Papel de Arbol

domingo, 25 de agosto de 2019

Diario16 de Madrid: AMAZONIA EN LLAMAS. Gobierno de Brasil desprecia la igualdad



https://diario16.com/la-amazonia-en-llamas-el-gobierno-de-brasil-desprecia-la-igualdad/
Jorge Zavaleta Alegre

"Crimen ambiental": La Amazonía brasileña sufre la devastación de 16 días de incendios forestales. Miles de personas hicieron un llamado en redes sociales a atender los incendios, que representan un riesgo mundial en tanto afectan al pulmón del planeta. Pero, el "pulmón del planeta" no tuvo la inmediata  reacción del Gobierno de Jair Bolsonaro, al guardar silencio ante las comunidades y el mundo. La ciudad de Sao Paulo quedó a oscuras a causa de los incendios en la Amazonía,  pese a que el "pulmón del planeta" se ubica a miles de kilómetros de allí. 
El 8 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, busca la atención  a los 370 millones de personas que viven alrededor de 90 países. Es un momento para reconocer sus logros y contribuciones, y para resaltar la necesidad de promover y proteger sus derechos y territorios. También es una oportunidad para reflexionar sobre cómo impulsar su desarrollo económico y promover su bienestar.

Las redes sociales han dado a conocer que kilómetros de la Amazonía se encontraban en llamas, lo que ha puesto en riesgo a poblaciones enteras y a miles de especies. Los incendios  representan un riesgo para el planeta entero, ya que ese inmenso pulmón vegetal produce el 20 % del oxígeno del planeta. 
La ciudad de Sao Paulo quedó a oscuras a causa de los incendios en la Amazonía,  pese a que el "pulmón del planeta" se ubica a miles de kilómetros de allí. 
Testimonios como el siguiente se han difundido al mundo:"Dios, me da mucha pena y rabia ver como el mundo se está destruyendo poco a poco y nadie hace nada, literalmente ya estamos a cuenta regresiva y ni la mitad de las personas tienen cargo de conciencia aún, estamos hasta destruyendo a nuestra propia raza", 

"Cuando se quemó Notre Dame se declaró una tragedia mundial y en sólo días se recaudaron 218 millones de euros para reconstruirlo. Lleva 16 días quemándose el Amazonas, el pulmón del mundo  y nadie hace nada", reza otro grito  desde  Brasil, comentó #PrayforAmazonia.

Los focos de incendio aumentaron en Brasil un 82 % en comparación con el año pasado, según datos del gobierno, que entre enero y agosto de 2019 registró 71.497 siniestros de esta naturaleza, un número superior a las 39.194 quemas que ocurrieron en el mismo período de 2018. 

El aumento de la deforestación en la Amazonía provocó que Alemania y Noruega anunciaran la semana pasada el congelamiento de ayudas destinadas a la preservación de la selva. 

GREENPEACE
"Quienes deforestan y destruyen la Amazonía se sienten alentados por el discurso y las acciones del gobierno de Bolsonaro que, desde que asumió el cargo, ha hecho un verdadero desmantelamiento de la política ambiental del país", señaló en un comunicado Danicley Aguiar, vocero de la organización Greenpeace en Brasil. 

El ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, señaló en su cuenta de Twitter que el Gobierno ha puesto a disposición de los estados afectados aviones y un equipo de brigadistas para detener los incendios.


Diversas instituciones consideran que los pueblos indígenas pueden representar un desafío de política pública para muchos gobiernos. En muchas partes del mundo, se encuentran entre las poblaciones más pobres y desfavorecidas.  También han sido objeto de racismo, pérdidas de tierras, controles externos e incluso políticas coercitivas de asimilación. 
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Desde otra óptica, el Banco Interamericano de  Desarrollo, brazo financiero de todos los países de la  Región, recurre a una fuente académica para contribuir en este momento difícil para la amazonía:


"Los pueblos indígenas tenían que poder tomar decisiones e implementarlas."


En América Latina, los pueblos indígenas constituyen el 14% de los pobres y el 17% de los extremadamente pobres. Aunque son ricos en conocimiento tradicional, cultura, identidad y recursos naturales, la pobreza material afecta al 43% de los hogares indígenas de la región, más del doble de la proporción de hogares no indígenas.

-Qué funciona a para promover el desarrollo de la Amazonia?. La respuesta a esta interrogante, invitamos a Stephen Cornell, Presidente de la Facultad del Instituto de Naciones Nativas de la Universidad de Arizona, quien ha pasado los últimos treinta años trabajando con naciones y organizaciones indígenas en los Estados Unidos, Canadá, Australia y Aotearoa Nueva Zelanda en temas de gobernabilidad, desarrollo y temas relacionados.  Aquí una síntesis de su exposición:

Pero el presente patrón de pobreza no tiene que ser un hecho perpetuo. Y la política pública puede desempeñar un papel importante en impulsar el cambio. La pregunta es, ¿qué forma debería adoptar hacia los pueblos indígenas para ser más efectiva?.

Si estás pensando que una opción es no hacer nada, diré que no hacer nada tiene costos significativos para los pueblos indígenas y para los países de los que forman parte, que desaprovechan los beneficios de una población más productiva y comprometida. En otras palabras, hacer algo no solo es lo correcto, sino también lo inteligente. 

¿Entonces cuáles son las alternativas, no para la coyuntura sino como Política de Estado?

Voy a voltear la mirada a los Estados Unidos con la esperanza de que haya algo en la historia de lo sucedido allí en las últimas décadas que pueda ser relevante para América Latina.

En los Estados Unidos, lo que estamos viendo es una transformación significativa. Hemos estado viendo los primeros cambios importantes en un siglo, a medida que el desarrollo económico se afianza en numerosas comunidades tribales. A fines de los ochenta, en la Universidad de Harvard, nos propusimos comprender lo que estaba sucediendo. En las últimas tres décadas, la explicación se ha vuelto cada vez más clara. Un conjunto de factores ha jugado un papel importante.

El primero es la autodeterminación. A mediados de la década de 1970, Estados Unidos llevó a cabo un importante cambio de política pública. En respuesta a las demandas de los mismos pueblos indígenas de tener una voz en la toma de decisiones que afectan sus vidas, el país adoptó una política de autodeterminación indígena. Puso considerable poder de decisión en manos de los pueblos indígenas.

Este cambio resultó ser un factor clave en la transformación de la situación indígena en el país. A medida que las naciones o comunidades indígenas ganaban poder sobre sus propios asuntos, también ganaban un sentido claro de responsabilidad y rendición de cuentas. Además, ponerlos en el rol de toma de decisiones les permitió incorporar su comprensión, experiencia y tradiciones de gobernanza a los problemas que enfrentaban.

¿Por qué los modelos de política del pasado en temas indígenas no funcionan?

El segundo factor es igualmente importante: un gobierno capaz. No es suficiente tener derecho a gobernar. También tienes que gobernar bien. Esto no fue un hallazgo novedoso, pero encontramos un conjunto de problemas clave en los casos indígenas que analizamos. Las comunidades indígenas tenían que poder mantener la política local en su lugar. 

El papel del liderazgo político era tomar decisiones estratégicas sobre la economía. Pero a nivel de implementación, los líderes políticos tuvieron que mantenerse alejados y dejar que los gerentes capaces hicieran su trabajo. Los pueblos indígenas tenían que poder tomar decisiones e implementarlas. Y tenían que ser capaces de resolver disputas internas sin separar a la comunidad. En resumen, tenían que poder gobernar de manera justa y efectiva.

El tercer factor es la cultura. Es importante construir instituciones de gobierno capaces, pero esas instituciones también deben contar con el apoyo de su gente. Tienen que tener legitimidad frente a los gobernados. Y la legitimidad proviene de lo que llamamos coincidencia cultural: las instituciones tenían que reflejar las formas en que la comunidad creía que la autoridad debería ser organizada y ejercida. 

Descubrimos que las instituciones que se originan en las perspectivas indígenas de lo que es apropiado tuvieron mejores resultados que las instituciones elegidas para los pueblos indígenas por personas externas. Esto también significó que las soluciones gubernamentales desarrolladas por las naciones indígenas exitosas variaban, porque sus culturas y preferencias variaban. La diversidad en forma gubernamental no fue un problema; fue una solución. Esto fue esencial: los sistemas de gobierno que contaban con el apoyo de sus pueblos eran más efectivos y productivos.

Y el cuarto hallazgo es que las naciones tienen que poner en práctica un pensamiento estratégico propio. ¿Qué tipo de comunidades querían ser dentro de veinte o treinta años? Tenían que pensar en escalas de tiempo multigeneracionales y aplicar ese tipo de pensamiento estratégico en las decisiones económicas relevantes, en cómo usan los recursos, en cómo gastan fondos, en los tipos de economías que construyen.

Donde vimos naciones o comunidades adoptando estos principios o trabajando hacia ellos, vimos una mayor tracción económica. También vimos a comunidades capaces convertirse en socios confiables con actores no indígenas—en el desarrollo económico, en el manejo de tierras, en la recuperación de especies de vida silvestre y en la entrega de programas sociales. En resumen, vimos comunidades que funcionaban.

Eso es Estados Unidos. ¿Qué pasa en otros lugares? ¿Son transferibles estos resultados? Hay al menos alguna evidencia de que la respuesta es “sí”. Estamos viendo algunos resultados similares entre las Primeras Naciones en Canadá y evidencia sugestiva en líneas similares tanto en Australia como en Nueva Zelanda. Por supuesto, estos cuatro países están altamente desarrollados económicamente. 

¿Qué pasa con América Latina? 


Esa es una pregunta que no puedo responder, pero creo que es una pregunta que vale la pena explorar. Estamos viendo un gran movimiento en marcha en todo el mundo a medida que los pueblos indígenas intentan reclamar una voz en sus asuntos y recuperar cierto control sobre sus vidas y sus tierras. Quizá este movimiento sea clave para nuevas relaciones, nuevas oportunidades y nuevos beneficios económicos, no solo para los pueblos indígenas sino también para los países de los que forman parte.


Es interesante el planteamiento. Pero no da respuesta a como aplicarlo en países de América latina que no tienen igual desarrollo, garantía de derechos, y donde conviven etnias de forma conjunta. A ello se suma la incultura general y el desprecio por lo tradicional.

Interesante el cambio que vienen logrando las comunidades nativas de Estados Unidos con la gestión de su territorio. En América Latina, hay mucho pan que rebanar. La corrupción es el tema de agenda en todos los niveles de gobierno y es considerado como una barrera para la gestión del territorio o descentralización, por que no hay seguridad de una inversión por los conflictos sociales; muchas veces el gobierno ha negociado un territorio a espaldas de la población indígena sin evaluar los impactos negativos. 

Las concesiones mineras que fueron realizadas, en su mayoría fueron con actos corruptos de gobernantes (hablo del Perú). Una concesión con actos corruptos, que cara tendría el gobierno de exigir una Evaluación de Impacto Ambiental, supervisión de indicadores sociales, etc. 

América Latina tiene que reorganizar el sistema de Justicia, En el Perú, por señalar  un país, las funciones de sus poderes debe estar claro, para que no exista la superposición de poderes, como esta pasando en el Perú. Un Congreso que quiere hacer lo que le viene en gana con una fuerza política mayoritaria que quiere tapar actos corruptos o un Poder Ejecutivo que quiere imponer para vencer a un poder sin respetar la democracia. 
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No podemos quedarnos de brazos cruzados, es necesario que las Comunidades Indígenas y Campesinas, empiecen a proponer sus soluciones desde sus territorios y alcanzar propuestas concretas para su incorporación en políticas públicas. 

La Academia y las ONG pueden jugar un rol importante en la orientación de las propuestas y que la distribución de los beneficios por la explotación de los recursos naturales sea distribuido en forma equitativa. El mundo expresa, inclusive con su silencio, su preocupación por el futuro de la  Amazonía, mientras  la explotación minera y maderera  no sea manejada con racionalidad.

sábado, 24 de agosto de 2019

Psicoanálisis Estival: RECORDANDO A BORGES. Por Jorge Zavaleta Balarezo

El 24 de agosto  se recuerda  el 120 aniversario del nacimiento de uno de los escritores latinoamericanos más influyentes en la literatura universal del siglo XX: Jorge Luis Borges. A más de un siglo de su nacimiento, su legado literario permanece vigente en cada uno de sus libros y en la obra de autores de las generaciones posteriores a él.
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo nació en 1899 en Buenos Aires, Argentina. Poeta, ensayista, narrador y traductor, estudió en Suiza e Inglaterra y vivió en España de 1919 a 1921, cuando regresó a su país natal. En esa etapa escribió y colaboró en revistas literarias francesas y españolas, en las que publicó sobre todo ensayos y manifiestos.  Aug. 23, 2019  
Jorge Zavaleta Balarezo: Borges y la crítica de cine
En una entrevista que Jorge Luis Borges le concedió a Ronald Christ, de The Paris Review, el célebre escritor argentino sintetiza su fascinación por el cine y el carácter épico que este arte representa:
Durante este siglo... la tradición épica ha sido salvada para el mundo por Hollywood, por improbable que parezca. Cuando fui a París, sentí que deseaba escandalizar a la gente, y cuando me preguntaron—sabían que me interesaba el cine, o que me había interesado, porque apenas si veo ahora—y me preguntaron “¿Qué clase de películas le gustan?”, yo dije ingenuamente: “Las que más disfruto son los westerns”. (Borges, Entrevista 33).
Estas declaraciones de Borges, registradas en 1966, pueden servir de punto de partida para analizar una relación que fue constante y se retroalimentó permanentemente. Estamos hablando del Borges espectador, del Borges que escribe reseñas sobre filmes en Sur, pero también del Borges que firma argumentos o piensa ideas para películas, a veces en asociación con Bioy Casares (como en el caso de Los orilleros y El paraíso de los creyentes que la editorial Losada publicó en 1955).
Esta íntima y cercana relación con el cine, planteada por un autor que hizo muchas veces del arte de escribir ficciones una cuestión metaliteraria, conduce a la idea de un nutrirse del cine en dos dimensiones: tanto como espectáculo y como evento cultural, sin separar necesariamente una condición de la otra. Si el cine suponía, en efecto, una novedad (los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo en 1895 y Thomas Alva Edison patentó el kinetoscopio por la misma época), este arte fue una de las representaciones más valoradas y visitadas por la vanguardia europea y latinoamericana. Fue a esta vanguardia a la que un joven Borges —el poeta que escribe versos ultraístas—se adscribió no sólo en la convicción de sus manifiestos colectivos y en la colaboración en revistas como Martín Fierro, sino que se convirtió en un verdadero protagonista y difusor de ella. Viene al caso recordar, por asociación, que en la revista Amauta de Lima, fundada por José Carlos Mariátegui en la década de 1920, María Wiesse se encargó de redactar reseñas similares sobre cine. El cine y la vanguardia, el cine y la modernidad (si se quiere “periférica”, como la ha llamado Beatriz Sarlo) son parte de esa nueva existencia atolondrada y nunca inmóvil que plantean los nuevos tiempos.
Bien se podría afirmar que Borges ve en el cine a un “pariente” de la literatura pero no a una forma narrativa que absorbe a aquélla e intenta necesariamente reemplazarla. Borges está actuando como cronista de su tiempo. Si el cine, como actividad cultural y al mismo tiempo espectáculo de masas, marca la agenda en las principales ciudades del mundo, incluida Buenos Aires por supuesto; Borges retrata por lo general el lado que más le atrae del cinematógrafo. Sus notas se refieren a películas que con el tiempo se van a volver memorables y se detiene en los aspectos, criticables o no, que a él le impresionan.
El cine entonces está en la raíz y el alma de un joven Borges. Luego el escritor comienza a problematizar el fenómeno. Aunque en sus ficciones sólo mencione el estilo o admita la influencia de Josef von Sternberg, un cineasta vienés que llegó a Hollywood e impuso un estilo dramático y visual que entusiasmaba a Borges, lo cierto es que el cine se convirtió para el autor de Ficciones en una manera intensa y peculiar de “leer” la realidad. Por eso llama “novelas realistas” a los filmes de von Sternberg y admite haberse emocionado hasta las lágrimas ante la visión de Underworld, un filme sobre gánsters que el crítico Andrew Sarris sintetiza en la actitud ética y estética del cineasta respecto de su obra: “Most meaningfully perhaps, Sternberg steers clear of the sociological implications of his material to concentrate on the themes which most obsess him and his heroes: love, and faith, and falsehood” (16).
Pero von Sternberg, como es sabido, tuvo dos etapas muy marcadas en su carrera como cineasta: una caracterizada por un tono épico que conquista a Borges, a la que pertenecen esos dramas llamados Underworld (1927) y The Docks of New York (1929); y otra posterior en la que la estrella de sus filmes es aquel deslumbrante mito alemán, Marlene Dietrich. Esta actriz aparece, entre otras, en la celebérrima El ángel azul (1930) y en Marruecos (1930). A Marruecos, como veremos más adelante, Borges le dedica una nota en la revista Sur.
Además, el autor de Inquisiciones escribe otras reseñas que inicialmente fueron recuperadas por Edgardo Cozarinsky en su libro precursor Borges y el cine. En éste, Cozarinsky aborda asimismo las diversas relaciones del escritor argentino con respecto al cine: por ejemplo su propia intención autorial, su expresa manifestación de principios en el primer prólogo a Historia universal de la infamia o las diversas aproximaciones o influencias de la obra narrativa de Borges. Plasmadas estas últimas en películas realizadas, entre otros, por Bernardo Bertolucci (Por ejemplo, La estrategia de la araña, en base a “Tema del traidor y del héroe”).
Borges y la crítica de cine
Como dice Cozarinsky, Borges no utiliza ninguna teoría crítica porque el cine, en la época que el cuentista reseña las películas “era, sobre todo, una práctica casi libre de bibliografías y academias” (11). Borges escribe, por ejemplo, sobre Citizen Kane; El bosque petrificado, de Archie Mayo; el musical de King Vidor, Street Scene; y City Lights de Chaplin.
En cada caso, se advierte un inconformismo del crítico-espectador. Borges no distingue una técnica en el cine. En la referida entrevista con Ronald Christ confiesa: “Sé muy poco sobre el contenido técnico de las películas” (34), pero nuestro autor sabe aplicarse y detenerse en los detalles de la narración. Le interesa la solidez de las historias, la fuerza de los argumentos, el hecho de que, como le ocurría con las películas de von Sternberg, un filme sea capaz de emocionarlo. Existe, entonces, en la relación entre el cine como arte y el autor de Ficciones un cordón que los vincula, un sistema de vasos comunicantes que hace posible que el cine asombre a Borges y que el escritor a su vez sea capaz de asimilar cada detalle, incluso como dice David Oubiña “el cine es, para Borges, lo otro de la literatura” (148).
Las valiosas reseñas que Borges escribe sobre Citizen Kane, City Lights y Marruecos, que se han convertido en verdaderas joyas pertenecientes a una etapa dorada del cine, constituyen un material que puede cotejarse con la percepción actual de estas obras, por parte de críticos especializados e historiadores. Por ejemplo, en la nota sobre Citizen Kane, publicada en Sur en agosto de 1941 con el título de "Un film abrumador", Borges revela su asombro por la obra maestra de Orson Welles el mismo año de su realización y cuando sólo estaba empezando el largo camino a la fama que le conocemos hoy: “Abrumadoramente, infinitamente, Orson Welles exhibe fragmentos de la vida del hombre Charles Foster Kane y nos invita a combinarlos y a reconstruirlos. Las formas de la multiplicidad, de la inconexión abundan en el film...” (citado en Cozarinsky 64-65).
Comprobamos, otra vez, cómo a Borges le interesa, y en este caso también lo sorprende, el argumento de la obra. La forma cinematográfica para el escritor argentino puede ser variable, no existe una sola, única, pero él está más interesado en la dimensión, esta vez humana, del personaje y de cómo los acontecimientos de su vida implican un progreso o una involución.
En ese sentido, Borges reconoce dos relatos en Citizen Kane. El primero, que enumera con desenvoltura, le parece “de una imbecilidad casi banal”. Borges se refiere al Kane multimillonario, que edifica Xanadú a imagen y semejanza de su propia ambición, y que colecciona estatuas antiguas. La simpleza y el vacío de esa actitud no convencen a Borges, al contrario ve en esas conductas una manifestación despreciable. Sin embargo, la “historia” de Kane, esa que se refiere a su solipsista vida personal, a su muerte, a la última palabra que pronunció (“Rosebud”), a su poder de convocatoria, a su liderazgo, todo ello sí convoca la atención del autor de El libro de arena. Más aún, Borges habla de “fotografías de admirable profundidad, fotografías cuyos últimos planos (como en las telas de los prerrafaelistas) no son menos precisos y puntuales que los primeros” (citado en Cozarinsky 65). Esta recurrencia a la pintura le permite a Borges establecer la comparación ente dos artes visuales, la una estática y maestra, la otra en movimiento, ambas como imitaciones de la vida.
¿Qué más ve Borges en la obra maestra de Welles? Sabido es el atractivo que siente por los formalistas rusos, entre los cuales Eiseinstein y su peculiar uso del montaje lo asombra, así como por los “dramáticos” y “emotivos” encuadres de von Sternberg. Esta vez, ante la visión de Citizen Kane, Borges siente curiosidad; si no fuera un ser tan literario quizá hubiera ido, paso a paso, trazando la deconstrucción de cada plano para hallar, a la manera de un analista estructural, las verdaderas razones que hacen proclamar a esas imágenes heroicas conceptos tan trascendentes. Tan vital y extrema es la fascinación de Borges por este filme modélico que le otorga las cualidades de un motivo literario supremo para él: “En uno de los cuentos de Chesterton —The Head of Caesar, creo— el héroe observa que nada es tan aterrador como un laberinto sin centro. Este film es exactamente ese laberinto” (citado en Cozarinsky 65)
A Borges le fascina la idea de una historia en permanente desplazamiento. No sólo la carga semántica sino el esplendor visual de Citizen Kane —en la cual, por lo efectivamente “abrumador” de la obra, es difícil elegir “una” escena— plantean la idea del filme como laberinto, inasible, inalcanzable, pero aun así capaz de acomodarse a sus propios modelos de ficción. Quizá a Borges también le llama la atención el relato del ascenso y caída, y no menos la dimensión moral de un personaje que controló la prensa norteamericana, un magnate que podía iniciar una guerra contra otro país, un empresario involucrado en la política y los negocios, capaz de destrozar honras y comprar conciencias.
Si Borges dice que Citizen Kane es el laberinto, el protagonista de esta cinta no lo es menos, una criatura volcánica, egoísta, en permanente efervescencia. Cuando Kane fallece, los periodistas que han preparado el noticiero fílmico (“News on March”) para hacer pública su biografía buscan más pistas sobre el misterioso personaje, pero comprueban que, a pesar de todos sus esfuerzos y de entrevistar a gente que conoció al todopoderoso hombre (de allí el sentido de Kane como “encuesta”), no podrán enterarse de nada más. Las escenas finales muestran, sobre una empinada colina, la mansión de Kane, el exótico Xanadú construido de glorias y leyendas mientras las partituras musicales de Bernard Hermann (el mismo compositor que trabajó con Hitchcock en filmes tan reconocidos y extraños como Psycho y Vértigo) inundan, tenebrosamente, la pantalla. Borges, buen cinéfilo y mejor crítico, anticipa que Kane perdurará y no duda en calificarla de genial.
Debemos referirnos ahora a la admiración de Borges por las películas de von Sternberg, a quien consideraba un precursor maestro. Los filmes de gánsters dirigidos por aquel cineasta no sólo convencían sino hasta emocionaban al entonces joven escritor. Siempre insatisfecho, sin embargo, respecto al caso de Marruecos —la historia de un triángulo amoroso en el exótico país árabe—Borges cuestiona la parafernalia hollywoodense, ese afán por levantar escenarios suntuosos y colmarlos de extras: “Sternberg, para significar Marruecos, no ha imaginado un medio menos brutal que la trabajosa falsificación de una ciudad mora en suburbios de Hollywood, con lujo de albornoces y piletas y altos muecines guturales que preceden el alba y camellos con sol” (citado en Cozarinsky 29). 
A Borges la falsificación le parece “brutal”, es decir la “doble ficción” no le convence. Ya el hecho de urdir una trama en un lugar muy alejado de Occidente significa una primera forma de ficcionar, quizá desde el misterio; luego la forma de “vestir” esa ficción, de presentarla a los ojos del espectador en un afán de leyenda y fantasía, sin embargo contrarían al escritor. Si la épica del western lo seduce, en cambio todo artificio, cuanto más exagerado, peor, lo aleja. Y a pesar de esta escenografía redundante y chirriante, en la que Borges cree desconocer al von Sternberg que otras veces admira, termina diciendo: “En cambio, su argumento general es bueno, y su resolución en claridad, en desierto, en punto de partida otra vez, es la de nuestro primer Martín Fierro” (citado en Cozarinsky 29).
La historia de una sugerente y misteriosa Marlene Dietrich, quien en su viaje en barco a Marruecos es considerada una de esas pasajeras “suicidas”, porque sólo toma el boleto de ida, y que cruza su existencia con la pasión de dos hombres diametralmente opuestos (Gary Cooper y Adolphe Menjou), le gusta a Borges en su ambigüedad, en la originalidad de significar un nuevo comienzo. Así como la propia ambigüedad, incluso sexual, que representa la Dietrich, quien aparece en una escena vestida como un hombre con pantalones y sombrero de copa, la propia película genera una ambivalencia, marca una frontera entre los sentimientos, un límite que desde la lejanía geográfica en que se inscribe prolonga la distancia (sobre todo emocional) y busca conmover al espectador. Borges evita referirse al erotismo perturbador de la Dietrich y es muy parco respecto al desarrollo de la propia historia. Considerándola inferior a otras obras de von Sternberg, lo satisface su medianía, esa certeza de que, aun frívola, no es una película mediocre. Quizá ve en ella otro recurso, distante, para una futura trama personal.
La nota en la que Borges reseña Marruecos se titula, de manera muy general, “Films” y fue publicada en Sur en el invierno de 1931 [E incluida en Discusión]. Comienza con un breve comentario sobre una película rusa y luego se dedica a examinar los valores de Luces de la ciudad, de Charles Chaplin. La historia del cine y su tradición más clásica han juzgado a Chaplin como un verdadero innovador, un creador en busca de expresiones originales en un arte que estaba empezando y generando su propia y poderosa mitología.
Hay quienes han visto en Chaplin la defensa del hombre común y corriente, pero casi siempre sojuzgado por el sistema dominante, y que encuentra en el humor una herramienta que busca en lo cotidiano una “realización” de la vida. Si La quimera del oro —un filme que otro vanguardista, el peruano César Vallejo, celebró con particular entusiasmo en sus crónicas desde París, publicadas en revistas de Lima— constituye un intento radical en Chaplin (que incluso insinúa su filiación socialista en tiempos de pre-guerra y tensión política), Borges llama a este genio del cine silente “espléndido inventor y protagonista” (citado en Cozarinsky 28).
En cambio, esa tragicomedia moderna que constituye Luces de la ciudad, en la que el asombrado Charlie Chaplin va a conocer, muy de cerca, cómo viven los ricos y cómo su propia pobreza se iguala a la sencillez más extrema, le parece a Borges “una lánguida antología de pequeños percances, impuestos a una historia sentimental” (citado en Cozarinsky 28). Otra vez, Borges está atento al funcionamiento de la historia, a comprobar su efectividad, a constatar por qué el “acto fallido” se mantiene. ¿Por qué Borges ya no encuentra en Chaplin al autor original que celebró en La quimera del oro? El propio autor explica de alguna manera que “Charles Chaplin es uno de los dioses más seguros de la mitología de nuestro tiempo” (28) pero antes ha certificado que la grata impresión —el éxito— a nivel mundial de Luces de la ciudad es producto de la influencia de los medios: “su impresa aclamación es más bien una prueba de nuestros irreprochables servicios telegráficos y postales, que un acto personal, presuntuoso” (28).
Ya en los años 30, Borges está hablando del dominio de los mass media, de esa instancia supranacional que con el tiempo va a contribuir a lo que ahora Guy Debord llama la “sociedad del espectáculo”. Nuestro autor percibe cuán variables pueden ser los juiciosos “críticos” sobre todo en arte, si están influenciados por una maquinaria inmensa que no sólo distribuye y exhibe una película, buena o mala, sino que influye y determina su valoración final. Para Borges, Luces de la ciudad tiene una “carencia de realidad” y, como en otros casos, ve en los personajes, sobre todo en los secundarios, a criaturas demasiado normales. Le impacta, sí, ese romance imposible y con matices oníricos entre la bella mujer ciega y el propio Chaplin, que cierra la película como un hermoso, trágico, canto de cisne. En cambio, reprocha el “arcaísmo y anacronismo” del filme.

Jorge Zavaleta Balarezo
Escritor, crítico de cine y periodista peruano (Trujillo, 1968). Es doctor (Ph.D.) en literatura latinoamericana por la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos). Además, tiene estudios de literatura, periodismo, cine, publicidad y análisis político en la Pontificia Universidad Católica de Lima (PUCP) y en el Instituto Idea, de Caracas (Venezuela). Su obra creativa incluye la novela Católicas (1998) y una colección aún inédita de cuentos. Ha publicado ensayos y reseñas en revistas académicas como Mester, Variaciones Borges, Revista Iberoamericana, Nomenclatura y Visions of Latin America. Su carrera periodística en Lima y América Latina incluye artículos en diarios, revistas y agencias de noticias como Argenpress (Argentina), Notimex(México) y DPA (Alemania). En 1998 participó en el volumen colectivo Literatura peruana hoy: crisis y creación, editado por la Universidad Católica de Eichstätt (Alemania), con el ensayo “El cine en el Perú: ¿la luz al final del túnel?”.
Papeldearbol y Psicoanálisis Estival fueron fundados  por Jorge Zavaleta Balarezo  en 1992.
 Está asociado con el Diario16 de Madrid. Se  edita  en Emmitsburg-MD y Pittsburgh-PA- EEUU
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Fono  240 439 7509

Referencias bibliográficas:
Léase a continuación Jorge Zavaleta Balarezo
Borges. Del cine a la literatura o viceversa: la obsesión “visual”
Véase del mismo autor y obra: «El jardín de senderos que se bifurcan». Modelo para un filme
Obras citadas 
Anderson, Benedict. Imagined communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism. London & New York: Verso, 1991.
Balderston, Daniel. El precursor velado: R. L. Stevenson en la obra de Borges. Eduardo Paz Leston, trad. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1985. Véase Introducción.
Bioy Casares, Adolfo. Borges. Daniel Martino, ed. Barcelona, Destino, 2006
Borges, Jorge Luis. “Prólogo a la primera edición”. Historia universal de la infamia. 7-8
———. “El espantoso redentor Lazarus Morell”. Historia universal de la infamia. 17-29
———. “El inmortal”. El Aleph. 7-28
———. “El Aleph”. El Aleph. 155-74
———. “El milagro secreto”. Ficciones. 139-47
———. “El jardín de senderos que se bifurcan”. Ficciones. 84-97
———. El Aleph.1949. Buenos Aires & Madrid: Emecé & Alianza Editorial, 1985
———. Ficciones.1944. Bogotá: La Oveja Negra, 1984
———. Historia universal de la infamia. 1954. Buenos Aires & Madrid: Emecé & Alianza Editorial, 1991
Casanova, Pascale. The World Republic of Letters. Cambridge: Harvard UP, 2004
Cozarinsky, Edgardo. Borges y el cine. Buenos Aires: Sur, 1974
Jameson, Fredric. Postmodernism, or, The Cultural Logic of Late Capitalism. Durham: Duke UP, 1991
Oubiña, David. “El espectador corto de vista: Borges y el cine”. Variaciones Borges 24 (2007): 133-52
En Borges y el cine: imaginería visual y estrategia creativa
Zavaleta Balarezo, Jorge, University of Pittsburgh, 2010
FuenteImagen: Borges. Escultura en metal de Pablo Salvador Rocha


viernes, 23 de agosto de 2019

LA AMAZONIA EN LLAMAS. GOBIERNO DE BRASIL DESPRECIA LA IGUALDAD

"Crimen ambiental": La Amazonía brasileña sufre la devastación de 16 días de incendios forestales. Miles de personas hicieron un llamado en redes sociales a atender los incendios, que representan un riesgo mundial en tanto afectan al pulmón del planeta. Pero, el "pulmón del planeta" no tuvo la inmediata  reacción del Gobierno de Jair Bolsonaro, al guardar silencio ante las comunidades y el mundo. La ciudad de Sao Paulo quedó a oscuras a causa de los incendios en la Amazonía,  pese a que el "pulmón del planeta" se ubica a miles de kilómetros de allí. 

El 8 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, busca la atención  a los 370 millones de personas que viven alrededor de 90 países. Es un momento para reconocer sus logros y contribuciones,  y para resaltar la necesidad de promover y proteger sus derechos y territorios. También es una oportunidad para reflexionar sobre cómo impulsar su desarrollo económico y promover su bienestar.

Las redes sociales han dado a conocer que kilómetros de la Amazonía se encontraban en llamas, lo que ha puesto en riesgo a poblaciones enteras y a miles de especies. Los incendios  representan un riesgo para el planeta entero, ya que ese inmenso pulmón vegetal produce el 20 % del oxígeno del planeta y otras áreas que aún la humanidad no tiene contacto. 

La ciudad de Sao Paulo quedó a oscuras a causa de los incendios en la Amazonía, pese a que el "pulmón del planeta" se ubica a miles de kilómetros del este  estado brasileño. 

Testimonios como el siguiente se han difundido al mundo:"Dios, me da mucha pena y rabia ver como el mundo se está destruyendo poco a poco y nadie hace nada, literalmente ya estamos a cuenta regresiva y ni la mitad de las personas tienen cargo de conciencia aún, estamos hasta destruyendo a nuestra propia raza", 

"Cuando se quemó Notre Dame se declaró una tragedia mundial y en sólo días se recaudaron 218 millones de euros para reconstruirlo. Lleva 16 días quemándose el Amazonas, el pulmón del mundo  y nadie hace nada", reza otro grito  desde  Brasil, comentó #PrayforAmazonia.

Los focos de incendio aumentaron en Brasil un 82 % en comparación con el año pasado, según datos del gobierno, que entre enero y agosto de 2019 registró 71.497 siniestros de esta naturaleza, un número superior a las 39.194 quemas que ocurrieron en el mismo período de 2018. 

El aumento de la deforestación en la Amazonía provocó que Alemania y Noruega anunciaran la semana pasada el congelamiento de ayudas destinadas a la preservación de la selva. 

GREENPEACE
"Quienes deforestan y destruyen la Amazonía se sienten alentados por el discurso y las acciones del gobierno de Bolsonaro que, desde que asumió el cargo, ha hecho un verdadero desmantelamiento de la política ambiental del país", señaló en un comunicado Danicley Aguiar, vocero de la organización Greenpeace en Brasil. 

El ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, señaló en su cuenta de Twitter que el Gobierno ha puesto a disposición de los estados afectados aviones y un equipo de brigadistas para detener los incendios.

Diversas instituciones consideran que los pueblos indígenas pueden representar un desafío de política pública para distintos gobiernos. En muchas partes del mundo, se encuentran las poblaciones más pobres y desfavorecidas.También han sido objeto de racismo, pérdidas de tierras, controles externos e incluso políticas coercitivas de asimilación. 

Desde otra óptica, el Banco Interamericano de  Desarrollo, brazo financiero de todos los países de la  Región, recurre a una fuente académica para contribuir en este momento difícil para la amazonía:

"Los pueblos indígenas tenían que poder tomar decisiones e implementarlas."

En América Latina, los pueblos indígenas constituyen el 14% de los pobres y el 17% de los extremadamente pobres. Aunque son ricos en conocimiento tradicional, cultura, identidad y recursos naturales, la pobreza material afecta al 43% de los hogares indígenas de la región, más del doble de la proporción de hogares no indígenas.

-Qué funciona a para promover el desarrollo de la Amazonia?. La respuesta a esta interrogante, nos brinda a Stephen Cornell, Presidente de la Facultad del Instituto de Naciones Nativas de la Universidad de Arizona, quien ha pasado los últimos treinta años trabajando con naciones y organizaciones indígenas en los Estados Unidos, Canadá, Australia y Aotearoa Nueva Zelanda en temas de gobernabilidad, desarrollo y temas relacionados.  Aquí una síntesis de su exposición:

Pero el presente patrón de pobreza no tiene que ser un hecho perpetuo. Y la política pública puede desempeñar un papel importante en impulsar el cambio. La pregunta es, ¿qué formas, acciones deberían adoptarse hacia los pueblos indígenas para ser más superar esta marginalidad?.

Si estás pensando que una opción es no hacer nada, diré que no hacer nada tiene costos significativos para los pueblos indígenas y para los países de los que forman parte, que desaprovechan los beneficios de una población más productiva y comprometida. En otras palabras, hacer algo no solo es lo correcto, sino también lo inteligente. 

¿Entonces cuáles son las alternativas, no para la coyuntura sino como Política de Estado?

Voy a voltear la mirada a los Estados Unidos con la esperanza de que haya algo en la historia de lo sucedido allí en las últimas décadas que pueda ser relevante para América Latina, continua  S. Cornell.

En los Estados Unidos, lo que estamos viendo es una transformación significativa. Hemos estado viendo los primeros cambios importantes en un siglo, a medida que el desarrollo económico se afianza en numerosas comunidades tribales. A fines de los ochenta, en la Universidad de Harvard, nos propusimos comprender lo que estaba sucediendo. En las últimas tres décadas, la explicación se ha vuelto cada vez más clara. Un conjunto de factores ha jugado un papel importante.

El primero es la autodeterminación. A mediados de la década de 1970, Estados Unidos llevó a cabo un importante cambio de política pública. En respuesta a las demandas de los mismos pueblos indígenas de tener una voz en la toma de decisiones que afectan sus vidas, el país adoptó una política de autodeterminación indígena. Puso considerable poder de decisión en manos de los pueblos indígenas.

Este cambio resultó ser un factor clave en la transformación de la situación indígena en el país. A medida que las naciones o comunidades indígenas ganaban poder sobre sus propios asuntos, también ganaban un sentido claro de responsabilidad y rendición de cuentas. Además, ponerlos en el rol de toma de decisiones les permitió incorporar su comprensión, experiencia y tradiciones de gobernanza a los problemas que enfrentaban.

¿Por qué los modelos de política del pasado en temas indígenas no funcionan?

El segundo factor es igualmente importante: un gobierno capaz. No es suficiente tener derecho a gobernar. También tienes que gobernar bien. Esto no fue un hallazgo novedoso, pero encontramos un conjunto de problemas clave en los casos indígenas que analizamos. Las comunidades indígenas tenían que poder mantener la política local en su lugar. 

El papel del liderazgo político era tomar decisiones estratégicas sobre la economía. Pero a nivel de implementación, los líderes políticos tuvieron que mantenerse alejados y dejar que los gerentes capaces hicieran su trabajo. Los pueblos indígenas tenían que poder tomar decisiones e implementarlas. Y tenían que ser capaces de resolver disputas internas sin separar a la comunidad. En resumen, tenían que poder gobernar de manera justa y efectiva.

El tercer factor es la cultura. Es importante construir instituciones de gobierno capaces, pero esas instituciones también deben contar con el apoyo de su gente. Tienen que tener legitimidad frente a los gobernados. Y la legitimidad proviene de lo que llamamos coincidencia cultural: las instituciones tenían que reflejar las formas en que la comunidad creía que la autoridad debería ser organizada y ejercida. 

Descubrimos que las instituciones que se originan en las perspectivas indígenas de lo que es apropiado tuvieron mejores resultados que las instituciones elegidas para los pueblos indígenas por personas externas. Esto también significó que las soluciones gubernamentales desarrolladas por las naciones indígenas exitosas variaban, porque sus culturas y preferencias variaban. La diversidad en forma gubernamental no fue un problema; fue una solución. Esto fue esencial: los sistemas de gobierno que contaban con el apoyo de sus pueblos eran más efectivos y productivos.

Y el cuarto hallazgo es que las naciones tienen que poner en práctica un pensamiento estratégico propio. ¿Qué tipo de comunidades querían ser dentro de veinte o treinta años? Tenían que pensar en escalas de tiempo multigeneracionales y aplicar ese tipo de pensamiento estratégico en las decisiones económicas relevantes, en cómo usan los recursos, en cómo gastan fondos, en los tipos de economías que construyen.

Donde vimos naciones o comunidades adoptando estos principios o trabajando hacia ellos, vimos una mayor tracción económica. También vimos a comunidades capaces convertirse en socios confiables con actores no indígenas—en el desarrollo económico, en el manejo de tierras, en la recuperación de especies de vida silvestre y en la entrega de programas sociales. En resumen, vimos comunidades que funcionaban.

Eso es Estados Unidos. ¿Qué pasa en otros lugares? ¿Son transferibles estos resultados? Hay al menos alguna evidencia de que la respuesta es “sí”. Estamos viendo algunos resultados similares entre las Primeras Naciones en Canadá y evidencia sugestiva en líneas similares tanto en Australia como en Nueva Zelanda. Por supuesto, estos cuatro países están altamente desarrollados económicamente. 

¿Qué pasa con América Latina? 

Esa es una pregunta que no puedo responder, pero creo que es una pregunta que vale la pena explorar. Estamos viendo un gran movimiento en marcha en todo el mundo a medida que los pueblos indígenas intentan reclamar una voz en sus asuntos y recuperar cierto control sobre sus vidas y sus tierras. Quizá este movimiento sea clave para nuevas relaciones, nuevas oportunidades y nuevos beneficios económicos, no solo para los pueblos indígenas sino también para los países de los que forman parte.


Es interesante el planteamiento. Pero no da respuesta a como aplicarlo en países de América latina que no tienen igual desarrollo, garantía de derechos, y donde conviven etnias de forma conjunta. A ello se suma la incultura general y el desprecio por lo tradicional.

Interesante el cambio que vienen logrando las comunidades nativas de Estados Unidos con la gestión de su territorio. En América Latina, hay mucho pan que rebanar. La corrupción es el tema de agenda en todos los niveles de gobierno y es considerado como una barrera para la gestión del territorio o descentralización, por que no hay seguridad de una inversión por los conflictos sociales; muchas veces el gobierno ha negociado un territorio a espaldas de la población indígena sin evaluar los impactos negativos. 

Las concesiones mineras que fueron realizadas, en su mayoría fueron con actos corruptos de gobernantes (hablo del Perú, con cinco presidentes acusados de sobornos millonarios). Una concesión con actos corruptos, que cara tendría el gobierno de exigir una Evaluación de Impacto Ambiental, supervisión de indicadores sociales, etc. 

América Latina tiene que reorganizar el sistema de Justicia. En el Perú, por señalar  un país, las funciones de sus poderes debe estar claro, para que no exista la superposición de poderes, como esta pasando en este pais suadamericano  con más de 33 millones de habitantes. Un Congreso que quiere hacer lo que le viene en gana con una fuerza política mayoritaria que quiere tapar actos corruptos o un Poder Ejecutivo que quiere imponer para vencer a un poder sin respetar la democracia. 

No podemos quedarnos de brazos cruzados, es necesario que las Comunidades Indígenas y Campesinas, empiecen a proponer sus soluciones desde sus territorios y alcanzar propuestas concretas para su incorporación en políticas públicas. 

La Academia y las ONG pueden jugar un rol importante en la orientación de las propuestas y que la distribución de los beneficios por la explotación de los recursos naturales sea distribuido en forma equitativa. El mundo expresa, inclusive con su silencio, su preocupación por el futuro de la  Amazonía, mientras  la explotación minera y maderera  no sea manejada con racionalidad.