Páginas

martes, 22 de noviembre de 2022

NOSTALGIA MUSICAL . Escribe David N. Flores

 

La Lira Huaylina fundada por Luis Espinoza, Rodo Flores......,  institucion musical presente en el siglo XXI.

NE. Que valiosa es la musica. Los musicos saben que su creacion es poesia, es una de las manifestaciones mas bellas que siempre unio a los pueblos. Recordemos que Bonn, Ludwig Van Beethoven inmortalizo su pensamiento:“La música es una revelación más alta que la ciencia o la Filosofía”.  Pues la Lira Huaylina, seguira siendo una de las manifestaciones mas bellas que unio a los pueblos de la Provincia de Huaylas,  Y Angela Torres de Fernandez Davila, maestra huaylina, creo el metodo del canto  fuera del aula tradicional.  Recorrio calles, avenidas, jardines parques. 

David N. Flores Vásquez  PhD en Derecho Turismo y Desarrollo.

Un homenaje de Augusto Alva Herrera a Luis Germán Espinoza Alcedo aparecido en “Papel de Arbol”, me lleva a trazar unas líneas guiado por una nostalgia musical. Conocí a ambos personajes. Cada uno en su campo hizo historia que es bueno conocer.  Como sabemos bien, ambos personajes prestigiaron mucho a la Provincia de Huaylas. Me centraré hoy en el segundo.

Antes, como la imaginación y la mente felizmente lo admiten, permítaseme trasladarme a mis años infantiles en mi escuelita fiscal primaria de Huaylas, Ancash, la Nº 323. Por cierto, no obstante el tiempo transcurrido, el afán resulta factible pues si hay algo en la vida que aún podemos manejar libremente, es la facultad de recordar.

 Admito que los tiempos cambian y han cambiado, para bien o para mal.  No obstante jamás olvido que en nuestra escuelita fiscal, para iniciar nuestras clases diarias, cantábamos a voz en cuello en cada salón.

Recuerdo que las madres huaylinas apuraban a sus hijos pues “los niños ya están cantando”. ¿La hora?. ¡Qué importa! El hecho es  que “los niños ya están cantando”. ¡Solo quedaba  apurarse!.

 Lo cierto es que había que empezar el día cantando. Nuestros maestros se convertían de pronto  en Directores de Coro y como que nos preparaban el ánimo festivo para las clases diarias. Así se aprendía mejor.

 En esta nostalgia  musical, tengo el recuerdo de un maestro de Escuela, don Ricarte Chávez Velásquez a quien, obviamente, le encantaba el canto y todo indica que con él se inició esa hermosa costumbre que en verdad, no se si aún existe. Para mí, no debe desaparecer jamás.

No llegué a ser  alumno del señor Chávez. ¡Inmensa pena!. Pero como que lo hubiera sido………..

Se que él nació en la lejana Moquegua, tierra del Mariscal Domingo Nieto, y todo indica que las “vidalitas” de su tierra, como sus aceitunas sangrantes, no lo abandonaron jamás en sus largas travesías por el Perú. Adaptaba la música de diversas canciones a unas letras que preparaba con deleite, siempre pensando en sus alumnos o la tierra que lo cobijaba. Esto me obliga a relatar algo para que se conozca mejor a este personaje:

 En mi escuelita la Nº 323 se cantaba, por ejemplo, con la música de Torna a Sorrento:

“Vuelve pronto primavera,  y a los campos da otra vez,

 flores,  cantos y armonías y calor y esplendidez.

 Los niños huaylinos de entonces, de seguro no sabían que existía un pueblo en Italia que se llama Sorrento. Ni conocían el canto original. ¡Que importa! Pero la música existía y es universal. Felizmente no sabe de fronteras.

Se también que en una oportunidad, un jilguerillo hizo su nido en el techo de un aula escolar de mi querida 323 y que tuvo críos. El maestro Chávez aprovechó el hecho y escribió con las notas de una habanera:

 En el aula de la escuela querida, do yo, investigo el saber,

ha formado su nido un jilguerillo amigo de mi fe y  mi placer.

La jaula no se hizo para él, como así, tampoco se inventó,

para mi la cadena ni la infinita pena que el ignaro lloró.

Este recordado maestro es el que escribió la hoy famosa Canción Huaylas encuadrándola con  las notas de un yaraví arequipeño: “Aún la nieve se deshace……..”  Terminaba entonces con una fuga de huayno.

 Lucho Espinoza Alcedo  cambió la música poniéndole el ritmo de un camel incaico que es como hasta hoy se canta en todo lugar

 Muchos maestros imitaron al Director Chávez en sus aficiones musicales, especialmente en la forma de mover los brazos al dirigir el coro. Largo sería enumerarlos. Solo quiero recordar que en  mi escuelita se cantaba, por ejemplo, con música de La Huacachina: “Juntito a mi puertecita, una mañana encontré, a mi perrito muy hechadito, toda la noche me cuidó bien.”

Siguiendo con el Maestro Chávez dice, un buen día, fue trasladado a Chiclayo. De seguro que en Huaylas lo sintieron mucho. Se había hecho querer. Sus alumnos lo reverenciaban.

 Allá creó el Orfeón Infantil Chiclayano, de grandes actuaciones en el Perú, donde destacó  el famoso Eddy Martínez, con el tiempo primera voz de los Ases del Perú, junto a  Oswaldo Campos. Contaba entonces el maestro Chávez  que muchas de sus canciones escolares las tenía en cuadernos de sus alumnos huaylinos a los que siempre tuvo presente.

 Hace un buen tiempo, una noche recordamos  mucho con Eddy al Maestro Chávez que, al final de sus años, lamentablemente perdió la visión. Sus ojos ya no vieron más. Solo miraba con los del alma que sin embargo, por ironía, son más potentes aún.

Pero volvamos a Lucho Espinoza: Luis Germán Espinoza Alcedo, fue un maestro de escuela que llevaba en las venas la nota musical. De seguro que sus niños resultaron unos jilgueros cantarines. Músico en el mejor sentido de la palabra, es autor de una serie de composiciones que no debieran quedar en el olvido. La labor de sus hijos de poner en vigencia sus canciones, es muy plausible.  Las canciones tienen que difundirse. El polvo del olvido, no perdona.

Conocí y traté a don Lucho como todos los de mi tiempo. Estimo que él no pensó que, alguna vez, me tocaría el honor de pertenecer a la Lira de la cual él fue uno de los fundadores. Precisamente, al celebrar las Bodas de Oro del Conjunto, compartimos escenarios. Me parecía un sueño. No obstante la distancia cronológica, me trató siempre con su habitual cortesía que, naturalmente, traté siempre de corresponder.

Lo recuerdo, tal cual era: Sencillo y comunicativo. Pulsaba la guitarra con peculiar estilo: No la ponía  contra su pecho, como se acostumbra, sino la colocaba sobre sus dos piernas  y con las cuerdas para arriba. Luego ponía los dedos de la mano izquierda sobre sus cuerdas para determinar  las notas y con los de la derecha  rasgaba. No obstante, su instrumento de “batalla” fue el clarinete, aún cuando empezó con la mandolina.

Lo recuerdo también en su faceta de deportista: Back del Centro Sportivo Huaylas con su chompa a rayas verticales,  pantaloncito corto negro con pañuelito en el bolsillo trasero y casi siempre una gorrita.

Lucho Espinoza fue maestro de escuela. Y si a lo expuesto añadimos que fue uno de los fundadores de la Lira Huaylina advertiremos que su vida estuvo marcada siempre por la música y   el magisterio, es decir, con los niños. No olvidemos que entre los integrantes  de la Lira, siempre  hubo maestros de escuela como Jacinto Córdova Sánchez, Rigoberto Cox, Horacio Villafana o Rodomiro Flores Vásquez, por citar solo a algunos.

 Quizá la última vez que lo vi, cuando aún era maestro de escuela, fue cuando un día ya lejano mi querida escuelita, la Nº  323, compitió con la 329 de Santo Toribio, (donde él laboraba) en una “carrera de chasquis” para unir en una carrera de postas, las cumbres de San Cristóbal (Huaylas) y Amancaes (Hoy Santo Toribio), atravesando todo el hermoso valle de Huaylas. Recuerdo que lo ganamos en 16 minutos.  Me tocó correr el último tramo plano de la vía, antes de empezar a ascender a Amancaes. ¡Ah tiempos aquellos……..!

Antes del evento apareció don Lucho Espinoza a constatar que el representante de su escuela (mi rival en el tramo), estaba en su sitio. Pasó muy rápido y siguió por otros puntos cumpliendo su cometido.

En suma, su vida transcurrió entre la música y la niñez. Es decir, felicidad total. Hoy lo recuerdo y le rindo homenaje con plena nostalgia musical.

----

PAPELDEARBOL  

Creado en 2006  Por July Balarezo, Historiadora y asociada del Taller de Pintura Teresa Mestres de Lima-Barcelona.

Editor del 2012 - 2016 Jorge Zavaleta Balarezo, PhD en Litertura Iberoamericana Universidad de Pittsburgh, PA EEUU.

Editores del 2017   Julia Zavaleta Camerieri/ Jorge E. Zavaleta Alegre, EEUU - MD.

Asociado con El Mercurio  Digital de Europa    Panoramical Milan Bruselas

Informacion de DPA y  The Nueva York.


No hay comentarios:

Publicar un comentario