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martes, 20 de noviembre de 2018

La extirpación de las idolatrías y cine nacional



Por Jorge Zavaleta Alegre
Extirpador de idolatrías (2014), es el primer largometraje de ficción del director Manuel Siles, que ha sido recibido por el público peruano entrelazando el sincretismo religioso, la herencia cultural y el mestizaje en un Perú post conflicto armado interno.

Es obvio que un Perú fraccionado antes y después del incanato mantiene  grandes vacíos por pretender obviar el  vigente colonialismo que la población rechaza consciente o subliminalmente.

El propio  director confiesa cuán equivocado estaba, porque al poco tiempo  se dio cuenta de que en las comunidades persistía sapiencia, religiosidad, civismo, y  los valores afine así como defectos y vicios como machismo, intolerancia, falta de compromiso.

El director de El extirpador  confirma que la extirpación de idolatrías aún persiste, esta vez estigmatizando de ídolos o supersticiones a cualquier modelo de dearrollo.

La metáfora que intenta el director es construir  la decapitación como un modo de atacar las ideas que no se ajustan a las del discurso oficial, con el apoyo explícito de la jerarquía de esa confesión.

Sin embargo, a pesar de la escritura metafórica de la película, está seguro de que en la realidad y en nuestra época las cosas son realistamente feroces. No dudo que el estado seguirá disparando y asesinando a quienes defiendan su derecho a un modelo de desarrollo alternativo, y que usará las instituciones policiales y judiciales para criminalizar a los que no puedan matar, todo ello con la bendición de la clase política y de la iglesia católica. Ni más ni menos tal cual se hizo en la época de la colonia.

Yuyachkani es una de las influencias más fuertes en esta nueva película.

El director confiesa que la película que estuvo en su cabeza mientras veía “Extirpador”, era “El Resplandor” de Kubrick, no solo por el don que puede tener un correlato entre los niños protagonistas de ambas películas, sino por los travelling por la campiña de Yauyos. ¿Fue esa una referencia? ¿Tuviste otras películas en mente?

CONQUISTA Y EXTIRPACION
La conquista española de los Andes que comenzó en 1532, dio inicio al doble proyecto de evangelización e hispanización del indígena. La cristianización, desde el comienzo estaba vinculada a la colonización de los pueblos americanos.

El virrey Francisco de Toledo y otros pensaban que sería necesario hispanizar a los indígenas antes de poder realizar la tarea evangelizadora, involucrando a numerosos misioneros y doctrineros.
Fue el cura doctrinero de Huarochirí, Francisco de Avila, quien puso las autoridades coloniales en alerta al denunciar a sus feligreses andinos de proseguir clandestinamente con los cultos precolombinos. Los indígenas de su parroquia, pese a ser bautizados desde hace mucho tiempo, eran idólatras y rendían culto a las deidades andinas como antes de la conquista.

Aunque la Extirpación impactó mucho en los pueblos donde se realizó, sólo logró controlar algunas regiones del vasto territorio del virreinato peruano. La Extirpación institucionalizada se asemejaba bastante a la Inquisición, otra institución mucho  del virreinato del Perú.

El virrey del Perú calificó a la Extirpación un asunto de primer orden para el gobierno colonial, que tenía  dos objetivos: la evangelización de los indígenas, contribuyendo en el segundo paso a concluir la colonización de los Andes.

La destrucción de las representaciones de dioses y de las momias afectó sobremanera a las sociedades andinas que la sufrieron: Las campañas de extirpación de idolatrías por consiguiente no sólo atentaron contra las religiones andinas, sino también contra la identidad cultural de los pueblos afectados.

Las reacciones más visibles a la extirpación de idolatrías fueron las provincias coloniales de Huarochirí y de Cajatambo, a 111 kms y 222 kms de Lima.

Es de notar que eran las autoridades del pueblo y en especial la familia del curaca de Huarochirí quienes se opusieron con más vigor al visitador y, sobre todo, a sus ayudantes indígenas. Esto señala una vez más el rol importante de los curaca y autoridades tradicionales respecto a la religión y la cohesión de los grupos locales y étnicos.

Como en otros lugares de los Andes, también en Cajatambo se consideraba muy importante la veneración de los malqui, los cuerpos momificados de los antepasados, puesto que se relacionaban con la fertilidad de los campos, que representaban animales domésticos o frutos como mazorcas de maíz y papas.

Conclusiones
Las reacciones de los indígenas frente a la extirpación de idolatrías, es de notar que tanto los habitantes de Huarochirí como los de Cajatambo se resistieron a la destrucción de sus cultos locales, adoptando diversas estrategias para contrarrestar los efectos de la persecución institucionalizada.

En ambos casos el aniquilamiento de representaciones de deidades andinas no tuvo gran éxito: Los indígenas prosiguieron con la veneración de éstos dioses. Esto demuestra que Cristóbal de Albornoz, un extirpador de idolatrías muy experimentado del siglo XVI, estaba equivocado al afirmar que era muy importante destruir los "ídolos" en presencia de los feligreses indígenas porque entonces dejarían de rendirles culto.

Carlo Ginzburg: en su libro sobre el aquelarre de las brujas, el historiador italiano nos hizo recordar la importancia de las creencias y pensamientos para la conservación de la identidad cultural. Cuando los acusados en los procesos de brujería interiorizaron el modelo del sabbat estereotipado que propusieron los cazadores de brujas, entonces —dice Ginzburg (1990: 20)— perdieron su propia identidad cultural.

Por lo tanto, quizá no sea demasiado aventurado concluir respecto a las sociedades andinas que éstas, al lograr defender sus religiones antiguas —aunque fuera de forma modificada— lograron asimismo conservar su identidad cultural.

En cuanto a  consecuencias de la persecución de los cultos a las huaca es sugestivo un documento de la visita de Sarmiento: Una mujer es denunciada que cuando sube a un cerro a rendir culto a la huaca 
de ayllu, lo hace llevando una disciplina y un rosario.

 La película ha sido premiada internacionalmente. Entre sus menciones destacan 5 galardones en los Premios Latino 2016, realizado en el  Palacio de Congresos de Marbella, España. De igual manera, recibió en el 2015 el premio a Mejor Película en la Competencia de Largometraje Andino de Ficción en el Festival Internacional de Cine de Pasto, Colombia. 

Asimismo, corresponde al portafolio de Cultura alentar el cine nacional las producciones locales, superando los dogmas perversos  del libre mercado, dando muerte a lo mejor  de la  creatividad frente al renacer vigoroso  de las producciones del mercado, inclusive con filmes que intoxican la mente y el corazón del público que ama el cine. El cine, no tardará en constituirse en el principal aliado  de la Educación.

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