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jueves, 30 de agosto de 2018
Venezuela y la espiral del silencio
Venezuela atraviesa una compleja crisis económica y social agravada por la caída de los ingresos petroleros, la hiperinflación, la escasez de alimentos, de medicinas y una fuerte recesión. Las autoridades sostienen que la crisis es consecuencia de una “guerra económica” emprendida por opositores y empresarios.
La crisis ha desatado una masiva migración de venezolanos por la región. De acuerdo con estimaciones de Naciones Unidas, 2.3 millones de venezolanos han salido desde 2014, según informaron en la reunión del Grupo Andino, realizada en Lima el 28 de Agosto último
Por Florencia Deich / Eduardo Rivas
40 años atrás la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann editaba su libro ‘La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social’ en el que entre otras cosas, como su nombre lo indica, desarrollaba el concepto de espiral del silencio que como ella misma afirma en su texto no es original propio sino que, por ejemplo, ‘Tocqueville escribió que la gente «teme el aislamiento más que el error», cuando quiso explicar por qué nadie en Francia defendía ya a la Iglesia a finales del siglo XVIII.
La descripción tocquevilliana de la «espiral del silencio» era tan precisa como la de un botánico. Hoy se puede demostrar que, aunque la gente vea claramente que algo no es correcto,se mantendrá callada si la opinión pública (opiniones y conductas que pueden mostrarse en público sin temor al aislamiento) y, por ello, el consenso sobre lo que constituye el buen gusto y la opinión moralmente correcta, se manifiesta en contra.’
Este mismo criterio teórico puede utilizarse para entender la realidad venezolana por estos días, donde se suceden una y otra vez los anuncios de movimientos militares sublevados que llaman al resto de las fuerzas armadas a sumarse a su asonada y desconocer al régimen de Maduro. Uno a uno se anuncian y uno a uno se menciona su desarticulación y la detención de sus cabecillas.
Resulta llamativa la sucesión, y fundamentalmente, resulta asombrosa la facilidad que tiene el gobierno para lograr las rendiciones sin enfrentamientos armados y sin víctimas entre los involucrados.
Volviendo a Noelle-Neumann pareciera más una puesta en escena de ciertos grupos afines al gobierno que pretenden mostrar la fortaleza del mismo para imponer su criterio para quienes buscan una salida militar a la crisis en la que está sumida Venezuela.
Es decir, se expone un falso grupo rebelde que es ‘reprimido y encarcelado’ y entonces aquellos grupos disidentes que podrían evaluar la posibilidad de alzarse contra el gobierno reprimen su voluntad para no ser discordante de la mayoría de las Fuerzas Armadas y para no sufrir las consecuencias de lo que aparece como algo imposible puesto que fueron reiterados los casos recientes y ninguno llegó a buen puerto. Por otra parte, la manifestación de estos grupos vendría a justificar los dichos del gobierno acerca de la supuesta conducta violenta y golpista de la oposición y la necesaria ’mano dura‘ ante quien se declare rebelde en las calles al régimen de Nicolás Maduro.
Para el gobierno es una opción ganar-ganar, hacia dentro de las instituciones se muestra que ante un movimiento sedicioso habrá una respuesta oficial para descabezarlo, y hacia fuera de las instituciones, se expone que no habrá contemplación a la hora de reprimir cualquier acción ‘violenta’ que pretenda modificar la avanzada revolucionaria .
Esta reinterpretación de la espiral del silencio nos permite entender el proceso de homogeneización ideológica que se pretende instalar en el país caribeño en la que la apuesta al espiral de silencio es clara y notoria, pretendiendo mostrar no sólo una postura mayoritaria del oficialismo sino que, en algunas esferas y temas, casi única puesto que como afirma Noelle-Neumann ‘Esta misma inhibición hizo que la opinión que recibía apoyo explícito pareciera más fuerte de lo que era realmente, y la otra opinión más débil.
Las observaciones realizadas en unos contextos se extendieron a otros e incitaron a la gente a proclamar sus opiniones o a «tragárselas» y mantenerse en silencio hasta que, en un proceso en espiral, un punto de vista llegó a dominar la escena pública y el otro desapareció de la conciencia pública al enmudecer sus partidarios. Éste es el proceso que podemos calificar como de «espiral del silencio».‘
Pero no es sólo en el ámbito militar en el que se aplica esta teoría, puesto que al observar los políticos habilitados para participar de las elecciones se observa una realidad similar, puesto que al no permitirse tomar parte a algunos partidos, muchos de los restantes dejan de tomar lugar en los comicios ahondando aún más la idea de mayoría aplastante de la opción inicialmente mayoritaria.
La crisis política y humanitaria que vive hoy Venezuela aparece inmersa en una gran incertidumbre regional sin vistas de soluciones posibles que no lleven la violencia como protagonista.
Los organismos internacionales si bien dieron cuenta de la ruptura del régimen democrático insisten en el camino del diálogo y la diplomacia a sabiendas del fracaso rotundo obtenido hasta el momento. La Venezuela opositora resiste, no se sabe hasta cuándo, lo mismo que Maduro y la cúpula militar. ¿Será el presagio del nacimiento lento de la nueva Venezuela en silencio pero en paz?
Alejandro Robles
Académico; maestro en derecho por la UNAM; defensor de derechos humanos. Actualmente, activista del Movimiento de Regeneración Nacional. Hombre de izquierda con una militancia en el PRD, por el que fue diputado a la VI legislatura, electo por el distrito XXX de Coyoacán. Padre de dos hijos: Sahara de 6 años y Fidel de 2 años, casado con Sara Zuñiga.
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Autoridades de los países miembros de la Comunidad Andina, integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, se reunieron “de emergencia” el 28 de agosto en la sede de la secretaría general en Lima para armonizar procedimientos para el “ingreso ordenado, seguro y responsable de la masiva migración venezolana”, así como la ayuda humanitaria de organismos internacionales, indicó el bloque regional en un comunicado.
A la cita acuden el viceministro de Movilidad Humana de Ecuador, Santiago Chávez, el director general en asuntos consulares de Perú, Enrique Bustamante, el director general de asuntos consulares de Bolivia, Germán Guaygua, la embajadora de Colombia en Lima, Mónica Lanzetta y otros funcionarios ligados a migraciones de los cuatro países.
La Comunidad Andina puntualizó que en la agenda se dialoga sobre la “armonización en la documentación exigida a migrantes venezolanos, la activación de una plataforma de coordinación subregional relativa a acciones humanitarias y la implementación de medidas de prevención de riesgos epidemiológicos y sanitarios”. También se evalúa el trabajo en ayuda humanitaria a partir de propuestas de la Organización Internacional para las Migraciones y Naciones Unidas.
Desde Caracas, el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, afirmó que los migrantes venezolanos han sido utilizados de manera “criminal”, “racista” y “xenofóbica” por los gobiernos de Colombia y Perú, a los que señaló de fomentar por los medios de comunicación el “odio hacia los venezolanos”.
Rodríguez sostuvo, sin precisar los años, que cerca de 6 millones y medio de colombianos, peruanos y ecuatorianos se han venido a Venezuela y se benefician de los programas estatales.
El martes las autoridades de Colombia y Perú, que reciben el mayor número de migrantes venezolanos, anunciaron en Bogotá que compartirán una base de datos sobre los ciudadanos de Venezuela que entran, permanecen y salen de sus países para facilitar la toma de decisiones en política migratoria. La información incluirá cifras sobre salud, educación y seguridad.
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