El buen periodismo y los nativos digitales
Jorge Zavaleta Alegre.- Periodista licenciado en ciencias
sociales.-
Según el último Censo Nacional del Perú los “nativos digitales”, es decir los jóvenes de
15 a 19 años, serían aproximadamente el
5% de la población total.
La revolución de las comunicaciones va transformando la
perspectiva y la función de los profesionales. Las principales universidades
del mundo orientan múltiples investigaciones sobre este nuevo rumbo. En el Perú, ha reaparecido “Campus”,
revista de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura – USMP, dirigida por
Gustavo Tataje y José Meza, y nos ofrece
un estudio sobre la integración del espacio virtual y el espacio real, a partir
de un ensayo auspiciado por la OPS y GTZ.
Tal investigación abarca seis distritos de Lima Metropolitana y revela
que casi la mitad de los escolares
encuestados usa videojuegos con elevada
frecuencia. Y en otras localidades del país,
como Puquio, en Ayacucho, advierte
que el 97% de los escolares entre 7 y 18 años usa videojuegos. Casi la mitad de
ellos practica videojuegos en cabinas de internet. El 14% en locales de
alquiler y 29% en sus propios hogares.
En síntesis, los “nativos digitales” procesan información en
forma distinta a las generaciones
precedentes y las diferencias detectadas pueden ser atribuidas no solo a
los entornos socio-culturales emergentes sino también a los cambios neurológicos detectados en la
estructura de sus cerebros.
Una afirmación en este horizonte es el certamen internacional
Architectural Review AR House Awards 2012 que da cuenta de la aparición de experiencias emocionantes de cómo proyectar
casas para ser construidas en una fábrica, con la idea de “instalación”, como
si tratara de “una pieza que cultiva el arte contemporáneo".
En efecto, la innovación tecnológica permite entender y proyectar nuevos rumbos a la formación
de los profesionales. Paúl Valery, El
Arquitecto, advirtió este fenómeno, en un imaginario diálogo entre Sócrates y su alumno Fedro. El
nobel Mario Vargas Llosa hace lo mismo
en su reciente obra “La civilización del espectáculo”, en la cual condena “la
banalización de las artes y la
literatura, el triunfo del periodismo amarillista y la frivolidad de la
política”, aunque, valga señalar, que gran parte de esta perversa metamorfosis que
experimenta la sociedad es consecuencia de la fantasía liberal que el defiende a ultranza.
Una respuesta más explícita encontramos en “La Arquitectura
como un proceso viviente”, de Douglas J.
Cardinal, autor distinguido por la ONU y más de cincuenta comunidades
indígenas, con las cuales diseñó el Museo Nacional Indio Americano, entre
otras obras famosas. El aplicó la
enseñanza de los más ancianos que invocaban al Sol, obrando siempre por consenso para servir a su pueblo: “Nosotros
los seres humanos somos criaturas maravillosas y mágicas con el poder de la
creatividad; ninguna otra especie en la
Tierra puede crear del mismo modo”, señalaban los dirigentes nativos.
La lección puede ser extendida textualmente a los urbanistas,
a los responsables del planeamiento
territorial y de la arquitectura vernácula, cuyas
técnicas ancestrales han vencido las furias de la naturaleza. Combinar
la moderna tecnología con el conocimiento ancestral, constituye la mejor renovación,
incluyendo el buen periodismo.
Campus advierte que los “nativos digitales” procesan la
información en forma diferente a las generaciones precedentes y que el espacio
integrado tanto presencial como ligado a la cibernética, nos asombra con infinitas propuestas. Pero aún no hay
consenso en aceptar que el bienestar de la sociedad dependerá de cuán capaz es el hombre para encontrar la
igualdad de oportunidades para todos, y
no la subordinación a un “mercado libre” que violenta todo asomo de regulación social.
La actual crisis global es la evidencia inocultable. 18/7/2012
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