el estío y la naturaleza con su vehemencia le
dijeron levántate y estaba incorporándose, dejando, para no perder la
costumbre, la cama sin hacer, cuando llamaron a la puerta.
No recordaba mucho de lo ocurrido horas antes. Olvidó sus
posibles culpas y su nueva —misteriosa— amistad. Un oficial con revólver al
cinto, de esos tipos que usan uniforme y armas para intimidar y nunca lo
logran, se presentó y solicitó —él lo dijo así— su identificación.
Pudo rememorarlo. Ella. María, ese nombre flotando en su sueño.
El ofrecimiento a almorzar. Febrero era el mes de la canícula por excelencia.
El cine club de la ciudad de la torre. Que cuál es su nombre. Era periodista.
Que en qué periódico. Las cimbreantes tanguistas disfrutaban, apenas el sol
nacía, de su estada en el balneario. No tenía trabajo estable ni pensaba
conseguirlo. Algunos caballeros, la mayoría tímidos, miraban a las bellezas
desde el malecón. Que qué hacía aquí. A usted no le importa. Unos golpes
verbales hábilmente intercambiados. Le tocaba interrogar. Lo haría con gusto.
Con suspenso. Con temor. Que qué querían de él. El guardia no mencionó para
nada a María y menos a una chica que yacía en el mar, flotando sobre las aguas
con la boca abierta, mirando al cielo, esperando ser levantada por ángeles
anónimos, quizá hasta pecadores.
Era una simple revisión, un tipo de censo, le dijeron. De la
sociedad podía esperarse cualquier acción y más aún de sus fuerzas represivas.
Los autos jugaban a perseguirse en las curvas del cerro, mole pétrea
indestructible que protege, aunque no está cerca, el poblado. Los niños seguían
pensando cómo mejorar sus habilidades arquitectónicas a la par que contemplaban
el derrumbe, para ellos una catástrofe, de sus castillos arenosos medievales.
Fácil era hacer tortas, no construcciones fortificadas.
Retornaba a su lecho, pero llamaron nuevamente a su puerta.
María rubia y fascinante. Y no era (¿o sí?) un fantasma. Con la blusa
transparente y húmeda. Riendo, por variar, quizá. Preguntándole si estaba
asustado o si se había entristecido. Pidiéndole un refresco. Sonriendo con sus dientes
blanquísimos. Decidida a contarle toda su vida. Diciéndole que no tenía nada
que hacer. Ofreciendo preparar el almuerzo, la cena: me
quedo a dormir si quieres, me portaré bien. Una niña contando
cuentos de hadas. Él no comprendía esta situación, su actitud aparente, su modo
de ser, su comportamiento, sus complicadas intenciones amorosas impersonales.
Cuál era su mundo interior. Trató de ser psicoanalista. Ella, hablaba del mar.
Las
personas presentes en la defensa escucharían atentas, quizá hasta estupefactas,
aunque el caso no era tan novedoso, pero sí hiriente para el principal
implicado, es decir él mismo.
Le dijo chao al dejarlo en una esquina de la avenida Pardo. Mañana
te veo. Pasaron los días, las horas, interminables, los
minutos angustiosos, los segundos como valiosas gotas de un antídoto vital.
Pasaron las semanas, los meses. Un año. Le salían canas, ficticias, y su espera
se prolongaba infinita, misteriosamente. ¿De veras se ahogaría en el mar
aquella noche? Qué sería de ella. El auto con la placa de rodaje (LOVE8$)
circulando por la tierra. Ella y sus ojos llamativos, guiñándole, permanente en
sus sesiones oníricas, en sus despertares sudorosos.
Playa del Sur de Lima. July Balarezo 1944-2017.
Compró un diario. Leyó la página cultural. Confirmó sus
sospechas. Esa tarde, la señorita María… sustentaría su tesis para optar el
grado de doctora en psicología en la universidad urbana. No continuó las
líneas.
Imaginaba el resto. Una estudiante, futura psicoanalista, conoce
a un hombre e intenta examinarlo con extrema suspicacia. Ella corre al mar, se
esconde. El paciente, ignorante de que es tal, no la sigue y la deja ir. Ella
aparecerá en su casa y averiguará, por testimonio personal e inconsciente, todo
cuanto necesita saber de él, un falso amigo, un falso amante. Anotó la
dirección del auditorio. Se interrogó sobre su próximo paso. Las personas
presentes en la defensa escucharían atentas, quizá hasta estupefactas, aunque
el caso no era tan novedoso, pero sí hiriente para el principal implicado, es
decir él mismo. El jurado pensaría en el paciente. En el armario del dormitorio
encontró el revólver, igual que en las películas. Lo limpió, lo introdujo en
una bolsa de plástico, luego en el bolsillo interior de la chaqueta. Salió
rumbo a la universidad. En el camino, mientras el auto patinaba en la autopista
Ventura, se descerrajó, con violencia, un tiro en la sien, segundos después de
pensar en lo imposible. En ella. En María
Escritor, crítico de
cine y periodista peruano (Trujillo, 1968). Es doctor (Ph.D.) en literatura
latinoamericana por la Universidad
de Pittsburgh (Estados Unidos). Además, tiene estudios de
literatura, periodismo, cine, publicidad y análisis político en la Pontificia Universidad
Católica de Lima (PUCP) y el Taller Robles Godoy. Su obra
creativa incluye la novela Católicas (1998) y
una colección aún inédita de cuentos. Ha publicado ensayos y reseñas en
revistas académicas como Mester, Variaciones Borges, Revista Iberoamericana, Nomenclatura, Visions of Latin America y Catedral Tomada.
Su carrera periodística incluye artículos y crónicas en diarios, revistas y
agencias de noticias como Gestión, Butaca, Voces (Perú), Argenpress (Argentina), Notimex (México)
y DPA (Alemania).
En 1998 participó en el volumen colectivo Literatura peruana
hoy: crisis y creación, editado por la Universidad Católica
de Eichstätt (Alemania), con el ensayo “El cine en el Perú: ¿la
luz al final del túnel?”.
Papel de Arbol fue fundado en 1992 por July Balarezo pintora e hisotiadora, en Lima . Joge Zavaleta Balarezo en Universidad de Pittsburg PA, Editor de Catedral Tomada 2014----2017.
DESDE 2017 Psicoanálisis Estval se edita en Pittsburg PA y en Emmitsburg, MD -UU
Como parte integral de Papel de Arbol.
Editores y Administración July E. Camerieri y Jorge Zavaleta Alegre
Asociado con Diario16 de Madrid. El Mercurio Digital Netl. TIME line.
Roma la ciudad con el mayor turismo del mundo, ahora está casi solitaria, inclusive los domingos en que el Papa sale al balcón de El Vaticano a predicar la paz en la tierra.
La capital de Italia, que fue el epicentro de la pandemia de coronavirus en marzo del 2020, ahora Italia está conteniendo el embate de la segunda ola de la enfermedad mucho mejor que varios de sus vecinos europeos, señalan los informes de la OMS y la prensa europea.
Hace unos meses, el caso de Italia sorprendía al mundo por la rapidez con la que el virus se propagaba y se cobraba vidas. Ahora, las cifras que presenta Italia son mucho mejores, e incluso relativamente bajas para el contexto europeo.
En la pasada primavera, España e Italia iban de la mano, en cuanto a cifras de contagio y muertes, y las medidas adoptadas por las autoridades. Pero de pronto Italia pasó a ser la región con mayor índices de contagio.
Ahora, sin embargo, la situación en uno y otro país no guarda paralelismos. El Coronavirus en Portugal llegó al borde del colapso por la pandemia y se vio obligado a enviar a pacientes graves a cientos de kilómetros.
En Chile la pandemia ha logrado mantener a raya el covid-19.
Mientras la tasa de incidencia acumulada en 14 días (el número de casos notificados en ese período de tiempo por cada 100.000 habitantes, número clave para determinar la velocidad a la que avanza el contagio) llega a los 33,5 en Italia, en España asciende a los 300,5, según los últimos datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
En Francia, la tasa de incidencia acumulada es de 185,8, mientras que en Reino Unido es de 69,3. En Alemania es de 25,8.Centroamérica Cu
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Fue el epicentro de la pandemia de coronavirus en marzo, pero ahora Italia está conteniendo el embate de la segunda ola de la enfermedad mucho mejor que varios de sus vecinos europeos.
Hace unos meses, el caso de Italia sorprendía al mundo por la rapidez con la que el virus se propagaba y se cobraba vidas. Ahora, las cifras que presenta Italia son mucho mejores, e incluso relativamente bajas para el contexto europeo.
La comparación más obvia surge con España.
En la pasada primavera, ambos países iban de la mano, y lo que ocurría en Italia, en términos tanto de las alarmantes cifras de contagio y muertes como de las medidas adoptadas por las autoridades para contener la pandemia, se replicaban en España dos semanas después.
Final de Quizás también te intereseMientras la tasa de incidencia acumulada en 14 días (el número de casos notificados en ese período de tiempo por cada 100.000 habitantes, número clave para determinar la velocidad a la que avanza el contagio) llega a los 33,5 en Italia, en España asciende a los 300,5, según los últimos datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).Los rebrotes de coronavirus en España que generan preocupación en el resto de Europa
En Francia, la tasa de incidencia acumulada es de 185,8, mientras que en Reino Unido es de 69,3. En Alemania es de 25,8.
La tasa de mortalidad por cada millón de habitantes en los últimos 14 días es de 2,6 en Italia, mientras que en España es de 22,9; en Francia, de 8,6; en Reino Unido 3,2 y en Alemania 0,7.
Pese a que estas cifras sugieren que la epidemia se mantiene bajo control en Italia, las autoridades del país se mantienen cautas y evitan los comentarios triunfalistas.
De hecho, el primer ministro, Giuseppe Conte, ha pedido a los italianos en varias ocasiones que se mantengan vigilantes.
Pero en cualquier caso, la pregunta que surge para muchos es: ¿qué está haciendo bien Italia?
Expertos consideran que no hay una sola respuesta, sino una combinación de factores: una reapertura gradual, buena capacidad para hacer tests y rastreo de contactos, medidas estrictas de seguridad y disciplina individual.Confinamiento estricto y levantamiento progresivo de las restricciones
Italia fue el primer país occidental en ser golpeado por el virus, en un momento en que se sabía muy poco sobre el mismo y sobre su transmisión.
También fue el primer país occidental en adoptar medidas estrictas de confinamiento -primero a nivel regional y luego nacional (el 10 de marzo)-, que incluyeron restricciones a la movilidad y el cierre de los negocios (a excepción de supermercados y farmacias).
"El confinamiento fue muy estricto en Italia", recuerda en diálogo con BBC Mundo el epidemiólogo y profesor de la Universidad de Milán Carlo La Vecchia. "La epidemia se concentró esencialmente en Lombardía (norte). Cuando se decretó la cuarentena nacional, el centro y el sur del país no tenían un alto número de casos".
Italia no fue de los primeros países en levantar las restricciones, y cuando lo hizo, a partir del 4 de mayo, lo hizo gradualmente, y eso, para La Vecchia, permitió un mayor control de la epidemia en los primeros meses del verano.
En un primer momento sólo se permitió la movilidad a nivel regional, y aunque ahora ya se amplió a todo el territorio nacional, en los trenes, por ejemplo, hay límites de capacidad de ocupación.
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Esta imagen de la plaza del Duomo en Milán fue tomada una tarde de principios de junio, después de que se empezara a levantar el confinamiento.
Además, en Italia continúa vigente el estado de emergencia debido a la epidemia, que expira a mediados de octubre y otorga mayores poderes al gobierno central y a los regionales, lo que facilita tomar decisiones con mayor agilidad y reaccionar si hay un aumento de casos.
De hecho, por ejemplo, a mediados de agosto, cuando se registró un incremento en el número de casos, el gobierno ordenó el cierre de todos los locales de ocio nocturno y el uso de mascarilla obligatorio entre las 18.00 y las 6.00 horas en "cualquier lugar con riesgo de aglomeraciones", incluidos bares, restaurantes y plazas públicas.
Y aquí también entra en juego algo que los expertos consultados por BBC Mundo consideran como un factor fundamental para explicar la actual situación del país: los italianos se tomaron en serio el cumplimiento de las medidas.
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If we permit people and children to have a 'normal' life, I'm happy
Disciplina y responsabilidad de los ciudadanos
"El confinamiento duró mucho, fue muy severo y también fue muy respetado", le cuenta a BBC Mundo Julián Miglierini, periodista de la BBC en Roma.
Las medidas restrictivas, como el uso de las mascarillas, siguen siendo respetadas de forma mayoritaria.
Para Miglierini la razón es clara: la sociedad italiana no quiere volver a experimentar algo como lo que vivió el país el mes de marzo.
"Hay gente que dice que el efecto de esos días en la población hizo a los italianos mucho más conscientes de los riesgos", cuenta.
"Los italianos se están cuidando para que eso no vuelva a pasar".
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Los expertos señalan que los italianos han mostrado una gran disciplina a la hora de cumplir con las medidas para contener el virus.
El periodista considera que hay también una especie de "trauma colectivo" porque a Italia le tocó ser el primer país occidental en ser afectado de una manera muy fuerte por la pandemia.
"Era un momento en el que no se sabía cuál era la transmisión, se sabía muy poco del virus, así que los italianos se sintieron un poco más expuestos en este sentido", explica Miglierini.
"Italia de eso no se ha logrado recuperar y hay mucho miedo de volver a ese escenario de pesadilla para la sociedad italiana".
El epidemiólogo Andrea Crisanti coincide en que tanto el levantamiento gradual de todas las restricciones como el hecho de que "los italianos se tomaron muy en serio todas las medidas para evitar la propagación del virus" son algunos de los factores que explican la actual situación de Italia.
Sin embargo, el profesor de Epidemiología y Virología en el Hospital de la Universidad de Padua y del Imperial College de Londres puntualiza que por sí solos no explican la actual dinámica de propagación del coronavirus en Italia.
Capacidad efectiva de hacer tests
Crisanti señala como un factor importante "que Italia está usando su capacidad para hacer tests y rastreo de contactos".
El número de tests que hace Italia por cada 100.000 habitantes es de 1.018 y la tasa de positivos es de 1,7, según el ECDC.
En España esas cifras se sitúan en los 1.317 tests por 100.000 habitantes, con una tasa de positivos del 10,9. En Francia son 1.554 tests, y una tasa de positivos de 5,4, mientras que en Reino Unido las cifras son 2.715 tests y una tasa de 1,4 de positivos.
La Vecchia considera que sin embargo el número de tests que se hacen no es muy alto, y eso puede explicar el relativamente bajo número de positivos.
No obstante, Miglierini explica que se están haciendo tests en lugares clave, por ejemplo, en los aeropuertos y puertos.
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Italia hace tests a los viajeros en los aeropuertos.
Pero para Crisanti hay algo más importante aún, y es que "Italia está haciendo algo más que el rastreo de contactos": es lo que llama "network testing".
Consiste, según explica el epidemiólogo, en que cuando una persona muestra síntomas, se hacen tests a todas las personas en sus redes de interacción -amigos, vecinos, compañeros de trabajo-, sin importar si han estado en contacto o no con esa persona en particular.
"Se trata de no asumir un conocimiento previo de contactos, porque además en muchos casos la gente no recuerda con quién ha tenido contacto, o en qué condiciones ha hablado con alguien", explica Crisanti.
"Así identificamos a un número de gente que está contagiada y que de otra manera se nos escaparía".
"Italia ahora está mejor preparada en el uso de lo que creo que es la estrategia apropiada", considera el epidemiólogo de la Universidad de Padua.
Tanto Crisanti como Miglierini señalan que las próximas dos o tres semanas son fundamentales para ver cómo evoluciona el número de casos, por el efecto que pueda tener la reapertura de las escuelas, que se hizo de forma escalonada durante septiembre.
"Hay una concepción acá de que no se puede cantar victoria porque quizá en dos semanas empiezan a subir los casos, y también el gobierno está siendo muy cauto en ese sentido", dice el periodista.
"Hay una idea de que nos tocó estar por delante de la curva, y ahora estamos por detrás si se compara con España o Reino Unido, pero nadie está cantando victoria".