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viernes, 31 de enero de 2020

LA TIERRA DONDE SE VIVE y Carlos E. Zavaleta Rivera

The Library of Congress, Washington, D.C  Hispanic Division,  tiene 54 Títulos de los libros del Escritor  Carlos Eduardo Zavaleta Rivera. Uno de los libros más solicitados es el  estudio de William Faulkner,  novelista  Trágico.

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  Personal name:  Zavaleta, Carlos Eduardo, 1928-2011.
           
  Main title:  William Faulkner, novelista trágico.
       
  Published/Created:  Lima, 1959.
           
  Description:  68 p. 25 cm.
           
  CALL NUMBER:  PS3511.A86 Z987 Copy 1
  Request in:  Jefferson or Adams Building Reading Rooms
Carlos J.Olave, PhD en Literatura-Universidad dePittsburg, PA. 
Head Hispanic Reading Room, 
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Escribe Jorge Zavaleta Alegre, Corresponsal 
Diario16 y El Mercurio Digital, España.
Para Luis Zavaleta  Remy
 Después de la segunda guerra mundial, los principales líderes nazis huyeron por el mundo, especialmente a pequeñas ciudades de América del Sur, donde anteriores generaciones habían emigrado con gran éxito, en la presunción de burlar el ajuste de cuentas por sus crímenes y asesinatos colectivos.

Uno de esos presuntos seguidores del supremo führer, se instaló en Caraz, una ciudad del Callejón de Huaylas, muy parecida al paisaje suizo, ofreciendo servicios médicos a los pobladores, según revela un cuento corto de C.E Zavaleta.

CEZR fallecio en Lima, a los 83 años, dejando una frondosa literatura de alta calidad que ha surcado mares y exigentes centros académicos de los EE UU, Inglaterra y España.

La literatura de los años 50, fue precisamente la de cuentos y novelas sobre fugitivos, entrelazados con historias de amor como una forma pedagógica para explicar la barbarie nazi y contrarrestar aquella ideología que destruyó Europa y buscaba extenderse por las antiguas colonias.

Carlos Eduardo Zavaleta (Caraz, 1928 - Lima 27 de Abril 2011), fue quien dedicó su mayor creación a tratar de romper los “misterios locales” como una forma de evitar la creciente escisión de nuestras naciones multiculturales como es el Perú. 

Caminamos por el siglo XXI y el país de 33 millones de habitantes, lejos de unirse, la geografía y el poder económico en manos de unos cuantos, generan más pueblos atrapados en atávicos rencores y creciente pobreza material.

La tierra natal de C.E. Zavaleta y el resto de ciudades del Callejón de Huaylas son extraordinarios observatorios de los principales nevados del Perú como el Alpamayo, Huandoy y el Huascarán, entre otros. Cuando caen sobre los nevados los rayos del sol y/o de la luna, sus habitantes, congregados en sus campiñas o plazas públicas, disfrutan del paisaje idílico, y aún más durante los días festivos. Al son de bandas musicales, multicolores danzantes y quema de castillos artificiales, la gente de todas las edades y lugares circulan por las calles a la espera de un nuevo y venturoso amanecer.
C.E Zavaleta y su esposa Rosa, en Madrid

En la plaza principal de Caraz, que cobijó a Simón Bolívar durante su travesía por los andes hacia la batalla final por la independencia de cinco repúblicas, otro gran atractivo nocturno, igualmente bello, son los desfiles de sus mujeres lugareñas. Ya el Libertador constató la cálida acogida de sus pobladores, además de las “tres” o “doce etc”, según las tradicionalistas Celso V. Torres y Ricardo Palma.

Una Historia que recrea Carlos Eduardo. Para los jóvenes estudiantes, causó sorpresa la aparición en la Plaza Bolívar, de un alemana rubia y escultural, que obsequiaba sonrisas a sus admiradores; en tanto su pareja, un hombre bajo de estatura, calvo y taciturno, se le veía agotado por las sombras de los muertes en Auschwitz y Birkenau, campos de concentración, de experimentación médica y de exterminio en masa de los prisioneros tras la invasión de Polonia de 1939.
Caraz, Ancash, Perú 

Desde esa noche singular, los alumnos del centenario colegio nacional “2 de Mayo”, solían caminar siempre detrás de aquellos novios germanos, con la obsesión de cómo arrancarle el amor al huidizo alemán.

Y Carlos Eduardo, en versión premonitoria, anunció que muy pronto esa ensoñadora mujer no tardaría en traicionar al amante ultramarino. Y así fue semanas después.

En efecto la belleza berlinesa, apareció con otro acompañante. Su antigua pareja había desaparecido, sin aviso alguno, para nunca más volver. La justicia, aunque tarde, había llegado con un lapidario fallo de los tribunales de guerra.

Estas y otras múltiples historias convirtieron a C.E. Zavaleta en uno de los escritores más destacados del Perú desde mitad del siglo pasado. Fue animador de poetas y narradores peruanos y extranjeros, cuya obra él admiró o discutió.

Además de traductor, profesor universitario, fue estudiante de medicina, periodista, viajero, y ejerció con talento las funciones diplomáticos de su país en varias capitales de Europa y América: Londres, Madrid, México, Bolivia...

Carlos Eduardo, no dudó en protestar cuando un joven caracino fue detenido por la policía, por el hecho de vivar a Cuba en el momento que el senador Edward Kennedy iniciaba un discurso en la plaza de Caraz, en 1962, pocas semanas después de que un deslizamiento del nevado Huascarán sepultara el pueblo de Ranrahirca.

Junto con José María Arguedas, Ciro Alegría y Manuel Scorza, logró conjugar esfuerzos, como núcleo de su visión, para exportar la creación cultural urbana del Perú en busca de una relación armónica de carácter mestizo. Y lo hizo, desde tribunas importantes como las universidades norteamericanas de Lawrence, Duke, Columbia, Complutense de Madrid, y London University.

No cesó su labor cultural a través de las revistas Centauro, Letras Peruanas, Boletín Cultural Peruano y como traductor de autores como T.S. Eliot, James Joyce, Ezra Pound, Nathaniel Hawthorne, Tenessee Williams. Sólo el arte popular en sus más diversas manifestaciones ha sido capaz de mostrar y defender, al margen del Estado oficial, el extraordinario mosaico de culturas y el valor de los recursos naturales de la Amazonía, de los Andes y de la franja costera del Pacífico.

Desde 1948, C.E. Zavaleta fue el introductor en su país de las nuevas técnicas narrativas en el cuento y la novela. Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura 2010, confesó en más de un discurso de agradecimiento a San Marcos, la universidad más antigua de América, que por culpa de Carlos Eduardo Zavaleta, escuchó hablar de William Faulkner y Joyce, en los años cincuenta “escritores que más me han marcado".

Autoridades de la provincia de Huaylas, amigos y familiares de Carlos Eduardo compartieron la posibilidad de llevar una parte de sus cenizas a la ciudad de Caraz. El alcalde Fidel Broncano, los músicos David Flores Vásquez, director de la Lira Huaylina; Efraín Rosales, investigador del huayno o Canto del Cuculí; Agusto Alva, biógrafo del bandolero Luis Pardo y de las rebeldes comunidades ancashinas; la poesía y la prosa de Isaías Zavaleta Figueroa y el asentimiento del General del Ejército Rudecindo Zavaleta Rivera, hermano mayor del escritor, entre otras opiniones, agradecieron el homenaje postumo a  C.E Zavaleta, el más grande escritor que Ancash haya tenido hasta ahora, comentaba  el entonces Alcalde Fidel Broncano.

La decisión municipal no pondrá fin al debate de lo que significa el terruño, porque el aldeano vanidoso, como lo explicó Marti, "....cree  que la aldea es el mundo y que su vida transcurre en quitar la novia  del  vecino..."

Carlos Eduardo, hijo de un dinámico telegrafista, acompañó a su padre desde La Pampa, en la provincia de Corongo y otras poblaciones que recibían los servicios de correos y telecomunicaciones. Después creció y vivió en Caraz y otras localidades, circunstancias que le permitieron entender y explicar que el ser humano puede ser de muchos lugares o “uno es de donde quiere ser”.

“Mi vida me permitió conocer el Perú y me permitió conocerme a mí mismo. Me acuerdo nítidamente de las escenas serranas que están en mis cuentos, el paisaje, la gente pobre, pero resistente. Los ancashinos han pasado tremendos aluviones, peligros, terremotos salvajes. Son indestructibles”, declaró en el 2008 al diario peruano El Comercio, respuesta dirigida a revalorar su terruño, como un pedazo de tierra donde uno encuentra la mayor felicidad.

Precisamente, José María Arguedas (Andahuaylas, enero de 1911 - Lima, 2 de diciembre de 1969), en el “Zorro de arriba y zorro de abajo”, realizó una conmovedora descripción de cómo los campesinos fueron tragados por el mar de Chimbote para lograr el “boom” pesquero que benefició solo a la industria agrícola de Europa y Asia y no del desarrollo local. Finalmente se preguntó qué es mejor para el hombre: la competencia individual o la cooperación fraternal de todos los hombres.

Homenaje póstumo en Casona Universidad de San Marcos
Con enfoque parecido trabajó Carlos Eduardo Zavaleta. Autor de libros como El Cristo Villenas, El cielo sin cielo de Lima, El cínico, Los Ingar, Los aprendices, Retratos turbios, Un joven, una sombra, Campo pálido pero sereno, Huérfano de Mujer, es considerado un innovador de la narrativa peruana al alejarse del indigenismo y difundir la obra de autores extranjeros. Fue uno de los novelistas que más ha contribuido a reconocer la tierra natal como el lugar más preciado, en tanto todos sus habitantes sean reconocidos.

En su “Autobiografía fugaz” (2000) ratifica el valor de la crítica, y recuerda el permanente retorno a su idílica provincia de Huaylas para presentar, a través de la municipalidad, cada nueva obra literaria. Ahora, cuando se le esfumó la vida, los devotos de la cultura de la muerte, multiplican homenajes, ratificando así que ninguna persona de valía “es profeta en su tierra”, porque la cultura, para una economía de libre mercado, es el lado oscuro de la luna, es la negación de la educación pública de calidad para las comarcas más alejadas.

Sin embargo hay excepciones. El Museo  Municipal de Arqueologia que lleva el nombre de Hernán Eduardo Osorio Herrera, abrió sus puertas para recordar a Carlos E. Zavaleta.  Ahora se espera que los aportes  de Hernán Osorio  en sus investigaciones  de la  cultura Pre Inca  Wayllash-Marka sean oficializados por el Estado y de esa forma el turismo cultural al  Callejón de Huaylas se extienda al mundo.   

La Biblioteca del Congreso, en Washington DC, con esa visión universal de la cultura ofrece a los lectores  54 titulos, según las fichas técnicas de la casa del libro más grande del planeta, junto con la Biblioteca de la Unesco.

Uno de los mas recientes homenajes a  Carlos E. Zavaleta ha sido en la Casa de la  Cultura, en Lima, donde se  muestra toda su creación literaria. Entre los reconocimientos que  recibió en vida figuran: 

1947 - Premio de novela en los Juegos Florales Universitarios, convocados por la UNMSM, por su obra "El cínico".
1951 - Premio de Literatura del IV centenario de la fundación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, por su obra, "El fuego y la ceniza".
1952 - Premio Nacional "Ricardo Palma", por su obra "Los Íngar".
1959 - Premio Nacional de Ensayo "Manuel González Prada", por "William Faulkner, novelista trágico".
1961 - Premio Nacional "Ricardo Palma", por segunda vez, por su obra "Vestido de luto".
1983 - Premio de Novela "Municipalidad de Lima", por su obra "Un joven, una sombra".
1984 - Premio de Periodismo "Bausate y Meza", instalado por la Embajada de España, por tres artículos sobre "La transición cultural española", aparecidos en "El Observador de Lima, 20 y 25 de enero, y 3 de febrero.
1990 - El Consejo Superior de Investigaciones Científicas de la UNMSM le concedió los tres primeros premios, por sus investigaciones en el área de Letras, en el lapso 1990 - 1998.
2000 - Premio de Novela "Federico Villarreal", concedido por la Universidad "Federico Villarreal".
2008 - El INC Ancash le otorga la Medalla del Dios Guari de Chavín y lo declara "Patrimonio Cultural de Ancash".
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JZA. Lima, abril 2011, Washingtton DC, Febrero 2020

Papel de Arbol  creado en 1992 por July  Balarezo, profesora de Historia, miembro
del  Taller Mestres  de Miraflores  y Barcelona. Jorge  Zavaleta  Balarezo, PhD  en Literatura y  Cine Iberoamericano de la  Universidad de Pittburgh PA.
Desde 2017 se Edita en Emmitsburg MD  y Pittsburg PA.
Asociado a  Diario16  de Madrid. El Mercurio Digital Net. Panoramica de Milán.Tandil News  de  Buenos Aires,
papeldearbol@gmail.com     jorgez.1944@yahoo.es






1 comentario:

  1. David Nicolás Flores Vásquez
    Para:
    Jorge Zavaleta

    1 feb. a las 12:27

    Muchas gracias, Shava, por mencionarme entre quienes rindieron justificado homenaje a Carlos Eduardo con motivo de su fallecimiento. Carlos Eduardo tuvo muchos méritos y permíteme mencionar que, cuando ejercí el honroso cargo de Presidente de la Asociación de Ex alumnos del Colegio Nacional "2 de Mayo" de Caraz, tuve la oportunidad de Declararlo Socio Honorario de la institución junto a don Washington Castro, nuestro recordado maestro y César Augusto Angeles Caballero, gran literato caracino y Rector de la Universidad San Luis Gonzaga de Ica. La última vez que estuve con Carlos Eduardo fue en el Casino de Miraflores en un almuerzo que nos invitó el Embajador Félix Alvarez Brun, ya fallecido. No puedo olvidar que en esa oportunidad compartí la mesa con el famoso humorista Luis Felipe Angell, "Sofocleto".

    Estuvimos en San Marcos, ante sus restos y creo que fue y es muy justificado que Caraz también guarde sus cenizas. Un fuerte abrazo:

    David Flores Vásquez, jurista, músico, director de la Lira Huaylina.

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