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martes, 20 de enero de 2015

Ciudades sin virreyes. ARQUITECTURA TRADICION Y MODERNIDAD



Jorge  Zavaleta Alegre.-
 Una ciudad es su población, sus viviendas, calles, plazas, jardines,  colegios, museos, pinturas, iglesias, centros arqueológicos, colores, sabores, música, canciones,  danzas, arte, vida. ¿Porqué no cuidarla y quererla si  debe ser  morada  de todos?

Desde hace tres décadas  que irrumpió la inversión extranjera en  las principales capitales  del Perú y de Latinoamérica, los espacios  urbanos y rurales se van fraccionando al infinito, creando el  caos en las relaciones humanas,  con graves consecuencias  que se perciben.

Si en ese entones, con la caída del Muro,   el Perú tenía cerca de setecientos distritos, ahora  bordea los dos mil. Los minerales, con  el canon y el comercio, provocan más ambiciones y conflictos, en tanto los pobladores demandan, sin ser escuchados,  más empleos y mejor educación.

Las corrientes migratorias  ahora no  pueblan   “tierras prometidas” como llamó a los desiertos el humor de Sofocleto, en su novela social. Tampoco  para ocupar viviendas financiadas por el Estado. Ni la modélica urbanización “San Felipe”, en Jesús María,  del primer gobierno del Arq. Fernando Belaúnde ni  las  unidades  vecinales del  general Manuel Apolinario Odría, pretendieron atender la demanda. 

En el 2015, las municipalidades insisten en  alentar el ”derecho positivo” para  la  construcción  improvisada  de  modelos inmobiliarios de algún balneario o condado norteamericano. Las áreas verdes se ignoran. Los espacios públicos son cubiertos de cemento. No hay municipio que  haya  preferido un parque antes que otorgar una licencia, violando inclusive reglamentos,  para una torre de concreto cada vez más alta y con escasez de agua.

El Centro Histórico  nunca perteneció a la población en su conjunto. Tampoco  a  conquistadores, ni a transitorios virreyes,  ni a la clase  criolla que se independizara de la corona de Castilla para  no tributar. 

América Latina no es París, Madrid o Roma, donde  posiblemente prevalece el arraigo nacional como sentimiento de pertenencia. Solo así se explica  la revolución  industrial y el proceso urbanístico  en el Viejo Mundo o los Estados de la Unión.  Hasta los años 20, la arquitectura moderna en Latinoamérica  se limitaba  a copiar el academicismo francés. La oligarquía peruana no tenía interés por lo nacional. “Lo nacional para estos pasatistas comenzaba con lo colonial y lo indígena, era en todo caso, lo pre nacional”.

Riva  Agüero, máximo exponente  de una de las últimas generaciones de hispanistas escribió: “….recordamos que  la dulce Lima, la ciudad de los perfumes, de los jazmines y los sahumerios, de las albercas de azulejos y  de los floridos claustros regalones, fue hija de heroicos y duros guerreros…”

Lima,  consecuencia de sus procesos libertarios y diversas dinámicas, generó un  circuito de espacios articulados,  que quedan allí perennizados para las  generaciones venideras:  Las plazas San Martín y Bolívar, por la independencia. La plaza Dos de Mayo, la guerra con España. Y las plazas Bolognesi y Grau, la Guerra del Pacífico, pero nada más.

Estas líneas previas  inducen a conocer  el  movimiento  Tradición, Modernidad Arquitectura Mantaro, propuesta ganadora de la XVI Bienal Arquitectura 2014, categoría investigación,  en la autoría de Jorge Burga, César Moncloa, Manuel Perales, Josué Sánchez y Juan Tokeshi, que considera  al Valle del Mantaro (en el centro de los Andes)  el epicentro de la ciudad del futuro.

LA RESPUESTA AL CAOS
Las viviendas cilíndricas en las alturas del  Mantaro, en el Centro de los Andes, están multiplicándose  también  en Cajamarca, Lima, Puno, Cusco. Este boom, nace con la visión   particular  de la modernidad que tiene  la población barrial emprendedora. “Toma como modelo el chalet de la pequeña burguesía,  reducen sus espacios libre y estiran su altura hasta convertirlos en multifamiliares, aderezando la fachada con elementos de la  arquitectura vernácula, de la que empiezan a renunciar.”

Los arquitectos investigadores,  no se quedan en las explicaciones  sino  buscan  impulsar una evolución  hacia un destino que reunifique tradición y modernidad sobre bases más sólidas.

Los autores de la propuesta propician rescatar lo trascendente  de lo vernáculo e incorporar la fuerza y  expresividad de lo chicha, en un lenguaje contemporáneo… relacionando con la tradición y no copiar o peor aún agigantar  el brillo de los cristales templados o la forma como estos se  configuran  en entrantes y salientes curvas angulares por doquier.

El  Mantaro es el valle cultivado más grande y poblado del país.  Por lo tanto,  la propuesta  se enriquece con el trabajo de los estudiantes – Proyectos VII - sobre la reestructuración  del sistema urbano del valle, que orienta el crecimiento  sobre  el rio en forma de malecón.

Esta iniciativa  ha sido alcanzada a los municipios, al Gobierno Regional  y Nacional:
-Lima se ha preocupado por su ribera marina y ha postergado sus frentes al río Rímac.
-Cajamarca convirtió  el río San Lucas en un vertedero de basura y desagües.  El proyecto de malecón fue archivado con el cambio de alcalde.
-En Arequipa, una parte  del río Chili tiene un malecón mezclado con una vía vehicular, mientras diversas correnteras no se reconocen como espacios públicos ni como parques.
-Ilo, en la frontera sur, por tener el mar contaminado, básicamente por la minería,  y por carecer  de espacios públicos  medianamente amplio, ha logrado organizar la ciudad  jalonados con espacios plazas y edificios públicos.

La primera ciudad – malecón- valle del país crecería  resolviendo adecuadamente las relaciones  entre tradición y modernidad.  La siguiente es la gran interrogación del  equipo de arquitectos que abre y cierra la investigación ganadora de la  Bienal de Arquitectura del 2014:
July Balarezo, 2013
¿Asistiremos a una recuperación  de nuestra arquitectura popular bajo la forma de una síntesis entre lo rico y lo valioso de las soluciones tradicionales vernáculas y lo expresivo  pero desaliñado de las propuestas chicha. O por el contrario, veremos consumarse hasta desaparecer nuestra tradición  vernácula, a la vez que entronizarse  a la chicha  sin ningún recaudo por el  pasado, arrasando con la tradición?

Fuentes consultadas: Burga, Jorge. Vivienda Popular en Cajamarca, 1992. Lo Wanca, de lo vernáculo a lo chicha (2008), revista Exágono. Tarea  para el arquitecto de aquí y de hoy (Coloquio Lo cholo en el Perú, migraciones y mixtura, 2009.Biblioteca Nacional.

-Moncloa, César, Hacia una arquitectura sostenible en Perú (2012)
-Rivera, Edgardo, Imagen de Jauja, Universidad  Nacional del Centro del Perú.

-Sota Nadal, Javier. Ministro de Educación. Discurso de inauguración de la Biblioteca Nacional del Perú, 2008. Exposición  en Universidad  Continental, Huancayo, presentación libro: Tradición Modernidad Arquitectura Mantaro (2014). http://www.universidad.continental.edu.pe/contitv/presentacion-de-libro-tradicion-y-modernidad-arquitectura-del-valle-del-mantaro/

Semanario Cambio16. Jorge Zavaleta, Madrid (2013):



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