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jueves, 22 de enero de 2015

“Las reglas del juego”, por Jorge Zavaleta Balarezo*

DÍA 2
“Las reglas del juego” (1939), de Jean Renoir

Una casa de campo sirve de escenario para el desarrollo de esta historia de amores, celos, filiaciones, rompimientos y hasta muertes no deseadas. Jean Renoir, hijo de uno de los maestros del Impresionismo, Auguste Renoir, logró uno de sus mejores trabajos, un film valorado a nivel mundial, que da la talla de un clásico inolvidable.

La aristocracia francesa es representada por esos delgados caballeros que visten frac, beben licores finos e intentan aparentar lo que no son al tiempo que ocultan sus miserias morales, mientras las damas tienen iguales o más difíciles conflictos. Pero esa sólo es una de las aristas de este pequeño gran cuadro social que Jean Renoir retrata con agudeza e inteligencia. Pues están también la vida y actos de los cocineros, las mucamas, los choferes, todos esos seres de una condición social diferente que habitan y ríen y sufren, se enamoran y se traicionan en su propio y laberíntico microcosmos.

Renoir, autor igualmente de “La gran ilusión”, otra obra magnífica, ambientada en tiempos de guerra, es uno de los maestros de un cine francés exquisito, marcado por la tradición literaria, tanto en novela como en poesía, en la cual los nombres de Víctor Hugo, Balzac, Flaubert, Dumas, o Baudelaire y Rimbaud siempre están presentes.

Robert Altman, el ya fallecido patriarca del cine independiente americano, ilustró una versión semejante a “Las reglas del juego”, en “Gosford Park” (2001), conocida en América Latina como “Crimen a medianoche”, con un reparto de lujo encabezado por Maggie Smith.

Ahora, nomino a mi amigo Martín Sánchez Padilla, para que continue esta tarea de publicar 7 películas clásicas en blanco y negro durante los próximos 7 días.

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