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martes, 11 de septiembre de 2018

DEL SUEÑO A LA PESADILLA, PERU SIGLO XXI


Jorge Zavaleta Alegre

Boston Consulting Group (BCG), firma de consultoría estratégica, revela que entre el 2014 y el 2015 el número de familias peruanas con un patrimonio mayor a los US$ 100 millones pasó de 14 a 32.

Estas 32 familias con un patrimonio superior a los US$ 100 millones poseen unos US$ 13,130 millones o el 14% de la riqueza del país, un nivel similar al promedio de América Latina, precisa  BCG.

En el Perú solo cuatro familias cuentan con un patrimonio superior a los US$ 1,000 millones y representan poco más del 5% de la riqueza total del país.

En realidad, el 60% de la riqueza privada del Perú está concentrado en familias con menos de US$ 1 millón de patrimonio, mientras que el otro 40%, o US$36,000 millones, se encuentra en manos de unas 6,800 familias millonarias, es decir, que poseen más de US$ 1 millón.

El mismo estudio explica que  el mercado aún es pequeño y vulnerable a choques externos, y ello se evidencia en el aumento  de la riqueza de las familias.
Para el segundo centenario

El Plan oficial del Perú propone que el país  alcance un ingreso per cápita entre US$ 8000 y US$ 10 000.

Sin embargo, esta proyección en lugar de ser un sueño se ha convertido  en una pesadilla  con  la  densa maraña que representa la mayoría  del Congreso Nacional y la red mafiosa que se cobija en el fujimorismo  desde principios del presente siglo XXI.

Las raíces de  la corrupción se han profundizado raíces en la estructura del  Estado Nacional, desde municipios más alejados hasta los más altos cuadros del  Estado, empezando por el Consejo de la Magistratura que  persiste el poder.  A cinco ex presidentes  les espera las rejas si las denuncias públicas son corroboradas por jueces probos.

El Plan Nacional 2021-CEPLAN indica que con una población prevista de 33 millones de peruanos, necesitaremos duplicar nuestro producto interno y cuadruplicar nuestras exportaciones.
Debemos, dice Ceplan,  lograr una tasa promedio de crecimiento cercana al 6% y tasas de inversión del 25%. La tributación debe mejorar en 5 puntos en relación con el PBI, y los impuestos directos e indirectos deben alcanzar la misma proporción. El  Ministerio de Economía y Finanzas proyectó en agosto del 2018,  una senda del crecimiento del PBI, que  empezaría con un 4% en el presente año, y que llegaría a un 5% en el 2021.

La pobreza debe reducirse a menos del 10% del total de la población. La mortalidad infantil y la desnutrición crónica deben ser disminuidas drásticamente o, de ser posible, eliminadas.
La reducción de la desigualdad se encuentra congelada. El índice de Oxfam revela que indicadores sociales en el Perú se han estancado y que el sistema tributario se ha vuelto más inequitativo, según  documento de abril 2017.

El boom económico que se vivió entre los años 2003 y 2013 no se aprovechó debidamente para impulsar políticas que reduzcan las brechas económicas y sociales ni para emprender reformas estructurales.

Este panorama se complica por el impacto del fenómeno Niño Costero que golpeó al país entre febrero y marzo de este año, dejando preliminarmente un millón de personas entre damnificadas y afectadas.

Sumado a ello, la economía ha sido impactada por casos de corrupción que han paralizado grandes proyectos de infraestructura. Las perspectivas económicas  no son promisorias y se proyecta un crecimiento modesto.

Este estancamiento económico tendrá un costo social. Sin un cambio de fondo en las políticas fiscales, millones de peruanos y peruanas se encuentran en riesgo de regresar a la condición de pobreza, advirtió Oxfam durante la presentación de Brechas Latentes: Índice de Avance contra la Desigualdad - Perú 2016.

El sistema tributario se ha tornado más inequitativo y regresivo, pues pagan más quienes menos tienen. La evasión y elusión tributaria significa aproximadamente S/ 60.000 millones anuales, casi cuatro veces el presupuesto de todo el sector salud.

La realización de programas estratégicos en educación, salud, infraestructura, ciencia y tecnología, energía, redes nacionales e internacionales de transporte multimodal, y los programas de modernización y reforma del Estado, generarán las condiciones para un nuevo país.

Si el Poder  Ejecutivo, con el  apoyo  de la sociedad nacional  no puede emprender las  reformas anunciadas  el 28 de Julio último, el Perú corre el inminente riesgo de estancar el crecimiento económico, aumentar la informalidad, la corrupción,  y detener todo lo avanzado con el sacrificio  de las mayorías. La democracia  real está en peligro.

papeldearbol@gmail.com,
Corresponsal en América Latina de El Mercurio, Diario16, Tandilnews y Panoramical.

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