Papel de Arbol

viernes, 21 de septiembre de 2018

Rómulo Pajuelo, el profeta de su tierra


Jorge Zavaleta Alegre
"Que será de mi vida cuando me Muera", es el título de una obra inédita de Rómulo Pajuelo Prieto, que aparece en la contratapa de uno de sus doce libros publicados, inspirados en Caraz, su tierra natal. Se puede afirmar, sin duda alguna, que Rómulo si es y será una de las pocas excepciones, cuya obra es muy apreciada por muchos caracinos. 

Rómulo amó su pequeña ciudad peruana, en la región Ancash, representativa del Callejón de Huaylas. Los suizos que la visitaban afirmaban que esta parte de América Latina es más bella  e impresionante  que el paisaje  de los Alpes  europeos. Y no faltaba interlocutor local que negaba esa opinión lejana,

Antonio Raimondi, fue reconocido en su Italia, después de su muerte, cuando en la primera década de este siglo XXI, la Editorial Mar de Sueños  y la labor infatigable de los embajadores De Nardis y Buzeto, representantes de un gobierno de avanzada,  promovieron el  canje de deuda por desarrollo, el  Fondo Italo Peruano.  Con estos recursos se alentó la presencia en Ancash  de estudiantes y profesionales de la Universidad de Boloña, la más antigua del mundo.  

Esta inversión produjo frutos. Se logró un inventario de la riqueza de Chavín de Huántar, se promovió  la facultad de Arqueología en la Universidad de Huaraz y se sembraron las primeras semillas de los mercados-restaurantes en el  Callejón de Huaylas - Caraz. Yungay, Carhuaz y Huaraz - para rescatar los secretos de la cocina regional, a partir de los ingredientes locales,  hoy al alcance  de otros espacios, cuya deuda aún no es reconocida a los productores de los hijos de Parón, Llanganuco, entre otras fuentes de agua. 

Y fue la pluma de Rómulo, junto a la larga lista de  autores que publicó en su empresa Ediciones Inca, que enseñó a las  nuevas  generaciones a querer más al  suelo donde se nace, porque es la representación más intima del sentimiento humano.

Ya César  Vallejo, el  poeta universal, nos dejó más lecciones de peruanidad, quien destacaba su natal Santiago de Chuco, mensaje tan o más valioso  que la participación en un concurso de belleza en Miami, la procesión de los milagros en Chile o el invento publicitario de la universalidad de la comida fusión de nuestro país. 

Rómulo Pajuelo, analizó con sumo cuidado  y publicó entre otros aportes  al desarrollo local temas como:  El ausentismo y la deserción escolar. Desde entonces no cesó su responsabilidad con el futuro de su pueblo. Siguió  tratando la  Educación, como testimonio de una Epoca, incluyendo múltiples disquisiciones. 

La lista prosigue: A todo Color: Anécdotas. Leyendas, Tradiciones y Ensueños. Aromas de la Infancia. Vida Muerte y Resurrección. Huaylas Mágico. 

Su Caraz natal lo llevó a narrar anécdotas sin fruncir el ceño. Toda esta invalorable creación desde 1982,...deja aún tres títulos inéditos: El Gusto que Tengo, Personajes de su tierra y preguntándose Qué será de mi vida cuando me  muera?

La prensa nacional, siempre centralista como si Lima fuera el crisol del mundo, al comentar Caraz dulzura, reprodujo  el  pensamiento de Rómulo: "Sólo se ama lo que se conoce y se defiende lo que se ama", frase que acuño en la presentación de la primera edición de este volumen, expresión  que ha sido acogida y difundida como un slogan para motivar el sentimiento de identidad cultural de la nación que nos cobija.

Rómulo hijo de una familia muy laboriosa que conoció  el secreto del ahorro productivo a través de una pequeña bodega, cuya atención siempre era cordial, amigable, creando un lazo casi familiar con sus vecinos, cerca de la Avenida Minerva, donde el escultor y pintor Víctor Milla Cruz, tuvo la idea germinal del Primer  Monumento a la Madre. Rómulo, serás recordado  siempre, por esa bondad infinita de rescatar la obra intelectual en orden alfabético  de cada una de las mujeres y varones que dejaban  alguna huella de amor al  terruño.
Q.E.P.D. y D.D.G
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Sentido pésame 
Washington DC.
Emmitsburg





1 comentario:

francisco carranza dijo...

Rómulo Pajuelo Prieto hizo todo lo que pudo por la promoción cultural de Caraz y del Callejón de Huaylas. Su labor nunca debe ser olvidada.
Francisco Carranza Romero