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lunes, 29 de mayo de 2023

---Perú, turismo, narcotráfico, informalidad....


Jorge E. Zavaleta Alegre, Corresponsal Washington DC-Maryland.

“El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro” es una frase  escuchada, incluso en la escuela, y se le atribuye al naturalista y explorador italiano Antonio Raimondi, quien llegó a estudiar el país en 1850. Sin embargo, Raimondi nunca expresó esa frase..revelan inventarios de la historia del Siglo XXI. 

Hoy  la realidad es compleja y muy frágil el control para disminuir el tráfico internacional de bienes históricos. El narcotráfico de la cocaína producida en  la ceja de amazonia sur y la violación  de ciudades arqueológicas son campos libres de control oficial.

El huaqueo o huaquearía es la excavación clandestina en sitios arqueológicos con el propósito de extraer bienes culturales. Se trata de una actividad ilegal y altamente destructiva. La ley señala que los bienes culturales no descubiertos, integran el Patrimonio Cultural de la Nación, y los que fueran descubiertos en predios de propiedad privada, son propiedad del Estado, pues se busca proteger el pasado común de todos los peruanos. Los huaqueros nos roban trozos que son episodios de nuestro pasado.

Investigaciones reiteran que a lo largo de miles de años, se desarrollaron y evolucionaron en el Perú diversos pueblos que enfrentaron de varias maneras el reto de la existencia y la supervivencia. Estos pueblos no tuvieron escritura y lo único que nos habla de ellos y de cómo eran son los objetos que elaboraron, las obras que edificaron y los lugares en donde vivieron.

Los arqueólogos investigan estos sitios con sumo cuidado, pues solo se pueden excavar por una vez. Y esto debe ser bien hecho, porque después de la primera excavación toda la información que obtenemos del lugar queda alterada para siempre.

Voceros del Ministerio de Cultura y Turismo enfatizan que es muy importante conservar y documentar el contexto, es decir, hacer croquis y dibujos que reflejen la ubicación y posición de cada objeto (inorgánico u orgánico) dentro del conjunto general, así como la relación de todo lo existente entre sí. Los arqueólogos trabajan las excavaciones, según los contextos, por capas o estratos que nos enseñan la manera cómo fue ocupado un sitio y lo que allí sucedió, apuntando, fotografiando y describiendo minuciosamente todo lo hallado. Hasta el fragmento más pequeño, sea de material inorgánico.

Los huaqueros destruyen toda esta valiosa información, pues solo les importa el valor monetario de las piezas que encuentran y venden; lo que les parece inútil lo botan y destruyen. Debemos tener en cuenta que cuando un objeto está enterrado y es sacado de pronto a la superficie, el medio ambiente empieza a afectarlo de inmediato.

Los pueblos y comunidades donde se encuentran estos sitios arqueológicos, en cambio, se empobrecen por la destrucción de su historia y los habitantes pierden la posibilidad de que su patrimonio, bien conservado, pueda convertirse en una fuente de ingresos futuros a través del desarrollo del turismo cultural, por ejemplo; mientras tanto, los objetos huaqueados se dispersan en colecciones del Perú y del extranjero.

El huaqueo está prohibido y el Código Penal establece penas para la persona que depreda el patrimonio cultural de 3 a 6 años de cárcel, mientras que para aquel que lo organiza, promueve o financia, puede ser de 3 a 8 años de prisión.

El robo sacrílego

Se trata de robos y/o hurtos realizados en iglesias, conventos, monasterios y lugares de culto en general. Este tipo de robo es un problema particularmente grave al interior de nuestro país, donde las iglesias son despojadas de todo lo que constituye su legado espiritual y religioso.

Cuando la religión católica se introdujo en el Perú, los pueblos indígenas tomaron las nuevas creencias e imágenes y las adecuaron a sus propios rituales. Así, por ejemplo, la veneración actual del Señor de los Milagros tiene parte de sus raíces en el ídolo prehispánico de Pachacamac; ambas imágenes están vinculadas por la creencia de una protección divina contra los sismos.

Las iglesias coloniales, los objetos y bienes culturales que contienen, significan un campo de estudio muy importante para los investigadores, ya que no sólo estudian lo más obvio (quién pintó o esculpió determinadas figuras, cuándo y cómo las crearon, qué representan, etc.), sino también la larga relación que existe entre los pueblos y la religión, la forma en que evolucionaron y se desarrollaron sus creencias...

Los pueblos, además, mantienen un vínculo muy estrecho con sus imágenes. Durante decenas y, a menudo, centenares de años éstas han presidido momentos muy importantes de sus vidas: están presentes en bautizos, comuniones, confirmaciones, matrimonios, misas de difuntos.

"El turismo ayuda, reactiva nuestra economía, permite conocer nuestro país, es una actividad que ayuda mucho a los pequeños empresarios", enfatizan las campañas para reactivar los destinos turísticos del país.

Pero estos discursos gubernamentales pierden peso y seriedad porque se trata de ignorar la corrupción interna y regional. El Perú esta azotado por una cadena de gobiernos corruptos. Desde 1990 a 2023 la crisis  de la administración nacional ha sido profunda, muy profunda.

The NY Times publica que muchos migrantes provienen de países como Venezuela, que atraviesa una de las peores crisis económicas del mundo, antes de la pandemia. Gran parte del país se hundió más en la miseria cuando el coronavirus paralizó el mundo. Eso intensificó el éxodo masivo. Se estima que desde 2015 han huido de la nación 7,2 millones.

En Colombia, donde las protecciones laborales son débiles, el desempleo alcanzó su tasa más alta registrada. Brasil registró la segunda cantidad más alta de muertes por COVID-19 a nivel mundial. Los migrantes que ya habían viajado desde toda América Latina a estos dos países fueron de los primeros en perder cualquier esperanza de poder ganarse el sustento.

Históricamente, los nicaragüenses habían migrado al norte en cantidades relativamente pequeñas. Pero la inflación, el desplome de los salarios y un gobierno cada vez más autoritario han impulsado a cientos de miles a abandonar el país en los últimos años.

La violencia de las pandillas y los homicidios se dispararon en Ecuador, nación relativamente pacífica en ese respecto. Haití sufrió un brote de cólera, una crisis de hambre extrema y un conflicto entre grupos criminales armados, todo al mismo tiempo.

El Tapón del Darién, una peligrosa zona selvática de unos 112 kilómetros que conecta América Central con América del Sur, se convirtió de pronto en una ruta migratoria para personas sin visa o sin el dinero suficiente para hacer el viaje de otra manera.

Las Naciones Unidas calcularon  que este año 2023 pasen por esa región hasta 400.000 personas, casi 40 veces el promedio anual de 2010 a 2020.






“El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro” es una frase  escuchada, incluso en la escuela, y se le atribuye al naturalista y explorador italiano Antonio Raimondi, quien llegó a estudiar el país en 1850. Sin embargo, Raimondi nunca refirió tal expresión....revelan inventarios de la historia del Siglo XXI. Hoy  la realidad es compleja y muy fragil el control para disminuir el trafico internacional de bienes historicos. El narcotrafico de la cocaina producida en el sur este de la amazonia y la violacion  de ciudades arqueologicas son campos libres de control oficial.

=Jorge  E. Zavaleta Alegre Corresponsal en Washington DC de El Mercurio, Panoramical....

El huaqueo o huaquería es la excavación clandestina en sitios arqueológicos con el propósito de extraer bienes culturales. Se trata de una actividad ilegal y altamente destructiva. La ley señala que los bienes culturales no descubiertos, integran el Patrimonio Cultural de la Nación, y los que fueran descubiertos en predios de propiedad privada, son propiedad del Estado, pues se busca proteger el pasado común de todos los peruanos. Los huaqueros nos roban trozos que son episodios de nuestro pasado.

Reciente informacion reitera que a lo largo de miles de años, se desarrollaron y evolucionaron en el Perú diversos pueblos que en frentaron de varias maneras el reto de la existencia y la supervivencia. Estos pueblos no tuvieron escritura y lo único que nos habla de ellos y de cómo eran son los objetos que elaboraron, las obras que edificaron y los lugares en donde vivieron.

Los arqueólogos investigan estos sitios con sumo cuidado, pues solo se pueden excavar por una vez. Y esto debe ser bien hecho, porque después de la primera excavación toda la información que obtenemos del lugar queda alterada para siempre.

Por ello es muy importante conservar y documentar el contexto, es decir, hacer croquis y dibujos que reflejen la ubicación y posición de cada objeto (inorgánico u orgánico) dentro del conjunto general, así como la relación de todo lo existente entre sí. Los arqueólogos trabajan las excavaciones, según los contextos, por capas o estratos que nos enseñan la manera cómo fue ocupado un sitio y lo que allí sucedió, apuntando, fotografiando y describiendo minuciosamente todo lo hallado. Hasta el fragmento más pequeño, sea de material inorgánico.

Los huaqueros destruyen toda esta valiosa información, pues solo les importa el valor monetario de las piezas que encuentran y venden; lo que les parece inútil lo botan y destruyen. Debemos tener en cuenta que cuando un objeto está enterrado y es sacado de pronto a la superficie, el medio ambiente empieza a afectarlo de inmediato;

Los pueblos y comunidades donde se encuentran estos sitios arqueológicos, en cambio, se empobrecen por la destrucción de su historia y los habitantes pierden la posibilidad de que su patrimonio, bien conservado, pueda convertirse en una fuente de ingresos futuros a través del desarrollo del turismo cultural, por ejemplo; mientras tanto, los objetos huaqueados se dispersan en colecciones del Perú y del extranjero.

El huaqueo está prohibido y el Código Penal establece penas para la persona que depreda el patrimonio cultural de 3 a 6 años de cárcel, mientras que para aquel que lo organiza, promueve o financia, puede ser de 3 a 8 años de prisión.

El robo sacrílego

Se trata de robos y/o hurtos realizados en iglesias, conventos, monasterios y lugares de culto en general. Este tipo de robo es un problema particularmente grave al interior de nuestro país, donde las iglesias son despojadas de todo lo que constituye su legado espiritual y religioso.

Cuando la religión católica se introdujo en el Perú, los pueblos indígenas tomaron las nuevas creencias e imágenes y las adecuaron a sus propios rituales. Así, por ejemplo, la veneración actual del Señor de los Milagros tiene parte de sus raíces en el ídolo prehispánico de Pachacamac; ambas imágenes están vinculadas por la creencia de una protección divina contra los sismos.

Las iglesias coloniales, los objetos y bienes culturales que contienen, significan un campo de estudio muy importante para los investigadores, ya que no sólo estudian lo más obvio (quién pintó o esculpió determinadas figuras, cuándo y cómo las crearon, qué representan, etc.), sino también la larga relación que existe entre los pueblos y la religión, la forma en que evolucionaron y se desarrollaron suscreencias...

Los pueblos, además, mantienen un vínculo muy estrecho con sus imágenes. Durante decenas y, a menudo, centenares de años éstas han presidido momentos muy importantes de sus vidas: están presentes en bautizos, comuniones, confirmaciones, matrimonios, misas de difuntos.

"El turismo ayuda, reactiva nuestra economía, permite conocer nuestro país, es una actividad que ayuda mucho a los pequeños empresarios", enfatizan las campañas para reactivar los destinos turísticos del país.

Pero estas campanas pierden peso y seriedad porque se trata de ignorar la corrupcion interna y regional. El Peru esta azotado por una cadena de gobiernos corruptos. Desde 1990 a 2023 la crisis  de la administracion nacional ha sido profunda, muy profunda.

 Muchos migrantes provienen de lugares como Venezuela, que sufría una de las peores crisis económicas del mundo antes de la pandemia. Gran parte del país se hundió más en la miseria cuando el coronavirus paralizó el mundo. Eso intensificó una salida masiva que elevó el número de venezolanos que desde 2015 han huido de la nación a 7,2 millones, cerca de una cuarta parte de la población.

En Colombia, donde las protecciones laborales son débiles, el desempleo alcanzó su tasa más alta registrada. Brasil registró la segunda cantidad más alta de muertes por COVID-19 a nivel mundial. Los migrantes que ya habían viajado desde toda América Latina a estos dos países fueron de los primeros en perder cualquier esperanza de poder ganarse el sustento.

Históricamente, los nicaragüenses habían migrado al norte en cantidades relativamente pequeñas. Pero la inflación, el desplome de los salarios y un gobierno cada vez más autoritario han impulsado a cientos de miles a abandonar el país en los últimos años.

La violencia de las pandillas y los homicidios se dispararon en Ecuador, nación relativamente pacífica en ese respecto. Haití sufrió un brote de cólera, una crisis de hambre extrema y un conflicto entre grupos criminales armados, todo al mismo tiempo.

El Tapón del Darién, una peligrosa zona selvática de unos 112 kilómetros que conecta América Central con América del Sur, se convirtió de pronto en una ruta migratoria para personas sin visa o sin el dinero suficiente para hacer el viaje de otra manera.

Las Naciones Unidas calcularon  que este año pasen por esa región hasta 400.000 personas, casi 40 veces el promedio anual de 2010 a 2020

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